Partida Rol por web

SHAUN MICHAELS, que está enfrascado en un cuerpo a cuerpo con el faraón, echa mano de su espada.

"¡Mi señora Feronia, polvo al polvo, y cenizas a las cenizas!" dice cargando su espada con el poder del dominio de la destrucción.

La espada refulge con el poder divino, y la furia ya no de dos, sino de tres mundos

Pero aun así SHAUN MICHAELS, viendo que sus amigos fracasan en sus ataques, decide no ir de estrellita y tambien falla en su ataque.

Sorprendéntemenete el golpetazo que el faraón lanzó a Grundar, este pudo esquivarlo hábilmente con algo de suerte y otro poco de reflejos. El pobre druida, al ver el golpe, pensó en lo que podría haberle producido de haber acertado en el cuerpo del mestizo.

Pero no solo falló sus ataques el faraón, incluso la enorme bestia que le servía, tampoco tuvo suerte y falló al tratar de atacar con sus garras al clérigo, quedando a su merced.

En el otro extremo de la sala, la pobre Sheela, aún malherida, volvía a contraatacar contra el faraón, pero sus flechas fallaban. Estaba en bastante mal estado y sus tiros no eran lo que eran.

La hechicera intensificó sus ataques con su tatuaje animado, lanzando a su pequeño dragón oriental que residía tatuado en su espalda, contra el faraón no muerto.

En esta ocasión las fauces dracónicas se clavaron sobre el cuerpo marchito y vendado del monstruo. La joven esperó que dicho ataque lograra causar daños. Sheela estaba en mala situación y no aguantaría mucho más.

- Vamos, maldito saco de huesos y vendas. ¡Cae de una vez! - masculló entre dientes.

El golpe de Grundar esta vez si que impacta en el cuerpo del Faraon, pero Grundar no esta seguro si el poder de Gorum ha hecho su trabajo reventando el pecho del no-muerto.

- Gorum Grundar Necesitar hacer MAS !  gruñe el semiorco a su dios al ver su golpe

Y por su parte SHAUN MICHAELS que se sientw como si volviera de una fiesta de cumpleaños de lo mas salvaje, intenta darle un espadazo al faraon, valiendose del poder del dominio de la destruccion.

Y con el ataque conjunto de la hechicera y el druida Sekh-pa-Mefer es derrotado, su cuerpo se convierte en polvo, dejando tras de sí sólo su mano derecha momificada, que funciona como una mano de la gloria. Por su parte, la enorme bestia que acompañaba al faraón se detiene por completo y disminuye de tamañao, dejando entre unos trozos de telas el cuerpo de un pequeño conejito blanco y cansado en el suelo, muy familiar para Shaun. Entre lo que encontráis en su sarcófago hay dos objetos que destacan sobremanera: una gema verde tallada, y una pequeña figurita de plata de una esfinge. La gema parece ser una presea cerradora de heridas, pero en realidad es una presea de nefasta putrefacción. La figurita es una figurita de poder maravilloso de esfinge de plata, una variante de una figurita de poder maravilloso de grifo de bronce que, cuando se activa, se convierte en una hieracoesfinge con cabeza de halcón (usa las estadísticas de un grifo). La figurita por lo demás funciona como una figurita de poder maravilloso de grifo de bronce.

El clérigo se acerca a la conejita

Con cuidado, SHAUN MICHAELS se acerca a la conejita.

"Daisy ¿Eres tu, amiga mia?"
"¿Sweet Little Dead Bunny?"

Tras el reencuentro, SHAUN MICHAELS cae en la cuenta "Estos tesoros estan GENIALES, pero ¿No buscabamos un objeto especial que quería Hillary Trump?"
"No creo que para sus rituales de anreip buscase a Daisy ¿Verdad?"

Grundar se restrego el sudor de su frente. - Esto estado cerca, por Gorum, dijo el semiorco mientras veia extrañado al clerigo abrazar al conejito. - Tu poder quedar, pero todavia no encontrar comida ni salida de este agujero.

- Buscar en las cosas de la pared dijo a Anacteia y Shaun señalando los jeroglificos. Grundar mirar suelo o paredes momias anteriores dar hambre a Grundar, pelear peor con es estomago vacio. Grundar frunció el ceño al decir estas ultimas palabras

Anacteia suspiró aliviada al ver que el no muerto se derrumbaba tras los últimos ataque.

- Bien hecho, todos - afirmó asintiendo, en señal de reconocimiento. Su mirada se posó sobre el enorme monstruo, convertido posteriormente en una coneja y el abrazo que le dispensó el clérigo.

Vaya, ahora sabemos qué tipo de "conejitos" son los que atraen a Shaun, pensó mordazmente la hechicera.

Caminó entre los restos, tras lanzar un conjuro de Detectar Magia, y localizó tres objetos mágicos. Tras analizarlos convino que dos de ellos eran muy poderosos y un tercero, maldito. Posteriormente prestó atención a las paredes y diversos jeroglíficos, en busca de rastros mágicos en el entorno de la sala.

Finalmente, extendió su brazo, haciendo que la Sra. Uuu apareciera en la palma de su mano y con su ayuda auxilió a Grundar a buscar otro tipo de cosas mundanas.

- Cuando terminemos creo que deberíamos descansar un rato. Sheela está muy herida y nuestros recursos, mermados - sugirió.

Tras revisar la sala, y coger, se supone, todo lo que os interese, veis que no hay nada más. Ni un mero rastro de vuestro enemigo principal ni de su paradero. El clérigo, revisando una de las paredes del fondo, presiona con la palma de su mano y un trozo de pared cede, dejando abierto un pasadizo secreto al deslizarse el trozo de pared sobre sí misma. Desde vuestra posición podéis ver luz al final del túnel.

- ¡Es la salida de esta tumba! ¡Al fin! - Vitoreó la arquera del grupo a los cuatro vientos cuando por fin sintió la brisa que corría al abrir la puerta.

Decidida, se lanzó en carrera hacía el pasillo y sin mirar atrás.

- ¡Vamos, vamos! ¡Es la salida! - Os animaba a seguirla.

En pocos segundas, al moverse corriendo a grandes zancadas, la figura de Sheela desaparece al final del túnel, desde donde os invita a seguirla.

- ¡Vamos, no hay trampas! ¡Corred afuera a respirar aire limpio! - Vuelve a gritar desde el fondo del pasillo.

"Alto" dice SHAUN MICHAELS
"Vinimos buscando una reliquia de ese faraon. Un objeto especial. No debemos de salir sin el ¡O Arneip simplemente nos habra USADO"

Anacteia observó incrédula cómo Sheela se arrojaba a cruzar el corredor oscuro sin precaución alguna, buscando una luz al fondo que podría ser una salida. O no.

- ¡¿Sheela, qué haces?! - exclamó a la ladrona, entre incrédula y exasperada ante su comportamiento anómalo. Tal vez comenzaba a sufrir algún tipo de ansia por salir, no aguantando más tiempo aquellos lugares de ultratumba. Pretendió seguirla pero antes se detuvo, susurrando unas palabras, chasqueando los dedos e iluminando el corredor con un conjuro. Hizo amago de cruzar el pasillo ahora iluminado, cuando oyó el comentario de Shaun.

- Shaun, pero ¿Acaso sabemos qué reliquia buscamos? ¿Pudiera ser algo que ya hemos obtenido? - le preguntó, permaneciendo aun en la sala.

"Sea lo que sea, debe de tratarse de un 0bjeto de poder especial, o algun tomo de verdadera sabiduria."

"Porque no me creo que sea esta conejita, ni este portapergaminos tan chulo"

"Aparte de que si os fijais, no hemos encontrado nada que sea digno "de el gran faraón". Ya no hablo de oro, sino aparte de tomos de sabiduria."

"Creo que lo mejor es preparar un par de hehizos para comprender el Egipci... esto... el Osirio. Y descifrar lo qie qiedaba escrito en las pareder ¿No os parece?"

- Ser cierto lo que decir Shaun, dice el semiorco mientras se rasca la cabeza, Aqui no haber encontrado nada sobre el faraon de las esfigies ni el Donalndo Hilarrrrio ese que decir.

- Si no encontrar nada, explorar pasillo, quizas llevar a otra camara, dice el Grundar mientras sigue a Sheela un momento, antes de pararse en el hueco e intentar acostumbrar sus ojos a la luz que entra

Os tomáis vuestro tiempo para explorar la sala pero tras ello descubrís que no hay nada mas. Ni rastro de vuestro archive emito, ni pistas ni ningún tipo de objeto, mas de lo que ya encontrasteis tras acabar con la no vida del faraón.

Por su parte, el clérigo descubre que su conejita parece ser la misma que perdió hace ya un tiempo, pues la misma responde a las caricias y demás. No hay duda, es la misma.

Por otro lado, os resulta extraño que Sheela, que se adelantó en cuanto sintió la brisa de aire del exterior, no haya vuelto a dar señales de vida desde que os avisó para salir. Y ya ha pasado un rato grande.