Partida Rol por web

El ambiente estaba más relajado luego de que el vendado había desaparecido, por lo que empezaron a hablar más tranquilos e incluso había alguna pequeña sonrisa.

-Llorón- dijo cuando contaba Niño su historia, no era el único con una niñez terrible, seguramente muchos allí compartirían esa coincidencias. Mugen era uno, criado entre criminales, supo que la lástima jamás era una opción, lo único que quedaba era enfrentar cuanta cosa se pusiera adelante.

En ese instante, un grito ahogado los interrumpió a todos, Nero fue atacado por un lobo que de la nada saltó sobre él. Más lobos fueron apareciendo y dispuestos a atacar. Mugen tomó su katana y se enfrentó al más cercano.

La chica me sorprende al proponerme un nombre y quedo con los ojos muy abiertos. No había pensado en tener un nombre y no creo que sea cosa de tomar uno simplemente.

 - "No lo sé, es algo que llevaré toda la vida. Muchas gracias, es lo más gentil que me han dicho. Es un placer conocerte, Akemi."

No alcanzo a decidir si me gusta ese nombre, pues es hora de movernos, como indica la mujer rubia y Ginnei. Asiento con mi cabeza y escucho al rubio, que se presenta cono Tadashi, que habla de las distintas opciones que tenemos para poder continuar con la prueba.

Entonces, un grito resuena con fuerza y es Nero, que acaba de ser atacado por un lobo de los que debemos encontrar. Sin aviso alguno, aparecen cinco más y entiendo que estamos siendo atacados y debemos defendernos. Son animales letales, pero debemos prevalecer o no servirá de nada todo esto:

 - "¡Ya tenemos las presas! ¡Tenemos que derrotarlas para completar la prueba! ¡A luchar!"

Me lanzo contra uno de los lobos con rayas verdes, que parecen ser los más peligrosos. Me lanzo a darle una patada en el hocico, intentando acabar con él antes de que dañe a uno de mis compañeros.

Al final Akemi-sama vino y arregló todo. No esperaba menos de su Reina, ciertamente, por lo cual sonrió personalmente, eso y que por lo que vió no tuvo que seguir tratando con todos estos psicópatas directamente, puntualmente con el macarra peleón, el engreído de las monedas y la vieja enana, tal cual. Su humor descendía muy como lo haría el de cualquier persona normal con el paso del tiempo y eventos, pero no mostró nada, nada de nada, su cara póker era, por lo demás, perfecta. Así, se dedicó a moverse a otro lado mientras Akemi le daba nombre. Alzó su brazo o mano como diciendo "Ah, yo quería nombrarlo~" pero ella tenía, obvio, mejor idea.

- Ah, sí, también se puede leer como "Energía Heróica", que te va directo, Niño/Hiro-kun. Así que pues eso.

Y tal. No dijo nada más respecto a nada más, a lo mucho un par de ojeadas que fueron por el rabillo del ojo, si es que su ojo se movió, detalles que no le interesaban a nadie y que por ende apenas serían descritos. Propiamente tal, suspiró algo más al haberse apartado no mucho en general.

_{- Me vendría bien un poco de alcohol.}

Soltó y cuando estuvo a punto de intentar algo más, pues ahí vino, claro.

¿Qué cosa? ¡Pues el puto peligro, claro!

¿Y? ¿Qué haría ahora? ¿Fallar mágicamente a diferencia de todos estos locos? Porque obviamente no iba a salirle bien si no lo hizo antes, sin embargo a pesar de todo, sus piernas se estaban moviendo tras ver la escena, la situación. ¿Qué le pasaba? Tenía que huir de ahí. ¿Por qué se estaba moviendo hacia el peligro? No podía pelear como el espadachín o todos los otros. ¡Tenía que largarse!

Y sin embargo, llegó hacia el caído, el sujeto de ojo parchado mafioso. Se acordó que intentó tratar a Akemi cuando ella cayó entonces, y solo por eso, él mismo buscó usar sus hierbas colectadas desde antes de venir a la prueba para intentar improvisar un antídoto y metérselo al sujeto este que fue mordido mientras el matón rubio enfrentaba a los lobos. Le dijo algo si es que llegaba a escuchar mientras estaba saltandoa por los lobos, claro.

_{- Quizá tengas suerte y me maten o algo~}

Tras eso, se dedicó al sujeto (Nero) para curarle y/o intentar al menos detenerle el mordisco venenoso y neutralizarlo. ¿Qué más le tocaba? Esperaba que Kairen y Akemi que eran igual de torpes que él (o al menos Kairen, nunca se pudo ver si Akemi tenía aptitudes como los otros locos por culpa del hijo de puta ese vendado) hicieran parecido y se escondieran o actuaran como soporte. Quizá ahora dejarían de tratarnos como si creyeran que no fue por la táctica que él mismo le sugirió a la sniper que pudieron detener al tipo y claramente iban a hacerlo por su cuenta en vez de seguir atacando a las momias como imbéciles.

Ah, no, nada, claro que no.

Cuando Niño dijo que no sabía si el nombre le gustaba, Akemi volteó rápido en busca de alguien que ayudara a que el niño aceptara tener un nombre, no iba a llamarlo "niño" toda la vida! Entonces Nakamura agregó algunas palabras que fortalecían la idea, por lo que le dedicó una sonrisa jovial, estaba feliz!

Entonces pasó, los gritos de Nero alarmaron a la muchacha, quien rápidamente se preparó para la batalla. Se volvió a acercar a y dijo -Hiroki, yo te protegeré!- pero entonces Niño se había lanzado a la batalla, como era de costumbre, como había sido entrenado.

Se sorprendió un poco viendo la fiereza del muchacho, pero sonrió aliviada al ver que por lo visto era capaz de defenderse por si mismo. Fue entonces que se aproximó a él para ayudarle en la batalla, cuidaría del niño, cueste lo que cueste.

Kairen respiró profundo. Si bien era cierto que él pensó que tendrían más oportunidades de pasar el examen al lado de un grupo como este, nunca pensó que se pondrían tan exigentes... Creyó por su forma desinteresada de actuar, que no pedirían nada en absoluto, y que esto sería una alianza basada en la confianza mutua y el trabajo en equipo, pero al escuchar tantas quejas prefirió hacer el examen entre ellos tres, o volver otro año.

Sin embargo, Akemi resolvió el problema y sin pararse a preguntar unió ambos grupos, como si nada. No le quedó otra opción más que aceptar, además, la Kuruta estaba herida, y necesitarían de la vigilancia del chico de la espada cadena...

Necesitaría un buen baño cuando todo termine... -Da miedo, no?? Nadie puede oponerse a una mujer enojada...- Dijo a Nakamura entre susurros. No hacía alusión a Akemi simplemente, también lo decía por Mary, que con su rabia logró detener al 484... -Las mujeres dan miedo aveces...- Terminó

Entonces el grito de Nero cortó su conversación, Nakamura corrió a curarlo y eso dejó a Kairen hablando solo, siendo ignorado nuevamente -Por qué no me extraña??- Pensó

Tomó su cuchillo y se puso en posición, por si algún lobo atacaba.

Escuché la conversación entre Akemi y el niño con curiosidad. Me parecía una escena bastante bonita, aunque la tiradora tenía razón, no podíamos perder demasiado tiempo. El chico rehusó aceptar el nombre sin más, ante lo que asentí con una media sonrisa:

- Bonito gesto, Akemi, y no te disguste que no acepte el nombre sin más. Es una buena decisión la suya, debería dejar que su nombre venga a él con el tiempo, es algo muy personal. -luego miro al niño con una media sonrisa y le digo- Quizás termines llamándote Gohan si comes mucho arroz. -le digo guiñándole un ojo para aclarar que es broma (¿quién podía tener un nombre así?) y también para que aparquemos el tema de momento.

Medito la respuesta de Tadashi* durante un instante. La llanura parecía un buen lugar para mi plan inicial, y en eso estaba cuando Nero se fue a "aliviarse" y noté un cambio en él... Cambio que me hizo voltearme corriendo aún antes de que ningún otro notase la presencia del lobo.

No... Otra vez no... Pensé mientras me lanzaba a toda velocidad en su dirección.

- ¡Nero! -grité, desenfundando la espada al notar su estado grave y recitando apresuradamente el cántico de Hades-
Yo, quien hoy cierra los ojos a la vida
soy el recipiente y la guadaña del Dios de la Muerte
mi luz y mi mente son mis monedas de plata
¡acude a mi llamada, Hades, y reclama las almas de los impuros!

Esta vez de espaldas al grupo, al haber liberado en un apuro todo el poder de la transformación, esa sensación extraña que emanaba de mí quedaba patente en toda la zona. Era como un escalofrío que delataba la presencia de la muerte en la zona, y el cambio en mi cuerpo era más patente: el collar, sin monedas, ahora estaba en la frente como si fuese una corona de plata; el pelo se había oscurecido, apelmazándose también, dando la sensación de ser una capucha negra; las sombras danzaban alrededor de mi cuerpo, en el suelo, dando a veces el aspecto de las almas del más allá cuando uno las veía de reojo; el rostro del chico joven ahora se veía escuálido, cadavérico; y por último, las ya antes presentes monedas de plata que cubrían los ojos cerrados. La sensación de peligro que emanaba de la transformación era patente para todos, y había un cambio más...

- Tsk. -una voz grave salió de entre mis labios, que ya no eran míos. Ahora estaba de pie frente a Nakamura- Este niño estúpido... Siempre se esfuerza demasiado por cosas que no merecen la pena. Él quería que cubriese al pistolero, y a ti al ver que te acercabas a curarlo. Menudo idiota, tanto el niño como ese -señalo a Nero- ya saben que está muerto. -sentenció con una voz lapidaria, fría y grave, sincera y clara como la muerte- Vete, chico... escóndete hasta que todo acabe. No podré contenerlos por siempre. -concluyó.

No era tanto por ayudar a Nakamura como por no hacer trabajo inútil, que era lo que parecía todo esto ahora mismo a lo-que-quiera que poseía a Ginnei. Con gesto aburrido, avanzo hasta estar frente al convaleciente Nero y a Nakamura, que a pesar de su escasa capacidad de combate se ha acercado a los lobos verdes para intentar sacar a Nero de allí. Pobre iluso...

Centrado en la defensa totalmente en vez de en el ataque, porque Ginnei no lo admitía de otra manera, desplegué esa extraña arma a mi alrededor haciendo que danzase en el aire con una presteza que también sobrepasaba los límites de cualquiera de los examinados, generando un tifón de cuchillas prácticamente impenetrable para los lobos.

Parecía que finalmente íbamos a ponernos en marcha. Había dado ya por perdida la conversación sobre el nombre del chaval y estaba meditando sobre los lugares que acababa de mencionar Tadashi cuando escuche un grito. Tarde poco en girarme, pero nada mas ver a Nero abatido en el suelo y al lobo con colores verdes  comprendí que era muy posible que dentro de unos minutos el problema por ser un grupo grande se habría solucionado solo.

Efectivamente los compañeros del lobo que había atacado a Nero tardaron poco en aparecer. Respire hondo antes de, finalmente sacar ambos revólveres preparada para el combate. Alguien del grupo grito algo sobre atacar a los verdes, así que intuitivamente apunte al mismo que había atacado a nuestro compañero ahora herido en el suelo.

Veríamos si eran tan fuertes como me pensábamos o nuestros temores eran infundados, si eran demasiado poderosos tenia un plan, pero era casi tan suicida que preferiría no llevarlo a cabo.

Akemi corrió con una velocidad y una gracia impensable, sobrepasando a Niño en el camino. Llegó primera hasta el lobo verde al que Niño se dirigía, quería protegerlo de los daños, y derrotar al lobo antes que este atacara al pequeño. Lanzó un puñetazo que el lobo verde esquivó con facilidad, para luego patear las patas delanteras del animal. El lobo levantó sus patas delanteras para evitar el impacto y propinarle a Akemi un zarpazo, pero esta se agachó y con un giro rápido sobre su mano lanzó una patada a las costillas del lobo levantándolo del suelo y lanzándolo de espalda. El lobo se levantó rápidamente, pero se le notaba dolorido.

Al mismo tiempo Tadashi se lanzaba por otro de los lobos verdes, corrió hacia uno y le propinó una serie de golpes con sus dagas, los cuales fueron fácilmente evadidos por aquellas bestias. Al parecer serían más duras de lo que esperaban.

Los lobos azules entonces, corrieron y se posicionaron frente a los lobos verdes, protegiéndolos. Al parecer recibirían los impactos por sus compañeros. Recordando lo que había dicho la examinadora, los azules tenían un pelaje duro, como congelado, lo que hacía que fueran más difíciles de lastimar.

Kairen llegó a lanzar un ataque a uno de los lobos azules. Lanzó una puñalada que impactó en el lobo, pero rebotó en su pelaje como si de una dura roca se tratase... Algo andaba mal con el pelaje de esas bestias! Su mano quedó dolorida y entumecida -Mierda!! Los de rayas azules son duros como una roca!!- Gritó a modo de advertencia a sus compañeros

Mugen también estaba atacando a un lobo azul en el mismo momento en que Kairen lo hacía, y comprobó lo ciertas que eran sus palabras, con sus propias manos... No eran duros como piedras, sino como el acero!! Era increíble que su Katana no pudiera pasar la capa de Hielo duro que parecía recubrir a estas bestias.

Mary tomó su revolver y lanzó una rápida ráfaga de disparos en lo que Ginnei se transformaba a medio camino, buscando impactar de lleno en el lobo verde que atacaba al pobre Nero, para protegerlo. Los disparos impactaron en el lobo azul que acababa de llegar para proteger a su compañero, sin embargo no le hicieron daño alguno. *

Nakamura llegó a Nero luego de esos disparos, protegiendo al macarra con su cuerpo, demostrando que Akemi no mentía cuando decía que ambos, Kairen y Nakamura, serían capaces de arriesgar su vida por los demás, no porque sean idiotas, sino porque era lo correcto, y eran buena gente... Sabía que Nero había sido mordido por un lobo venenoso en su brazo, por lo que tomó un objeto cortante entre sus cosas y cortó sobre la herida de Nero succionando el veneno con su boca para luego escupirlo. Sabía que era algo temerario, que si se equivocaba y tragaba algo de ese veneno o si se lastimaba... Podría acabar muerto!! Pero aún así hacía lo posible por salvar al parchado.

Entonces los lobos Verdes atacaron, el que estaba junto a Tadashi dio un salto por sobre su compañero azul, propinando una mordida feroz, pero Tadashi puso sus dagas frente a su cuerpo desviando con el acero, el impacto venenoso de aquellos colmillos. El lobo verde que estaba junto a Akemi lanzó también su mordida, la cual la chica esquivó con su mirada encendida. Luchaba sola contra dos lobos, estando herida. Un acto temerario, que la llenaba de emoción poniendo sus ojos de un color rojo carmesí**

El último lobo estaba junto a Nero, pero ahora era Nakamura quien protegía a Nero, por lo que el lobo mordió a Nakamura, o eso pensó. Era fácil morderlo, Nakamura estaba decidido a quedarse, pasara lo que pasara, por lo que no se movió, simplemente usó su bolso como escudo, el cual mordió aquel lobo. El lobo volvió tras su compañero azul, pensando que había lastimado a su enemigo, pues no conocía de indumentaria masculina.

Nero disparó entonces al lobo, pero este ya estaba de regreso tras el lobo azul.

Niño corrió hasta donde Akemi, sorprendido por las capacidades de combate de la Kuruta, quien no había podido defenderse del 484... Nadie aquí hubiera podido, era un monstruo...

Ginnei llegó entonces, transformado, hablando con una voz profunda y cadavérica. Comenzó a hacer girar su espada cadena a su alrededor, y dijo a Nakamura que debía retirarse... Nakamura no se iría, tenía una persona que salvar!

Akemi se mueve con rapidez y soltura, demostrando que es una muy buena combatiente. Consigue dañar a uno de los lobos verdes, hiriéndolo un poco. Le sonrío, animado por ver sus capacidades y deseando no quedar como menos.

 - "¡Qué divertido!"

Veo a los lobos azules protegiendo a los verdes, pero son los verdes los que quiero atacar pues parecen más peligrosos. Salto hacia el lobo verde que dañó Akemi, intentando darle un rodillazo en el hocico con el impulso del salto, para luego conectarle con un codazo descendente sobre la cabeza, suficiente para tumbar a cualquier oponente.

No esta vez.

Terminaría de tratar a Nero sacándole el veneno y entonces metiéndole alguna infusión de hierba o algo en contra, notando como esto funcionaba, escupiendo luego viendo como el lobo se le lanzaba encima. Un sacrificio era necesario y su bolso sería sacrificado. Aquel mordisco no rompió del todo el bolso pero hizo que pudiesen caerse todos esos hermosos dados y otros juegos suyos, lo cual le hacía llorar por dentro pero a su vez entendía era parte de ganar un juego mayor, incluyendo el de sobrevivir, claro. Al final, notó la situación y se repetía, volvía a ser lo mismo, lo odiaba, tanto que le soltó otra semejante a la que le soltó al macarra bravucón rubio antes pero esta vez al señor de las monedas en el ojo que se creía shinigami o algo así.

_{- No me jodas, puto cagado de la cabeza. Te debo una y te la pagaré, pero luego de eso no quiero ver tu cara de mierda con ojos de moneda nunca. Mátate por lo que a mí respecta si tanto te gusta la muerte, yo viviré.}

Sip, estaba de pésimo humor y ahora era el momento. Se alzó entonces, dejando su bolso/mochila junto a Nero excepto por cierto algo que guardó en su mano, no su revólver. ¿Por qué confiarle sus posesiones a alguien más? Era el tipo al que acababa de salvar y simplemente, era para moverse más rápido. No sabía, no podía, no quería pelear pero tampoco le iba a regalar la solución a estos imbéciles malagradecidos, ya no más. Comenzó a correr entonces y aprovechó que las acciones sociales eran perfectas y gratuitas para hacer lo que estaba por hacer. ¿No era grandioso explotar el sistema y reglas de un juego a tope? Oh sí que lo era.

Primero, a por Akemi, pasando por su espalda y susurrándole algo al oído para motivarla, recordarle sus razones y sus propias virtudes, sus principios, rápidamente moviéndose hacia Kairen entonces y susurrándole esta vez una petición, tal cual, una teoría que tenía respecto a los lobos. Finalmente, preparó ese "algo" entonces y actuaría, tal cual, saltando detrás de todos, por supuesto, tapándose detrás de sus fichas, sus títeres como el estratega que no era, sino el mero jugador que sí era, nada más, no viéndolos por encima, sino desde posterior.

Todo dependería si esta idea funcionaba o tenía sentido. Quizá.

Para Akemi:

- Akemi... ¿No amas la naturaleza, los animales? No los maltrates, no lo merecen, no te olvides a tí misma. Te protegeré, tu alma, no solo tu vida.

Así, luego a Kairen:

- Bro, tienes razón sobre lo que dijiste, las mujeres dan miedo y mi teoría sobre los lobos es esta: ¿Y si están protegiendo a sus lobas embarazadas con cachorros? Piénsalo, por cómo actúan. ¿Tú sabes más de animales, quizá? Analízales por favor y dime si es el caso. Si lo es, entonces probaré esto:

Y así, se lanzó para quedar detrás de todos y en el salto hacia atrás, usaría su propia aptitud para avistar (junto con el consejo que le diese Kairen en el momento, de dárselo, sino sería a pura observación rápida) mientras iba en regreso y el objeto que se trajó de antes para caminar ligero sin el bolso no sería nada menos que uno de sus dardos, tal cual, uno sin nada, sin "extras", un dardo que sabía lanzar mejor que nada, apuntándolo específicamente hacia el vientre de una de las lobas verdes que, si su teoría era cierta, estaría embarazada. Quería ver si dichas intentaban ser protegidas o evadían y confirmar su teoría, cayendo hacia atrás y quedando (en donde se describió que quedó "tras todos" en el post anterior y visible para todos) donde estaría al final.

Mugen vio como el lobo azul defendía al verde y la piel resistía el corte de su arma, parecía que entendían como pelear en conjunto. Sin desanimarse se lanzó buscando esquivar al lobo azul y poder llegar hasta el verde, si esa estrategia usaban esos animales era obvio que el verde no resistiría los ataques de su espada.

Akemi escuchó las palabras de Nakamura. -Jhm! Tiene razón!- Pensó para sí misma. Entonces soltó una sonrisa, se la veía contenta, sus ojos brillaban de un intenso carmesí. -Bien! Entonces solo tengo que dormirlos!!- Dijo finalmente golpeando sus mejillas. -Hiroki! Crees que puedas darme una mano para derrotar al azul??- Dijo finalmente casi sin poder contener las ganas de pelear. Cuando se trataba de entablar combate, se volvía una rival poderoso.

Kairen reaccionó algo confundido a la petición de Nakamura, en qué estaba pensando?? Sacudió la cabeza, tenía que concentrarse... Era necesario, confiaba en las capacidades de líder de Nakamura!!

-O-Okey!! Lo intentaré!!- Dijo entonces

-Nakamura-kun!! No son hembras preñadas, una de las azules es hembra, pero protegen a los verdes porque son más frágiles!!- Dijo finalmente. Parecía soso, pero era una información en extremo valiosa. Solo quedaba descubrir como atacar sin que los lobos azules se pusieran en el camino

- ¡Ja! -la voz cavernosa y extraña que ahora emanaba de Ginnei rió ante las palabras de Nakamura.

El chico que ahora decía que no quería saber nada ya fuese de mí o de Ginnei no había tenido tiempo para darse cuenta, pero todos los que pertenecían al grupo inicial en el que el estúpido de mi portador se había metido, se podían haber dado cuenta de que a mí, quitando el hecho de que lo estaba protegiendo por deseo de Ginnei, me importaba muy poco Nero.

- Tienes una actitud muy parecida a la de Ginnei. Os veis igual de idiotas. Aunque puede ser que le hayas salvado la vida al de las pistolas... El Tártaro habrá de esperar un poco por él. -comenté con una sonrisa siniestra- Aunque quizás tú vengas pronto a mi reino, si tienes esa actitud y con ese nivel de destreza. -añadí.

Sí, Ginnei seguía dormido, y yo no era la clase de... bueno, de lo que sea, que dora la píldora a la gente. En cualquier caso, el chico ese salió a correr y pensé Uno menos que cubrir. Mientras seguía enfocado en mantener a los lobos azul y verde en una posición en la que no pudiesen alcanzarnos a Nero o a mí.

La ventaja de atacar a distancia es que no tenia mucho problema con que los lobos azules intentaran proteger a los verdes. Por los gritos de mis compañeros deduje que su pelaje era mas resistente, seguramente los azules protegían a los verdes mientras atacaban. En mi rostro mostré una sonrisa al escuchar las voces provenientes de Ginnei.- Me caes mejor que tu otro yo, eres mas realista.-Dije riendo. No tenia ni idea de que le había ocurrido, pero cada vez estaba mas segura que había hecho la elección correcta.

Los lobos, eran un poco mas poderosos que las momias, pero después de ver la muerte a los ojos por el ataque de 484 aquellos perros me parecían poco. Allí había mas lobos de los que la instructora nos había pedido. Quizá pudiera hacerme una bolsa o algo con la piel de uno de los azules después del combate.