Partida Rol por web

La habitación resultaba pequeña, difícilmente para dos personas. Además, podían escuchar a través de las paredes el sonido de un sollozo constante, junto a los murmullos de "Donovan, oh Donova, regresa..." No les costó mucho entender el dilema que tenía el posadero, pues intentar dormir con aquel sonido de fondo sería un reto, sumándose al frío infernal que, ahora que ya no estaban en movimiento o en pelea, podían comenzar a sentir. Atrás quedaba el clima cálido, de ahora en más las capas y abrigos serían sus mejores amigos. Por suerte el licor en sus cuerpos les estaba ayudando temporalmente a ignorar el frío.

La habitación contaba con una sola cama, además de una mesa pequeña, un baúl a los pies de la cama, y una mesa cerca de la ventana con una vasija de agua para lavarse.

Intentó que sus pasos no le traicionaran, pero la rigidez de sus movimientos eran suficientemente evidentes para cualquiera. La próxima vez tendría mucho más cuidado con respecto a lo que bebiera, aunque en este caso fue culpa de la charla y el relajarse. Por suerte pronto llegaron a la habitación, en donde fue Six quien arqueara la ceja observando el pequeño y frio cubículo, en donde solo disponían de una pequeña cama.

-Vaya- dijo mirando alrededor, como si hubiera alguna otra cama oculta en el rincón oscuro. Nop, había un solo sitio en el cual dormir y ni siquiera suficiente espacio para hacerlo cómodamente. Dormir en el suelo podría ser una posibilidad, pero el frio existente sería un fuerte impedimento. Entre eso y los gemidos de pena de lo que supuso era el fantasma…-. Supongo que los demás no pudieron con él… o mejor dicho: con ella- dijo casi al aire apoyando su mano en la pared. Carraspeó luego, girándose hacia Viera, inclinando su cabeza antes de hablar-. Hay una sola cama, quizás estés más cómoda con Luthien. Supongo que todas las habitaciones constaran con una sola cama.

Aunque ellos no eran tan robustos como Ronud, Snorri o Izmael, compartir la cama con él podría ser motivo de malinterpretación y quería evitarle a la joven un momento de incomodidad. Ante todo, Six era un elfo amable y correcto, siempre que no estuviera sumergido en alguna batalla, en donde se mostraba mucho más cruel y sanguinario.

Viera se acerco a una de las paredes, de donde provenían esos sollozos... -Que triste Six, morir con el deseo de volver a ver a la persona que mas amas en el mundo...- comento Viera sintiéndose mas emotiva -no la culpo por no dejarnos dormir...- menciono en un comentario nostálgico.

Viera se froto la nariz y observo la habitación, efectivamente había una sola cama y unas cuantas mantas para pasar el frio.

-Dormiré en un rincón, debes descansar para que repongas tu energía mágica...¿Luthien?...eeinn...- sonrió haciendo un gesto con una mano... -naaa, seguro Ronud la tratara bien, no quiero arruinarle la diversión, hace rato que notaba cierta...química entre ellos- se acerco a la cama y tomo una de las mantas, aun caminaba algo torpe.

-¡Esta!...- miro a Poe... -¿tu dormirás conmigo o con tu compañero?... el tiene dos mantas, yo solo una... necesito refuerzos- le dijo sonriente al ave.

La picara comenzó a quitarse su armadura de cuero, para dormir mas cómoda, se quita la bandana que cubría su rostro y cuando comenzó a soltar las correas de su pechera se acerco a Six y le dio la espalda... -¿me ayudas a destrenzar mi cabello?- miro de soslayo hacia atrás pero su angulo de visión le impidió ver la reacción del hechicero.

Notó pesar en la voz de la picara mientras mencionaba al fantasma que asolaba esa posada. Podría ser porque empatizaba por ella o algún otro motivo que no conocía. Sinceramente, no poder morir, o morir y no poder descansar, era el tipo de tortura a la que eran sometidos muchos seres en ese cruel y frio mundo. Quizás si debería darles una mano con el fantasma, al menos para que lograra descansar.

-No, no dormirás en el rincón- dijo con firmeza, arrugando el ceño-. Necesitas tanto como yo el descanso. No podrás moverte si te duele todo el cuerpo- las paredes de madera estaban heladas, el piso debería estar igual, aunque no sabía si era por el frio exterior, una mala construcción la presencia antinatural del fantasma, dormir ahí seria letal para los músculos-. Dormiremos en la misma cama, es lo más practico- dijo sin inmutarse o pestañear siquiera-. Algo de lo que dijo sí que le llamó la atención, era sobre Ronud y Luthien-. Supongo que malinterpreté la aparente hostilidad de ella para con Ronud- seguía creyendo que su forma de ser era bastante chocante y hasta el aparente brutal semiorco resultaba más amable, pero podría ser un impresión suya.

De momento el alcohol en su organismo, de la misma manera que aletargaba sus movimientos y mente, combatían el frio o al menos evitaban que lo sintiera mordiendo su piel. Pero la realidad era otra: el alcohol hacia que perdieras calor más rápidamente. Dato que nunca se atrevió a rebelar a algunos compañeros de viaje que no dejaban de beber por el frio reinante.

Viera se le acerco, dándole la espalda y pidiéndole que le ayudara con su cabello. Dudó un instante, pues consideraba el cabello algo bastante personal, algunos de su raza odiaban que otros lo tocaran, pero luego puso sus manos en acción. Los dedos de Six eran bastantes más diestros de lo que aparentaban, ideales para maniobras delicadas y que requerían precisión.

-Bonito cabello- a pesar de la vida en la intemperie y las pocas comodidades en el camino, estaba muy bien cuidado, quizás por una cualidad natural o coquetería. El que lo tuviera trenzado, para evitar molestias durante el combate hablaba de gran sentido común por parte de viera-. Poe no suele dormir en las camas, se quedara en un rincon, vigilando.

A medida que iba dejando de sentir la presión de su ajustada armadura, mas como se sentía, lo mismo con el cabello cuando Six le liberaba de esa gruesa trenza, pues su cabello era abundante y sin duda una molestia en batalla, hace unos meses atrás, una aventurera que conoció le enseño a trenzar su cabello para mayor comodidad, pero a Viera le gustaba soltarlo cuando dormía.

-Esta bien, si nos acomodamos bien, podremos dormir sin incomodar al otro, además nos brindaremos calor...- miro por la ventana, se notaba que afuera el frio era mas agresivo que ahí dentro.

Pronto sintió su cabello completamente libre, movió la cabeza para que su cabello se acomodara de forma natural, inspiro profundo, sintiéndose aun mas libre aun, se giro y miro a Six un instante, su mano impertinente se movió hacia una de las puntas de el cabello de Six y lo acaricio tan solo un instante... -blanco...también es lindo- y alzo la vista para verle a los ojos -¿dormirás así?- pregunto con cierto deje de inocencia quizás, pero sin esperar respuesta fue hacia la cama y acomodo la manta que había quitado, también acomodo su propia capa sobre la cama, mientras mas ropa encima mas abrigado estarían.

Si su padre se enterara que estaba apunto de compartir el lecho con un extraño, seguramente la castigaría de por vida, pero aquello solo provoco que Viera sonriera ante tal osadía.

-Ya te dije que Luthien podrá parecer hostil en primera instancia, pero una vez la conoces empiezas a comprenderla mejor...- Viera había compartido la noche con mas aventureros, durmiendo en un mismo espacio, pero no con tal nivel de proximidad, siempre se había mantenido distante de situaciones así; continuo quitándose el resto de la ropa, hasta quedar en la clásica camisa de lino medianamente larga, ordeno sus prendas sobre el baúl a los pies de la cama, si, ella era ordenada con sus cosas, aunque demostrase lo contrario, sus armas las situó al lado de la cama, cerca de su mano por si durante la noche las necesitara.

Dejo que Six, se preparara, incluso dándole la espalda, para darle privacidad, pero esperaría a que él eligiera de que lado querría dormir, mientras miraría a Poe, quien haría la guardia nocturna, le regalo una sonrisa de gratitud.

Si bien no estaban en una situación de vida o muerte, en el que el frio les arrebataría lentamente las energías y les haría transitar el camino hacia la eterna oscuridad, ciertamente compartir el calor sería lo ideal. Oyó historias de personas que sobrevivieron a una ventisca, metidos en un agujero y abrazados para evitar congelarse… también otras mas truculentas en donde el deseo de vivir se antepuso a cualquier tipo de moral… ¿Por qué siempre recordaba esos detalles malsanos? Viera observó un mechón de cabello, alabándolo. Six estuvo por decir algo, pero guardó silencio, aceptando el cumplido con una suave sonrisa.

-Si bien el frio es fuerte, creo que desprenderme de esta ropa me permitirá dormir mejor- al intentar quitarse una de sus botas, casi cayó de costado, pero se apoyó contra la pared, evitando quedar en evidencia. Casi olvidó el alcohol circulando por su cuerpo, quizás por eso se sentía extrañamente tranquilo y despreocupado. Tal fue su estado que olvidó quien era, despojándose de su ropaje y exponiendo su torso. Se veía como un elfo común y corriente, sin mucha musculatura, pero de cuerpo marcado. La palidez era evidente, pareciendo brillar contra la pared de madera, más eran las muchas marcas, como dibujos, que recorrían su cuerpo lo que llamaban la atención. No era solo su rostro, era todo su cuerpo el que estaba marcado.

Parecían cicatrices y a la vez no, pues se adaptaban perfectamente a su cuerpo y color… como si hubiera nacido con ellas. De momento pareció no notarlo, más preocupado en dejar una pequeña y filosa daga a mano, aunque no era necesaria mientras tuviera sus hechizos.

-Poe tiene buenos sentidos- dijo acercándose hasta donde estaba Viera, mirando a su compañero-. Ya de por si los cuervos son listos.

La magia en él le hacía un poco mejor que los de su especie, el vínculo entre ambos le permitía realizar hazañas que eran imposibles para los demás.

Viera volvió a mirar a Six con esa mirada fascinada y encantada por las diversas marcas en su piel, jamás había visto a alguien así antes, guiada por esa su curiosidad y la valentía que le proporcionaba el alcohol, se acerco al hechicero, quería admirar esas marcas mas de cerca, quizás fueran runas o símbolos mágicos que le ayudaban a canalizar su magia, algunas parecían cicatrices, marcas de algún épico enfrentamiento a ojos de Viera.

_{-Aun mas interesante...-} murmuro sin darse cuenta que sus labios dejaban salir el sonido de esas palabras.

La picara nuevamente se mostraba casi hipnotizada por el hechicero, como si su alrededor desapareciera y solo queda, él, ella y su curiosidad nada mas. -¿puedo?- pregunto con suavidad al alzar una mano para acercarla al pecho de Six, pero sin llegarle a tocar, mientras sus ojos recorrían su pecho dibujando con sus iris cada forma.

Sentir la perforadora mirada de Viera en su cuerpo, resultaba muy raro para él. No era como antes, no estaba viendo el resultado con ojos fascinados, su mirada era de inocente curiosidad, por eso Six no se sintió molesto. También era culpable por no haber notado que resultaría una novedad si andaba sacándose la ropa así porque sí.

-No hay problema- convino, casi conteniendo la respiración antes de que su mano tocara su pecho. Se preguntó que estaría pensando mientras observaba el diseño de esas marcas y, sobre todo, que le diría cuando las obvias preguntas acudieran a sus labios. Nadie sabía porque Six era así, incluso se podía decir que él mismo no lo sabía a ciencia cierta. Tenía alguna idea, pero la mayoría de las razones se perdieron cuando…-. Son solo marcas. No tienen nada de raro.

Sonaba bastante pobre teniendo en cuenta que se esforzaba por ocultarlas o se molestaba cuando alguien las mencionaba. Diría que era culpa del alcohol lo que le dejaba actuar a la picara a su placer, pero también podría ser su propia necesidad de aceptar lo que era. O lo que ya no era…

La picara poso sus dedos en una de las marcas y comenzó a delinearlas con suavidad, siguiendo esas formas que ante sus ojos simplemente eran marcas sin comprensión, cerro los ojos mientras en su mente trazaba el camino que seguían sus dedos, percibiendo la irregularidad de la piel en ellas y también la piel suave del elfo, blanca y pálida.

Abrió los ojos y lo rodeo observando con detención, ahora poso ambas manos en su espalda para tocar esas marcas ¿por que lo hacia? ¿era necesario tocarlas?, quizás, pero para Viera la experiencia debía ser completa, mas aun si aquello calmaría su curiosidad.

-Para ti que estas acostumbrado a verlas, pero para mi son algo completamente nuevo...- ella solo tenia una cicatriz en su mejilla izquierda, que la cruzaba casi por completo, un profundo corte que se hizo de niña cuando intentaba blandir una espada.

Six, talvez podría sentiré examinado, analizado a profundidad por los ojos y manos de Viera, pero la picara no tenia malas intensiones al hacer eso, solo saciar su ferviente curiosidad, algo que el hechicero ya había identificado hace un rato.

-¿Dolieron cuando te las hiciste?- pregunto con su suave voz.

El frio de la habitación, contrastaba con la calidez de su mano, la cual le sorprendió en suavidad y delicadeza. Seguramente por eso su manejo de esa espada era tan grácil, aunque no tuviera suerte durante la batalla. Sintió que donde pasaba su mano, recorriendo cada marca y dejándose guiar por ellas, una sensación de calor que tardó lo suyo en desaparecer.

-Sé que despiertan curiosidad…- la mano de Viera casi le rodeó, dejándole muy cerca, notando ahora la calidez de su cuerpo. Cuando le observó, soltando esa última pregunta, Six dudó, hasta que por fin-. Dolió mucho. Más de lo que podría haber soportado jamás- ni siquiera podía imaginarse un dolor similar y estaba seguro que su mente bloqueó gran parte de él-. Y no me las hice. No fue algo voluntario.

Apretó los dientes mientras lo decía, recordando ese momento particular. Mejor no decir más nada, no tenía sentido y ya habló más de lo que hablara en toda su nueva vida. Que se quedara con esa frase, como prueba de lo que llegó a confiar en ella.

Six dejo de sentir el cálido tacto de la humana... _{-Lo siento-} susurro, apartándose del hechicero -será mejor dormir ya- se acerco a la cama y se metió en ella acomodándose a un costado, teniendo el suficiente cuidado de no incomodar a Six mas de la cuenta.

Habia sentido como la musculatura de Six se tensaban ante su pregunta, no quería ser una entrometida y menos traerle recuerdos desagradables a su compañero, no después de lo bien que pensaba que lo habían pasado, ella se sentía muy a gusto charlando con el elfo y de cierta forma percibía que él igual, pero al parecer ya había abusado de su confianza.

A veces su curiosidad podía ser una arma de doble filo que la alejaba de las personas mas reservadas y Six lo era, pero Viera quería conocerlo mas, algo en ella se sentía atraída por ese ser pálido de cabellos blancos y con mirada misteriosa... simplemente suspiro cubriéndose con las cobijas y acomodando parte de la almohada.

Quizás fue demasiado brusco con ella, siendo que no sabía nada sobre su persona y solo actuaba movida por la curiosidad. De todos modos y siendo honestos, fue bastante más tranquilo de lo que hubiera imaginado hace un tiempo. Aceptó que la joven hiciera pregunta e incluso tocara sus marcas.

-Mejor dejarlo correr- pensó viendo que Viera se disponía a acostarse. Poe observaba a ambos desde su rincón, ya listo para conciliar el sueño, ignorando los gritos y lamentos del fantasma. Six se acostó la lado de la joven, sintiendo con suma rapidez como el calor de su cuerpo irradiaba el suyo-. No te preocupes, no me ofendiste o molestaste- le dijo en un susurro, como no queriendo que quedara con ese impresión antes de irse a dormir-. Descansa.

Normalmente le costaría mucho dormirse en circunstancias parecidas, pues era un sitio nuevo, donde atacaron hacia escasas horas, con alguien desconocido y un fantasma rondando cerca… pero se sintió muy tranquilo, quizás por soltar parte de su carga.

Viera se había acomodado dándole la espalda, tenia mucho en que pensar y no quería incomodar de nuevo a Six, cuando sintió que se deslizaba entre las sabanas y como sus cuerpos se rozaban por lo pequeña de la cama, hasta que solo percibió ese calor agradable que le brindaba el cuerpo del elfo.

La picara se volteo quedando mas cerca de él, tras escuchar sus palabras, sus ojos volvían a perderse en esas marcas, pensando en que ser inefable seria capaz de hacer tanto daño y por que motivo y en todo lo que habría tenido que soportar Six en esos instantes, su cuerpo estaba por completo marcado con ellas, incluso su rostro.

-No lograría dimensionar lo que sentiste, lamento que hayas pasado por algo así...- volvió a mover sus manos para tocarlo de nuevo pero se detuvo, aquella cercanía solo provocaba que su corazón latiera mas rápido. -Espero que ya no duelan- habían marcas que podían doler la vida entera y no necesariamente tenían que ser físicas.

Los ojos de viera se alzaron buscando la mirada del elfo...

Six se acostó dándole la espalda a la picara, más ella se giró, sintiendo como su respiración cálida le daba en la piel. Sus palabras no fueron contestadas inmediatamente, pero el elfo decidió girarse y mirarla a los ojos. Quería ver que sentimientos anidaban en ellos, antes de responder.

-No, no duelen- el dolor fue intenso, pero le era imposible saber el tiempo que tardó, pudieron ser minutos, horas o días… pero dudaba que se extendiera mucho-. No pidas perdón, no tuviste nada que ver con ello- el intentar siquiera compararles le traía una intensa molestia, pues Viera se comportó sumamente amable con él, incluso con sus preguntas. Solo unas horas de charla bastaron para que el elfo se abriera, un poco, a ella. Eso hablaba muy bien de la humana o indicaba la intensa soledad que embargaba al hechicero-. Al menos conseguí contacto con la magia luego de eso… algo bueno tuvo.

Había tantos puntos oscuros en eso que apenas entendía algunas partes del proceso, mucho quedó reducido a cenizas. Más de una vez intentó averiguar que “salió mal”, pero nunca logró dar con la respuesta. Al final decidió continuar con su vida, descubriendo ciertas cosas sobre su condición, muchas bastante desagradables y de la peor manera.

Después de todo Viera era muy inexperta, llevaba una corta vida con apenas un par de aventuras pero con una motivación por descubrir su lugar en el mundo y explorar sus habilidades.

Six, veía en ella ingenuidad, un poco de inocencia, pero también la determinación de blandir un arma y defender lo que creía merecía la pena, hasta ahora se había mostrado silenciosa y observadora, en grupo muy poco había dicho y sus acciones le hacían ver como una chica que podía trabajar en equipo y que valoraba a cada integrante, inclusive a Poe y que lo trataba como un par mas y no como un simple animal.

Viera miraba a los ojos a Six, dorados... como la miel, intensos que ahora se mostraban amables, acompañados de un semblante mas relajado, para ella, eran hermosos. La picara también se había relajado pues sentía que en esas cuatro paredes no existía peligro alguno que los asechara... solo quizás su curiosidad que podría arruinar ese intimo momento... ¿por que se mostraba un tanto insegura?... simple, Six le atraía y despertaba en ella algo nuevo, el deseo de mostrarle que este mundo alberga cosas buenas... ¿Cómo el amor?.

Como un gato atraído por un el brillo de un objeto, Viera se sintió hechizada por el elfo, dio un suspiro...y bajo la vista mientras se mordisqueaba el labio son disimulo, el nerviosismo la invadió y el calor de sus cuerpos parecía aumentar aun mas dándole un pequeño sopor de cansancio producto del alcohol... no quería dormir... no aun.

Se produjo un largo silencio, pero no un silencio incomodo de cuando uno ya no tiene de que hablar, sino uno en el que no hace falta decir nada. Era una agradable sensación, en la que uno se podía relajar, olvidando incluso el tema que estaban charlando, el cual era bastante sombrío para él. Incluso Poe se arrebujó entre sus alas, durmiendo plácidamente. Six notó ese momento de duda en Viera, llegando a una conclusión lógica que no pudo mantener callada, pero decidió ser precavido.

-¿En qué piensas?- el elfo podría ser sumamente frio en algunas ocasiones, sobre todo con extraños, pero no era ningún tonto. Estaban demasiado cerca, compartiendo un momento tranquilo luego de, literalmente, salir cubiertos de sangre en una batalla. Era agradable sentir el calor de una mujer, aunque fuera compartiendo el lecho en una noche fría, sin llegar a más. Curioso, no pensó de esa manera desde hace mucho tiempo. Siempre pensó demasiado en todo, sobre todo el pasado, planteándose todo lo que hizo mal y de lo que fue privado.

-En como cambiar el recuerdo de tus marcas... o como hacer para que las asocies algo bueno...aparte del de tu magia- volvió a morderse el labio, pero como había evitado la vista de Six, este no vería su gesto. -pero creo que no soy capaz de ello-

Se cubrió la boca ocultando un bostezo, el movimiento de su mano no hizo mas que rozar el torso desnudo de Six, volviendo a capturar su mirada en sus marcas, entonces Viera hizo algo impulsada por su inconsciente, se acerco aun mas al elfo, como si entre sus brazos se refugiara y volvió a guardar silencio.

Con esa cercanía, la pequeña cama parecía ganar mas espacio, y Viera no se detuvo ahí, pues sus piernas también se apegaron a las del hechicero, buscando su calor, después de todo el frio igual entraba en ese cuarto, pero para la picara, era un descubrir nuevo de sensaciones y se sentía a gusto junto a ese ser que le causaba tanta fascinación.

Curiosas palabras. No lo había pensado de esa manera. Su aspecto era una simple muestra de lo que le hizo, un efecto colateral de algo que no debía terminar así, pues estaba seguro que no debía quedar con vida… o lo que fuera que le había pasado. No, los demás fueron solo carcasas sin vida, incluso cuando también falló el proceso en ellos. Viera tenía un buen punto ahí, debía dejar de ver aquello como un recuerdo o una muestra de su maldición. Ahora era eso, con nuevas expectativas… pero sin dejar de perseguir sus objetivos.

Ella se acercó aún más, momento en el que Six simplemente estiró sus brazos, rodeándola y atrayéndola hacia su persona. Podría culpar al alcohol, pero la verdad es que era muy consiente de ese movimiento. Simplemente quería tenerla entre sus brazos, sentir su cuerpo contra el suyo, generar una sensación agradable ene se cuerpo acostumbrado a la muerte y el dolor. Podría ser una actitud algo egoísta.

-Creo que si eres capaz- le dijo pasando su mano por su cabello-. Esta noche estuve más en contacto con un ser vivo de lo que he estado en años… te lo agradezco.

Afianzó un poco más el abrazo, necesitando tenerla más cerca, aunque fuera por extrañar esa sensación de que alquilen estuviera tan cerca. Su mano recorrió su espalda, notando su piel y músculos, bajando hasta casi llegar a su cintura… entonces se detuvo. Se estaba pasando, dejándose llevar por un parte más terrenal. Aflojó su agarre, con reticencia, esperando no haber arruinado el momento..

¿De verdad él creía que podía ayudarle?, Viera volvió a mirar esos ojos dorados, de alguna forma brillaban en la suave penumbra que había en la habitación en la que apenas la luz de la luna se filtraba por la ventana, ella le regalo una sonrisa sincera.

-Si me dejas...lo puedo intentar- cerro los ojos recibiendo su caricia, disfrutando de ese suave gesto como si desease que llegara... -pues agradezco a los dioses no haberte dejado solo hace un rato- sus dedos acariciaron una vez mas la mejilla de Six.

Su cuerpo aceptaba aquel contacto que se estrechaba aun mas, reaccionando con un suspiro sorpresivo al sentir sus manos recorrer su espalda, Viera abrió levemente los labios dejando salir un leve sonido, de notarse, el Hechicero vería como las mejillas de la Picara se ruborizaban, ella continuaba sin perder el contacto con su mirada, mas su expresión pareció cambiar cuando dejo de sentir la intensidad de su agarre.

-_{No te detengas...}- acerco su rostro para susurrarle y darle un beso en la mejilla, sobre una de sus marcas luego en otra...los cálidos labios de Viera fueron recorriendo una a una las marcas en su rostro, sin ser demasiado invasiva, pero si cuidadosa y brindándole el cariño que ella misma desconocía que podría darle a alguien, a la vez que sus piernas se entrelazaban con las de Six.

-Tienes los pies fríos...- comento con una dulce risa que interrumpió el silencio de esa habitación, a la vez que era ella quien le acariciaba el cabello ahora.

Ese pedido, entre suspiros y besos, aceleró su corazón. La única vez que tenía esa sensación era cuando estaba sumido en una batalla o encontraba algo relevante a su investigación. Si antes los dedos de Viera dejaban una sensación cálida en su piel, sus labios provocaban un aluvión de temblores que retumbaban en todo su ser. Antiguas y olvidadas necesidades empezaron a hacer mella de su persona, cosas que dejó de lado y que creyó que no necesitaban. ¿Quién necesita esos sentimientos cuando le alimenta una venganza que jamás logrará llevar a cabo?

-No tardaran en calentarse- ahora que tenía la venia de la picara, dejó que sus manos se movieran con cierta libertad, explorando con suavidad, sin apurarse o dejarse llevar. Le fascinaba lo que expresaba la joven cuando sus dedos iban un poco más o dejaban atrás la tela de su ropa para rozar la suave y cálida piel. El cuerpo resultaba ser un medio de placer, había olvidado eso. Siempre pensó en el dolor-. Dime si quieres que me detenga- le dijo al oído, para luego recorrer con sus labios su cuello, sintiendo como la vida presionaba sus venas, cada vez más rápido, por sus acelerados latidos. El olor de su cabello, de su piel… así olía la vida, la juventud y la inocencia. Se apartó demasiado tiempo de esas cosas y no por voluntad propia.

Ahora si mano fue hacia una de las piernas de la joven, queriendo ver en sus ojos la reacción de esa osadía. Podría morir, al día siguiente, era algo que siempre pensaba, pero ahora estaba dispuesto a intentar evitarlo con más fuerza, solo para tener otro momento así, en el que se sintiera vivo y completo. En el que fuera un verdadero elfo y no una cosa salida de donde solo los dioses sabrían. Acercó sus labios a los de Viera, saboreando antes el aliento que exhalaba la picara, antes de probarlos por sí mismo. Olvidó el frio y la muerte, al menos de momento.