Youta hace media sonrisa antes de contestar a eso. No es una de esas sonrisas sinceras de felicidad, es una sonrisa que dice: se han cumplido mis expectativas.
Entonces, empezó a hablar:
- Esa "dimensión negra" es la forma que tiene mi Arcano de evitar que hable con la mayoría de gente. Sinceramente, no sé cómo pretende ayudarme de esa forma, cuando concretamente mi problema... bueno. Es ese. Que me cuesta hablar con la gente. Mei insiste en que el Arcano quiere mi bien, pero no estoy tan seguro de ello. ¿Qué hay de ti? - Watanabe cambia completamente la dirección de la conversación. Le costó decir las últimas palabras y no parecía muy a gusto hablando de ello - ¿Por qué querría que no fueras a casa?
- Se podría resumir en que tengo problemas familiares...- miro a Watanabe y añado. - Yo tampoco tengo muy claro como los arcanos pueden querer nuestro bien si su existencia se basa en hacerlos la vida más difícil. - Digo esto intentando relatarme con él.
Me toco la cara y digo. - Llevamos apenas una semana desde que comenzó y creo que se me nota en el rostro que estoy realmente agotada por la tensión...
Youta parece que va a decir algo. Se lo piensa. Parece que va a hablar. No habla, de nuevo parece que va a hablar y finalmente, abre la boca. En ese momento, era tarde para echarse atrás:
- Pe-pero... pero el... problema. El problema este... ¿hace poco que lo tienes? Estos problemas... familiares.
- No es algo grave, tampoco algo nuevo... Tampoco lo consideraba un problema hasta ahora. -
Al ver que Watanabe parece que está poniéndose cada más nervioso añado con una sonrisa que intenta ser tranquilizadora. - No te preocupes Youta, habla tranquilo. Si no quieres seguir con este tema no pasa nada.
- No... no es que no quiera hablar de ello. No sé... no sé si a ti te incomoda hablar de ello. Por eso dudo en hablar.
Youta deja de hablar un momento.
- Realmente si que tienes aspecto de cansada. Se te nota en los ojos.
En el momento en que le miras a los ojos, aunque sea por un acto reflejo, Youta aparta rápidamente la mirada, avergonzado.
Realmente te notabas cansada. No es raro dado todo lo que está pasando últimamente.
- No te preocupes, podemos hablar si quieres. Aunque yo no tengo mucho más que añadir sobre el tema...
Como noto con Watanabe sigue estresado le digo. - Por cierto, dame tu numero de telefono y yo te doy el mio. Cuando te apetezca hablar puedes enviarme un mensaje. - Esta vez sonrío, ,me ha animado charlar con Watanabe. Es alguien bastante más normal que Akito.
Intercambiáis números y os quedáis charlando un poco más. Una charla sin mucha substancia, todo sea dicho, pero al menos os ayuda a relajaros a ambos.
Llegados a este punto, no era de esperar lo que estaba a punto de suceder. Una oscuridad, procedente de los rincones más recónditos del restaurante, envuelve a Lylia en un instante. No hay escapatoria posible.
Youta no parecía estar diferente a como había estado durante toda la cena. ¿Por qué ahora? ¿Qué estaba pasando?
Finalmente, todo lo que rodeaba a Lylia era oscuridad. La mesa donde estaba apoyada había desaparecido. Así como el asiento, el resto de mesas, camareros, Youta...
Lylia prácticamente no se veía las manos de lo oscuro que se estaba. Durante unos minutos, en vista de la poca actividad que había, Lylia se movió de un lado para otro sin saber muy bien hacia donde ir. No había punto de referencia a partir del cual guiarse. Ni un sonido. Ni un olor. Por no sentir, no sentía suelo bajo sus pies.
En uno de esos momentos en los que parecía que ya nada iba a cambiar, todo cambió.
De repente Lylia empezó a emitir luz propia. Poco a poco, a partir de Lylia se fue iluminando toda la sala, dejando ver un salón de fiestas enorme, como salido de un cuento. Había una zona central con un mosaico circular de color salmón, y a derecha e izquierda habían dos escaleras que subían al piso superior. Finalmente, la luz de Lylia iluminó hasta el punto más alejado, donde estaba Watanabe.
Watanabe miraba solemne a Lylia, desde arriba. Iba trajeado, no llevaba gafas e iba bien peinado. Además sonreía.
Justo cuando Lylia iba a extrañarse por el atuendo de su compañero de baile, se da cuenta de que su vestuario también había cambiado. Llevaba un bonito vestido de un color azul muy claro, que casi podía pasar por blanco. Era perfectamente de su talla y no la incomodaba en absoluto. Quizá no era su ropa favorita, pero tenía que reconocer que era útil para la situación.
Watanabe bajó, escalón por escalón, hasta llegar a la altura de baile.
La música empezó a sonar en la sala justo cuando Watanabe decía: "¿Me concede este baile?"
Extrañada completamente miro a Watanabe.
"Esto tiene que ser parte de su arcano ¿Pero porque él es diferente?" Pienso mientras le sonrío de vuelta.
Doy un paso al frente y empiezo a caminar a la pista de baile.
"Veré hasta donde llega, si esto es parte de su arcano el hecho de que sea una situación en la que tiene tanta confianza quizás le ayude a recuperarse... romper el ambiente ahora quizás hace que se envuelta en tinieblas de nuevo " pienso justo antes de ofrecerle la mano para empezar el baile.
Me tiembla un poco la mano por miedo a lo que pueda pasar pero intento mantener la compostura.
Youta asiente con la cabeza y comienza a guiar a Lylia en el baile.
https://dl.dropboxusercontent.com/u/44992002/Arcan...
La música comienza a sonar de alguna parte.
Lylia y Watanabe dan una vuelta sobre si mismos bailando. Durante el giro, Lylia alcanza a ver a un hombre al lado. Lleva una bandeja con canapés. ¿Qué?
A su alrededor, a medida que giran, comienza a aparecer gente. Otras parejas bailando al mismo son que ellos. Adultos, niños, incluso gente mayor. No hay límite de edad, raza o género para ese baile.
Watanabe guía a Lylia durante el baile sin importarle la gente de alrededor.
Lylia no está segura de cuánto dura el baile. Pero está cómoda (sorprendentemente ni los tacones le molestan para bailar), se está divirtiendo con Watanabe y el ambiente no es nada malo.
Los músicos, ahora visibles, tocan una melodía animada que incita a bailar. Nadie en la sala, excepto los camareros, puede evitarlo. Todos están felices. Y a Watanabe no le importa estar entre tanta gente.
Cuando la canción está por terminar, Watanabe agarra a Lylia fuertemente de la cadera y acerca su boca a su oído.
- Lylia.
Le dice suavemente. Ella espera más palabras de Watanabe.
- Lylia.
Esta vez la zarandea mientras bailan. ¿Qué hacía? ¡Iba a perder el equilibrio!
- Lyliaaaa.
Lylia abrió los ojos. Estaba de nuevo en el restaurante familiar, como si no hubiera ocurrido nada. Watanabe estaba levantado, zarandeando suavemente a Lylia. En la mesa, cerca de Watanabe, había una taza de café más de la que había la última vez.
- Tendríamos que marcharnos ya. No te he despertado antes porque... bueno, me daba lástima. Se te veía muy a gusto.
Eran las 9 de la noche. No era una hora escandalosa, pero probablemente a madre no le haga gracia.
Hay múltiples maneras de interpretar lo ocurrido. Todas ellas son metáforas. Te recomiendo que Lylia interprete lo que prefiera, que no interprete nada o incluso que haga todas las interpretaciones posibles, pero me gustaría ver por escrito la decisión.
Me despido de Watanabe y voy a casa.
Por el camino le doy vueltas al sueño.
[Monologo interior]
Era algo demasiado elaborado y concreto para ser un simple sueño. Además ¿ Cómo era que me quedé dormida sin más delante de watanabe? No recuerdo tampoco haberme quedado dormida.
¿Entonces ha sido causa de su arcano?
Pero... ¿Por qué tendría ese sueño? En el cual estoy yo sola viendolo, Watanabe parece que no lo vio...
No... Nada de esto tiene sentido.
[Acabo monologo interior]
Llego a casa después de no haber llegado a ninguna conclusión interesante. Apunto en una nota en el movil la descripción detallada del sueño para no olvidarme mañana.
[¿Qué pasa en casa?]
Al llegar a casa y antes de abrir la puerta Lylia se dió cuenta de algo.
La niebla no había hecho acto de presencia. La niebla no había evitado que llegara a casa. ¿Por qué?
Fuera como fuera, se podía tomar como una ventaja.
Lylia abre la puerta con cuidado, intentando hacer el menor ruido posible.
NEGRO ABSOLUTO
La casa estaba a oscuras. No había ningún sonido que indicara que su madre estuviera en casa. El comedor estaba desordenado y la cocina sucia. Era una vista habitual cuando Lylia pasaba el día fuera, lo que venía a ser casi siempre.
Parece que Lylia tuvo suerte... por esta vez.
Así que pudo hacer sus quehaceres antes de ir finalmente a dormir.
Motivo: Suerte de Lylia, kek
Tirada: 1d10
Resultado: 9
Si quieres puedes describir lo que haces antes de dormir. Si no, fin del capítulo. Y sintiéndolo en el alma, vas a tener que esperar a Natalia, igual que kar.
- Tus amigos...
*Amigo más bien...
- Tu familia...
Echo de menos a mi madre, pero tampoco tiene mucho sentido que me de problemas ahora, hace años era mucho más duro.
- Una antigua mascota...
Nunca he tenido ninguna...
- Un amor no correspondido...
Nunca me he enamorado...
- Problemas con tu sexualidad...
Preferiría no tener que entrar en detalles con Mei en ese aspecto la verdad....
- Los estudios...
Bueno sí... pero* -¿Eso cómo a todo el mundo no? - el tema de los estudios me turba, aunque no puedo explicar realmente cuanto.
entre los dos asteriscos todo lo piensa, no dice nada
En ese mismo instante, algo ocurre alrededor del trío que caminaba tranquilamente por la calle.
El ambiente se oscurece, como si el sol hubiera ido a otra parte. De las paredes aparecen luces. Focos. De nuevo esos focos. Todo estaba ocurriendo igual que aquella vez que Akito salía del super mercado.
Solo faltaba...
https://www.youtube.com/watch?v=C7HL5wYqAbU
Sí, solo faltaba él. Ese gran demonio de 4 patas. Era la única forma en que podía definirse. Con la forma de un jabalí y el tamaño de un edificio.
El suelo retumbaba. Los focos temblaban mientras señalaban, de forma intermitente - ahora un faro a la derecha, ahora uno a la izquierda - un camino.
Más atrás de donde estaban, todo era oscuridad. Pero hacía un momento el sol los iluminaba. Los Arcanos podían ser o no peligrosos. Pero no cabía duda de que eran interesantes.
No podían ver al jabalí. Pero de alguna forma sentían que estaba. Que les seguía a toda prisa. Y que en cualquier momento llegaría.
- ¡Quizá no es lo que esperabais, pero de momento toca correr!
Mei agarra a Akito y Kyoya, a cada uno con una mano, y comienzan a correr.
- Akito, ¿hacia donde? - dice Mei jadeando, después de correr todo el largo de la calle.
A mano derecha quedaba un camino iluminado por los focos. A mano izquierda, oscuridad absoluta. El temblor se acercaba de forma apresurada. Podía ser cuestión de segundos que los aplastaran. Maldita Mei, ella dijo que no había peligro.
El pequeño grupo giró a la izquierda lo más rápido que puro y entonces... pararon.
- Akito, ¿por qué has elegido la izquierda? Era justamente la que no estaba iluminada.
Mientras Mei decía esas palabras, poco a poco iban apareciendo focos por la calle que se iluminaban hasta llegar al punto donde se quedaron Mei, Kyoya y Akito. Hacía atrás, en la calle que anteriormente estaba iluminada, los focos se apagaban uno a uno hasta quedarse completamente a oscuras.
- Sea por la razón que sea, estás a punto de presenciar la verdadera naturaleza de tu Arcano.
Detrás de Mei apareció, entre polvo y temblores, la gran figura del jabalí, a una velocidad alarmante y derrapando antes de girar.
Chocó contra la pared y cayeron ladrillos, creando aún más polvo.
Pero todo eso poco importaba ya. El jabalí cargaba contra ellos a gran velocidad. No había tiempo de correr, era mucho más rápido que ellos.
Mei estaba quieta, de espaldas al jabalí, como si no supiera lo que estaba pasando. ¿Se había vuelto idiota? ¿Morirían por su culpa?
Instintivamente, Akito y Kyoya cerraron los ojos cuando el jabalí estaba cerca.
Era el fin.
Era el fin. Seguro.
Seguro que ya iba a morir.
¿Pero cuantos segundos llevaba pensando que iba a morir?
Akito y Kyoya abren finalmente los ojos, solo para ver a Mei delante suyo, mirándolos fíjamente, y al jabalí detrás de ella, impaciente por pasar hacia delante.
- Este jabalí no va a hacerte daño, Akito. Solamente... no te dejará volver hacia atrás.
Me flaquean las piernas y caigo al suelo. ¿Qué demonios acababa de pasar? Miro a Kyoya y me empiezo a reír de manera un poco histérica.
- Creí que íbamos a morir... dios...
Espera, qué demonios significaba lo que había dicho Mei
- ¿ A qué te refieres con que no me deja retroceder? ¿ Retroceder a dónde?
- Hacia atrás.
La respuesta de Mei era... obvia. Casi estaba llamando estúpido a Akito.
- Mientras este jabalí esté en medio de la calle, no vas a poder volver a la calle anterior. Podemos salir de dudas. Haz como si fueras a volver hacia atrás.
El jabalí miraba fíjamente a Akito, pero no se movía del sitio, estaba claro que si quisiera hacerle daño, lo hubiera hecho ya. Lo había tenido a su merced durante el último minuto.
Akito comienza a caminar poco a poco hacia atrás, hacia donde está el jabalí. La repsuesta de la bestia es un bufido enfadado y el morro adelantado, preparado para bloquear el paso a Akito, y empujarle si fuera necesario. No necesitaba más pruebas.
- Hemos tomado la decisión de ir hacia la izquierda. Continuemos por la izquierda.
Parecía que no había marcha atrás...
Vuelvo junto a ellos y sigo avanzando, mientras pienso y miro a Mei:
- ¿ Tú sabías que pasaría ESTO? - remarco el esto, queriendo dejar claro que me refiero a lo que ha ocurrido y no simplemente al hecho de que no nos hayan matado.
- Tenía mis sospechas, pero no conocía los detalles.
Me sigue caminando, guiando al grupo, pero ya no agarra al Akito y Kyoya.
- Mañana os daré más detalles en la reunión. Espero que vengáis.
Finalmente el grupo llega al cruce donde suelen separarse los dos amigos.
El jabalí mira expectante a Akito. Ha seguido durante todo el rato al grupo al su mismo ritmo, sin intentar adelantarse en ningún momento.
Akito y Kyoya se despidieron, y ambos se despidieron de Mei. El jabalí, aún así, siguió a Akito hasta su casa. Después de cenar y ya en su cama, Akito sentía algo extraño. Miró a la calle.
Estaba desierta.
Tras tumbarse de nuevo, la sensación de que el jabalí seguía en la calle o en su misma habitación se mantuvo, y no desapareció hasta que Akito consiguió dormirse.