Partida Rol por web

- Está controlado Yoru - susurró Igor en el último momento antes de cerrar la puerta de la taberna y salir al exterior, tras cruzarse en la puerta con Thokk y Envy, a la que dedicó una cálida sonrisa.

Una vez fuera, siguió los pasos de Alesse hasta que se detuvo. Miró alredor y comprobó que estaban solos en aquella plaza. El resto, sin excepción, se encontraban en la taberna. - ¿Cuándo sabían que tenían que salir a combatir si no había nadie allí vigilando? ¿De qué valía una barricada si no había hombres para protegerlas? - pensó antes de hablar.

- Estoy de acuerdo con intentar liberar al burgomaestre y a su hija lo primero, pero habrá que hacerlo con cautela y de una manera rápida y sigilosa. No podemos entrar tirando simplemente la puerta abajo y ver que pasa. Sería conveniente que nos dijeran cómo es la casa, la distribución de las habitaciones,... y organizarnos para el asalto. Sin embargo, hay algo que me da muy mala espina y no sé que es... -

Envy iba en dirección a la taberna cuando se cruzo a Igor quien le sonrió, con lo cual ella le devolvió una sonrisa. Pasando a su lado, y luego entrando a la taberna.
Dentro había una gran cantidad de personas, lo que quedaba del pueblo sospechaba ella, y sumado a todas las variopintas caras de su grupo y el de los servidores de Pelor… pues como que no había mucho espacio en el lugar, con lo cual Thokk no podría moverse muy bien por ahí.
Así que aprovechando su pequeñez, se movió ágilmente entre uno y otro hasta la barra de una forma escurridiza, sin tocar a nadie casi. Allí en la barra pidió dos jarras de cerveza a las cuales pago rápidamente, y las tomo, las cuales quedaban graciosamente grandes para ella.

Y con un rápido caminar ágil, volvió a escurrirse entre el gentío, hasta llegar a Thokk y tenderle su jarra. Luego con una sonrisa la alzo, para chocarla con la de su amigo y luego tenderse a beber un largo trago.
 

El veterano guerrero dio un último y largo trago a su cerveza.

Bien, a que esperamos.- dijo mientras soltaba un pequeño erupto que se oyó en toda la sala

Al pasar al lado de Ashlyn y con una media sonrisa....si el mal no descanssa, nosotros tampoco

Salió de la posada y empezó a hacer unos estiramientos para desentumecer sus doloridos y ya cansados músculos mientras esperaba que los que faltaban salieran y se pusieran en marcha hacia cualquiera de los destinos que se les habían abierto

- No lo sé Igor... pero no hay mucho más que gentes como ellos puedan hacer ante lo que hemos combatido... 

- Tienes razón, quizá haya que valorar también la opción de poner a toda esta gente a salvo en un lugar seguro. Sin nosotros aquí, en la plaza, no sobrevivirán a una nueva oleada. -

Shaire indicó a los demás que fuesen saliendo de nuevo hacia la plaza, allí podrían hablar todos con algo más de libertad, sin los parroquianos.

Desde el umbral de la puerta de la taberna, Yoru observaba a todos sus compañeros, tanto los que había fuera como Quenya, la única que junto a él aun estaba dentro. Desdobló los brazos que tenía cruzados, se estiró como un gato recien salido de su siesta, y alzando la voz para que ambos grupos le oyeran, dijo en voz alta.

- Yo ya he estado antes en la casa del burgomaestre...

Dicho lo cual, sonrió a Quenya, que aun estaban dentro de la posada, lanzándole una mirada sugerente, para después darle la espalda y salir de la posada.

- ¿Vienes o no, encanto...? -su tono era sugerente, si bien su mirada era la de un depredador- La luz de la luna hace que tu piel brille de forma mucho más hermosa, ¿no lo sabías...? La de la taberna no le hace justicia a ese verde esmeralda tan... -Yoru hizo una breve pausa, alzando el rostro al aire, buscando la palabra correcta, como un perro olfateando en busca de la denominación exacta. Al fin pareció encontrarla, cuando su mirada volvió a posarse en ella y su sonrisa llena de blancos dientes se posó en sus formas de abajo a arriba- ...tan...exuberante...

- Creo que la palabra que buscabas era "voluptuoso" -sugirió Alese sonriendo.

Verde sexy y sensual, nuevo color definido por y para Quenya, aquí presenta dije acercándome a Yoru y acariciando su mentón dulcemente. 

Me encantaba ver y notar las reacciones de los hombres cuando me acercaba a ellos, les tocaba o, simplemente, inspiraban mi olor.

Mmmm... Yoru me hace sentir como la mujer que soy pensó Quenya mientras veía como Yoru se la comía con los ojos.

¿Has dicho que has estado en la casa del burgomaestre? ¿Qué has visto? Ya que nadie me da la carta para enseñársela a su hijo, por lo menos saber qué es lo que hay allí

Thokk brindo con Envy y se bebio la jarra de un trago, luego vio como sus compañeros iban saliendo. era mejor que vayamos saliendo le dijo a Envy. Se giro hacia la puerta y vio que tardaria una eternidad en pasar a traves de todos los parroquianos, asi que lleno sus pulmones de aire y rugio con todas sus fuerzas. Le resulto divertido ver como todos los pueblerinos se apartaban de su camino, llegaba rapidamente a la altura de Yoru y salio al exterior donde estiro todos sus musculos. Odio los sitios pequeños

Todos estaban reunidos en la plaza, se miraban entre ellos y se encogía de hombros. Nadie tenía una decisión clara a tomar, las palabras iban de un lado al otro pero se las terminaba llevando el viento. Se hacían claros los grupos, más bien las parejas. 

Finalmente todos se quedaron mirando a la pequeña Alese, parecía que ella iba a ser la que tomase la decisión por todo el grupo. 

- Como dije ahí dentro, creo que lo primero es ir a la casa del burgomaestre, rescatar a la muchacha, e incinerar el cadáver del padre. Ahí también sabremos donde está la trampa de la carta. Deberíamos ir con cuidado, la trampa parece obvia. Después decidiremos, pero creo que deberíamos ir a la capilla de Pelor, a ver qué pasó allí.

Niña, yo iré contigo a la casa del burgomaestre si ese es el camino que decides elegir.- la palabra niña sonó con respeto en los labios del veterano guerrero.

Igor que había estado en la plaza desde hacía un rato y había sido ajeno a muchas de las palabras dichas por sus compañeros, preguntó, haciendo referencia a la conversación mantenida instantes previos con Alesse en la soledad de la plaza - ¿Alguien sabe cómo es la casa del Burgomaestre para planear una entrada que no ponga en peligro a las criaturas inocentes que allí se encuentren? -

Ahh... Que gente... Os terminaré odiando a todos... solté mientras me llevaba la mano a la cabeza y la giraba negativamente.

Odiaba que me ignorasen más que cualquier otra cosa. Ya veríamos si eso no tenía consecuencias negativas.

Pues nada, quién sepa dónde está la entrada, que nos guíe

Sin decir mucho más, Yoru se puso en camino, alejándose con tono alegre, mientras silbaba una vieja y popular cancioncilla, más típica en los labios de unos críos que en un rostro duro de un agente sagrado del bien como él...

Envy estaba casi en la puerta de la taberna, bebiendo aun su cerveza con Thokk a sus espaldas, ella escuchaba no sin esfuerzo la conversacion. Y al parecer ya habian tomado una decision, la de ir a la casa del hombre que les habia enviado la carta para que salvasen a su esposa. Al ver que Yoru y los demas ya tomaban camino le grito a Thokk. -Vamos, Thokk, ya van a buscar mas problemas sin nosotros...- Y luego apuro su cerveza rapidamente, dejando el vaso en el suelo y saliendo en pos sus compañeros.

Hay quienes se preguntarian quien en su sano juicio ira con una sonrisa a la busqueda de problemas luego de casi morir enterrada viva, y Envy sabia que una persona que iba con amigos...

¡Voy para allá!- dijo Thokk animado al ver que porfin iba a haber algo de accion.