Partida Rol por web

Igor estuvo tranquilamente sentado, en silencio, con Ocaso a su lado, descansando de la masiva pérdida de sangre sufrida, así que cuando Clare hizo su propuesta se limitó a decirle. - Tu eres la experta, así que me pongo en tus manos. Tu dirás. -

-Yo también voy a acostarme.-Digo acompañando a Thokk.-Me vendrá bien descansar después de todo esto.

- Yo también me retiro a descansar. Si aceptáis mi consejo, mañana trataremos de descansar y así poder recuperar a nuestros compañeros heridos. Además he de meditar sobre una curación particular... 

-Si, un día de descanso no suena mal para nadie- Logra decir la chica lobo luego de bajar la comida con lo que le quedaba de cerveza en su jarra.

La verdad que ella se sentía fatigada hasta de volver a cambiar de forma, con lo cual tal vez esta noche dormiría con su forma humana. Así que una vez terminada su comida, se levanto, y fue hasta el tabernero para repetir su pedido de que le avisara a Irma que necesitaría sus servicios, que la fuera a ver, y el pedido de una habitación por esta noche. Solo esperaba que no se lo tomara a pecho Thokk, las cosas antes del ultimo día no habían quedado del todo... claras. Y no quería molestarlo estando con poca ropa cerca. Ya que ella conocía la diferencia entre estar cómoda ella sin tener que soportar las imposiciones sociales del resto y la posible insitacion a sabiendas.

Ya estaba llendose a su cuarto cuando en un momento con Alese delante de ella, se acordó de algo que tal vez debería hablar con ella.

-eh... Alese- Dijo hablando antes de saber como y que decir. -Quería hablar algo contigo, aunque hoy ya es tarde, olvídalo. Mañana intentare recordarlo- Le dijo haciendo un ademan con la mano restandole importancia para luego bostezar de forma extendida reflejando sus ansias y necesidad de dormir.

Ya una vez en su habitación, solo sosteniendo su espada en la mano casi se dejo caer en la cama, prácticamente dormida. Con apenas un ultimo esfuerzo en su ensueño tomo la sabana y se giro tapándose con ella al enroscarse y entregándose a la inconsciencia onírica.

Don Urik permaneció al lado dela barra con su bebida cerca, la cual tomaba a pequeños tragos. Era fuerte esa bebida, pero no lo notaba. Necesitaba pensar, ordenar sus ideas. Pese a estar cansado, prefirió permanecer en el salón, mirando las alegres y danzarinas llamas que jugaban en el hogar de la chimenea, que le transportaban a sus recuerdos más duros y a sus deseos más íntimos. Es ahí donde anidaba el odio al señor oscuro del castillo maldito, quien les había robado el honor, acabando con la orden de los caballeros del cuervo.

Poco a poco la gente se fue a sus cuartos. Pero el caballero permaneció allí mucho tiempo. Sin esperar nada y a nadie. Solo esperando que sus recuerdos acabaran antes que las llamas donde los veía.

Igor hizo caso a la sacerdotisa y tras desear buenas noches a todos. Se dirigió a dormir.

Ashlyn no tiene demasiado sueño, así que se queda un rato largo más en la taberna. No pide nada para beber, simplemente permanece allí sentada sumida en sus pensamientos, sin ser muy consciente de lo que pasa a su alrededor. Finalmente se dirige a las habitaciones que les hayan preparado, donde reza una larga oración por el alma de su compañero caído antes de permitirse un respiro.

Después de acabar con la jarra, el veterano se levantó de su silla con un gruñido. Le dolía la espalda y a punto estuvo de quedarse allí, doblado sobre sí mismo. Con un chasquido se enderezó y un gemido de alivio escapó de su boca.

Creo que ya es hora de dar descanso a estos castigados huesos. Nos vemos por la mañana.

Y se dirigió a la habitación para descansar.

La noche nos traerá descanso para el cuerpo y esperemos que consuelo para el alma . Levantándome me dirijo a descansar después de un una día tan duro como este .Lo mismo el sueño nos aporta consejo sobre el siguiente pasos a dar .

Mi casa está disponible si alguno desea descansar y desayunar, es lo menos que puedo hacer.-dijo simplemente, y se dispuso a salir de la posada en dirección a su casa con los que quisieron acompañarla

El hombre mono parece fresco, pero al ver el cansancio general, parece no querer destacar su fortaleza y estira los brazos, desperezándose y bostezando como si de repente tuviera bastante sueño. Es evidente que le descoloca ser tan diferente y trata de encajar.

Hace una seña al posadero indicando la planta superior y el gesto universal de dormir, y tras un breve regateo por señas, llegan a una cantidad adecuada. A pesar de la cara de desagrado del posadero y una mirada que estima si el peludo humanoide tendrá pulgas, el dinero es siempre dinero: el disipadudas universal. Unas monedas y una llave cambian de manos y con un gesto educado, el humanoide hace una sobria genuflexión a los presentes y se dispone a irse.

Pero antes de ello, al pasar junto a Alese, levanta varios dedos y señala la llave de su habitación para indicarle en qué habitación estará. No sabeis si le está indicando que quiere que vaya, o simplemente que anuncia donde estará por si Alese requiere de sus servicios.

Con un último gesto respetuoso y rostro amable, ofrece su brazo a Wolkot, como invitándole a ayudarle a subir las escaleras al piso superior. Realmente es un ser extraño, pero paraceis sacar en claro que su raza se preocupa por sus mayores de una forma especial, aunque estos parezcan sanos y fuertes para su edad.

Thokk está montando su tienda de campaña al mismo tiempo que puede ver como Irina se marcha hacia su mansión. Durante esos minutos, el semigigante puede ver como un par de lobos de tamaño descomunal han entrado en las calles de Barovia y se dirigen a dar caza a la muchacha.

Afortunadamente el joven Thokk había salido a dormir fuera, por lo que pudo descubrir este ataque a vuestra aliada.
 

Alese abre la puerta, apenas una rendija para comprobar que realmente es quien dice ser, y acto seguido la franquea ampliamente. La joven tiene aspecto de agotada, y tiene más sueño que ganas de charlar, pero hay una historia que debe ser escuchada.

Thokk se despidió de Irina con un gruñido y se puso a montar la tienda. Tenía la cabeza ida en sus pensamientos y sus manos ejecutaban el mecánico trabajo que era montar la tienda cuando vio una sombra moviéndose por el rabillo del ojo. Se giró para ver como dos enormes lobos corrían en dirección a la joven Irina. 

Su instinto animal salió afloró y antes de darse cuenta de que estaba haciendo tenía su hacha en la mano y estaba caminando hacia la joven. - !CUIDADO IRINA¡ - gritó con algo que más pareció un rugido. - !NOS ATACAN¡ - gritó mientras pasaba por la puerta de la taberna corriendo en dirección a la joven.

Sí, será mejor irse a dormir dije tras observar al peludo hacer sus malabares para conseguir lo que quería. Le miré muy mal y me quedé con su habitación en la mente. Si me apetecía, le iría a hacer una visita esa noche.

Me levanté terminando la bebida de un sorbo y me fui escaleras arriba a descansar.

Buenas noches.