Partida Rol por web

Con un ataque combinado los cuatro miembros del grupo lanzaron sus golpes aprovechando la situación de inferioridad del hobgoblin. Sin dar tiempo a respirar, mayales, espadas, virotes y bolas de nieve cayeron sobre él dándole una muerte rápida, no tan piadosa como ellos podrían haberles dado de haberles capturado.

Todos los goblinoides yacían ahora muertos, la patrulla no podría dar ningún aviso de ningún tipo. Pero la victoria había conllevado graves heridas para el mediano.

Ya era media tarde y necesitarían el tiempo restante de luz para volver al campamento. Pero aún se podía registrar a los muertos, entonces pudieron ver que uno de ellos en concreto llevaban algunos objetos interesantes: unos catalejos, un anillo valioso, un pergamino donde habían empezado a dibujar el bosque, además de una nota escrita en goblin.

"¡Recompensa!

Phaendar no ha sido asegurada para nuestro glorioso general. En su nombre ofrezco la recompensa de 25 monedas de oro a cualquier miembro de la legión que traiga información referente a la localización de los  humanoides que huyeron. Si se mata a alguno, la recompensa también se aplicará a cada una de sus cabezas. Los que sean capturados vivos podrán ser reclamados como esclavos.  Traed toda la información o cabezas a mi hijo, el Sargento Scarvinious.

- Teniente Scabvistin."

Volvamos al campamento. Sugirió el paladín. Ya hemos tentado mucho a la suerte por hoy, y deberíamos avisar al grupo de que, efectivamente, nos están buscando... 

No estaba muy contento con su actuación de hoy, pero ya habría oportunidades de redimirse. Si algo le había enseñado la vida, es que un seguidor de Smiad siempre tiene oportunidades de redimirse. 

Habrá que asegurarse de que todos en el grupo saben defenderse, por que puede que les haga falta, así que será mejor que llevemos también estas armas de aquí.

Despues se detuvo un rato mirando el mapa... ¿Quizá con lo que llevan dibujado podríamos hacernos una idea de cuánto tardarán en llegar a la zona donde están los demás?

Sí, no tentemos más a la suerte, que Desna puede girarla en nuestra contra... suspira, dolorido por el ajetreo acumulado entre la exploración, la lucha con los enjambres y este sobresalto tan peligroso con los hobgoblins.

Esa nota es preocupante... deberíamos hacer desaparecer los cuerpos. O será una señal demasiado evidente de que andamos por aquí cerca. Mira a los demás. Pero imagino que no podemos cargar con tanto... no? Uhm, dejadme que mire los alrededores, a ver si hay algún lugar para esconderlos un poco...

Tras esconder los cadáveres de los hobgoblins el grupo constató que el sol no tardaría en ocultarse, finalizando así el primer día de exploración del bosque. Dieron media vuelta para regresar hacia el campamento, guiados por sus conocimientos de supervivencia, en especial los del paladín Valk.

Unas horas después lograban volver sin imprevistos. Los huídos habían acampado y no tenían para cubrirse más que unas pocas tiendas obtenidas del almacén de Kining. Habían tenido que organizarse turnos para aprovechar medio día, aunque los más tozudos pensaban dormir al raso a pesar del frío y los sonidos de la noche.

Una vez allí, recibieron con alivio el cargamento de manzanas. De Phaendar apenas trajeron provisiones para unos días y las frutas permitían conservar dichas raciones optando por el alimento fresco. Tanto esfuerzo contra las avispas había merecido la pena al ver las expresiones felices de la mayoría de las personas allí reunidas. Kining era con diferencia la más arisca. La enana se mantenía cerca de la joven guerrera exótica pareciendo una de las pocas personas con las que congeniaba. Kining al parecer la mantenía como guardaespaldas.

Aubryn enseguida se reunió con el resto, usando sus canalizaciones divinas para restablecer los fatigados y heridos cuerpos.

- Es muy mala señal que ya estén enviando exploradores. Esos legionarios se mueven rápido. Habríamos de internarnos más en el bosque pero primero habría que asegurarlo. Si hiciérais el favor de mirar mañana por el Norte, para poder movernos hacia allí pasado mañana.

Comentó la clérigo cuyas canalizaciones no lograban recuperarla de sus propias heridas, provocadas por la ballista y la metralla que produjo al atravesar la madera.

Muchas gracias de nuevo por tu ayuda, Aubryn.

Ghion espera a que el grupo tenga el mapa del bosque extendido ante ellos.

Sí, debemos internarnos más en el bosque, asiente Ghion totalmente de acuerdo con Aubryn, y por tanto cuanto más nos adentremos en la espesura mejor. Yo evitaría ir cerca de los bordes del bosque.

Además, añade pensativo, los exploradores de Chernasardo estarán escondidos en algún lugar recóndito, así que yendo hacia el norte, continúa mientras señala una ruta en el mapa, debería ser más probable que encontremos alguna partida. Su ayuda sería una bendición...

Con renovadas energías y tras el tratamiento de la servidora de Caylean, el grupo de exploradores volvió a internarse en el bosque, ahora en dirección contraria a la del día anterior. Habían acordado ganar distancia desde el borde del bosque, esperando dificultar las exploraciones de los hobgoblins. Además, seguía siendo necesario buscar provisiones. El grupo de supervivientes era grande y la comida la consumiría en poco tiempo. Así que el suministro tenía que mantenerse.

Precísamente buscando comida algo se cruzó en el camino de la expedición: podía verse escondida en un matorral de zarzas, lo que parecía una choza escondida que desde esa distancia todavía no podía ser bien evaluada. Al poco llegó hasta los oídos del grupo el sonido de una puerta cerrarse, síntoma de que debía de estar habitada.

Quien sea, no parece muy amante de las visitas, apuntilla Ghion al escucharse la puerta.

Bueno, mejor que nos acercemos con prudencia y tratemos de... iba a decir dialogar, pero tras pasear la mirada por un semiorco, un humanoide azul, un halfling* con aspecto barbárico y un imponente caballero de enorme espada, teniendo en cuenta que sus propios modales eran como poco rudos... eso, que nos acerquemos. La primera impresión no era el fuerte del grupo.

ValkMoor estaba de acuerdo con las palabras de Ghion. Además habría que avisar del peligro que corren. 

Tras esto, sin mucha ceremonia, se acercó a la casa, aunque antes de llamar se concentró intentando saber si Smiad le daría alguna pista de lo que encontraría*. 

Una vez se hubo cerciorado, llamó a la puerta con tranquilidad, y esperó una respuesta

Con una escueta cena, una noche de descanso sin preocupaciones y una leve meditación mañanera, Pitu recobró su habitual vigor y fuerza. -Gracias Aubrin...- Por supuesto no lo hubiera conseguido sin la exploradora y su magia curativa.

Tal y como aconsejaban el norte, adentrándose más y más en la espesura del bosque parecía lo más adecuado, una pena que no se les hubiera ocurrido antes. -Bien.. sigamos el camino del norte.- Dijo a la madrugada siguiente, mientras preparaba las alforjas de Brunhilda. 

La cabaña que encontraron sorprendió a los supervivientes. -Bien... quiero investigar. Si no es hostil mínimo debemos advertirle que os hobos rondan por aquí, con malas pulgas de hecho...-

- No conozco a ese tipo. Yo vivo al otro lado del pueblo... Vivía... - Decía desde su escondite tras las zarzas y observando hacía donde escucharon el portazo.

- ¿Queréis que le enseñe modales? - Dijo con una medio sonrisa y meneando una de sus bombas entre sus manazas de semiorco.

No sucedió nada durante el acercamiento a la choza, tan sólo la constatación de que era una construcción rústica que Valk podría echar abajo si quisiera. Tras los golpes en la puerta, una persona se asomó por una de las ventanas, tras abrirla. Miró hacia los miembros del grupo que estaban presentes.

- ¿Qué queréis del viejo Veld?

En efecto era alguien mayor que no se conservaba bien y su pelo se mostraba enredado más que peinado. Les miraba con un deje de soberbia, posiblemente considerándose mejor que ellos.

- No tengo nada de valor, ni que os pueda interesar.

Entrecerró un poco los ojos, mirando de forma inquisitiva.

Veld, venimos del pueblo y tenemos malas noticias. Por supuesto que Ender conocía al viejo hermitaño, le había ayudado varias veces con cosas menores. Han destruido el pueblo y un ejercito peina la zona para matar supervivientes, creo que deberías recoger tus cosas y venir con nosotros.

Los orcos están arrasando todo lo que encuentran, completa Ghion añadiendo dramatismo a la explicación, pues la persona que abre la puerta no parece fácilmente impresionable.

Estamos buscando refugio en el corazón del bosque. Pero no muy lejos de aquí hemos encontrado patrullas de orcos, así que este no es un lugar seguro todavía. Debería venir con nosotros.

A Valk no le importaba quién era este pequeño hombre, ni si venía con ellos o no. Si se quedaba a luchar sin duda tendría una muerte en combate, y eso era honroso. Pero a sus compañeros parecía preocuparles más el destino de anciano, así que intentó ayudar.

Ni siquiera tienes que quedarte con el grupo si no lo deseas, podemos ayudarte a asentarte en otro lugar más seguro sin más. Por otra parte, quizá puedas ayudarnos a orientarnos por estas zonas.

- ¡Hey, amigo! ¿Eres el viejo Veld, verdad? - Preguntó, guardando su bomba en el cinturón el semiorco.

Mientras se encendía uno de sus enormes puros, se acercó al grupo y al ermitaño en cuestión.

- Soy Xander, y también vivo fuera del pueblo, aunque la cerveza y los negocios me hacen venir más de la cuenta... Debes huir y acompañarnos, esos hobos que han atacado Phaerum no tardarán en llegar aquí... - Propuso a Veld.

Pitu también era conocido en el pueblo, pero no estaba tan seguro de que aquel viejo le conociera. Aunque solía pastorear sus cabras por aquellos bosques, ya hacía demasiado tiempo de eso.

-Tal y como dicen, si te quedas te encontrarán.- Sus palabras eran directas así como la de sus compañeros. Habían advertido al anciano, ahora era decisión suya. Quedarse y morir y irse y sobrevivir.

Veld no parecía verse demasiado afectado por los intentos de asustarle o hacerle entrar en razón. Se mantenía altivo y frío, como si no llegara a interesarle.

- Phaendar destruida, vaya porquería de defensas. Pero no se tienen que preocupar por mí, que sé cuidarme y ahora que estoy sobre aviso me prepararé a conciencia. No podrán dar conmigo aunque quisieran, que no lo creo.

Paseó la mirada por los cinco héroes. No parecía que le impresionaran lo más mínimo, o quizá el viejo era un cabezota.

- Muchos se rieron de mi por vivir solo. Ahora miradlos, el tiempo ha demostrado que yo era el verdaderamente inteligente.

Arrugó un poco los labios durante un momento, después cerró los ojos y los abrió, como un poco hastiado.

- Yo no me dedico a orientar a la gente.

Indicó finalmente a Valk.

Mmm, entiendo, dejenos cambiar el enfoque entonces Maese Veld, necesitamos su ayuda, no conocemos el lugar y tenemos problemas para defendernos, ¿tal vez pueda ayudarnos?

Tras unos segundos de duda, sacó su libro de conjuros. No se si encontrará algún conjuro útil, si nos ayuda le ofrezco cualquier conjuro que pueda interesarle, se que es usted mago como yo, aunque con mucha más experiencia.

Tratando de no causar ninguna mala impresión al cascarrabias ermitaño, Ghion deja al grupo hablando e inspecciona la zona limítrofe de la parte delantera de la cabaña, trazando una semicircunferencia, atento a la espesura por si justo en este momento reciben la desagradable sorpresa de alguna partida de pillajeadores hobgoblins.