Partida Rol por web

- Blantel y su hijo y ayudante Dod llegan al lago procedentes del Castillo.

PIK:

- Tira por la más baja entre Buscar y Supervivencia.

-Tanto tú como Din y yo estábamos de guardia -Dregg bajó la voz cuando el carpintero y su hijo aparecieron por allí, y, visiblemente nervioso, su bizquera aumentó, como si fuese una especie de tic-. Es muy difícil que ningún hostil, Lannister o quien sea, se colase aquí, prendiese fuego y se fuese impune y sin llamar la atención. ¿No crees... Que haya podido ser alguien de aquí? ¿Alguien desde dentro?

Dod caminó junto a su padre desde el castillo hacia el lago. Le había pedido que le acompañara, pero su curiosidad no pudo aguantar hasta llegar a su destino.

-Papá, ¿A donde vamos?

Vamos a ver como quedo el estrado, y si aún hay algo que se pueda aprovechar dice Blantel mientras mira al cielo Tengo la esperanza de que entre la confusión y lo tarde que era ayer cuando ocurrío el incendio, no nos fijásemos bien en el estado de la madera. Si encontramos algo útil nos lo llevaremos, si no, volveremos al taller a nuestros quehaceres diarios hijo mío. Si no te apetece ayudarme puedes irte con el hijo del herrero a jugar o lo que quieras Le comenta Blantel a su hijo, bajando la mirada y poniéndola en él, e intentando mostrar una sonrisa en su rostro a la vez que le da unas ligeras palmaditas en la espalda a Dod

-Te acompañaré papá. ¿Crees que se habrá salvado algo? Ayer parecía que había mucho fuego... ¿La madera quemada sirve para algo? Luego iré a jugar cuando terminemos con esto.

En cierta manera le parecía emocionante estar fuera del castillo ayudando a su padre y luego podría contar a sus amigos todo lo que viera del incendio, eso le haría ganarse popularidad entre los niños del castillo.

Los castillos siempre caen por alguien de dentro. Le respondo susurrando a Dregg, con una amplia sonrisa en el rostro, recordando como ayudé a que Ser Hadder volviera a instalarse donde ahora mora y duerme. Aunque claro, yo huelo a estiércol como para que reconozcan mi labor.

No me gusta ver más invitados a esta pequeña fiesta. Tal vez lleve al niño a pasear con la barca del lago, o tal vez lo use de excusa para esconder las pruebas que puedan delatarlos, por lo que terminaré rápido con mi análisis.

Jajaja rio Blantel mientras alborotaba el pelo de su hijo Eso esta muy bien Dod, que ayudes a tu padre, que por cierto ya tiene su edad, demuestra que eres buena persona. Otros niños preferirían ir a jugar antes que hacer trabajos o terminar sus obligaciones. De mayor serás un hombre de provecho termina de decir mientras le apoya la mano derecha en su hombro derecho, pasándole la mano por detrás del cuello y yendo hacia el estrado, o lo que quede de ello....

-Intento portarme bien papá. No quiero terminar en el muro como los niños malos. ¿Es verdad que a los niños malos los llevan allí? Eso es lo que había entendido una vez escuchando una conversación de unos soldados, aunque no estaba muy seguro de haberlo entendido bien, ni siquiera tenía muy claro a que muro se referían, en el castillo había muchos muros. Seguro que su padre le podría sacar de dudas. ¿Crees que todavía estará ardiendo la madera? Cuando me fui anoche había un gran incendio...

- Cuando Blantel y Dod llegan junto a la tarima, Dregg y Pik están también observando los restos quemados mientras pescan en el lago.

- Blantel examina los restos y corrobora que el incendio no pudo ser fortuito, pero no está seguro de nada más. En cuanto a los restos, sólo se podrán aprovechar como leña de baja calidad (ya quemada).

- Dod, esto ya no sirve de mucho aunque puede servirnos como leña para el fuego, y podría venderse a un bajo precio, algo es algo Blantel intenta calcular cuanto podrían tardar en la tarea y si podrían pedir un carro de transporte para llevarla o si su taller posee alguna carretilla de mano, las usará para un transporte más eficaz y evitar una gran perdida de tiempo.

Mientras recoge los trozos quiere fijarse en si encuentra algún rastro que se dirigiese a la tarima, o más bien, lo que quede de ella, o algún utensilio que hubiese provocado el incendio que la destruyó.

Dod se acercó al montón de madera quemada que antes había sido el altar y lo miró con mucha curiosidad.

Me pregunto si todavía estará caliente...

No se atrevió a tocar ninguno de los maderos pero si que intentó mover uno con la punta del pie. Estaba calcinado y parte de la costra negra que lo recubría se cayó al contacto con su calzado. Su padre estaba en lo cierto, no parecía que aquella madera fuera a servir para mucho, pero en aquel momento aquello no preocupaba mucho al niño.

-Papá. ¿Y como ardió el altar? ¿Para que alguien lo quemó si luego la madera no iba a servir para nada? Deberíamos decirle que eso estuvo mal.

Desde luego quien lo hubiera hecho había fastidiado a su padre que no podría utilizar nuevamente toda aquella madera, aunque enseguida otras preguntas vinieron a su mente sustituyendo a las anteriores.

-¿Y como vamos a llevar todo esto al castillo? ¡Tardaremos años!

Dod se imaginó arrastrando algún pequeño tronco hasta el castillo y teniendo que hacerlo una y otra vez ayudando a su padre.

- Pidamos una carreta para transportarla Dijo Blantel, suponía que el Lord le permitiría usar alguna para realizar su tarea más rápidamente. Busquemos a Probis, el nos dirá que hacer
 

-¡Que buena idea papá! Exclamó Dod emocionado ante las palabras de su padre. ¡Vamos!

Volvió a ponerse junto a su padre y le acompañó de regreso al castillo.

-¡Hasta luego! Dijo despidiendose moviendo su mano de Ojotonto y Pik Pyke

BLANTEL:

- No encuentras nada especial más allá de lo que es evidente.

PRIMERA MADRE, PRIMERA LUNA, AÑO 140 D.A.

PASADO EL MEDIODIA.

- Blantel y Dod van al Castillo y al cabo de un rato regresan con una carreta tirada por una mula.

- No han encontrado al Mayordomo, pues al parecer estaba ocupado con una serie de recados para el señor feudal.

Al llegar al lago, paro el carro, acaricia a la mula en la cabeza para tranquilizarla, y comienza a recoger trozos de lo que antes era la tarima.

- Dod, comienza a recoger algunos trozos... Tras una pausa Ten cuidado de no intentar cargar mucho peso, y también con algunos trozos, fíjate si humean o tienen ascuas aún. Dale unos golpes con la pierna para ver si humean Dice mientras continúa recogiendo la madera, pero aún realizando esta tarea, mantiene la mayor parte de su atención en Dod, no quiere que se queme.

-¡Si papá!

Responde Dod entusiasmado mientras comienza a patear leños a diestro y siniestro. Se aleja de los que todavía humean y va recogiendo algunos de la parte más exterior o que han quedado apartados del resto y están completamente fríos. Enseguida se las apaña para estar lleno de carbonilla de arriba a abajo aunque sin haber cargado una gran cantidad de troncos en el carro. Pronto se da cuenta que aquello es muy cansado y no es tan divertido como él esperaba.

-¡Papá! ¿Que te parece si yo te los amontono todos aquí y tu los cargas? Así no tendrás que tener miedo a quemarte, solo te pondré los que ya están fríos. Dijo Dod ya tan negro como tizón.