Partida Rol por web

Todavía había demasiada luz, y aunque esos tipos parecían ya saber que iban en serio, también era cierto que podían ser un tanto cabezones e intentar atraparles. Thomas estaba cansado de tanto caminar de aquí para allá, y su espíritu más indisciplinadamente rebelde estaba saliendo a flote...

-Vamos a llegar a ese jodido sitio, y ni pienso dejar que nos atrapen a pocas millas

... Murmuró, en un volumen que Flann pudiera escuchar

-Estamos cerca del puto río; para cruzarlo, o lo vadeamos, que va a ser jodido porque tiene que ser ancho de cojones, o robamos una barca, o usamos un puente... que puede estar vigilado por esos imbéciles. En todo caso, hay que evitar que esos bastardos puedan moverse libremente y acorralarnos moviéndose por las carreteras con sus coches... así que.... De momento, se van a joder, que no van a poder arrancar en una temporada,

Apuntó al motor de uno de los coches; un disparo, un impacto. Motor probablemente jodido.

Sonrió...  Era como tirar en una feria, pero con un arma no trucada; por lo menos, les quitaría la ventaja de la superior movilidad a esos que querían joderles el agradable paseo que se estaban marcando por el país.

-Bingo.... uno que no arrancará... Venga, Flann.. como en los viejos tiempos... a ver si estos nativos son capaces de ganar a unos australianos a resistencia -sonrió... ellos acostumbraban a andar milla tras milla para ir a tomar una jodida cerveza, no apenas unos pasos como esos "paisanos"-Y cuando terminemos y oscurezca... a ver como seguimos adelante; tengo alguna idea, pero si se te ocurre alguna de tus locuras, dímela antes de lanzarte de cabeza a por ella,... que tengo ganas de reirme antes...

No lo sabías bien, pero, justo delante del vehículo al que le habías disparado, cayó de bruces una persona, que empezó a agarrarse una pierna. Pronto uno de los policías militares acudió a socorrerlo, y arrastrando lo sacaron de la zona.

Un primer disparo, podría disimularse, e incluso en un foco, que están algo separados de la carrocería, podría recibir un impacto de cualquier dirección, pero ahora, habiendo disparado sobre el radiador, y habiendo caído esa persona que se había interpuesto en la trayectoria de tu disparo, ya era más fácil saber desde donde eran atacados.

Flanny esperaba que le riñeras, por haber roto la discrección, pero, ahora, sorprendido te preguntó: - ¿Por qué le has disparado al paisano ese?

-Joder, yo le he disparado a él, he disparado al puto coche!! ¿Crees que soy un loco que se dedica a pegar tiros sin ton ni son a los paisanos?

Mierda, mierda y más mierda, pensó... de esta, al presidio... ahora sí que era importante escapar... aunque... estaban más que jodidos.... A lo loco, empezó a pensar hasta en, incluso, buscar una via férrea, y colarse en un tren camino a Glasgow, y desde allí, buscar un barco que saliese hacia Australia, meterse en un agujero, y salir cuando los canguros volasen....

Se encendió una lucecilla...

-Espera... tío, espera... el puto tren... eso es; tiene que venir del Este. Entre nuestra posición y la costa no está, así que tiene que estar al norte de aquí, y no demasiado lejos porque tendrá parada en la jodida ciudad; tendríamos que movernos al norte, dar con la vía, y encontrar un sitio en el que poder colarnos... o a las malas, usar el puente del ferrocarril para atravesar el río... ¿Te parece una mierda de plan, una locura que nadie llevaría a cabo?

Sonrió de tal manera que tus temores pasaron a alegría.

- Pues vamos a ver ese tren.... Que no quiero más barcos en mucho tiempo.

Si el mapa era correcto, no tedríais que estar a ni tres horas de la ciudad, y luego viste que hacia el oeste había una estación terminal; que parecía de esas industriales, para mover mercancías de la "industria pesada" como fundiciones, por donde llegan los materiales a los astilleros o atarazanas y cosas así.

Miró al cielo, en concreto, al horizonte al oeste; ya salía poca luz de ese lado; el sol se iba a calentar el culo a los que estuviesen en América, pensó, aunque sabía que el cálculo era algo más complejo.

Hizo un gesto a Flann. tenían que moverse, o la propia oscuridad correría en su contra; los de enfrente, ya tenían que tener una idea aproximada de que se enfrentaban a dos majaretas de gatillo fácil, y no tendrían muchas ganas de asomar el morro, no fuese que dirasen de nuevo a fallar, y diesen a alguien.

-Nos vamos

Sin hacer mucho ruido, con la panza pegada al suelo, e intentando que la poca vegetación les cubriese lo que buenamente pudiese, empezó a moverse, alejándose del cruce y de los coches. Sinceramente, no tenía muchas esperanzas en pasar desapercibido... pero quien sabe. Hacia el norte tenía que pasar alguna vía férrea... tenían que encontrarla y seguirla.

Se le pasó una idea fugaz que le hizo sonreir... que se equivocasen de tren, y apareciesen en el puto Londres... sería una liada de narices.... por si acaso, no dormirse en el tren, se anotó mentalmente.

Me tendrás que explicar mejor hacia donde vas

Tú dirás cuanto quieres moverte.

Norte arriba ... y así todos.

Entre el punto y el cruce hay un kilómetro (Más o menos)

Supondría andar bastante... pero con dos cambios de dirección... si les intentaban segir la pista o anticiparse a sus movimientos, se lo pondrían complicado, máxime ahora que empezaban a dominar las sombras; no era momento de correr... era momento de ir despacito, que ya apretarían el paso al amparo de la noche, en especial cuando sobrepasasen la loma y pusiesen algo tangible entre ellos y el resto.

-Vamos, Flann. Un ojo mirando atrás por si quieren jugar más... Y si hay que recordarles que no estamos para juegos... bueno, las balas son baratas...

Tal vez lo que intentaban era previsible... tal vez no. Pero tenían que intentarlo cuanto menos.

Tras el primer cuarto de hora, hacia el oeste, terminó de anochecer. Nada más pasar la loma, que era una colina como si fuera una teta de una hermosa mujer desnuda, tumbada, te hizo recordar viejas ... sensaciones. Sacudiste la cabeza y tras una docena de pasos, como te enseñaron en el Campamento de las Botas, allí en Alberta. Una docena de pasos entre lugar y lugar. Entre posiciones y posición, entres soldado y soldado. Una docena de pasos. Esa era la medida de seguridad, y la habías reproducido, como si fueras sobre raíles, sin pensar. Entonces caminásteis hacia el norte. Al llegar a la carretera justo pasaba un vehículo. Así que os tirasteis al suelo sin dudar. Ya era noche entrada así que no os pudieron ver. Era un camioncillo. Alguien que regresaba a casa o un transporte. Un repartidor tal vez. Un civil que vivía su vida en tiempos de paz. Esto son ejercicios de guerra, para la guerra, pero no estamos en guerra ... aún.

Tu planes era cruzar esta via asfaltada y tras la impertinente docena de pasos, virar hacia el oeste y buscar las vías del tren. Miraste hacia atrás. Las hierbas, tanto de alrededor como del camino eran altas. Era un campo de panizo (maiz), así que habíais estado en pie todo momento. Flánagan esperaba instrucciones. Estaba unos metros más atrás. Los 12 pasos. Sus ojos te miraban preocupado. Se te notaba agotado mentalmente, y antes de hacer ningún movimiento, rugieron tus tripas. Flanny se puso en pie, y agarró una mazorca y la empezó a pelar, tras eso, te la lanzó, pero te dio en una rodilla, y dolió como una pedrada. Había impactado en el exterior de ese hueso, y no sabías si gritar de dolor o reirte por el mismo. TE dio vergüenza y te mordiste la lengua. Tras eso, lo miraste, ya estaba mordiendo otra. - Está rara, pero ... algo es algo. Mientras comía se guardó varias entre el equipo, y te lanzó 3 más. Esta vez, por suerte, no te atizó con ninguna.

En medio del campo de maiz, de noche,... era poco probable que les viese alguien; más posible que les oyesen, si es que hacian el cafre, pero había que reconocer, que no era el peor lugar para comer algo, aunque fuese maiz.

Echó un vistazo a una de las mazorcas que le pasó Flann... y procedió a pelarla; tal vez aún no estuviese en su punto... porque, obviamente, aún no había sido recolectada... pero quien sabe, en estas latitudes, como les gustaría a la gente el maiz. Si la cerveza les gustaba tirando a tibia... podías esperar cualquier cosa.

En fín... a unas malas... se tirarían cagando una semana, pero mientras fuese una puta semana después de llegar a su destino, terminar el "encarguito", y a esperar la siguiente, le daba igual, y ... algo era algo. Se puso a comer maiz como un conejo recién destetado.

-Te veo cansado, viejo -comentó con la boca llena, pero por lo bajito- ¿Crees que podrás seguir a buen ritmo? Los perros de presa, tarde o temprano, querrán hacer una redada de esas que les hace ilusión... Estaba pensando... cuando lleguemos a la vía, si no hay trenes a la vista, acercarnos al rio ese, y ver si trincamos una barquita... Aquí dudo que haya cocodrilos ni nada por el estilo....

Flannagan se tiró al suelo, y mientras tu tosías por lo amarga, aunque tierna que estaba la panocha, lo seguiste por instinto. Tu cabeza estaba a poco más de un palmo del asfalto. Las hierbas de la cuenta tenían precisamente esa misma altura.

- ¡Heeeee!, Vosotros dos. Se te metieron los pelos del culo "p'adento". - ¿No regresáis demasiado pronto?

No era con los australianos aquella conversación, grupo del cual, tú formabas parte. Estaban hablando los PM entre ellos.

- Por aquí no están Sargento.

Notaste como inspiraba y le espetó entre gritos.

- Ni están ni no están ni ostias. ¡A buscarlos! Además, han jodido el radiador de nuestro transporte y no podremos regresar hasta mañana que nos manden otro, así que vamos a estar toda la puta noche hasta que aparezcan.

Puta mierda... un poco más y nos lo encontramos meando sin darnos cuenta... pensó. Los PM se habían movido bien... pensaba que con el rodeo que habían dado, conseguirían rebasarlos, pero... nones, y además estarían contentos de tener que pasar la noche cazando gamusinos.

Echó un vistazo hacia Flann...  el tío era rápido de pelotas para estas cosas, puro instinto; estaba quietecito sin hacer ni un solo ruido. Tranquilizado por el hecho de que parecían no haberles visto, y que contaban con el amparo de la oscuridad... y de que no andaban con linternitas ni focos, procuró localizar el origen de las voces, y luego, las distancias....

... decirlo es fácil...  más o menos estarían... por ahí, y a poca distancia, es la conclusión a la que llegó.

En todo caso, el capitán estaría contento al ver que se movían panza a tierra, en vez de como dos pavos en gallinero.

Tendrían que, o esperar... a sabe Dios qué, o reptar, y por lo menos, alejarse del sonido de las voces y poner oscuridad de por medio. Tenían la carretera delante; cruzar supondría una corta carrera al descubierto. Mala idea, dependía demasiado del azar. Evaluó alternativas... alejarse de nuevo al maizal... con cobertura vegetal podrían moverse más... y poner más distancia.

Hizo un gesto a Flann, indicando el camino por el que habían venido, y se encogió de hombros en señal de interrogación.

Si estaba de acuerdo... recular, volver a la cobertura... y moverse tres millas más al norte, alejándose de los PM de las narices, esa era su idea...