Partida Rol por web

No pudo dejar de pensar en lo surealista de la escena... Los cuatro, con Flann a cuestas, desfilando ante la anciana, y todos y cada uno de ellos, de uno u otro modo, pero igualmente cortés, saludó a su manera, y, por supuesto, deseándole en todo caso una buena noche, y que no se preocupase por los ruidos del otro lado del jardín, que estaba todo en orden. Por supuesto, la anciana no lo pondría en duda, pues se lo decían unos apuestos militares al servicio del Imperio.

Igualmente curioso, fue el contraste, de pasar de huir corriendo, a transitar a paso normal ante la señora, y así hasta la verja, disimulando en la medida de lo posible la respiración forzada por el esfuerzo, y la angustia por lo que dejaron al otro lado de la pared del fondo. Manteniendo unas formas exageradamente correctas, la escena terminó con la apertura y cierre de la puertecilla de la verja. Indudablemente, cabría pensar que dejaron una excelente impresión a la señora, y que, en caso de haber sido a horas menos intempestivas, lo mismo hasta les habría ofrecido un té y unas pastas....

... Pero ya volvieron a estar en la calle, y volvieron a pensar, lo más rápido posible, como las presas que eran hasta hacía unos instantes; detrás, la PM intentando comprobar la resistencia de sus porras, a un lado de la calle... el Café, al que dudosamente podrían volver, ni esta noche, ni en unas cuantas... Tom sabía que se le escapaba una buena oportunidad con la chavala aquella... pero en fín... es lo que había. En el sentido contrario... el cuartel... Ir a estas horas, suponía terminar el permiso e incorporarse antes de tiempo; tendrían que identificarse ante el suboficial de guardia, y pasar noche en el cuerpo de guardia, a la espera de formalizar su incorporación al día siguiente, acorde a las órdenes a las que se debían ceñir.

Al menos, Flann seguía respirando, y dormido no le dolería nada. Lo mejor para su amigo era llevarle a donde pudiese terminar de dormir, y ver si al día siguiente seguía "normal", o menos de lo habitual, incluso para los estándares por los que le conocía. Se volvió hacia sus compañeros escoceses...

-Chicos, me llevo a Flann a la base; se nos ha acabado la noche. No puedo dejarle así, así que lo siento. No se si querréis seguir, pero a mí se he han ido las ganas, y mañana hay que presentarse en la base. Si no os veo de nuevo, ha sido un placer.. y si os veo, tenemos unas cervezas pendientes.

Los escoceses se ofrecieron a turnarse cada 10 minutos el "fardo australiano".

Te acompañaron con paciencia, pero uno de ellos preguntó:

- Olle aussi, lo que dijo el "bello durmiente" sobre McStunt…. Parecía tímido, pero era el que más iniciativa tenía del resto - ... es que la hermana de la Vieja McStunt se fue a Australia al poco de casarse.

Tu sabías que la bisabuela de Flanny había llegado de la metrópolis, embarazada, sola, y como escapando de algo. De allí nació su abuelo, hijo único, y posteriormente, a los años se casó, naciendo su padre y tíos.

Se lo acababas de pasar a otro de los escoceses y te lo estabas imaginando con el kilt. - Joder, si hasta le quedaría bien.

Entre los otros dos se peguntaba: - Olle ¿Cómo estará el "Chache"?
La respuesta te hizo gracia: - Seguro que la PM es arrastrada por la pata, de dos en dos, al dispensario más cercano por el "Chache".
Rió el otro,el que ahora hacía de porteador, y añadió: - Seguro que mañana le duelen las manos de repartir tortas.

Soltó una carcajada al visualizar la escena

-¡jajaja! Pues por lo que he visto.... sería capaz. Es un tipo bien fuerte; no se si jugáis al rugby, ¡pero no me gustaría teneros en el equipo contrario!

Me vuelvo hacia el que hizo alusión a la bisabuela McStunt

-Pues podría ser la misma... A fín de cuentas, por lo poco que se, ella hizo el viaje en solitario -más o menos-... Al final, todos los de allá tenemos nuestras raíces aquí. Se poco más de la bisabuela de Flann... pero sí que se que en aquellos tiempos, cuando llegó ella, tenía que ser duro, y que solo la gente más fuerte salía adelante... O te achicharrabas en el interior desértico, o la malaria te mataba en la zona costera y cerca de los ríos, así que... joder, si vosotros sois así de fuertes, me pega que seáis del mismo tronco, porque ella también tuvo que enfrentarse a lo suyo; a fin de cuentas, somos un país muy joven, y nuestros antepasados, como ella, lo levantaron de la nada en muy poco tiempo...

No pudo evitar que se notase un cierto orgullo patrio; ellos tenían una historia milenaria, y podían saber bien su origen a través del de sus apellidos... En su caso, por contra, eran de un país de emigrantes, de fujitivos, de reclusos... una mezcla curiosa, que dió forma a lo que eran ahora: gente muy curiosa, a ojos de los británicos..., un tanto excéntricos y palurdos, pero leales como el que más.

... Pues al final resulta que se estaba sintiendo a gusto con este grupo de escoceses, los primos de Flan... hasta se había olvidado de la chica de hacía un rato...

11 de marzo de 1938. Martes. 23:31. Nueves y claros. Sin viento. 12ºC. Credenhill (Condado de Herefordshire) Inglaterra (Reino Unido) Carretera a Fort Rock.

Una voz tenue protesta, casi a la vista del puesto de guardia: - Chicos, me estoy clavando el hombro en la barriga.

Su durmiente compañero empezó a dar señales de vida... por un momento, Tom..., no dudó de que Flannagan puede que llevase un rato despierto, pero que estaba aprovechando que le llevaban, para ahorrarse el camino. Al menos era oportuno, pues intentar meter a un compañero inconsciente en el Campamento, cuanto menos, implicaría tener que rellenar un parte, hacer un informe, presentarlo al suboficial de guardia, pasar por la enfermería... demasiado jaleo, y a estas horas, apetecía lo más mínimo.

-Bienvenido de vuelta entre los vivos... No te lo vas a creer, Flann... ¡hemos dado con tus primos lejanos de Escocia!. ¡Te has peleado con la familia! Resulta que son 4 hermanos: estos tres, que encima son trillizos, son Bronn, Gronn y Tronn, pero no os enfadéis si no acierto quien es quien; el que falta es Kyle, el más grande... ese... supongo que lo traerá la PM. Hemos llegado a la conclusión de que tu bisabuela, es vuestro familiar común, así que sois... primos en ... cuarto o quinto grado, algo así. ¡Joder, que potra! cuando se lo cuente por carta a la familia allá en el pueblo, ¡no se lo van a creer!

Pero no ha dejado de mirar al frente, de todos modos, y se vislumbra la garita de la entrada; inevitablemente, habrá al menos un par de guardias, y lo mejor es llegar manteniendo una cierta compostura, más que nada para que en las novedades que den los centinelas, no haya nada especial que contar, aparte de la llegada de cinco tipos... Se dirigió al fornido escocés que aún tenía a su amigo a la espalda...

-Vale, baja ya a este, que tiene que ser capaz de andar; si lo he hecho yo con la pierna molida, éste tiene que poder de sobra; por si acaso, apóyate en mí, que te veo un poco desorientado... Si es que no te puedo sacar a beber... que la liaste bien liada en el café.. pero en fín, has dado con parte de la familia, así que, bienvenido sea

A mal tiempo, buena cara, y lo que no ha pasado ni va a pasar, mejor no preocuparse por ello, así que, dejando atrás el pueblo, con el camarada apoyado en él, y los otros tres escoceses, que inevitablemente tendrían que estar preocupados por su hermano, enfilaron el camino al cuartel.

Ahora bien... aún no les tenía pillado el puntillo a los ingleses, y no sabía el tipo de gente que habría en la puerta; asumía que unos obsesos del reglamento... pero en ese terreno más o menos se movía bien, pues el suyo era un calco del británico, y lo conocía, de tanto saltárselo una y otra vez... Pero aún faltaban unos cientos de metros, y por hablar, que no quedase...

-Chicos, por cierto... este campamento... nosotros llegamos hoy... vosotros, ¿lleváis más tiempo? ¿que se hace aquí?... porque es raro que haya gente de tantos sitios: he visto canadienses, un tipo con un turbante, a vosotros... y no se a cuantos de más sitios...

Flannagan se apoya en tu hombro mientras habáis. Además se van presentando por turnos y se chocan las 4 manos, en un gesto extraño … que se asemeja más a un abrazo de manos que a un choque de estas. Entre saludo y saludo el otro Aussie se hace con tu hombro. No solo le da estabilidad, una estabilidad que necesita, si no también una confianza que siempre ha buscado en ti.

- Hemos llegado esta misma mañana, así que parece que los demás han llegado casi a la vez. Otro de los escoceses añade: - Uno de los de turbante es Indi de pura cepa y el otro es de Colombo, así que Indi … isleño. Lo último sonó tan a broma que sus hermanos rieron con un añadido del que no había hablado aún: - Y … bajó la voz de inmediato ... odian a los ingleses tanto como nosotros. Con los irlandeses no hemos podido hablar. Han pillado una cogorza tras otra, y los canadienses son como ingleses, pero que vienen de fuera.

Se rascó la cabeza; ese tipo de cosas, le sonaban como lejanas... allá, en casa..., bueno, cada uno mantenía unas ciertas tradiciones propias de sus antepasados, y se sentía orgulloso de ellas, pero de ahí, a pillar tirria a unos u otros...

-Caramba... pues entonces los de Australia tenemos que ser unos bichos raros... no tenemos problemas con nadie; tal vez porque somos gentes de todas partes, y cada cual tiene sangre de aquí y de allá... Si seremos raros, que no nos llevamos mal ni con los ingleses, que todos les tienen manía...

Hizo un poco de memoria, de las historias que le contase su padre, de cuando él tenía su misma edad...

-Mi padre fué Anzac... y me contó que cuando se cruzaban con otras tropas de otros países, no tenían problemas... eso sí, los hindúes eran los más raros. Lo que sí que es curioso, es que nos junten a gente de tantos sitios distintos... sobre todo, siendo tropa rasa: entendería que los oficiales hiciesen cursos juntos, pero... ¿la tropa?, se me hace extraño... aunque lo mismo me lo explicaron y estaba de resaca...

Se aseguró de que Flannagan estuviese bien sujeto, y con cara de no andar mareado...

-De todos modos, ahí delante hay camastros, y diana siempre suena temprano... por lo menos, démosles un poco de buena impresión

... dijo señalando en dirección al campamento. Ya estaban bastante cerca, y las luces del acceso eran la promesa del fin de la escasa libertad de que habían disfrutado. Hacía una buena noche, pero... ya iba tocando terminarla, pues no parecía que pudiesen exprimirla.

Los kilteros se parten el pecho de la risa, y ya cerca de la garita, uno de ellos te susurra: - Todos se llevan mal con los ingleses, incluso entre ellos mismos se llevan mal.

Flannagan estaba atontado. No entendía nada. Tampoco era raro en él, pero en esta ocasión estaba tan desorientado que intentaba reírse más por cumplir con los primos lejanos que otra cosa. Pero alucinaba. No entendía nada el pobre. Por cierto cojeaba un poco, al igual que tú.

Desde la garita se escucha un poderoso: - ¡Alto! ¿Quién va?

Se os cortó la broma de golpe.

"-Se acabó la tontería" -Pensó, pues... a saber con el tipo de gente con el que darían: si tipos como ellos mismos, pero en turno de guardia, o si con PM, de esos que parecen enfadados con el Cosmos en general, y con los soldados "normales" en particular... No había una regla fija, sino que dependía basante de la unidad "anfitriona" del campamento. Por si las moscas, se puso serio.

Por sus escuetos galones -cabo... menos es nada, al fin y al "cabo"-, tomó la iniciativa del grupo... no fuese que los guripas tuviesen oido fino y hubiesen oído lo que contaban sus faldeados compañeros sobre los ingleses... Mejor que se notase que era aussie por su acento y forma de hablar. Inmediatamente detuvo la marcha, y con ello la de sus camaradas, que le imitaron al punto.

-Tres soldados escoceses y dos australianos. Tenemos órdenes de presentarnos en Fort Rock, para incorporanos a la Brigada Mixta. El camión tuvo que traer nuestros petates, y teníamos hasta mañana por la mañana para presentarnos. Pedimos permiso para entrar y pernoctar en el campamento.

Todavía apoyaba a Flannagan, y se notaba que tenían poca gana de volver a la disciplina castrense, pero el sentido común les decía que esto es lo que tenían que hacer, y sería además la mejor forma de reunirse con el cuarto escocés, pues, salvo que se hubiese cargado a algún PM, le traerían también a este su destino.

Desde donde estaban, no podían ver bien todavía a los guardias, pues tenían una luz justo de frente a ellos, pero conocían bien estos protocolos, si bien la actitud de uno u otros pudiese parecer más o menos "relajada"; sentía que los escoceses estaban tensos, en silencio y en una segunda fila respecto a él. Se notaba que tenían tablas en esto de tratar con la disciplina británica en su estado más puro...

La vigilancia de la entrada de la base era compartida. Unos soldados del Reino y varios Policía Militar. Tal vez algo más pequeños que los de antes.

- Acérquese Cabo. Ordenó categóricamente y sin margen de protesta.

La entrada, más parecida a la entrada de un castillo que la de una base, era impresionante, con sus ladrillo rojo y sus altos muros.

https://en.wikipedia.org/wiki/Spandau_Prison#/media/File:6th_Inf_Regt_Spandau_Prison_1951.jpg

Por la forma en que se dirigió a él... al mando del pelotón de la entrada debería estar, como mínimo, un sargento...y por el acento, inglés o parecido... lo cual no carecía de lógica, dado el lugar donde se encontraba la base.

Sin penárselo demadiado -había recibido una orden directa, qué narices... y aunque fuese alguien igual a él en rango, al estar en servicio de puerta, o ser un PM, había que obedecer sí o sí-, el cabo Harris actuó acorde al reglamento: Dejando momentáneamente a Flannagan a su suerte, esperando que los scotts estuviesen al quite de su inestable equilibrio, avanzó al paso, marcándolo bien, parándose a dos metros de su interlocutor, dando un fuerte pisotón, y llevándose la diestra al ala del sombrero reglamenterio en el uniforme del Real Ejército Australiano, y declaró, más formalmente que con anterioridad:

-¡Se presenta el cabo Harris!

Omitió que pertenecía al Ejército de las antípodas, pues ya no estaban en la zona oscura más alejada de la puerta del edificio de acceso a la base -Lúgubre, por cierto, pues... esperaba un acceso alejado de los edificios del Campamento, y no que éste fuese, directamente, a través de una construcción de tal aspecto-, y los elementos distintivos de su uniforme dejaban bien clara su procedencia.

Y también era consciente de que, de haber añadido expllícitamente "Del real Ejército Australiano", probablemente su interlocutor le habría espetado un "¡Tengo ojos en la cara, cretino! ¿Con quien se piensa que está usted hablando? ¿Es que vivir entre canguros les ha hecho perder la compostura? ¡Deje de decir sandeces y haga 20 flexiones!! ¡Aquí tenemos estudios, no somos unos palurdos como los del pueblo de que ha salido!!" ... de modo que, antes de tener claro de que pie cojeaba quien quiera que estuviese ante él, se dispuso a ser especialmente cauteloso en sus formas...

... aunque se estuviese jugando una gorda como le entrase un ataque de risa... Entre otros motivos porque no recordaba cuando coño había meado por última vez, y empezaba a sentirse inquieto.

Pese a estar en posición de firmes, y dar la espalda a los suyos, le tranquilizaba no oir el sonido de un saco de patatas (Flannagan) cayendo al suelo tras él.

11 de marzo de 1938. Martes. 23:39. Nueves y claros. Sin viento. 11ºC. Fort Rock (Condado de Herefordshire) Inglaterra (Reino Unido) Entrada (Por el lado de la Carreta de Credenhill).

Cuando entras en las proximidad el que hablaba era un cabo de la PM. Tenía cara de sueño y más aún de mala ostia. - A algunos no les sienta bien estar de guardia. O por lo menos eso parecía. El tipo alargó la mano y solicitó con el mismo tono de voz de antes: - Sus papeles. Casi se le escapa un "por favor" … pero se ver que su carácter agriado no se lo permitía.

En la distancia se escucha aproximarse un vehículo, tipo camión ligero. Al estar en firmes ...

A la luz de la iluminación de la puerta, por fín pudo tener una visión nítida de con quien gaitas estaba hablando... "ah!, coño... otro cabo" ... no, si ya le parecería raro encontrarse a esas horas de la noche a un suboficial haciendo puerta... Se permitió el lujo de relajarse un tanto; ojo, no por ello bajó la guardia, que un PM mal-follao, podía dar mucho por saco, pero no era lo mismo que encontrarse con un sargento con malas pulgas; entre gente de clase tropa, no se estilaba tocarse mucho las narices, pues... siendo los últimos en la cadena de mando, la mierda siempre cae para abajo, y no sabes si el que tienes delante puede tener un enchufe que te las haga pasar putas... Es lo malo de eso, de ser los de abajo.

Haciendo caso a las instrucciones, se llevó la mano al bolsillo superior izquierdo, convenientemente abotonado, y sacó de él, tanto su cartilla militar, como la hoja doblada con las órdenes de presentarse en este lugar.... Afortunadamente, pensó, no apestaban a cerveza, pero... no podría asegurar lo mismo de las de los de más del grupo; en su fuero interno esperaba que el trámite fuese rápido, y que, estanto en tiempos de paz, con comprobar bien al primero, al resto las verificaciones fuesen más ágiles

-Tenga

Dijo, entregándole los papeles, pero sin volver a una posición de firmes, sino a una un tanto más relajada. Demonios, que los dos eran cabos, ¡no había necesidad de hacer el tonto!. Y además añadió algo... bueno, estas cosas era mejor enterarse cuanto antes...

-La tropa de todas las unidades que están aquí acantonadas, ¿tienen que hacer guardias?

... Porque era un fastidio, ya que, habitualmente, al día siguiente no tenían la cortesía de rebajar de Servicio a quienes habían guardia en tales circunstancias. Tamién era curioso que hubiese mezcla con la PM, en el mismo puesto (-"Serán costumbres inglesas", pensó)

Mientras el Cabo de la PM miraba los documentos, buscando sabe Dios que, se acercaba un camión; momento que aprovechó Thomas para girarse, y comprobar que Flannagan seguía en pié, pero ahora le preocupaba que no anduviese listo, y encima de abollado por sus primos, acabase la jornada espachurrado por un camión, así que, ejerciendo según su rango, dio algo parecido, de lejos, a una orden...

-Chicos, cuidado con el camión, a ver si todavía terminamos la noche en la enfermería, haceros a un lado.

Y volvió a ponerse a la espera... pacientemente, contemplando le edificio pues... la verdad, no había nada más interesante en que fijar la vista en esa oscura noche

El policía militar te miró a los ojos. Su mirada subía lentamente desde los documentos hasta tu rostro, y con un nada agradable te contestó: - No, sólo montan guardia los que vienen de lejos. Su tono de ira … dolió.

Entonces llegó el camión, justo cuando te girabas y te deslumbró. Por suerte, él si os había visto e hizo lo oportuno para entrar sin perturbar el trabajo de la guardia. Además estos, los de la guardia, abrieron la barrera y los grandes portones para que accediese el vehículo.

Al terminar de pasar escuchaste: - Otro. Y te entrega tus documentos el cabo, pero tus ojos se fijaron en la parte posterios de camión. Tenía una portezuela fina y alta. Esta tenía un ventanuco con unos 3 barrotes verticales. A ellos estaba agarrado el mayor de los hermanos. El que falta, con el labio hinchado y un ojo especialmente morado y deformado por la inflamación. Además, sin disponer de capacidad para poder abrir por su estado.

-"Cabrones" - pensó, al ver el estado de la cara de Kyle; parecía que los perros de presa se habían deahogado con él, pero tuvo la suficiente presencia de ánimo como para no exteriorizar lo que pensaba; todos los soldados que se emborrachaban, corrían el riesgo de conocer a tipos como esos, incluído él mismo, así que mejor evitar líos, no fuese que en otra ocasión se cruzase en su camino, y se llevase una ración de porra gratuita.

Se volvió hacia el cabo, que estaba revisando los documentos de los demás...  Yo visto lo que traían en el furgón, y oído lo que pretendía ser una puya por parte del PM, añadió sonriendo...

-Entendido; entonces nos puede tocar hacer guardia con vosotros, porque venimos de más allá del mismo pino. Por cierto, al del camión le conocemos, es Kyle McStunt . ¿Podemos "descargarlo" y hacernos cargo de él?

... Pues cuanto menos tiempo estuviese con sus guardianes, menos moratones tendría al día siguiente, ya que no dudaba que no le tratarían con especial mimo, ni tan siquiera a la hora de hacerle bajar de la caja del furgón.

Por otra parte, había tenido buen cuidado en añadir, por su parte, una puyita en respuesta a la del otro cabo: Lo mismo les tocaba compartir turno de guardia, así que... "mejor nos llevamos bien, o la guardia se va a hacer muy larga...". Esperaba que así lo entendiese el PM...

EL PM en automático tocó el silbato.

Le tocaste tanto los huevos que no había manera de que no quedase sin su justo castigo.

Dos policías militares se presentaron: - Conocen al preso de la Patrulla Exterior. Que los identifiquen por si tienen que ser arrestados.

Los dos PM que llegaron se parecían a los "repartidores de porra" del pueblo. Grandotes, feos y sin amigos.

El muy cabrón se giró hacia ti y mirándote a los ojos; sosteniendo la mirada preguntó: - ¿Van a dar problemas o se van a portar bien?

En tu mente resonó, con tu propia voz, un rotundo: "- !BOCAZAS!". Incluso los hermanos y Flannagan pensaban exactamente lo mismo.

Sentía un sudorcillo en la nuca, y como las miradas de los demás se la taladraban (la nuca)... la había cagado a base de bien, había metido la pata en una agujero tan profundo, que llegaba hasta Warra, en el interior de Australia, y tenía que pensar rápido para salir de esta... Valoró sus opciones... si se quedaban callados y quietos... podría irles mal, pero si intentaba...

-¿Problemas? ¡Ninguno, por supuesto! Pueden ustedes comprobar de nuevo nuestra documentación y órdenes si así lo desean. Y como podrán comprobar en nuestra documentación, por los apellidos, parte de nuestro grupo es familia directa del que llevan en el furgón, y mi compañero de las antípodas, el que está claramente más perjudicado, es además familiar lejano de ellos. De hecho, estábamos celebrando un encuentro familiar fortuido, porque, de chiripa, hemos oído el apellido de los escoceses, y hay relación directa entre las familias. ¡Ha sido algo realmente increible!, recorrer medio mundo, para cumplir con nuestro deber para con el Imperio, y que uno de los nuestros encuentre gente de su propia sangre aquí mismo. Es algo realmente sorprendente, y por supuesto, que lo hemos celebrado como es debido, que los de las antípodas tenemos fama de muchas cosas, pero de lo que no tenemos fama es de escaquearnos de una buena celebración, y habiendo motivo para una, no íbamos a desaprovecharla, así que, en cuanto vimos que había jaleo en el pueblo, -porque era innegable que venían de la carretera que llegaba a Credenhill, y hacer creer que no habían oido nada, era meter la pata...-decidimos buscar un lugar tranquilo para charlar de la familia, porque estas ocasiones que te da la vida, no hay que desaprovecharlas, ¡vaya que no!. Oímos ruidos de pelea  y silbatos, pero como entendimos que eso no iba con nosotros, pues somos gente de bien, seguimos con nuestras cosas. ¡Demonios! ¡si hasta pudimos hablar un poco de deportes! Uno de los trillizos hasta se atrevió a decir que los australianos no teníamos ni idea de jugar al rugby , que éramos unos blandurrios, y por supuesto que tuve que defender el honor patrio, y tuvimos que demostrarnos mútuamente a base de placajes y pequeñas melees, que podemos plantar cara a cualquiera, por muy grande y fortachón que sea -Dio una palmada en el hombro a uno de los escoceses, el que le pillaba más cerca, y es que le parecían los tres igualitos... ¡y lo eran!- Porque estos tipos son de un fortachón que asusta, oiga. Por cierto, veo que al que traen, Kyle , han tenido que reducirle... le perdimos de pista en un momento en que un grupo pasó corriendo junto a nosotros, y pensábamos que estaría borracho por ahí. Volviendo a lo que importa, por supuesto que estaremos encantados de colaborar con ustedes, solo tienen que identificarnos de nuevo, y redactar el informe correspondiente con lo que declaremos al respecto de lo que deseen saber de cuanto hayamos hecho esta noche. Es más, yo mismo declare el primero, ¡por supuesto que si!, que no se diga que un Australiano falta a su deber como, primero, militar, y segundo, como ciudadano...

Calló por unos instantes... explotó un maravilloso silencio, que permitió que los demás apreciasen los bellos sonidos de la noche: el soniquete del motor del camión al ralentí, las moscas que zumbaban alrededor de una mierda de vaca a la que ya nadie hacía caso, pero que decoraba un ladito del arcén, un carraspeo de uno de los soldados regulares que, desde el anonimato del amparo de la oscuridad, se estaba partiendo de risa...

-... ¿Oiga, se encuentra bien? le veo que empieza a sudar, pese a que hace frío. ¿Quiere sentarse un momento?

No falla... verborrea... una simple muestra de lo cargante que podía llegar a ser, con su marcado acento del interior de Australia, hablando todo muy rápido... Lo mejor siempre venía cuando dejaba caer que tendrían que mecanografiar su declaración, para incluirla en el informe... No era bueno con temas de burocracia, y el reglamento, lo conocía a base de romper muchas de sus normas, pero una de las cosas de la que estaba seguro, era de la pasión que el Ejército Británico tenía para los informes... muchos, extensos, cargantes... Pasión que solo tenían los oficiales, pues la tropa y suboficiales que tenía que redactarlos, los odiaba...

... De modo que le planteó una pacífica situación infernal al PM: si les detenían, que se atuviesen a las consecuencias... Thomas Harris podía pasarse toda la noche dictando tontería tras tontería, y el otro, tendría que machacar la máquina de escribir siguendo su loco ritmo...

-¿Problemas? ¡Ninguno, por supuesto! ...

Nada más empezar tu cháchara la cortó en seco con una órdena nada agradable: - ¡SILENCIO!

Hizo una seña y los otros dos monos te agarraron de los hombros y empujaron, sin soltarte, y bastantes malos modos. - Tratarlo con la amabilidad característica de la Leal Policía Militar. Parecía más un lema que una realidad.

Os conducen a unas celdas (a ti en volandas) del cuerpo de guardia, nada más entrar en el castillo.

Alli os dejan con varios más, que duermen, apoyados contra los barrotes, tumbados en los bancos o incluso hecho una bolita en el suelo.

Desde allí se escucha un transistor, que ha de tener más años que tú.

Bueno... podría haber sido peor... SIEMPRE puede ser peor... algo tenía que intentar para evitar llegar a esta situación, pues parecían condenados a ella, pero también era cierto que... narices, es lo que les correspondía: realmente ellos habían empezado el barullo en el café, ellos son los que habían escapado de la PM en el callejón... Al menos, se intentó consolar, tenían donde dormir...

¿Y qué estará haciendo la preciosidad del Café?, se preguntó, antes de intentar quedarse adormilado como buenamente pudo, asegurándose antes de que su compañero tenía un sitio razonablemente bueno. A esas horas de la noche, la celda resonaba con cacofonías de ronquidos de diversos acentos; por los uniformes, pudo sospechar que parte de sus residentes podrían haber sido partícipes de la pelea de hacía varias horas... Quien sabe... Pero lo mejor, siempre, es hacerse el tonto, no pasarse de listo. Esto lo tenía claro, pero a veces se le olvidaba....

El sonido lejano de una radio bien podía valer como nana, aunque no es ue hiciera mucha falta: basante paliza tenían encima, tanto por el cansancio propiamente dicho, como por las magulladuras de la pelea... así que cerró los ojos, y se dejó llevar por el sueño

... A ver si, con suerte, empalmaba más de cuatro horitas de paz...

12 de marzo de 1938. Martes. 02:02. Nueves y claros. Sin viento. 12ºC. Fort Rock. Base del Royal Ingeniers Corps En la localidad de Credenhill (Condado de Herefordshire) Inglaterra (Reino Unido).

Los escoceses se han dormido, adaptándose al momento y lugar. Flannagan ha seguido su ejemplo y a ti, por lo menos, la pierna no te duele tanto, pero puedes ver los morados que tienes en los brazos. Prefieres no mirar el pantalón para saber lo de la piernas. Kyle no sabéis donde lo han metido, pero no hay agetreos ni prisas, así que esperas que esté bien. Estás escuchando los PM hablar, y en la radio se pueden oir las noticias.

- Pues estoy hasta las narices de este sitio. Además, he echado la papeleta. Quiero ir a Bobington. Los carros de combate dan menos la lata que los ingenieros. Por la voz este soldado está bastante asqueado, pero también suena a tipo brutote. Pero por lo menos, parecía que intentaba hablar suavecido para no despertar a la "peña".

La radio sonaba de fondo, y no parecía que le hicieran mucho caso:

Es un comentarista de la BBC. - Nos llegan informes que las tropas alemanas han dejado Salzburgo atrás. Los soldados austríacos no les ponen inpedimentos, e incluso han llegado ha hablar y discutir entre ellos, compartir cigarrillos y les abren las puertas de sus cuarteles como si fueran tropas hermanas que regresan de unas maniobras.

- Un momento, un momento … el comentarista parece agetreado o atribulado … o algo. No tarda uno de los soldados de guardia solicitar también muy acelerado: - Olle, dale voz, corre, corre, que parece que está pasando algo.

- Un momento, un momento … la Policía Fronteriza Alpina ha tenido 9 bajas en Dornbir, y los alemanes han perdido dos vehículos de transporte de personal y otros tantos hombres. Además, en Lunstenau están habiendo enfrentamientos, y en Julbach, la guarnición austríaca ha informado que ha detenido una columna alemana estrellando sus vehículos contra los tanques de cabeza germanos. Están ardiendo todos los vehículos, y aunque no intercambian disparos, si insultos y se lanzan pedradas desde ambos lados del "accidente".

La misma voz, la que solicitaba más volumen, comenta: - "Ostiás, se ha liao"