Partida Rol por web

El mostrenco te agarra de los brazos, mientras pataleas. Tu patada se pierde en el aire, pasando por el lado de su falda, y descubres el color de la ropa interior de un escocés bajo el kilt.

Te duele más la visión que el daño de su agarrón.

Tras eso te lanza contra la mesa. Pero instantes antes escuchaste silbatos en la distancia. Era la PM. Con sus bacientes feos y blancos, las porras flexibles del mismo color que los "orinales" que portan sobre las cabezas y la autoridad de ser … eso: la Policía Militar. 

Cuando luchas contra más y más grandes,... como pierdas el factor sorpresa, o sea, la ventaja de dar el primer golpe para nivelar un poco el tema, estás jodido hasta las trancas...

... ese era uno de los conocimientos aparentemente inútiles que había acumulado en su vida, y ahora, parecía que se cumplía a rajatabla, pues... maldita sea, ¿por qué tenía que ser tan jodidamente grande este escocés de los cojones???. Tras fallar la patada que le permitiría igualar un poco el tema, y sujeto por unas zarpas de oso, no pudo hacer otra cosa que patalear, y no le dió tiempo ni a rezar, cuando los benditos silvatos de la PM sonaron de fondo.. eran la única esperanza que vió en esos momentos de salir más o menos poco abollado de esa situación, pero ... el trastazo se lo llevaba de todos modos... apenas le dió tiempo a soltar un

-¡JODEEER!!!

... antes de emprender el vuelo; solo lo sentía por la pobre mesa o silla con la que se estrellaría, y bastante tendría con intentar amortigüar la caída e intentar rodar, y mientras, el pobre Flag, a saber como las estaría pasando contra los otros falderos...

Pese a sus temores, el aterrizaje fue mejor de lo que cabría esperar; si, un porrazo, pero... no parecía que hubiese nada especialmente fastidiado, y alrededor, las hostias llovían en todas direcciones.

Pero algo estaba cambiando en el ambiente: algunos se habían dado cuenta de que la PM estaba al llegar, y eso solo significaba una cosa: porrazos, porrazos por doquier y a mansalva, de forma indiscriminada, para calmar los ánimos... y que una cosa es curtirte los morros sanamente con un escocés bien grande, y otra que te abollen la sesera unos tipos cuya forma de salir de las frustraciones de la vida es esa precisamente, dedicarse a comprobar la resistencia de sus porras.

Afortunadamente, entre comillas, no le había acertado en lo que cuelga a mi oponente, así que aún cabía la posiblidad de que no fuese una bestia rabiosa (como lo sería si me hubiese pillado cepillándose a su señora madre in-fraganti), de modo que lo mismo podía entender las cuatro palabras o cinco que iba a soltarle a la cara:

-LA PM!! FUERA!!!!

...Bueno, al final fueron tres, pero bastante claras y en voz alta; quien pudiese y se enterase, que saliese corriendo, porque solo significaba que, aparte de los que llevase ya encima, se llevería más golpes y hacer noche en calabozo, y al día siguiente, ya veríamos que castigo adicional podría caerles, y Tom ya se sabía la película de otras veces, aunque por parte de sus compatriotas al otro lado del mundo.

Hizo ademan de salir corriendo hacia la puerta; ello implicaba pasar cerca del escocés, y veíamos si era tonto o listo; por su parte ya estaba resignado a llevarse una somanta palos, y era la única opción para que no le molieran más: salir por la puerta y alejarse de los del casco blanco, que irían a saco a por los que quedasen dentro, pues la prioridad sería devolver la paz al lugar lo antes posible, y no perder el tiempo con las ratas que salen corriendo.

-VAMONOS!!!

Añadí con urgencia... todo quedaba en que el puñetero quisiese reventarme o no... y que sus compadres hiciesen o no con mi amigo.

Los primero en caer fueron los canadienses. Se enfrentaron a estos, y claro, las porras hicieron lo suyo. Irlandeses, como revoltosos que son, les siguieron, cayendo bago unos golpes certeros y tan faltos de escrúpulos como una mantis.

En tu caida arrastraste la silla que ya estaba de lado y al llegar al suelo, amortiguaste el golpe con el hombro, pero tus rodillas, a parte de estar sobre esa silla tirada, chocaron entre ellas. El dolor fue agudo, pero no había sonado a hueso roto. Por suerte, tus palabras fueron escuchadas. Al principio pensaron que era una treta para distraerles en la pelea, pero no tardaron en descubrir la verdad que ocultaba tu voz.

El el armario empotrado con kilt te pilló como un brazado de leña bajo su sobaco, y colgabas como un muñeco. Otro te los escoceses tomó a su compañero, y el último hizo lo propio con tu amigo. El pobre Flannagan si estaba como si fuera un muñeco de trapo. Le colgaban las manos inertes, y ni si quiera hacía por retraerlas, cuando sus dedos chocaban con el suelo.

Tras unas manzanas al trote desesperado, con miradas fugaces atrás, te dejó en el suelo. El "faldero" lesionado se quejaba de varios sitios, todos entre en ombligo y las rodillas, y se agarraba los huevos, metiendo la mano bajo la falda. Los otros dos, intentaban despertar al otro australiano, mientras el grandote vigilaba, mirando furtivamente desde la esquina.

- Buena vista "golega". Te susurra desde su escondite. - Si salimos bien de esta te invito a una pinta de "guerveza" de esa "osgura" que les gusta a los que se están "gomiendo" todas las "gostias". Te miró con una sonrisa: - Pero primero te "gautizo" con ella.

Le costaba recuperar la respiración, tanto o más que a los escoceses, pero en su caso era por que había sido llevado en volandas de mala manera, apretujato de cualquier modo, como un saco de patatas, y había sentido cada zancada como un latigazo en todo el cuero en general, así que... se intentaba recomponer como mejor podía, sentado en el suelo.

Sonrió a las palabras del grandullón escocés; le caían bien estos tipos: eran peleones, pero legales, qué demonios...

-...Pero la segunda ronda corre de mi cuenta -continuó la frase del escocés- Aunque me parece una pena desperdiciar cerveza usándola como agua de ducha, pero lo justo es lo justo, así que, ¡a ser bautizado!, que no se diga que un australiano hace ascos a una cerveza.

Viendo que los otros dos estaban atendiendo a su amigo... y que, conociéndole, aún tenían para rato, pues cuando le mandaban al cuarto de los sueños, le costaba volver de allí..., se acercó a echar, a su vez, un discreto vistazo a la calle.

-Ya no se oyen ni gritos ni silbatos... Joder, también es mala suerte, tenía un principio de plan con la chica que entró al Café, y con un par de amigas suyas... pero... ahora va a ser complicado. Por cierto..., me llamo Thomas, Tom para los amigos, y el inconsciente es Flannagan, o Flan, si queréis acortar. Mañana nos incorporamos a una base de los alrededores, y el único plan se ha ido por el retret... Emmm. -Mira al escocés de arriba a abajo... solo está salpicado en las medias, es grandullón, buen porte, y sobre todo, "distinto" a los del pueblo..- Por cierto, ¿os interesa a ti y a uno de tus amigos veniros conmigo e intentar salir con las tres chicas que comenté? Flan está K.O., uno de los vuestros está muy tocado,... y... tenemos que ser tres, es la única oportunidad que tenemos, y tenemos poco tiempo para intentarlo; además, tiene que ser hoy, porque la hemos liado en el bar de su padre, así que debe ser antes de que él lo sepa. Les echaremos la culpa a los canadienses, pero evitamos que ella hable con su padre, y al menos tendremos una posibilidad.

Presentó la mano derecha al escocés, proponiendo un choque de manos....

-¿Hay trato? ¿Os apuntáis? Te vienes con otro de vuestro grupo, y los otros dos se quedan con Flan... Si tenemos suerte, lo mismo mañana entramos sonriendo al cuartel...

Retiró rápido la mano...

-Pero dejamos lo del bautismo para cuando ya no estén ellas...

Puso de nuevo la mano... sonriente, tranquilo proque sabía que lo de Flan era normal: una par de buenas hostias le dejaban fuera de servicio un par de horas,... y esta oportunidad...  quizá la última en mucho tiempo, quien sabe; y tal vez los escoceses pensasen parecido...

-¿Hay trato? -Repitió, con una ancha sonrisa en la cara, y los ojos con la luz de la esperanza...

Se rió en tu cara. - Si, … con la del bar. Y siguió riendo.

Hasta lo otros rieron. Incluso Flannagan se despertó del desmallo, y totalmente desorientado, con tono de bobalicón, siguió las risas. Se que quejaba a ratitos entre las risas, pero, se reía.

Cuando empezó a pasársele, se presentó. - Soy Kyle McStunt, y esos son mis hermanos, los trillizos Bronn, Gronn y Tronn. Saludaba, con un gesto de dos dedos sobre la deja derecha, conforme los nombraban. Claro, tu amigo tenía que intervenir:

- Y yo Flannagan McStunt.

Quedaron pasmados.

Se empezaron a escuchar los silbatos por la calle. Os estaban buscando. Y ahora, era más una persecución que un juego del "gato y el ratón".

Por un momento, no tenía claro que era peor... lo que salía de la boca de Flan, o los sonidos que anunciaban una inminente lluvia de porrazos en nuestras cabezas si nos nos movíamos, ¡y pronto!

Para intentar apañar lo primero,.... no había otra que decir la verdad..., así que guí sincero con los escoceses:

-No le hagáis caso, se apellida Connery, que su abuelo sí que era escocés de pura cepa, eso lo se de primera mano. Para mí que todavía está medio grogui por los golpes... así que no os fiéis de lo que os diga por un rato, lo mismo lo siguiente que dice es que es el mismísimo Neville Chamberlain, y ahora.... ¡vámonos de aquí cagando leches, antes de que los de las porras quieran hacer prácticas con nosotros!

Ya soy consciente de que la noche se ha ido a la mierda... nos tenemos que alejar de esta parte del pueblo, y por tanto, del lugar en que las chicas nos podrían encontrar. Una pena,... pero al menos, tenemos que intentar que no nos pillen los PM, o entonces sí que será una pena... ¡el estado en que quedaremos! Los silbatos resuenan al fondo de la misma calle a la que da este callejón en que nos hemos cobijado; no tenemos muchas más opciones que salir por piernas, y que aquellos se cansen de dar vueltas antes que nosotros, o encontrar un agujero en que escondernos, que este..., la verdad, es un escondite tan obvio, que hasta daría vergüenza que nos encontrasen en él...

-Cojeando, pero creo que podré medio correr un poco; en cuanto a Flag,... no se si será capaz de mantenerse en pie... y ya de correr en línea recta, sería mucho pedirle; si no nos echáis un cable, estamos molidos.. a palos. ¿Habáis visto si al fondo del callejón hay alguna salida?

Miro con ansia al fondo del callejón... si fuese un murete de tablones que diese a un jardincillo... tal vez podríamos escabullirnos por allí, pero ... tenemos poco tiempo para decidirnos... Si no lo tenemos claro, no hay más tu tía que correr como buenamente podamos, y Flan y yo vamos a depender de que nuestros nuevos colegas quieran que les invitemos a la ronda de cerveza que les he prometido antes....

Murete de ladrillos del fono es una barrera entre vuestra libertad y las tonfas pintadas de blanco.

No dudó Flannagan en protestar. - Mi bisabuela, por parte de madre era McStunt.

En esos momentos ni los Scoths ni tú le prestabais demasiada atención. Os había encontrado, y eran 6. No molaba nada la situación. Salísteis disparados hacia el muro.

Algo te decía que pasar el murito no era buena idea.

Los "kilteros" que atendían al Flanny lo pusieron en pie, y casi en volandas, o dando saltitos largos, entre ambos corrían hacia esos ladrillos que os separaban de una buena tunda a "porrazos" (Nunca mejor dicho) Incluso tu amigo no necesitó trepar. Entre los "porteadores" lo subieron, y estando arriba, lo empujaron, cayendo al otro lado como un fardo.

-¡OOOHH!, !MIERDAAA!!

Sinceramente, los 6, porque eran media docena, de guripas, tenían pinta de no querer hablar tranquilamente del tema, sino de primero desfogar a base de movimiento vertical de brazo con porra en extremo, y luego, si acaso, preguntar algo... Sus intenciones parecían más que claras, y había que obrar en consecuencia.

Visto que los "scots" habían sido más rápidos tomando la decisión, solo me quedaba seguirlos... la alternativa era jugar al rubgy contra ellos, pero sin balón, y la melee sería en franca inferiordad numérica, pues eran 6, y las porras valían por otros tantos, a la hora de calcular el previsible resultado de intentar pasar ente ellos a las bravas...

... Así que no le quedó otra, más que darse la vuelta, y echar a correr como un loco hacia la tapia; si conseguía calcular el punto exacto de salto, conseguiría asirse al borde de la misma, con una pierna doblada con la puntera contra ella, de modo que así le sirviese para dar el siguiente impulso que le haría pasar al otro lado...

... Esa era la teoría, eso era lo que habían hecho tantas veces en el campo de prácticas, pero claro, a la luz del día, que aquí no veías una mierda, y con las dos piernas en buenas condiciones, no como estaba ahora mismo, magullado...

La pierna le dolía a rabiar; sabía que estaría unos días quejándose de ella, pero al menos, lo intentó. Corrió hacia la pared, pero... quedó algo corto en el salto; aferrarse, sí que se aferró al borde superior, pero..., con los brazos extendidos, y las piernas colgando, de modo que no podía aprovechar el impulso horizontal para convertirlo en vertical... O expresado de otra manera... estaba colgado de la pared, agarrado en precario..

-Madre mía, me va a caer una somanta palos...

Murmuró, consciente de lo que estaba por venir...

Cuando ves a Flannagan caer por el otro lado del muro te das cuenta que has conseguido llegar arriba.

Una manota escocesa, que antes te quería partir la cara, ahora te ha alzado hasta arriba, y quedas sentado sobre ella de cualquier manera.

Dos perros negros y grandotes han escapado a correr, poque casi les cae un australiano encima. El pobre Flanny ha caído de espalda. - Animalico. Va de ostia en ostia. Él por lo menos ya no está al alcance de esos "palitroques blancos" pero los escoceses, aunque fuertes y rápidos, son bastantante malos escalando. 

La P.M. está llegando. Más o menos están por donde estabais descansado de la escapada. No tardarán ni 10 segundos en llegar.

De pura chiripa, pero de purísima chiripa; estaba con las dos piernas colgando a cada lado del muro, sentado a horcajadas. Desde su posición, por unos instantes, tenía una visión clara de lo que había alrededor, pese a la oscuridad: En la entrada del callejón hicieron aparición media docena de PM con sus porras en mano; no parecía gente dispuesta a dialogar, sino a machacar sin dar siquiera las buenas noches... un atajo de malas bestias; no le extrañaba que la tropa, en general, les tuviese cierta tirria... Él también había tenido sus problemas con ellos, y bien gordos, pero los de aquí, parecían especialmente mosqueados... quizá porque tenían el turno de noche y no podían estar con sus chicas, pensó.

Al pié del muro, sus nuevos compañeros de desventuras, los escoceses, al ser tan grandullones, y por tanto, pesados, no habían conseguido salvar el muro; estaban jodidos, los guripas venían ya a la carrera, y... joder, no tendrían tiempo para saltar ya al otro lado, y les iban a caer palos de todos lados... Lo sentía, sincera y enormemente por ellos; le caían bien, eran una buena panda... Pero...

... Pero al otro lado del muro, estaba Flannagan; había caído, como un fardo; todavía iba atontado por la pelea cuando pasó al otro lado del muro, y la caída, dudo mucho que le ayudase a salir de su estado, y lo que es peor... en lo más oscuro de ese lado de la tapia, se adivinaban dos sombras, que se movían.. dos perros, bastante grandes... Una de dos, o eran falderos y despertaban a Flann a lametazos en las orejas... o se las comían. Flann estaba indefenso, así que no tenía nada que pensar.

Lanzó un último vistazo a los escoceses, veía sus ojos... creía que angustiados ante la certeza de la que les iba a caer, pero ... joder, no podía hacer nada, y con lo que pesaban, no podría subir ni a dos... como mucho,... a uno.

-¡¡Mierda, joder, hostia, cagoenlaputa!!

Tendió la mano hacia el lado del callejón doblándose por la mitad y pegando el tronco a la parte superir del muro, y la mano contraria al lado en que estaba Flann, para hacer contrafuerte...

-¡Solo puedo subir a uno! Pero YA!, que mi colega está inconsciente al otro lado y hay perros!!

La angustia le oprimía el pecho; sólo podía ayudar, como mucho a uno; y en cuanto los PM estuviesen más cerca, tendría que pasar al otro lado, porque si no, Flann podría... mejor no pensarlo...

¡Sólo tengo 5 segundos, pensó, sólo 5, pero puedo sacar a uno... joder, al menos a uno!

-VAMOS!!!

Al ver que era un flojuco o que estabas un moco "hecho mierda" te empujaron para hacer sitio. Caiste sobre Flannagan y este se desvaneció totalmente. Diste sobre su pecho, y eso lo dejó sin aire hasta tal punto que se desmayó.

Viste la cabeza de unos de los gemelos, y acto seguido aparecieron los otros "repes", justo cuando empezaron los golpes. Cayeron a vuestro lado, uno encima del otro, como si fuera un puñado de palos, lanzados de cualquier manera. Pero hablando de palos...se escuchaban.

Los guaguaus empezaron a ladrar, apostados a la entrada de la casa. Una casita pequeña, en medio de un gran patio entre edificios de viviendas. Se encendió la luz en una ventana.

Ootro trastazo más... sinceramente, no tenía claro para que le habían mandado al otro lado del orbe, si para no se que entrenamiento que le dijeron, y que no hizo mucho caso porque estaba de resaca ese día, o si para comprobar la resistencia anatómica del Tommy de las antípodas, porque parecía que era el saco que se llevaba todos los golpes... bueno, él, y Flannagan... más Flannagan que él, en realidad.

Rodó como pudo por el suelo del jardín o lo que fuese en que estaban, ya que quedarse parado,... con la suerte que le caracterizaba en esa nefasta noche, podía esperar cualquier cosa, desde que le cayese un PM encima, hasta que se les cayese encima el propio muro... y luego los PM, claro, así que tenía claro que no podía quedarse quieto... Levantó la mirada y lo primero que vió a una cierta distancia (nunca la suficiente) fue a dos perrazos negros, que parecían dudar entre ir a por ellos, o a recular, pues probablemente les habían pillado por sorpresa... y se contentaban con ladrar desde la puerta de la casita; se ve que también, si pudieran y estuviese abierta la puerta, entrarían a refugiarse, y a seguir ladrando desde ella.

Obviamente, los ladridos parece que despertaron a los dueños, y una luz se encendió... "no me jodas, ¿más problemas?", pensó Tom, pues... se le ocurrió que el dueño podría ser un cazador, y, ante la duda, soltar un par de escopetazos desde una ventana... Había que moverse rápido..

Tal y como le habían enseñado en las prácticas, cogió a Flann por un brazo, lo pasó por encima suyo, y se lo puso atravesado a las espaldas, como un saco: el costado de su amigo contra su propia nuca, teniéndole sujeto por un brazo, y con el otro agarrada la mano propia, encerrando entre ambas la rodilla de su camarada. Tendría que correr llevando ese peso muerto; recordaba que en las prácticas, solían darle ataques de risa en esa situación, pues Flann solía decir tonterías, pero ahora no estaban para hostias... porque las hostias vendrían a por ellos.

Sin hacer recuento de cuantos scotss había tras él, somó la delantera; ya podrían ladrar los perros, que tendrían más miedo de él que él de ellos, seguro, y a las malas, un patadón o la amenaza de dárselo, aunque no le gustase, y despacharía al can que se le acercase a morder.

-¡Vamonoooos!!!

Dado que la casita estaba en el medio del jardín, dejaba por ambos lados espacio para ganar la parte frontal de la misma; esperaba que en la misma, la puerta del jardincillo que diese a la calle estuviese abierta, pues... Demonios, esto es Inglaterra, es gente civilizada!, aquí la gente no cierra el jardín con llave, solo con pestillo para que no escapen los perros!!

Con esa idea en mente,  y con el plan B, que incluía lanzar sobre la valla frontal a su amigo, y seguirle él, intentando no caerle encima -pobre Flan... parecía condenado a llevarse todas las hostias... que no entremos en guerra, por Dios, que me lo acribillan el primer día...- corrió buscando la parte frontal de la casa, sin mirar atrás...

Ya se preocuparía de reanimarle... de momento, lo mejor es que estuviese inconsciente...

11 de marzo de 1938. Martes. 23:02. Nueves y claros. Sin viento. 12ºC. Credenhill (Condado de Herefordshire) Inglaterra (Reino Unido) Patio de la "Vieja Leonor".

Una señoriña, viejilla como ella sola, con un candil de aceite sale hacia el patio preguntado: - ¿Quieeennn vaaa?

Su voz temblorosa, es atenuada por los ladridos de las dos "fieras" que la "escoltan" tal como columnas de un templo guiego.

El pobre Flannagan sigue en los "brazos de Morfeo" de una manera forzada, y os ponéis en marcha los 4 más la carga hacia la puerta del patio. Tras el muro de ladrillo, que hace de contención física, no es capaz de detener los ruidos de gritos, golpes y otros sonidos inteligibles que se están produciendo tras esa "protección".

Al pasar por un haz de luz, uno de los escoceses, amable y educadamente saluda, mientras se arregla a la boina, a la señora, con una especie de saludo militar un: - Buenas noches, nosotros ya nos marchamos.

Uno te abre la reja. Una antigua, frágil y destartalada verja de madera que hay que tratarla con sumo cuidado, y es más una barrera psicológica que física, ya que ni es especialmente resistente, ni te llega más allá de la cintura.

Estáis en la calle, a dos manzanas más arriba (colina) del bar. Justo en frente de la casa del patio con los "chucheznos". Además, estos dejan de ladrar al salir, pero sólo cuando el scotish cerró, con cuidado de no romperla. Justo en la dirección contraria del bar estaba la carretera hacia la base. No más de un par de millas. A lo mejor, sólo una.