Partida Rol por web

La caminata iba a ser larga, no es menos si debemos rodear la montaña. Por fortuna para mí no supone ningún problema, pues casi siempre al alba salía a correr como parte de mi entrenamiento. Tampoco supone un problema avanzar por el bosque frondoso y accidentado por eso mismo, pues procuraba ir por zonas complicadas al entrenar.

"Trece, prepárate siempre para lo peor. Añádele toda dificultad que se te ocurra para tu entrenamiento", solía decirme mi maestro cuando aún podía luchar contra su enfermedad. Y la verdad, a veces podía ser imaginativo a la hora de entrenar.

Afortunadamente los árboles nos resguardan de la lluvia, y el aire fresco ayuda a mantenerse despejado. Observo a mis compañeras para comprobar cómo van, y si tienen problemas bajaré el ritmo si es necesario. Pero si fuese por mí, incluso aceleraría el paso.

- ¡Vamos, que esos orcos no se van a matar solos! - digo para animar a Sil, a quien veo todavía un poco perjudicada. En cambio Sammy parece totalmente recuperada, algo normal ya que no ha bebido tanto.

Camino con cierta dificultar la primera parte, pero conforme pasan los minutos, la lluvia y el aire libre alivia bastante mi mente y comienzo a andar más animada.

Veo que TC y Sammy van bastante animados y les intento seguir el ritmo todo el tiempo, algo que la verdad no me cuesta apenas.

Parece que he encontrado otro de los muchos beneficios de ir ebria. ¡Bien por mi!

Medio embriagada, Sammy abrió la marcha hacia el norte. En un par horas, el grupo llegó a la linde el bosque, que ofreció algo de cobertura frente a la lluvia.

Tuvo algo de dificultad para salvar el terreno y mantenerse a la cabeza. Ese infatigable de Trece parecía que paseaba apaciblemente por el campo.

Entre los árboles, Sammy alcanzó a ver una cueva natural en una pared rocosa de la montaña. Aun era de día, pero con la lluvia, era mejor no arriesgarse ha seguir y no encontrar nada con lo que cobijarse por la noche. 

-Pasaremos la noche ahí- Señaló. -Trece, ve a buscar leña, lo más seca que puedas. Y Silmeria, vienes conmigo a asegurar el refugio- 

Ya estaba algo cansada y con bastante frío. Algo de madera no vendría mal, a la mínima que note calor me quedo roque.

-Yo tengo algo de fósforo para facilitar las cosas. Dije mientras bostezaba adentrandome hacia la cueva.

Antes de entrar intento fijarme en si escucho algo raro o veo algo que no me cuadre.

Al final ha sido un paseo de lo más agradable, hasta que Sammy nos indica que pasemos la noche en una cueva que hemos encontrado. Veo conveniente aprovechar lo que queda de día para establecernos allí.

- Me parece bien. Iré a por leña, así que cuidad de mis cosas.

Dejo mi mochila junto a la entrada de la cueva y voy a buscar leña seca en el bosque. Y quizás estaría genial cazar un jabalí o un venado, ya puestos...

Te alejas varios metros de la cueva, volviendo al bosque en busca de leña seca. 

Rama a rama lo vas logrando. Una ventaja de la frondosidad de ese bosque era esa; que el agua apenas llegaba a tocar el suelo...

Y algo te encontró a ti.

Oíste el crujir de una rama partiéndose. Te giras a tiempo de ver como una pantera sale de las sombras, bufando y amenazando con los colmillos a la vista.

Trece se alejó del refugio para buscar leña seca con la que encender una hoguera.

Sammy y Silmeria aprovecharon para asegurar la cueva. 

La qamur asomó la cabeza ligeramente, intentando ver algo. Pero no lo consiguió. Antes de poder hacer algo más, sonó un bramido. 

Unas fuertes pisadas se acercaban. Una enorme silueta se recortaba en la oscuridad. En cuanto salió, ambas muchachas pudieron ver como un oso negro se dirigía hacia ellas.

Por fortuna encuentro leña seca con facilidad y empiezo a recolectarla. Desgraciadamente no hallo ningún animal que cazar, al menos no hasta que escucho un ruido de una rama partiéndose, haciendo que no dude en girarme desenfundando ya mi espada y empuñando el escudo. Entonces veo la pantera bufando de forma amenazante.

- Vaya, no es la clase de animal que esperaba cazar - musito mientras me preparo para atacar.

La pantera mantenía la distancia, esperando el momento. 

Repentinamente, se abalanzó sobre Trece con las garras por delante. El guerrero apenas tuvo tiempo de reaccionar, atacó con su espada tan rápido como sus reflejos le permitieron, y logró acabar con el animal de un solo golpe... Sufriendo un feo zarpado de la bestia en el proceso. 

Me preparo rápido para encarar a aquel animal, pero éste estuvo más rápido y logró hacerme mucho daño... afortunadamente pude ensartarle la hoja directo al corazón, abatiéndola rápidamente. Y menos mal, dudo que hubiese podido resistir otra acometida.

Resoplando dejo caer el cadáver del animal y me llevo la mano a donde me hirió. Ese zarpazo en el costado no tiene buena pinta... y duele lo suyo.

Pensaba aprovechar la piel del animal, pero no estoy en condiciones para ello. Recojo la leña como puedo y regreso con cuidado a la cueva.

Herido, dejas ahí tirado el cuerpo de la pantera, coges la leña, que por suerte sigue seca y poner rumbo de vuelta a la cueva donde dejaste a Sammy y Selmeria. 

¿Que habrán estado haciendo en tu ausencia? 

Llegas a tiempo de ver como un oso negro emerge de la oscuridad de la cueva. Amenazando con atacar. 

Trece volvió de su tarea: Buscar leña. Con un buen fardo bajo el brazo más que suficiente para toda la noche y una fea herida de un zarpazo en el pecho que por fortuna no sangraba. 

Volvía de un combate... Para meterse en otro...

Sammy retrocedió un par de pasos sin perder de vista al oso. Qué se mantenía en la boca de la cueva. 

En ese momento llegó Trece, herido...

Miró al chico preocupada.

-¿Que ha pasado? ¿Estás bien?- Preguntó con evidente alarma. -Más importante ¿Puedes defenderte?-

Regreso dolorido esperando encontrarme con un refugio seguro, y con lo que me encuentro es con un oso furioso.

"Genial..."

Sammy se interesa por mí.

- Me atacó una pantera mientras recogía leña - trato de reprimir un quejido de dolor - No sé si estoy en condiciones de enfrentarme al oso, pero deberíamos evitar toda pelea inútil si queremos ocuparnos del orco.

Prefiero evitar esta pelea si es posible, pero por si acaso llevo la mano a la empuñadura por si ese oso decidiera actuar. Me encuentro mal, pero mi prioridad es proteger a mis compañeras.

Escucho el ruido que llega desde las profundidades de la cueva. 

Saco mi arco y preparo una flecha que apunta directamente al oso.

Me quedo muy quieta mirando fijamente al ser cuando escucho que TC acaba de llegar con arañazos. Lo que dice tiene sentido pero no se si el oso estará dispuesto a dejarnos en paz.

Me acerco lo suficiente a los dos y comienzo  a conjurar el hechizo de fuego imaginario que nos rodea a los tres  con un muro de luz lo suficientemente potente para asustar al animal. O eso espero....

-Chicos, no bajeis la guardia, caminad junto a mi poco a poco, vamos a intentar sacarle de la guarida sin tener que luchar. ¿Listos?-Digo mientras sigo apuntando con mi arco cargado hacia el oso sin quitarle el ojo de encima

-Creo que ya es un poco tarde para eso...- Contestó a las palabras de Trece. -¡Cuidado!- El oso ya había salido a la carga. 

Lo primero que hizo la bardo fue retroceder. No estaba hecha para la primera linea de combate después de todo. Extendió la mano hacia la bestia y tres puntas de sus dedos comenzaron a brillar. 

-Proyectil arcano- 

Empujo a TC para apartarlo antes de que el oso llegue a nosotros y disparo una flecha que envuelvo de fuego imaginario haciendo que parezca un proyectil mucho más grande de lo que es. Intento apuntar, a la cabeza o el corazón de la bestia.