Partida Rol por web

Mike no acababa de creerse lo que había visto, aquellos alemanes debían estar muertos o, al menos moribundos pero seguían moviéndose. Con esos pensamientos en al cabeza le costaba prestar atención, había ido a ayudar a Brannagh a establecer un perímetro pero no valdría la pena si la intención era seguir desplazándose al norte y mantener distancia con el resto de los soldados alemanes.

Siguiendo lo indicado se dirigió al norte, pero por algún motivo dejo que Lieber se adelantara. Pensó que él solo haría menos ruído en caso de que en por el camino hubiera amenazas. Había enfundado su pistola ya cargada y avanzaba con el fusil, también recargado, en las manos.

Esos nazis no tienen pinta de darse por vencidos muy fácilmente...

Oí decir a Franklyn una vez me incorporé y éste ya había comenzado a andar hacia el norte, y esas palabras... joder, esas palabras me trajeron a la memoria otras que me había parecido escuchar en esa duermevela extraña que a uno lo embarga cuando se está herido, o tras un combate especialmente duro, ese silencio más... "ruidoso" que el propio ruido, los oídos pitando tras los disparos y las explosiones. No se, supongo que es algún tipo de mecanismo de defensa de la propia mente, que se desconecta a media para hacer más llevadera la carnicería.

El caso es que, lo que antes tomé como simples divagaciones, seleccionadas y olvidadas, las palabras del zapador me las trajeron de vuelta del subconsciente.

No podrías estar más acertado, Frank... no parece que vayan a darse por vencidos solo que... no se como decirlo, solo que no creo que sean de las SS... es más, dudo mucho que sean alemanes... ya vistes como se encargaron de los suyos propios tras ejecutar a los prisioneros...

Y, habiéndome asegurado que no solo Franklyn me oyese, me puse en camino sin pensar demasiado en las implicaciones de mis palabras. Al fin y al cabo, era tan solo un soldado, con un oído muy fino, pero soldado al fin y al cabo.

Pragmático. Resignado. Como el condenado que camina hacia el cadalso.

Steve seguía observando por su mirilla no dejaba de fijar aquella cabeza como blanco.  Estaba en buena posición lo suficientemente alejada para no ser visto y tener un buen disparo, su dedo en el gatillo ardía en ganas de disparar pero no debía fallar.

Vamos marcharos e ir ganando metros, me quedaré para cubrir vuestra marcha y me reuniré con vosotros al norte.

El francotirador quería tomarse su tiempo, quizás 1 o 2 minutos en los que se abriera una oportunidad de hacer un disparo sin ser visto.

Una vez había sido curado Walter mi vista fue hasta Ocon, que luego de esconderse entre unos matorrales hizo unas señas al norte, antes de tratar de buscar algo. Con curiosidad por lo que sea que está haciendo, me levanto mientras dejo ir un gruñido de dolor, antes de tomar mi arma y revisar el cargador del arma, viendo que quedaban 5* -Vale, no estamos mal...- Y luego mi vista fue al grupo. Ya casi todos empezaban a moverse al Norte, y sin querer quedarme atrás empecé a seguirlos.

Buenos días caballeros – saluda el Coronel a los prisioneros.

Soy el coronel Zephon. Tengo una misión, capitán. La mía continua, y la suya, me temo, va a acabar – añade.

Una sonrisa comenzaba a dibujarse en el rostro del coronel.

A las palabras del coronel, el capitán avanza un paso y con valor responde.

-Coronel. Según la convención de Ginebra estamos… - pero es interrumpido por Zephon.

Alzando la mano y señalando a los americanos, el corone continua.

-Me temo que mi propósito y misión desbanca todos los tratados humanos. Porque mientras ustedes se matan en estúpidas guerras yo y mi gente continuando caminado sobre esta tierra, como hace miles de años. –

Pronto, matadlos a todos – ordena al teniente a su lado.

Entonces se produce el asesinato a sangre fría de los prisioneros.

Los americanos han sido muy amables al morir en un cementerio. Usen los agujeros para enterrarlos junto a los muertos de la gran guerra. – añade a su ayudante.

Se acerca la liberación Nisroch. Purifica nuestras filas. Ya no necesitamos a esos humanos – finaliza con la orden que acaba con un tercio de los soldados alemanes.

Ocon llega hasta el grupo luego de las palabras de Billy, poco antes que estos emprendan la retirada forzada.

-No. No son de la SS, aunque Hitler les estrecharía la mano de conocerlos. Es mejor que nos pongamos en marcha hacia el norte, rodeando Saint Vith, que a esas alturas debe estar invadida por alemanes. Esos Tigers se dirigían allí cuando rescatamos el jeep – comenta al grupo luego de quitarse la nieve del torso.

-Y por esas columnas de humo negro solo puede ser una cosa. Shermans ardiendo. – afirma al señalar en dirección al devastado pueblo, en donde varias columnas de humo se alzan sin prisa para ser llevadas por el viento.

- Vámonos cuanto antes de aquí mientras podamos – sugiere al comprobar que  el enemigo comienza a enterrar a los muertos en las trincheras. A los americanos y alemanes por igual.

Luego sigue los pasos de Franklyn y los demás que se habían puesto en marcha poco antes...

En la marcha Ocon se acerca a Sanderson y le comenta algo, sin preocuparse por ser escuchado por los demás.

-Allí atrás queda Sanders, oculto y con el dedo en el gatillo. Pretende disparar al superior de la compañía nazi, aunque creo que será en vano y nos pondrá en peligro a todos. En especial a ellos – señala a los heridos.

-Me dijo que nos alcanzaría luego. Y espero que lo haga sin que lo sigan. Por eso debemos apresurar la marcha – informa, expresando su preocupación por el bienestar general del grupo.

Pretende disparar al superior de la compañía nazi, aunque creo que será en vano y nos pondrá en peligro a todos.

 -¿Qué va a hacer qué? – se entromete Vincent.

-Ese lunático con aires de héroe suicida nos va a delatar a todos – añade, con tono sombrío.

Entonces el hombre de los mil objetos acelera el paso para no quedarse atrás. Al llevar equipo extra su marcha es reducida, pero aun así continua con esfuerzo.

También Riley se horroriza por la intención del francotirador.

-¡Si apenas sobrevivimos solo nosotros contra doscientos nazis monstruosos ahora no tendremos ninguna posibilidad! – comenta con aprensión y sin dejar de ver la retaguardia con temor.

De esta manera el grupo sigue su ruta hacia el norte, bordeando el linde del bosque y sin  perder de vista el pueblo de Saint Vith y el claro donde se habían refugiado poco antes.

Venga, chicos, no será para tanto... un oficial nazi, puagh - e ilustrando mis palabras escupí al suelo - que más da uno menos, además, Steve sabe lo que se hace. Y, si no cae bajo su arma, entonces lo que escuché al coronel alemán tendrá sentido, dentro de lo... mmm... estúpido. Olvidadlo, es un sinsentido... 

Y bajé la cabeza para ponerme de nuevo en camino, tras cruzar esas pocas palabras con Riley, Ocon y Holloway. A cada minuto que pasaba tenía más claro que lo que escuche era real, no me lo había imaginado, era una locura, y prefería estar seguro antes de comunicarlo a los demás, porque si había sido fruto de alguna alucinación, joder, hasta yo les pediría que me pegasen un tiro.

Nada... había que esperar.

Si, doc... lo que usted diga, ya estaba yo preparando la maleta, se de una mademoiselle en París que no veas, te deja seco, jajaja...

-Así me gusta, muchacho. Cuando cicatrice, ese remiendo que te he dejado la impresionará a buen seguro... y querrá cuidarte mucho.

Pretende disparar al superior de la compañía nazi, aunque creo que será en vano y nos pondrá en peligro a todos.

-Sabe lo que hace -afirma Walter manteniendo la compostura-. Luego nos alcanzará -sabe que no es momento de minar más la moral de los pocos supervivientes.

-No. No son de la SS, aunque Hitler les estrecharía la mano de conocerlos. Es mejor que nos pongamos en marcha hacia el norte, rodeando Saint Vith, que a esas alturas debe estar invadida por alemanes. Esos Tigers se dirigían allí cuando rescatamos el jeep – comenta al grupo luego de quitarse la nieve del torso.

-Sí, evitaremos el pueblo. Mira, desde aquí podemos descender hacia el bosque, esa parte parece practicable y lo cruza en dirección norte pero a buena distancia de Saint Vith, justo al otro lado de esa zona frondosa, los tanques no podrán atravesarla fácilmente... -se detiene un momento y mira hacia atrás. No son los tanques lo que le preocupan.

-Lieber, encabeza la marcha. En fila de a uno y sin apelotonarnos. Evitemos hacer demasiado ruido. Que alguien eche una mano a Boris... -al escuchar la propuesta de Billy de dejar regalitos niega con la cabeza-. No nos sobran los explosivos y si detonan les estaríamos marcando el camino. Nuestra mejor baza es movernos rápido y en silencio (*).

-Brannagh, Ocon, cerrad la marcha. Es el lugar más peligroso -les advierte-.

Comprueba que todo el mundo se pone en marcha, como una mamá pato, y luego empieza el descenso al bosque.

Al pasar junto a Billy Walter le oye rezongar.

-Billy, ¿qué has oído? 

Le mira fijamente, con intensidad. Mientras todos disparaban él estuvo observando el avance alemán y sabía lo que había visto. No quería pensar en ello pero debía hacerlo si querían sobrevivir.

-Yo no me voy a detener a preguntarles a qué cuerpo o división del ejército alemán pertenecen-dijo Frank sin detenerse-Lo único que quiero es poner tierra de por medio. Si alguien quiere hacerse el héroe, no tengo inconveniente.

Las palabras de Sanderson le llegaron como una muestra de apoyo a sus palabras. 

-Señor, si señor-contestó apurando la marcha-.

Venga, doc, es una estupidez... no creo ni que lo oyera... es una locura... no... déjalo.

Contesté con evasivas a Walter a su pregunta de qué es lo que oí. Era superior a mis fuerzas, aceptar eso como verdad, o darle credibilidad, me haría quedar como un completo zoquete. Pero... algo en su mirada me hizo dudar, había como... ¿cómo decirlo? Como un atisbo de esperanza, como si rogara porque mis palabras confirmaran algo que él ya temía.

¿Y si estaba en lo cierto? ¿Y si lo que oí, por muy absurdo que pareciese, acabara siendo verdad? Al fin y al cabo, vi como un tipo se levantaba después de recibir tres disparos. Y otro, con media cabeza reventada, se colocó un trozo y siguió andando como si nada.

Bueno, Walt, verás... oí al coronel alemán decir algo así como, como... como que se acercaba una liberación, una purificación, no se... es una locura, pero dijo - tragué saliva, resignado a que se me considerara un loco - dijo, textualmente, ya no necesitamos a esos humanos... je. No tiene sentido...

.-Puedo ir sólo.-dije ante la idea de que alguien me ayudara a caminar:-iré detrás de Frank.-dije a continuación. El plan del médico parecía el mejor dadas las circumstancias que teníamos. Un grupo de las SS por detrás, Saint Vith arrasada y nuestro apoyo mecanizado destruido, la situación me recordaba a Stalingrado en el momento de su caída pero sin comisarios soviéticos disparando a todo aquél que huyera. 

- Hemos de confiar en él. Además, si le siguen, hará por ocultarse, y no creo que sea un pirado que nos usa para protegerse él, y si lo hiciera,... miró a Sanderson como si pidiera permiso, además ahora él era el "Segudo" y su principal misión como tal era "cuidar de los chicos"l - ... nos tendríamos que poner en marcha, para que su táctica sea lo más eficaz, tanto para él, como para nosotros.

La posición de cerrar la marcha tenía su aquel, pero lo prioritario era borrar las huellas, si se podía, y procurar que si alguno se desplomaba, que el resto lo supiera, para que le ayudasen. - Es hora de ser fuerte por los chicos. Mientras maldecía a los nazis por haber perdido su arma "gorda" y no haber podido hacerse con nada por el camino. - Malditos boches. Entonces se le ocurrió animar al resto: - ¡Animo chicos! esto es pan comido y por joder a esos nazis lo que sea. Cuando lleguemos, les patearemos el culo, ... que los nuestros necesitan de una ayudita, y seremos los héroes del día por salvales el culo a esos pringados del núcleo divisionario.

Mike no dudaba de las capacidades de Sanders, si lo hacía bien causaría una baja importante en el ejército nazi y no sabrían de donde les venía. Confiaba en él. Se acercó a Boris para preocuparse por su estado:

-¿Qué tal? Vaya, eres un tipo duro.- Dijo al ver que caminaba por su cuenta y a la vez para animarlo un poco. Mike hablaba en voz baja -Mierda, ¿pudiste ver a aquellos nazis?, era imposible que siguieran en pie.- Comentó.

Habían decidido marchar hacia el norte, Mike no pensó que fuera mala idea para tumbar a aquel ejercito necesitarían toda la ayuda posible.