Partida Rol por web

+{ Mensaje en blanco por si acaso }+

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El sol se filtraba por las ventanas marcando cada mota del polvo que flotaba en el ambiente. En el centro de la mesa, como notando aquella luz, el objeto capturado reaccionó ante el estimulo cuando uno de esos rayos de luz dio en el directamente. De un estado duro y verde oscuro, como un granito verde, pasó a transparente y cristalino como una esmeralda. Todos los presentes en la sala lo notabais, el objeto estaba impaciente... Algo os lo decía.

Cuando abandonáis la posada el sol calienta la mañana y baña las calles con un resplandor poco común. Sabéis que hoy puede ser un gran día. Los nobles os esperan, y de ellos podría llegar incluso una gran recompensa no solo por información, sino quizás por la compra de un objeto que ellos buscan, si es que se trata de algo que el grupo puede conseguir para aquella gente.

Caminaron por la calle hacia el punto señalado por los nobles como lugar de encuentro. La palabras de aquella gente resonó en los oídos de Alfred y Julia: "Excelente, nos veremos mañana a medio día en la puerta del templo de Myrmidia". Mientras pasaban por una de las plazas de la ciudad, vieron como un reloj de sol marcaba que faltaban escasos minutos para la cita, así que los cinco compañeros se apresuraron y buscaron la localización. El templo de Nyrmidia era un lugar apartado, situado al este de la ciudad, pero no exento de gente, era un lugar publico, de aquellos en los que siempre puedes encontrar transeuntes y mezclarte con la gente. Era una zona que el grupo ya conocía, pues el templo estaba justo sobre el Parque de Grun.

Cambio de escena caballeros.

Editado: CONTROL DE PRUEVA. ¿Todos leeis el post anterior? Esque me marcaba todas vuestras casillas en negrita de primeras. Vamos, me refiero al post anterior a este, en el que comienza con: "El sol se filtraba por las ventanas marcando cada mota del polvo que flotaba en el ambiente. E...."

Muy bien, vamos allá. Tras vosotros. Y con una gentil reverencia invito a mis compañeros a pasar. Observo con detenimiento la plaza y las personas que se ven en ella y, especialmente, intento vislumbrar si hay alguien intentando pasar desapercibido.

     Apunto de llegar la hora señalada, conduje al grupo hacia el lugar convenido: el templo de Myrmidia. El sol estaba ya muy alto y los ánimos bastante tensos por los recientes acontecimientos. A una distancia prudencial del lugar en cuestión, me giré hacia mis compañeros. - Bueno, será mejor que nos separemos aquí. Dije a Felix y Erik. - Si la cosa se tuerce no os valláis lejos pues volveremos por ésta misma calle. Proteged la reliquia y no llaméis la atención, pues se supone que ellos no conocen vuestras caras. Mannfred nos acompañará pues sus habilidades de comerciante podrían sernos útiles en la negociación.

Felix se disfrazo con las ropas de noble que tenían del anterior intento, guardo la reliquia en en el interior de la mochila de que Mannfred le pasa -Estoy listo podemos partir -oculta el martillo y la espada ocultos bajo las ropas.

Tomaron camino en dirección a la reunión y poco antes se separaron -Eric les seguiremos de lejos, acuérdate que eres mi sirviente -una sonrisa asomo en felix -creo que sera mejor que sigamos la misma ruta que vosotros pero a mucha distancia sabemos por donde iréis, pero en caso de que nos necesitéis ¿como nos avisáis?

     - Supongo que si os necesitamos será porque habrá lucha y disparos... Dije con una sonrisa cómplice.

-Otra vez la guardia, si la veis corred -era lo mejor después de todo

Mejor tu guardaespaldas, mi señor.-Dijo Eric señalando su cuerpo con una mano mientras hacía una media reverencia, ni de lejos parecería un sirviente.

     - Como sea pero que no os vea nadie. Atendiendo a máximas fundamentales, si vosotros podéis ver al enemigo, el enemigo puede veros. No quiero que os quedéis a la vista del lugar de reunión, ¿entendido? Esperaba poder fiarse de aquellos dos, no sería la primera vez que metiesen la pata, aunque prefería pensar que de todo se aprende y ahora estarían mas tranquilos y vigilantes de no hacer algo indebido de nuevo.

     Con paso firme condujo a su esposa y a Mannfred hacia la puerta del templo de Myrmidia.

Mientras ocurre el intercambio de palabras observo detenidamente a mi alrededor, buscando un posible observador que se haya podido fijar en la entrega de la mochila o en lo que estábamos hablando.
Si no observo nada raro, sigo mansamente a Alfred camino de la reunión con una expresión neutra, preparándome para la negociación que va a tener lugar.

En tono burlesco -Podéis retirados -haciendo un gesto despreciativo hacia sus amigos con su mano derecha mientras los miraba por encima del hombro.
Dicho esto dejaron que sus compañeros se alejen

TEMPLO DE MYRMIDIA

Los visitantes se sorprenden al encontrar un templo a Myrmidia en la Ciudad del Lobo Blanco, ya que ella y Ulric están largamente enfrentados en el mito y la historia. Este pequeño templo fue fundado hace varios siglos por una unidad de mercenarios Tileanos que prestaban servicio en Middenheim durante la Edad de los Tres Emperadores. Es una estructura modesta, pero sus tres sacerdotes residentes lo mantienen en funcionamiento con las ofrendas de los visitantes y las donaciones de unos pocos miembros de alto rango del mando militar de la ciudad.

En dos grupos, los componentes de aquella extraña familia se disponen a acudir a la cita. Por un lado Alfred, Julia y Mannfred acuden derecho a la puerta del templo, mientras en el otro extremo de la plaza, a lo lejos y observando cómo se dan los acontecimientos, Félix y Erick esperan alguna clase de señal o que todo vaya bien y puedan concluir sus negocios.

Con paso decidido Alfred, Julia y Mannfred fueron hasta el pórtico de entrada del templo donde vieron que estaba esperando la pareja de nobles. Era una extraña estampa, que desde luego, no levantaba ninguna sospecha a ojos de extraños. Dos parejas, ambas cogidas del brazo, se encontraban frente a la entrada de aquel templo, acompañados por un tercer sujeto. Casi era como una cita para ir a almorzar. Los dos nobles se encontraban tal cual los recordaban Julia y Alfred, elegantes y con buen porte. Rápidamente Alfred y Julia notaron una ausencia, pues los cinco guerreros que acompañaban la última vez a los nobles no se encontraban junto a ellos.

     Al llegar al lugar convenido, veo a los nobles esperando en la puerta. Mis ojos se desplazan en derredor intentando captar cualquier atisbo de engaño o al menos descubrir si sus guardias están cerca, quizás ocultos. Al poco me quedo satisfecho de que no hay nada que temer.

Al otro lado de la plaza Felix hablaba tranquilo con Eric, esperando alguna señal sin mirar hacia donde se suponía que se habían reunido, simplemente unos transeúntes mas que esperaban en aquel lugar.

Eric sonrió a felix.-Mi señor, que os pareció el almuerzo de ayer, fue de vuestro agrado?.-dijo comenzando una conversación con felix a la vez que su mirada escrutaba el lugar.

Miro a su alrededor tejados y demás disimulando con un enormes gestos -Fue de mi agrado pero que no se repita el desafortunado evento del gato -añadio

En la cara de Julia se nota aún la desconfianza. De lo nobles, de la situación, de la posibilidad de no sólo ser engañados, sino heridos. Por esa razón, mira a su alrededor extrañada de que los nobles hayan decidido ir solos a la cita, sin los cinco hombres que les acompañaban ayer.

En este primer acercamiento, me mantengo en un segundo plano, tras Alfred y Julia, con una beatífica sonrisa en mi rostro intentando parecer afable e inofensivo a la vez. Esperaré para que comiencen a hablar y me presenten para introducirme en las negociaciones.