Partida Rol por web

-Nos mantendremos en contacto. Dijo el hombre extendiendo su mano, y esperando otro apretón en señal de despedida. Muchas gracias con la información proporcionada, la ciudad está en deuda con usted por alertar de la amenaza que hay en sus calles. Puede contar con la guardia de Middenheim para dar caza a esos herejes, y si me disculpa, ahora tengo que escribir unos cuantos formularios y mensajes para poner en marcha lo que acabamos de hablar. Terminó diciendo mientras se dirigía hacia la puerta y la abría invitando a Thalber a marcharse.

Thalber fue conducido hasta la salida del edificio, y así terminó la entrevista con aquel Capitán de la Guardia de Middenheim, de quien no le cabía ninguna duda, podía confiar en tener ayuda.

La cosa había ido bien. Mucho mejor de lo esperado, y sin duda alguna el hecho de que Thalber fuera miembro de la orden a la que pertenecía ayudó en ello. Era muy posible que de no haber sido así, las cosas se hubieran salido de madre, pero no sucedió, y ahora Thalber volvía disfrutando del bullicioso paseo por las calles de la ciudad, rumbo al templo de Sigmar.

De este modo, llegó al templo, en donde ahora solo le quedaba esperar a los demás.

-Pueden ustedes contar con ello. Movilizaré a quien haga falta para poner especial atención a las calles, esa amenaza no puede andar suelta por nuestra sagrada ciudad. Sentenció. Muchas gracias por la información, ahora tengo cosas que hacer. Terminó diciendo dando por zanjada la entrevista, bajando de nuevo la vista a lo que tenía encima de la mesa, y dejando que el hombre que los había llevado hasta allí, acompañara a Maul y a Heinrich de vuelta al exterior del edificio, cosa que hizo sin mas preámbulos.

Así terminó la entrevista con el gran culto de Ulric.

La cosa había ido bien. Mucho mejor de lo se podía haber esperado sabiendo cómo eran las relaciones entre el culto de Sigmar, y el culto de Ulric. Era muy posible que las cosas se hubieran podido salir de madre, pero no sucedió, y ahora Maul y Heinrich volvían disfrutando del bullicioso paseo por las calles de la ciudad, rumbo al templo de Sigmar.

De este modo, llegaron al templo, en donde ahora solo les quedaba esperar a los demás.

Poco a poco, todos fueron llegando de vuelta al templo de Sigmar.

La mañana comenzaba a dejar paso al mediodía, en un soleado y bonito día, a pesar de las bajas temperaturas. En una ciudad como Middenheim, situada a una elevada altura con respecto al nivel del mar, incluso lo días primaverales más soleados podían ser fríos, pero el sol era lo suficientemente radiante, como para calentar el cuerpo en las horas más propicias para ello.

No había motivo de andar avisando a los sigmaritas del templo de su vuelta al edificio, y a falta de un lugar mejor, el patio del convento fue el lugar en el que acabaron por volver a verse las caras para ponerse al corriente de lo que cada uno había logrado. El único que aún no había vuelto, era Lazár, pero no debería tardar en vovler de su visita al templo de Shallya, y al colegio de galenos de la ciudad, por lo que no había motivo para esperarlo a sabiendas de que el tiempo jugaba en su contra.

Poco después fuero llegando ls demás. Cuando solo faltaba Lázar por llegar al Templo de Sigmar con sus averiguaciones sobre si alguna extraña plaga, como la que habían visto en Altdorf, había empezado a verse por la ciudad, decidieron empezar a comentar lo conseguido.
Katherina carraspeó antes de contar a sus compañeros lo que ella y la bruja habían logrado:
- Buenos días de nuevo, caballeros. - saludó educadamente.- Gabriella y yo hemos logrado una preciada alianza con los... practicantes de la magia middenheimeses. Aunque no pudimos hablar con el mayor mandatario de la escuela de Hechicería, su ayudante se encargará de hacerle llegar la noticia y la petición de ayuda con carácter urgente. La respuesta nos será enviada a este Templo a mi nombre, espero que más pronto que tarde.

- ¿Qué han descubierto ustedes? - preguntó entonces dirigiendo su mirada a los 3 hombres que tenía frente a ella.

Maul se sento en la primera silla que encontro bufando aire como una maquina a presion, habia faltado muy, muy poco....

Los lobos estan con nosotros; ayudaran a rastrear y matar al hereje y a su bestia.dijo Maul informando al momento de estar con el resto de sus compañeros de la alianza que habia forjado con los lobos...

..solo he tenido que aguantar sus aires de superioridad durante un rato en vez de aplanarle esa dura mollera de perro con el buen y fuel simbolo de mi patron...mascullo en voz baja.

Mientras sus compañeros hablaban Thalber miraba fijamente a Arztmann como un perro miraría a un hueso con trozos de carne.

La guardia está informada, mantendrá controles mas exhaustivos en las puertas y me han dicho que en caso de necesidad nos enviarán a algunos de sus hombres para ayudarnos -relató Thalber-el capitán que me atendió era bastante inteligente, la verdad, pero sus hombres no lo serán tanto si un hechicero y su mascota pueden entrar alegremente en la ciudad.

El cazador se ajustó el sombrero y carraspeó levemente antes de continuar -entonces tenemos unos muros más seguros, unos hechiceros que ya nos ayudarán un día de estosy unos perros que irán tras su presa. Estamos jodidos, por Sigmar. Dime Maul ¿vendrán al menos los lobos con nosotros? ¿o montarán su propia caza?

Los lobos...sacudio la cabeza Maul ayudaran pero con nosotros o por su cuenta...yo creo que van a hacer las dos cosas; el alto cargo con el que me encontre no era exactamente de lo mas colaborador...al menos le convenci de que el asunto es grave...

Han enviado la mayoria de sus tropas de Delberz pero creo que algunos lobos pueden venir con nosotros si les damos un objetivo claro...

Bueno, no queda otra. Debemos esperar a Lazár y luego comenzar la búsqueda ¿alguna idea de por donde? ¿de como? -preguntó Thalber molesto pues, si bien habían alertado a las tropas de Middenheim, ellos se encontraban tan perdidos como hace unas horas.

Katherina iba asintiendo ante las palabras de Maul y Thalber según contaban lo que habían conseguido ellos, que no era poco tampoco, así que la mujer se alegró de que al menos nadie les hubiera rechazado la ayuda que necesitaban.

Sin embargo, y con Lázar sin llegar al punto de encuentro, seguían estando perdidos y sin la más remota idea de por dónde empezar a buscar. Y de eso mismo se percató también el cazabrujas expresándolo en voz alta. Kat miró entonces de reojo a Gabriella pero suponía que sus visiones estarían saturadas en aquella ciudad y no podría dar con el rastro del forúnculo.

- Llevas razón, Herr, seguimos estando tan perdidos como cuando llegamos aquí y para localizar el artefacto mucho me temo que nos será necesaria la labor de los hechiceros más aventajados. Con suerte Lázar ha dado con algo de interés que podamos investigar también mientras esperamos esa ayuda.

Uno a uno, todos los presentes comunicaron sus respectivos avances, e intercambiaron impresiones acerca de cómo iban las cosas, y el progreso de la investigación, que para ser honestos a la verdad, a todas luces parecía haberse quedado en un punto muerto, tal y como Thalber había señalado en su última intervención.

El hombre pidió papel, pluma y tinta para redactar un detallado informe sobre la evolución de la misión, con el que dar parte de la misma a los superiores del grupo, y Katherina fué la siguiente en hablar, dándole razón a las plabras de Thalber.

Fue entonces, como invocado por las palabras de la mujer al mencionar a Lazár, cuando el último de los miembros del grupo que faltaba por llegar, hizo acto de presencia en el patio en el que se habían reunido, corriendo, jadeante y alterado.

El grupo ya sintió que algo iba mal cuando un pequeño alboroto pareció extenderse desde algún punto del edificio, en dirección a ellos, y la llegada de Lazár fue precedida por el ruido de la carrera, los pasos acelerados haciendo eco y rompiendo el habitual silencio del edificio clerical, la caida de algún objeto al suelo, y las airadas quejas de aquellos sigmaritas que tuvieron la mala fortuna de cruzárselo en su precipitada carrera en dirección al patio, recibiendo el empellón resultante de un aparatoso choque.

El batidor del grupo apareció como una exhalación, con la cara enrojecida, y las quejas de los hombres de fe detrás suyo por el escándalo montada en la carrera. Atravesó como una centella las arcadas que daban al patio, y sin siquiera pararse a tomar aire cuando frenó en seco, casi cayendo al suelo por la inercia, les gritó a sus compañeros:

-¡LA PLAGA! Dijo ¡LA PLAGA YA ESTÁ AQUÍ! ¡EL CAOS SE HA DESATADO EN LAS CALLES DE LA CIUDAD!

Estimado Herr Verner Von Neuman.

Paso a describir en las sucesivas líneas lo acontecido hasta el día de hoy dejando un espacio para escribir nuevas anotaciones conforme la misión siga su curso. Al final le doy un un informe de cada uno de mis compañeros.

Tras nuestra salida de Altdorf emprendimos nuevamente nuestra difícil e importante misión bajo el mando de Herr Arztmann y con nuevos compañeros. Nuestro camino en sí no tiene nada realmente notable como para incluir en este breve informe hasta que finalmente llegamos a Delberz.

Allí descubrimos que la ciudad había sido prácticamente arrasada por los pieles verdes pero nuestro objetivo andaba cerca por lo que continuamos la misión. Nos acercamos a las puertas pero en ese momento una marea de pieles verdes comenzó a avanzar sobre nosotros y Herr Arztmann, tras escudarse tras Maul y el resto de nosotros, nos ordenó presentar batalla en vez de entrar por un franco desprotegido que existía en esos momentos. En la pelea perdimos a tres de los mercenarios que nos acompañaban, típico de la carnaza, y finalmente entramos por el franco que yo había señalado con anterioridad.

Una vez dentro descubrimos que la bruja Gabriella Klara Von Hauss nos había ocultado información vital y sólo la transmitió ante la presencia de otros dos hechiceros que encontramos en las calles de la ciudad. Poco después nos unimos a un grupo de soldados que aún daban batalla y los hechiceros anteriormente citados nos hablaron del maligno hereje portador de la reliquia y su monstruoso guardaespaldas. También descubrimos que nuestro objetivo había marchado de la ciudad y nada más podíamos hacer dada la pérdida de tiempo que los acontecimientos, falta de información y mala estrategía, habían provocado. Con la llegada de refuerzos de Middenheim logramos escapar y dirigirnos tras el rastro del artefacto, tal como ordenó Artzmann.

Debo de hacer un inciso aquí pues debo recalcar que tras la batalla contra los pieles verdes nuestro líder, Heinrich Arztmann, perdió su valor y no volvió a dar una sola orden hasta que logramos salir de lugar, dejándonos desorganizados y débiles ante su falta de compromiso por la misión y de fé.

Llegamos a Middenheim, ciudad en la que, según informó la mujer, se había refugiado el artefacto. Allí la incompetencia de nuestro líder se hizo aún más palpable y perdimos varias horas siguiendo, las pocas veces que decía algo, órdenes inconexas y sin ningún sentido. Finalmente, con el apoyo de todos mis compañeros, decidí tomar las riendas del asunto y dirigir yo mismo esta gesta tan importante para todos tras explicar a Herr Arztmann debidamente y con todo mi respeto las faltas en las que estaba incurriendo y lo que su mal hacer estaba provocando. El inquisidor, con su valor roto, no hizo más que encogerse de hombros y continuar sumido en el miedo.

Y he aquí donde nos encontramos. Tras seguir mis órdenes tenemos el apoyo de las grandes fuerzas de esta ciudad ignorante de las proezas de Sigmar. Sus hechiceros nos ayudarán, su guardia está informada y predispuesta contra el enemigo y los lobos comenzarán a buscar al hereje que porta el artefacto.

Como ya le dije le dejo algunos consejos e informes sobre mis compañeros.

Maul. Él es el ejemplar perfecto del guerrero que todo Sigmarita debería ser. Brutal, devoto, valiente, honorable, callado, suspicaz y con un martillo capaz de aplastar la cabeza de cualquier orco o hereje que se ponga por delante. Él ha sido el mazo que ha protegido a nuestro grupo durante todo este tiempo.

Herr Katherina Müller. Es una mujer tenaz, valiente y devota, ha infundido valor a los miembros del grupo que tantas veces han perdido el control (las personas que os muestro más adelante), los ha curado de sus heridas y les ha recordado que su misión es más importante que cualquiera de sus problemas. Temo que sin su presencia Arztmann se habría derrumbado mucho antes y nuestra misión habría sido un fracaso.

Lazár. Un explorador callado y efectivo en el combate. Simple carnaza sin más defectos ni aptitudes. Fácilmente reemplazable.

Gabriella Klara Von Hauss. Esta mujer ha faltado al respeto de nuestro grupo, de vos señor que le diste una orden fácil y clara, a nuestra Sagrada Orden de los Templarios de Sigmar y al propio Imperio. Se mostró en todo momento poco colaborada y poco dispuesta a informarnos de lo que sabía, complicando en mucho nuestra misión. Si hubiera caído antes de que la obligáramos a hablar habríamos perdido mucho tiempo e, incluso, haber provocado que fracasásemos en nuestra misión. Creo que lo más justo, dado que a ella no le gusta hablar demasiado, sería cortarle la lengua. Por mucho menos hemos ajusticiado a herejes y traidores pero no creo que sea conveniente enemistarnos con su gente. Con ese justo pago creo que será suficiente.

Heinrich Arztmann. Algunos ilustrados pensamos que los rasgos de las personas pueden decirnos que son en realidad. Le puedo asegurar que si tuviera algo más de vello sería difícil distinguir a este hombre de un skaven pues su rostro y su forma de actuar son iguales. Taimado, manipulador, mentiroso, cobarde y traidor son sólo algunos de los adjetivos que lo describen.

Decir de él que mientras no existieron problemas abusó de su posición y de su poder adjudicando deshonrosas tareas a nosotros, sus compañeros, de forma arbitraria y según sus deseos. Nada dijimos pues nosotros, guerreros de nuestra sagrada orden, sabemos que seguir las órdenes es un deber. Sin embargo es cuando empezaron los problemas cuando se demostró que este hombre es enemigo de sus aliados. Tras varias órdenes absurdas que casi nos matan perdió la fé en Sigmar y su capacidad de razonar, envuelto en el almizcle del miedo y de sus propios fluidos corporales.
Desde entonces su actitud fué más errática si cabe y a duras penas conseguí mantener el grupo unido gracias a dos de mis compañeros que se mantuvieron firmes cuando todo parecía perdido. Actualmente hemos perdido mucho tiempo por su culpa y seguramente nuestra misión ya estaría completada si no fuera por su presencia.
En Altdorf cualquiera hubiera pensado que sería un buen líder pero ahora se ha demostrado que no. Creo que su justo castigo sería la muerte, usando para ellos uno de sus parientes, una rata. Atraparíamos esta sobre su estómago y la asustaríamos hasta que el animal, asustado, excavara un agujero entre las tripas del acusado para salir, matándole de esta manera y haciéndole pagar todos sus pecados. Si continúo con vida me ofrezco para realizar tamaña justicia.

Un saludo, su siempre fiel Thalber de Wurtbad, miembro de la Sagrada Orden de los Templarios de Sigmar.

Maul iba a decir algo cuando el berrido de su compañero le corto en seco, dejandole con cara de estupor ante la escenita que estaba protagonizando el explorador y el berrido que no contenia precisamente ninguna buena noticia para ellos.

Calmate Lazar se acerco Maul al explorador para echarle una mano ante la evidente crisis que estaba teniendo  a ver deja de gritar y explicanos a que viene este numerito Herr....enarco la ceja Maul que ya estaba por si las moscas pensando en si comprarse un martillo nuevo por que a este le iba a dar sobre uso...

Lazár se dobló en dos, apoyando las manos en sus rodillas y tomando aire en profundas aspiraciones, tratando de recuperar el resuello perdido.

-Arf... agh... arf... La... La Luna Roja... una mujer... en la calle... el portero salió corriendo tras ella del local... mientras la mujer caía al suelo... arf... enferma, vomintado, con úlceras y pústulas reventando por todo el cuerpo... horrible, esa mujer murió gritando de agonía en un charco de su propio pus, lo mismo que los enfermos de la plaga en Altdorf.

Lazar pareció recuperarse lo suficiente como para erguirse, y siguió hablando sin apartar la vista de Thalber, el claro líder del grupo en aquellos momentos.

-El portero del local corría como alma que lleva el diablo, pidiendo ayuda a gritos a la guardia y a Sigmar, y gritando que unos hombres que habían traido la peste lo querían matar. Señor, vine corriendo a buscarlos mientras en la calle cundía el pánico entre la gente, y se comenzaba a llamar a la guardia, dí el aviso a los pocos que me crucé de camino aquí, señor.

Thalber miró con frialdad a Lazár por su comportamiento, por sus muestras de temor y cobardía. Sin embargo sabía que no era el momento para enseñarle el valor que debía tener un hermano de la sagrada Orden.
Además, seguro que ha aprendido de nuestro valeroso líder -pensó mirando a Arztmann.

Cuando escuchó sus últimas palabras sobre el portero del local y sus gritos el cazador casi se queda mudo. Sin embargo lo que hizo fue empezar a dar órdenes a destajo.

Lazár, encabeza la marcha junto a Maul y guíanos hasta allí. Herr Müller, conmigo. Gabriella y Arztmann en la retaguardia, allí estaréis más a salvo -ordenó mientras comenzaba a correr a toda velocidad, agarrándose su peculiar sombrero para que este no se le escapara durante la carrera.

Si tenemos suerte alguien nos atacará por la espalda y nos hará el favor de librarnos de esos dos y la bruja y la rata nos avisarán de su llegada.

Mientras corría Thalber se acercó a Her Müller y le susurró algo al oído.

Si caigo antes de terminar la misión te pido que cojas de mi cuerpo el informe que he escrito. En él he informado de lo ocurrido hasta ahora y quisiera que se lo transmitieras a nuestros superiores -le pidió a la mujer con un tono más de amigo que de líder, algo extraño en él.