Partida Rol por web

-Profesor Saitsef, ¿de que se trata esto?- preguntó el profesor Bishop, pero sin esperar a la respuesta de pie, se dirige a la señora Woliski y la hace sentarse sobre el sofá pegado al muro de las habitaciones -Por favor, debe tranquilizarse, permita que me encargue del asunto- dijo mientras se tomaba su bastón para ir a la puerta de la señorita Gutierrez, daba la impresión que el señor Bishop no creía que la señorita Gutierrez estuviera muerta, mas bien profundamente dormida y Petula se había impactado al no poder despertarla ¿tal vez?. Una vez en el umbral y sin mirar al interior, el profesor Bishop pide:

-Quizás alguien sea tan amable de prepararle una taza de té para que se calme- dijo sin mirar a nadie en especifico y se introdujo a la habitación.

Escuchas la voz de Bishop.

-Profesor Saitsef, ¿de que se trata esto?- preguntó el profesor Bishop, pero sin esperar a la respuesta de pie, se dirige a la  -Por favor, debe tranquilizarse, permita que me encargue del asunto

-Quizás alguien sea tan amable de prepararle una taza de té para que se calme- dijo sin mirar a nadie en especifico y se introdujo a la habitación.

Con ansiedad, miré al señor Bishop el cual parecía haber escuchado el grito igual que yo, eso sólo podía significar que de verdad alguien había gritado. En silencio subimos las escaleras para encontrarnos con el doctor y nuestra casera, que mostraba signos de histerismo.

—¿Muerta? Pero... No, no puede ser, seguro que sólo se ha tomado alguna pastilla para dormir tan de moda hoy en día y no se está enterando de nada. Ya verá señora Woliski como Dolores está perfectamente.

Me giré hacia Jonathan asintiendo a sus palabras, sería yo quien fuera a la cocina a preparar té para todos. Aunque sentía curiosidad por saber qué había visto la señora Woliski en la habitación de Dolores, no creía que fuera muy prudente ser yo la primera en asomarme al cuarto, eso era mejor dejárselo a los hombres.

—Yo misma lo prepararé.

Pero aún no hice ademán de bajar a la cocina hasta que el señor Bishop no entrara en el cuarto de Dolores para confirmar lo que había pasado.

Anne muestra entonces sorprendida, se le veia asustada

—¿Muerta? Pero... No, no puede ser, seguro que sólo se ha tomado alguna pastilla para dormir tan de moda hoy en día y no se está enterando de nada. Ya verá señora Woliski como Dolores está perfectamente.

y ante el deseo de Bishop de una infusion dice

—Yo misma lo prepararé.

No podía terminar de asimilar lo que escuchaba y veía.

¿Qué Dolores había muerto?

¿Cómo era eso posible y como Petula lo sabía si la chica había cerrado su puerta con fuerzas?, Merde!, Yo mismo la había visto hacerlo!

No podía permanecer ni un segundo más en mi habitación, así que sin muchas precauciones respecto a la vestimenta, salí con premura en mí andar hasta donde todos estaban en este momento.

¿Qué ha pasado?, atine a decir incapaz de elucubrar una mejor pregunta aunque dadas las circunstancias que ahora me tocaban vivir, era hasta entendible.

Apenas intentaba dormir de nuevo, escucho un ruido seco y después un grito, salgo a toda prisa de mi habitación, todavía vestido de la misma forma que baje a tomar agua y veo a la Sra Woliski descompuesta, extiendo mi mano a su hombro y le pregunto: -¿qué sucede Sra W...

habla la Sra:-Esta muerta, oh mi Dios, Dolores....por todos los santos, ohhh no... terrible terrible-

. me interrumpe y en eso suben las escaleras Bishop y Collins.

El profesor se dirige a mí

 -Profesor Saitsef, ¿de que se trata esto?-

todavía impresionado por la inesperada noticia respondo volteando a la habitación de la Srita Dolores -Pe..Pero si la acabo de escuchar cantando- Veo como el profesor se encamina al cuarto y lo sigo. 

Escucho la disposición de la señorita Collins para preparar un té y veo de reojo que el Sr Lusting sale de su cuarto, mientras voy repasando en mi cabeza la forma de tomar signos vitales.

Jonathan Bishop entra a la habitación acompañado del El Dr Saisef le toma el pulso a la mujer. Esta muerta.

Encuentra a Dolores en el piso con una cara horrible, murio con los ojos abiertos y con la boca  abierta como quien trata de gritar, sus cabellos estan humedos. Su cuerpo esta en el suelo, cerca al mueble de la mesa de noche. Esta vestida con una piyama larga y de color negro.

El cuarto en general se encuentra en extremo desordenado.

No puedo soportar la impresión de relacionar mi sueño con la realidad, me siento muy nervioso e impactado, aunque conozco de primeros auxilios y algo he estudiado de medicina, pero nunca me había topado con un cádaver con el que hubiera interactuado hace pocas horas.

Me tapo los ojos, quedo hincado sosteniendo la mano de la mujer y le informo al profesor -Ya no se puede hacer nada por ella-

La mirada perdida y vítrea de Petula y su actual mutismo me obligan a adentrarme en la habitación de Dolores en busca de respuestas a lo que escucho.

Pero no llego a hacer más de dos pasos en aquel lugar cuando veo el cuerpo de la mujer, y la horrenda expresión que lleva plasmada en su rostro.

Un súbito frio perla de sudor mi frente a la vez que una descarga eléctrica se ensaña con mi columna aflojándome las rodillas.

Debo apoyarme un momento en la pared si no quiero caer, mientras con la otra mano tapo mi boca sellando en el proceso el profundo grito que se está gestando en mi alma.

No puedo permanecer más tiempo allí y menos mirar a la que fue Dolores y es por esto que libero a mis ojos de tan cruel espectáculo dejándoles vagar por el cuarto a su gusto por un instante.

Antes de salir de la habitación terriblemente impactado.

El profesor Bishop cojea hacia el interior de la habitación, perdido en las neblinas de la duda y ansiedad. Cuando finalmente encuentra el cuerpo de la señorita Gutiérrez, la primer reacción del hombre es hacer a un lado su bastón mientras se inclinaba sobre ella. Era obvio que estaba muerta, no había forma de negar la realidad. Con cuidado cerró los ojos y la boca de la delicada mujer mientras le acomodaba en una posición como dormida, con los brazos a los costados y la cabeza ligeramente hacia la izquierda.

Con cuidado el profesor inspecciona la habitación desde su lugar, era mas que evidente que algo ocurrió en la habitación que desató el caos, pero, ¿fue producto de una pelea?, ¿o fue algo que la señorita hizo por si sola?. La ventana, la cómoda, la cama y el resto de los muebles, intentó memorizar todos y la forma en que se encontraban, por que esta muerte no daba la apariencia de ser natural...pero el profesor apartó ese pensamiento por un momento para después observar al doctor Emil Saitsef y en un susurro para que su voz no saliera de la habitación, pregunta -Profesor, ¿puede usted identificar la razón del deceso?- 

Después de pensarlo unos segundos, al fin y al cabo yo tenía ciertos conocimientos de primeros auxilios y quizás la joven había sufrido algún tipo de desvanecimiento, y vencida por la curiosidad me olvidé de bajar a preparar el té y me asomé a la habitación de Dolores. En un primer momento me quedé paralizada al ver a la mujer sin moverse, sin respirar ni hacer ningún otro gesto pero, rápidamente, recobré la compostura y, después de escuchar los comentarios de que en verdad estaba muerta, mis conocimientos poco podrían hacer allí.

¿Qué le podría haber sucedido? Dolores, a pesar de que quizás llevara una vida disipada, era una mujer joven y parecía fuerte, en ningún momento me había dado la impresión de que sufriera enfermedad alguna. Entonces, ¿por qué estaba muerta? Algo malo tenía que haberle pasado, la gente no se moría así como así sin causa aparente.

Me quedé cerca de la puerta, observando toda la habitación a mi alrededor, intentando descubrir algo de la vida de la joven que se mostrara a simple vista, o algo que no pareciera encajar en los objetos propios de una joven atractiva como había sido Dolores.

—Qué tragedia. —Me llevé la mano a la boca al decir aquellas palabras. Dolores no era alguien cercano a mí pero no dejaba de ser un ser humano al que la muerte había buscado demasiado pronto—. Me desperté con un grito, me imagino que fue ella la que gritó. Eso sólo puede indicar que se dio cuenta de que algo iba mal ¿verdad?

Una vez la miras y revisas tienes casi claro de que se trata de una asfixia. Si bien lo raro es que no ves marcas en el cuello, el color de los ojos y las uñas, te indican que murió por falta de oxigeno.

Realmente te impresiona que la mujer tuviera los brazos extendidos  hacia arriba, el mueble de la mesita de noche, cercano a su cabeza esta  corrido o movido. Los ojos  y expresion de la boca abierta establecen pánico. La habitación esta hecha un desastre todo revolcado.

En realidad ves mucho desorden, la expresión de la difunta te confunde y casi por el nerviosismo no puedes ver nada más.

Oh no no no no- llora la mujer,  ¿porque?... dice muy nerviosa... yo fui la que grite, ella no lo hizo, estoy segura- dice llorando- solo escuche un ruido y subi...

Se tapa los ojos  y llora amargamente

Miré a la señora Woliski un tanto sorprendida, así que el grito que había escuchado lo había dado ella. Pero no era eso precisamente lo que me había llamado la atención... Había escuchado un ruido, un simple ruido, ¿acaso los inquilinos no hacían ruido en sus habitaciones? ¿Acaso la señor Woliski se dedicaba a espiar a sus huéspedes?

Dejé de lado esos pensamientos pues de poco servirían en esos momentos y presté atención a la posición de Dolores y al revuelo de toda la habitación. Sin lugar a dudas allí había sucedido algo terrible y la muerte no podía ser accidental y, mucho menos, natural.

—Miren su expresión... Parece... parece que un gran terror la invadió antes de morir.

Pero qué podía haber visto u escuchado para provocar tanto miedo.

—Y este cuarto todo revuelto... ¿Cómo es que ninguno de nosotros ha escuchado nada? Bueno... excepto usted señora Woliski. Pero yo ocupo la habitación de abajo, tendría que haber oído revuelo o algo ¿no creen? Mi sueño no suele ser tan profundo y quien haya provocado esto tuvo que hacer mucho ruido.

O por lo menos así lo creía yo.

Me descubro los ojos, al bajar mi mano veo como la expresión de la Señorita Dolores ha sido cambiada por el profesor Bishop, en seguida me hace la pregunta y yo me quedo sorprendido ante su tranquilidad en tan horrenda y fuera de lo común situación.

-Ehh...sí ... permítame...- Me acerco a los labios y noto cierta coloración morada, de igual forma reviso los dedos de la mano que aún no dejo de sostener y me fijo que las uñas también presentan tintes morados.  -mmm... eh...tiene signos evidentes de asfixia... pe-pero no hay marcas en su cuello... -trato de decir en voz alta sin que se note mi nerviosismo, mientras muevo la cabeza de la señorita de un lado al otro, por último y con dedos temblorosos abro su boca para ver si hay alguna obstrucción en su garganta que le ocasionara tan terrible muerte.