Partida Rol por web

Debe ser este post pero no lo tengo visible para mi.

Cita:

 Xiaoyan desmonta en silencio de su caballo y prepara sus nunchakus.

Parchan, imitando a sus compañeros, desmonta cubriéndose con el caballo preparado por si no entendieran al 'comité de bienvenida'

Hay un momento de silencio ante las palabras de Girac. Finalmente uno de los arbustos se mueve y aparece un hobgoblin vestido con una armadura en bastante buen estado, aunque hecha evidentemente de diversos restos que han sido cuidadosamente unidos entre sí.

El gran trasgo lleva entre sus manos una ballesta con la que apunta a Girac.
- Estais en nuestro territorio, intrusos. Mis hombres os rodean y si os resistín dispararán. Decid qué quereis y quienes sois - habla en una lengua esclava bastante tosca, pero reconocible.

Evito dejarme impresionar por la amenaza del grantrasgo, lo que les mostrarías una imagen contraría a la que deseo que contemplen, y le respondo en el mismo tono que antes.

- Buscamos a la tribu de Lhesh Gormaysur y a su actual jefe. Eso es todo lo que necesitas saber.

Me mantengo firme, casi desafiándole a que se atreva a disparar su ballesta y sufrir las consecuencias de esa locura.

El clerigo observa con silenciosa satisfaccion el encuentro. En dias previos habia gastado sus fuerzas mentales, elucubrando posibilidades ante el mismo y ahora que se daba le complacia que este se diera asi. Era mucho mas sencillo de este modo.

Lamentablemente Girac le roba la palabra, alerta como era de esperarse en el ante un posible peligro. De todos modos, sus palabras son satisfactorias... Briareos guarda silencio pues, de momento, estudiando los rasgos del hobgoblin ante posibles mentiras, por si no llega a ser de la tribu que buscan o trata de disimularlo... Asi mismo, en prevencion, su diestra va lentamente a su simbolo sagrado, preparandose a conjurar...

- Si vais a ver a mi jefe debemos desarmaros - dice tras unos largos instantes como si hubiera tenido que meditar tus palabras

Eso no va a ser posible. - Intercede Morzog.

No somos unos simples mensajeros armados toscamente con armas mundanas. Somos hombres de élite, héroes de nuestra civilización. Mandados para establecer relaciones diplomáticas con la tribu de Lhesh Gormaysur ... relaciones muy beneficiosas para ambos lados, pero sobretodo para vosotros.

Desarmarnos es una tontería, aparte de un insulto, pues nuestras capacidades están mas allá de lo real.

Somos capaces de desenvolvernos por la naturaleza como si fuera nuestra y domar a sus bestias. - Dice con una reverencia a Girac.

Capaces de canalizar la ira de los dioses y reprender a los entes sin vida. - Añade con una inclinación de cabeza a Briareos.

Camina para rodear un poco al grupo mientras con la mano abierta apunta a Xiaoyan. - Nuestros grupo es capaz de romper huesos y armas con las manos desnudas.

Las sombras de la noche nos cobijan, y nuestros pasos pasan inadvertidos ante los guardias mas atentos. Justo antes de encontrar una silenciosa muerte en nuestras manos. - Dice con voz confiada hacia Zandar.

Y la magia, teniendo a varios magos entre nosotros, no oculta secretos a nuestro conocimiento. - Termina finalmente apoyando sus manos en los magos con educación.

Viendo que sus palabras quizá no terminen de impresionar al simple trasgoide, Morzog cambia su tono de voz para añadir.

Por supuesto, puedes intentar desarmarnos y provocar nuestra ira.

Quizá no es momento de palabras y tendremos que abrirnos a través de la sangre y la muerte hasta llegar a vuestro líder con vuestras cabezas colgadas de nuestros cinturones como muestra de vuestra falta de educación.

Su voz es amenazadora y parece que Morzog se crece con cada palabra lanzada con veneno.

En ese momento abre la capa que le cubre el cuerpo para mostrar sus horribles cicatrices y como su armadura cuelga de ganchos clavados en su carne demostrando la constante agonía a la que Morzog somete a su cuerpo ... un cuerpo desfigurado, cortado y medio despellejado ... un cuerpo en el que alguien ha sacado a golpe de cuchillo cada gramo de carne que podía sobrar, dejando una lánguida forma esquelética que recuerda demasiado a la muerte.

Sabe pues que no nos tomamos los insultos a la ligera y que nuestros enemigos mueren lenta y agonicamente en mis manos, manos capaces de arrancar cada gramo de piel y carne de vuestros huesos ... pero capaces de mantener vuestra fugaz vida ... lo suficiente como para que el infierno parezca un lugar agradable.

Elije bien tus palabras trasgo, pueden ser tus ultimas.

Zandar asiste al intercambio de sutilezas y a la posterior amenaza de Morzog sin poder evitar un escalofrío cuando su compañero se levanta la túnica. Nadie puede estar tan loco como Morzog y ser tan convincente.

Tras la impresionante demostración de los conocimientos de Morzog de cómo tratar al gran trasgo, prefiero quedar en silencio para no estropear su efecto. Eso si voy preparándome repasando mis conjuros por si requiere una demostración de fuerza.

Tras dejar la palabra a quien se encontraba con mayor información y en mejor disposición que él, Parchan se da a conocer cuando Morzog hizo su referencia.

Tras el alarde de locura y fuerza, los bellos de la nuca se le erizan ante las palabras de éste, conteniendo por poco la compostura - menos mal que está de mi parte - pensó entre sudores.

Una ligera elevacion de cejas ante la extensa pero adecuadamente elaborada y certera presentacion que hace de ellos Morzog es cuando puede apreciarse en el rostro de Briareos, pero un observador mas atento le notaria en su postura que esta complacido. Esta vez, la elocuencia bardica del enmascarado no ha sido desperdiciada, y dificilmente dejara de tener efecto en la criatura, que ya se mostraba de por si vacilante a los ojos escrutadores del clerigo, por lo que la aprueba. 

Por ende guarda silencio y acaricia su sagrado amuleto, manteniendo la vista fija en el interlocutor que los hobgoblins han elegido, atento a su reaccion. Si la pobrecilla criatura no responde apropiadamente, se metera en un brete...

El primer discurso del humano había hecho dudar a Drezdrurg, primer jefe de la fuerza primera de la tribu del Grande y Nunca Suficientemente Ponderado Lhesh Gormaysur. Tenían bemoles los malditos pieles delicadas, y para colmo no era el primer grupo de gente así que veían los últimos dias. La situación ya era suficientemente delicada. Además estaba seguro que su lugarteniente ambicionaba su puesto y sus hembras, y no podía dejarse comer el terreno. Un error atacando a quien no debía, o dejando entrar a quien no debía, podía ser desastroso.

Calculó mentalmente. Eran quince, tal vez pudiera ganar a los humanos. Pero tal vez no. Les habían descubierto, y eso que parecían estar bien escondidos.

Pero entonces el humano volvió a hablar, y parecía como si el mismo dragón oscuro que según las leyendas devoró una de las lunas del planeta hablase con su misma voz. Un escalofrío atravesó de pies a cabeza al gran trasgo quien no tuvo, repentinamente, ninguna duda que los desconocidos eran sobradamente capaces para cumplir sus amenazas. Sólo su fuerza de voluntad le impidió arrodillarse ante ellos y suplicar clemencia.

Eso y su sentido del ridículo. Era un guerrero, después de todo. Para rematar la escena uno de sus hombres estaba temblando de miedo. Se dijo a sí mismo que debía azotarlo esta noche. Además eso sería bueno para la moral.

No era el único que temblaba. Una de las dos mujeres, obviamente una esclava, no como la otra que debía dominar algún poder mágico si mataba con las manos como aseguraban, temblaba y lloriqueaba mientras el otro humano hablaba. No es que tuviera dudas que dijera la verdad, pero si las tenía el obvio miedo de la esclava las disipó.

Ahora solo estaba como no quedar como un idiota

- No es necesario. Lo que habeis dicho me convence que sois ilustres guerreros de nuestros aliados de la Ciudad de las Cadenas. - dijo Drezdrurg sin poder evitar un tono servil y casi acobardado- No quiero insultaros tocando vuestras armas. Será un honor llevaros hasta mi lider

Morzog asintió lenta y educadamente con su cabeza mientras volvía a cubrir su cuerpo con la capa.

Dirige una mirada a sus compañeros, antes de seguir al goblinoide. Con el rostro  y los dedos simplemente, hace un gesto de que reasuman la formacion de combate, con los magos al centro.

Sin embargo, con los dedos cruzados indica una variante que ya habia planeado cuando fuera el momento de entrar al campamento... Hace la señal a Zandar de que se retrase y ocupe el lugar de Morzog en la retaguardia, de modo que este pase al frente, donde pueda volver a usar esa labia rapidamente si hace falta, y asi tambien el picaro guerrero pueda cuidarles las espaldas... Combativamente lo importante ahora no es cargar ciegamente sino tener un seguro de escape si Gormaysur no resulta razonable (es decir, los ataca), y con el y la monje para garantizarlo, el grupo lo obtiene...

Marcho en la posición estipulada haciendo ver que en lugar de un campamento de estas criaturas estuviera paseando a caballo por una de las principales avenidas de Nigerthia. Por si acaso el estuche de las varitas sigue abierto asegurado en la silla de montar de forma que simplemente alargando la mano este listo para actuar.

Seguís al grupo de gran trasgos hasta su guarida. Aunque pronto comprendeis que más que guarida habría que hablar de villa o aldea. Los tiempos de guerra han permitido a los gran trasgos medrar a un nivel superior al de la civilización al que os tienen acostumbrados, o eso, o los gran trasgos de esta zona están mas avanzados que los del mundo natal de los nigerthianos.

En efecto, tras acompañar a los gran trasgos por varios senderos enclavados de forma natural entre las colinas, ascendiendo de forma constante y bastante empinada por un sendero desbrozado y con signos de ser usado habitualmente, veis dos torres de madera que se encuentran dentro de una villa, que veis poco después, y que está rodeada de un foso y provista como defensa de una tosca pero con apariencia firma empalizada de madera.

Al acercaros veis como hay varios guardias en las torres que, al comprobar que estais acompañados por un partida de guerra, no os atacan ni hostigan. Frente a la puerta de entrada hay dos jaulas de aspecto desagradable, colgadas de dos maderos, así como dos estacas puntiagudas, cubiertas de sangre reseca. Pero no hay ni prisioneros ni cadáveres en unas ni en otras.

Drezdrurg ordena a los guardias abrir la puerta, y accedeis al interior de la villa. Por doquier un elevado numero de gran trasgos os miran con sorpresa, interés, y en algunos casos, odio indisimulado. Uno de ellos incluso coge algo de barro del suelo y lo lanza hacia vosotros, pero no llega a golpear a ninguno, y antes que el ejemplo se extienda, Drezdrurg da una orden en trasgo a uno de sus hombres que se acerca y golpea sucesivamente con la parte roma de su arma al ofensor, hasta que este se encuentra en el suelo cubierto de sangre.

Es dificil calcular cuantos gran trasgos habrá aquí, pero sin duda son varios cientos. Hay un gran edificio central, el único con partes de piedra, que suponeis será donde se encuentre el líder. El resto son chozas de barro y madera, más bien hacinadas, y cercanas al edificio central. Varios pozos artesanales están en el poblado.