Partida Rol por web

Morzog tuvo que reprimir sus ganas de aplaudir al clérigo.

Observó por encima la reacción de los trasgos de alrededor mientras pensaba.

Lejos de la ciudad, en un poblado trasgoide, rodeados de trasgos con aparente desprecio y hablando con su cacique que tiene a un ogro como mascota.

Si, el devoto de Hextor ha elegido un buen lugar para demostrarnos su incompetencia.

Los pensamientos del torturador eran un poco cáusticos ... no en vano el era un diplomático, un experto en negociaciones y en todo a lo que el ámbito social requería ... que el clérigo le quitara su trabajo no le había sentado muy bien.

En su interior esperaba que el líder trasgo situara al clérigo en su lugar con un par de golpetazos, con suerte eso haría que Briareos dejara de mirar a sus compañeros por encima del hombro.

Con mas suerte lo mataría.

Sonrió bajo la mascara y centró de nuevo la vista en la conversación en curso.

 Xiaoyan contempla con desmayo la poco afortunada intervención de Briareos, y se alegra de no haber sido ella quien metiera la pata.

Una mueca de nerviosismo apareció en la cara de Parchan, que controló inmediatamente. Él se había mantenido en un segundo lugar al ser consciente de sus capacidades, y las negociaciones con el enemigo sabía que no eran lo suyo. Pero el clérigo, haciendo lo que solían hacer en ese momento, intentó apuntarse su momento de protagonismo, para gloria de Hextor, e hizo lo que hacen siempre éstos acostumbrados a ser el ombligo de su mundo; tratar a los demás como inferiores y siervos sumisos. Aunque no era la actitud más apropiada.

Quizás si hubiera esperado a que Morzog hablara...

No era tan solo las palabras. Era el tono en que se pronunciaban. La forma de mirar, de comportarse. Era obvio que los gran trasgos habían percibido como insultos las palabras de Briareos. Quizás no insultos mortales, pero insultos. Todos os dais cuenta que tras la intervencion de Briareos la tensión se palpa en el ambiente. Muchas gran trasgos han torcido el gesto, otros han acercado la mano al arma. Un murmullo indignado en lengua goblin surge de muchas bocas. Y todos los que saben esa lengua perciben que no es una buena noticia.*

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Spoiler (marca el texto para leerlo):

- dice el lider gran trasgo hablando en trasgoide en tono que deja relucir rabia tras unos segundos de silencio-

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Morzog suelta un suspiro de resignación.

Será mejor que intervenga antes de que cuelguen nuestras cabezas en picas.

Desmonta de su caballo y se acerca al líder trasgo haciendo una profunda reverencia, sabe que espera respeto para que su pueblo lo respete y como buen cortesano no tiene reparos en hacerse el pelota.

Sin embargo cuando empieza a hablar en trasgoide, sus palabras suenan a una seria amenaza.

Regalos? - Dice con fingida sorpresa. - Traemos muerte, traemos destrucción ... traemos ríos de sangre que llenaran los valles.

Deja unos segundos para que las palabras entren en la dura mollera del trasgo, antes de rematar su pequeño discurso.

La sangre de tus enemigos gran Lhesh Gormaysur.

Nuestro imperio está en aras de la expansión y tu tribu, entre todas, es la mas fuerte. Es por eso que hemos venido a buscar alianza.

Y como comprenderás eso no se hace en publico.

Disculpa las toscas palabras de nuestro bufón, lo tenemos para entretenernos pero a veces nos pone en mas de un compromiso. - Morzog sabe que ha lanzado un insulto a su compañero, y también sabe que esa "humillación" en publico saciará la rabia del gran trasgo.

Aparte de que disfruta con ello.

 Xiaoyan no habla el idioma de los goblin, pero tampoco le hace falta para connotar el tono de amenaza contenida de las palabras del Lhesh.

 Morzog, di algo, o tendremos que salir de aquí a tortas, dice en un susurro.

 Por lo demás, mantiene una sonrisa en los labios, como si nada de aquello fuera con ella.

Morzog suelta un suspiro de resignación.

Tirada: 1d20(+17)
Motivo: Diplomacia
Resultado: 18(+17)=35

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Mejor que hubiera esperado a lanzar el conjuro. No es nada agradable lo que estoy oyendo que desean hacernos. Si la intención de Briareos era ser él y Hextor tener el protagonismo lo ha conseguido y puede que durante estaciones lo recuerden. Esperemos que no quieran quedársenos de recordatorio y advertencia para otros enviados.

Mientras intento poner mi cara de concentración como cuando estaba en la Academia de Magia divagando mientras repetían una cosa por enésima vez.

Al oír a Morzog vuelvo un poco de color a mi cara a la espera de la reacción del líder.

 Xiaoyan pone cara de haber entendido todo lo que se decía, mientras fija en su rostro una sonrisa feral, llena de dientes, como advertencia de que pueden respaldar sus palabras con acciones.

Escuchálos. Criaturas salvajes, poco más que animales.

Me digo a mi mismo, mientras me mantengo firme impidiendo que el miedo a que nos ataquen llegue siquiera a germinar, porque de seguro su valor residiría en su número y el miedo a sus líderes. Así que si deseábamos imponernos, posiblemente acabaríamos combatiendo contra algún mostrenco en una batalla ritual o algo por el estilo.
Deberíamos intimidarlos y aterrorizarlos, al igual que hacían sus jefes... y el ogro sería un objetivo ideal para lograr esa tarea, por lo que fijo mi atención en él en vez del jefe y la palabrería sin sentido de Morzog.

Tras las palabras de Morzog hay un silencio en la multitud de gran trasgos que os rodean... hasta que es interrumpido por las risas del lider gran trasgo, que palmea con fuerza sobre el suelo.

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- dice el lider gran trasgo en su gutural idioma -

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- continua dirigiéndose a Morzog-

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Tras estas palabras el lider gran trasgo entra en su casa, junto al ogro, dos gran trasgas con ropajes en donde se ven numerosos fetiches y abalorios, y dos de los soldados presentes.

Zandar no entiende nada de lo que dicen pero el gesto de furia se ha evaporado de las caras de los trasgos para ser reemplazado por un gesto mas relajado y confiado. Casi alegre.

Algo me dice que Morzog lo ha conseguido. Y afortunadamente esta vez no ha tenido que quitarse la ropa.

Al mencionar el desnudo de su compañero se lleva la mano a la boca como squisiera provocarse el vómito mientras sonrie a Girac.

Morzog hace una reverencia y luego indica a sus compañeros.

Somos sus invitados, entremos a su casa ... intentad ser educados.

Al pasar al lado de Briareos, le da una palmadita en el hombro.

Sobretodo tu.

Y dicho esto Morzog entra en la casa.

 Xiaoyan desmonta y sigue a los demás a casa del Lhesh,sin hacer comentarios, pero controlando todo lo que les rodea.

Joanuth también desmonta siguiendo a sus compañeros. Aparte de pergaminos y tratados de magia tienes que aprender cosas sobre los otros pueblos y culturas si quieres que sigan enviándote fuera de Nigerthia y sobrevivir.

Antes de separarme de la montura me aseguro que mi familiar este en su bolsa de transporte no sería fácil de encontrar por aquí y en lugar de gritos de espanto oiría los de comida.

Entrecierra los ojos... Algo le dice que debio preparar ese conjuro anoche, pero siempre previsor a los problemas, su seleccion era ofensiva... por ende, no habia entendido una palabra de la lengua trasga en que se habian comunicado Morzog y el que parecia dirigir aquella aldea. El tono en que habian sido expresadas era el apropiado entre nithgerianos y meros trasgos, pero la respuesta habia sido cuando menos, curiosa.

Las palabras que le dirige el masoquista al pasar refuerzan su suposicion, mañana corregiria aquello...

-Seguro...

Desmonta, dirigiendo una mirada interrogativa a Zandar y Girac. Ellos parece que tampoco comprenden la lengua... Malo. Se asegura por ende de tener todas sus armas listas, y luego baja la esclava tambien, manteniendola a su lado. Hace un gesto al espadachin para que tambien traiga al prisionero indigno, por si acaso...

Luego, se adentra en la casa del jefe trasgo.

La situación se había puesto difícil. Un a vez más, Morzog tuvo que sacarlos del apuro con su dialéctica fluida, incluso en la lengua primitiva de aquelos grandes trasgos. Aunque no había entendido gran cosa, los rasgos faciales, unidos a las últimas palabras de su compañero, le indicaban que habían estado a punto de tener que salir como ratas de aquel lugar.

Tras el intercambio dialéctico, desmontó y siguió a sus compañeros, en el orden establecido.