Partida Rol por web

-No entiendo por que te molesta. Ya habiamos hablado de matar a Acrolis y otros del grupo que no cooperasen... Los necrofagos, solo sirvieron para ahorrar esfuerzos. Resultaron utiles... tal vez el pobre idiota tenia algo de razon al respecto de los muertos...

Sonrie, una de sus rarisimas sonrrisas. Mas esta desaparece rapidamente.

-En cuanto a lo otro, estoy de acuerdo en que el tipo es desagradablemente altanero para un simple indigno... Eso hara su humillacion mas interesante, pero no ahora. Debes ser paciente. Y te recuerdo que si estamos en el ejercito, mientras trabajemos para ellos... Ademas, una cadena de mando debe existir siempre, si queremos triunfar... algo que estamos olvidando en tanto "ir cada uno por su lado". Ahora ve a prepararte para tu guardia.

Digo esto despidiendome de el y dirigiendome a atender al indigno.

Zandar escucha las palabras del monje en silencio. Extrañamente no responde ni abre la boca, sabedor que un amante del orden como su "amigo" jamás podrá entender lo liberador de sus actos.

Zandar suele mostrarse comprensivo con Briareos, sin embargo, esta vez, sus ojos brillan con más intensidad que en las otras ocasiones en que se guarda sus palabras. ¿Tal vez la muerte Acrolis le haya afectado mas de lo esperado? ¿Tal vez se esta cansando de que le digan lo que ha de hacer? Nadie podria decirlo cuando Zandar se da la vuelta muy despacio sin perder de vista al seguidor de Hextor y se aleja lentamente a seguir con los preparativos del cmapamento en solitario. Ni siquiera se molesta en contestar al comentario picante de Xiaoyan

La muerte de Acrolis empezaba a pasar factura por lo que se veía y cada uno afrontaba la situación a su manera mientras que el indigno pagaba los platos rotos y que continuaba imaginándose que éramos un grupo de bandidos o algo por el estilo.
Yo por mi parte, me había mantenido callado, más preocupado por mis propias heridas que no habían recibido la magia de la varita de Morzog que por cuestiones filósoficas sobre cómo enfrentarse a la muerte, aunque la actitud de Zandar la veía más lógica como perversión sexual que como castigo a un prisionero.
En cualquier caso, termino preparme para descansar en previsión de otra noche demasiado corta seguida de un día muy largo.

Mientras estoy preparando las monturas para que pasen la noche oigo la distribución de las guardias. – De acuerdo, Xiaoyan despiértanos cuando sea nuestro turno.

Busco con la vista a mi familiar preocupado porque no se aleje mucho. Doy una vuelta por los alrededores buscando leña, colocando alguna pequeña trampa y buscando algún signo de peligro.

No es un sueño demasiado reparador pero tendrá que bastar. El frío y los sinsabores del día suponen una merma para todos, mas acusada quizas en unos que en otros. Sea como sea el recordatorio de vuestra propia mortalidad no ha dejado a ninguno completamente indiferente.

El día es claramente invernal. El frío es intenso, y una llovizna persistente añade molestia a la incertidumbre el dia que inicia

En la mañana siguiente, Briareos despierta a su guardia con un crujir de huesos... dormir a la intemperie no es lo mas reparador luego de lo vivido, pero debera bastar. Se cobija bajo los arboles, para no ser molestado por la lluvia en el despropicio dia, y comienza sus quehaceres normales.

Dejando que los dos magos recien incorporados preparen sus conjuros y vigilen el entorno, hace lo normal. Esto consiste en preparar el desayuno (nada elaborado, solo calentar las raciones habituales), comprobar sus armas, y luego disponer las cosas de Acrolis para repartirlas cuando todos despierten.

Sin embargo muchas cosas requieren identificacion, y para esto llama a los magicos que vigilan con el, para que aprovechen la varita del mismo difunto...

-Alguno de los dos, encarguese de esto por favor. Asi terminaremos cuanto antes, no quiero más... momentos de compañerismos exacerbados.

Las escenitas como la de anoche desagradaban al clerigo, eran propias de indignos esas discusiones sin provecho o proposito...

Morzog se despereza y observa a Briareos ladrando ordenes como siempre.

No obstante no dice nada.

Aquí está, dando ordenes como si fuera nuestro rey. Me estas empezando a cansar maldito bastardo, pronto recibirás una lección ... mientras tanto continua sembrando desidia.

Piensa Morzog con resquemor.

Zandar se depierta alerta, como siempre. Anoche no soltó a la bestia, sin embargo, parece que de momento no le afecta. Nada de tension, nada de ansiedad. Puede que la discusion de anoche le haya quitado las ganas de diversion. Cuando se levanta y se equipa observa que Briareos ya ha hecho el desayuno. No le apetece comer. Recoge su equipo de acampada y se acerca a su caballo para prepararse para la partida, de camino echa un vistazo al bulto de Xiaoyan, que sigue durmiendo. Cuando ha acabado de empacar en el caballo se dedica a cepillarlo y a susurrarle en voz baja. De alguna forma, el tranquilizar al animal parece ayudar a tranquilizarse a si mismo.