Partida Rol por web

No había mucho que decir ni hacer, únicamente un deber que cumplir mientras la sombra de aquella ultima visión os asolaba en lo más profundo de vuestras almas.

Abatidos, la unidad de la Imperator Custos encaminaba sus pasos hacía el descenso al siguiente nivel mientras un Astaldo observaba curioso el servocraneo que acababa de rescatar.

Ante el grupo se abría el ascensor que daría acceso al siguiente nivel… aproximadamente a unos diez metros por debajo de donde se encontraban los imperiales. No era muy difícil, manejo estándar, palanca para ir bajando y poco más.
Astaldo hizo los honores esta vez, como siempre, el tecnosacerdote era el responsable de cualquier manipulación meramente tecnológica o mecánica, en cualquier caso, las poleas saltaron chispas, chirriaron y el oxido salto ante la fricción… al menos, había energía eléctrica.

El descenso era lento, y la única visión de una capa de óxido macilento no era muy buena compañía, al margen de agradable, pero conforme el chirriante ascensor bajaba el óxido iba adquiriendo tonos más verdes…  verde moco, verde vomito, verde pudredumbre… todos los tonos de verde que os evocaban cualquier cosa asqueroso y repugnante que vuestras memorias e imaginación pudieran mostraros…

Pero el decenso seguía, un minuto llevaba de bajada y aún no se había llegado, entonces, sin aviso, el ascensor se bloqueó. Un estrepito precedió la inesperada parada del montacargas hasta que, dos segundos después le precedió una caída libre.

Miedo, pánico, terror… la muerte se acercaba a velocidad endemoniada, el fin estaba cerca, lo olíais, la vida pasaba por vuestros ojos, pero todos recuerdos malos, recuerdos de muertos, de compañeros caídos, de batallas ganadas pírricamente, tripas, sangre, órganos, el corazón en vuestras gargantas, latiendo hasta la extenuación ¡Y CHOCASTEIS!
Polvo de la herrumbre lo inundo todo, toses, un Shmuel comprobando que tenía todos sus miembros en sus sitio, incluido la entrepierna… un comisario colocándose la gorra y pisando a Lukas al levantarse, una montaña de guardias, unos encima de otros, pero, milagrosamente, vivos… magulladuras varias, polvo entrando en lo más profundo de pulmones de quien no llevara respirador… pero vivos… sobrevivir, que gran sensación… alguna que otra carcajada eufórica saltó de alguno, el corazón bombeaba sangre después de aquella horrible sensación de que habíais muerto.

¿Qué piso estáis?

Esa fue la primera pregunta que saltó a más de uno, pero el cansancio empezaba a aparecer. Órdenes sencillas, guardias montadas y el grupo descansó en aquel pasillo infecto y lleno de agua estancada. Olor insoportable, oxido verdoso por todos lados.

Algunos sufrieron pesadillas, otros no pudieron dormir, pero aquel parón sirvió para reposar músculos y el cuerpo, el pasillo seguía ahí, el olor también, la herrumbre igual y el agua estancada también; pero había una novedad… un ruido de fondo persistente, que seguramente llevaría ahí desde vuestra llegada, pero no habíais sido conscientes hasta ese momento… un zumbido, eterno, un zumbido sin fin, como millones de moscas danzando despreocupadas por el aire viciado y pesado…

Astaldo, por otro lado se pasó buena parte de la noche reparando el servocraneo, y tuvo éxito. El servidor mecanizado levitaba alrededor de astaldo como un perro feliz al que le acaraban de dar de comer…

Deberíamos avanzar - sugirió el comisario mirando con desconfianza el final del pasillo... aquel olor, el zumbido, sin duda, lo intranquilizaban tanto que iba ya con el sable desenvainado y el puño de combate chisporroteando

++++Toxicidad del aire del sesenta por ciento ++++

++++Cero movimiento detectado ++++

++++Formas biológicas presentes ++++

++++Estatus ++++

++++Muertas ++++

++++Putrefacción ++++

La voz mecánica y metalizada del servo cráneo tronó por el lugar sin previo aviso al lanzar un barrido con su auspex

Sturnn, agitado e intranquilo, se aseguró varias veces el correaje del que colgaba su variado equipo aguantaba, comprobó sus granadas, y no por primera vez deseó haber añadido bombas incendiarias al paquete. Se colocó todo el equipo. Apenas había conseguido descansar, su imaginación activa le estaba haciendo la puñeta, y su cara mostraba el cansancio que sin duda se extendía a sus hombres. Aún así, se puso de pie.- Comprobad el estado de vuestros recicladores de aire y el sellado del casco. Ya habéis oido al cráneo, atmósfera hostil.- Se ajustó la mochila, y enarboló el lanzagranadas.- En marcha. Columna de a dos.

Los ultimos eventos le habian dejado algo intranquilo y necesitaba hacer algo o se volveria loco de verdad, asi que guardo el rifle laser y desenvaino una de las espadas. Se coloco en vanguardia algo alejado de los demas para poder evitar cualquier tipo de accidente desafortunado y empezo a hacer pequeñas florituras con la espada: algun giro de muñeca, a veces se lanzaba la espada de una mano a otra, alguna estocada, fintas....movimientos simples de calentamiento

Caminaba con un paso mas firme y decidido que antes, y aunque algunas imagenes pasaban de vez en cuando por su cabeza, la practica con la espada le mantenia concentrado.

Reimius al oir al servocraneo comprobó inmediatamente todos los sistemas de sellado y respiración de su equipo.

En gran medida sentía algo de satisfacción, después de la descarga de adrenalina que supuso la caida, podía sentir casi en el alma que los herejes se encontraban cerca, lo cual le situaba un poco más cerca de cumplir su objetivo.

- Lástima que sea poco probable encontrarme a mi padre aquí - se decía en pensamientos mientras agarraba con fuerza su rifle de fusión y se disponía a avanzar.

Suerte de sus armaduras... porque esa caída mataría a cualquiera que no estuviese bien equipado... El lugar no es mucho mejor que el otro que han dejado atrás, pero un buen descanso, al menos para el cuerpo, les vendrá bien. Pero el descanso no dura mucho ya que el Teniente les ordena iniciar la marcha tras comprobar su sistema de depuración de aire y la máscara ya que el ambiente está altamente contaminado.

Comienza a camina con el arma preparada.

La euforia inicial de McStreen al ver que habían sobrevivido a la caída desapareció al recordar donde estaban, y lo que les esperaba. Esta situación parecía venirles muy grande... Apenas pudo pegar ojo por la noche, lo que habían visto no le dejaba cerrar los ojos sin sentir pavor, aún así siguió realizando su ritual por la mañana, volvió a cambiar la carta de su casco y la devolviendo la que tenía a la baraja.

Seguimos teniendo suerte, seguimos con vida. Pero necesitaremos mucha mas para terminar bien... mucha mucha mas...
McStreen no parecía tener muchas esperanzas de salir de esa con vida, y se le reflejaba en la cara.

Al percatarse del zumbido acercó su mano a su pistola lanzallamas y se aseguró de tenerla en perfectas condiciones. De manera instintiva, con la otra mano llevó la mano a su pistola bólter, pero al ver que el pasillo se extendía bastante, volvió a agarrar con fuerza su Rifle de Plasma, observando posibles recovecos para una emboscada, las fuerzas del caos podían atacar por cualquier sitio, en cualquier momento.

Tras la impresionante caída, Astaldo reviso su equipo para que todo estuviese en su sitio y en funcionamiento. Tras el sobresalto inicial revisó el estado de los demás, y tras asegurarse de que todo iba bien, decidió inspeccionar a donde habían aterrizado. Buscó señales o marcas que le indicasen alguna pista y alguna referencia en los archivos y mapas que tenia.
-Veamos, donde estamos-dijo mientras revisaba sus archivos, y sin levantar la mirada dijo -mmmh, Calavera, Situación Actual en la SubColmena-.

+++ Antiguo nombre borrado +++

+++ Nueva entrada +++

+++ Nombre +++

+++ Calavera +++

+++ Aclaración +++

+++ Disconformidad del 100% +++

+++ Ejecutando orden +++

+++ Subpiso nº cuatro. Planta de depuración +++

+++ Proyectando mapa +++

Sturnn examinó el mapa que proyectaba el servocráneo. - Parece mentira la cantidad de información que puede tener un mapa sin decirte absolutamente nada.- Musitó.- Bueno, señores, - dijo ya voz alta para la escuadra.- ya han visto lo que dice la calavera. A la sala de control. Veamos que maravillosas sorpresas se esconden tras la puerta número uno. Venris, Krugbarg, tomáis punta; el resto en columna de a dos detrás, Abnr y Astaldo en el centro de la formación. Vamos. Atentos a posibles emboscadas y prestad atención a puntos de acceso no marcados en el mapa.

La parte buena es que al haber prácticamente un camino a seguir, será más difícil que nos embosquen por la retaguardia.

Adelante pues, cuanto más tiempo permanezcamos quietos, más riesgo correremos.

Avanzo cautelosamente, con una mano posada sobre la empuñadura de mi espada de energía.

Pues yo prefiero ir delante, ahí está mas que claro que tendremos que atacar, por detrás nunca se sabe.. aparte está el comisario...
Ese es el espíritu, Venris... Si vamos a morir almenos no hagamos esperar al destino.

Asiente a las órdenes de Sturnn y se pone en formación. Ese sonido que se oye es posible que sea de la sala de máquinas. Si está en funcionamiento eso significa que hay alguien que está usando el sistema para depurar o simplemente para despistar a los incursores.

Tienen que estar muy alertas y más sin tener marcados los sistemas de ventilación. Pueden caer en una trampa sin darse cuenta.

El grupo avanzó con el zumbido en sus oídos... era un ruido molesto, un ruido del que te acostumbras o te terminas por desquiciar hasta limites insospechados. En cualquier caso, la puerta se abrió con facilidad y ahí estaba... la sala de control de la estación de depuración de aguas.

El lugar esta un poco oscuro, pero se podía ver sin duda. Consolas apagadas por doquier, despachos auxiliares en algunos lados, mesas, sillas, papeles tirados, placas de datos destrozadas, mucho moho, mucha herrumbre pero todavía más cadáveres. Hinchados, los rostros deformados, algunos sin ojos, otros mordisqueados por ratas... El grupo, que avanzó algunos metros más no pudo evitar pasar cerca de algún cadáver...

A Stabross casi se le sale el corazón del pecho cuando uno se arrastró torpemente hacía ella levantando un brazo y soltando un gemido lastimero - Ayuda... - susurró con un hilillo de voz húmedo ya que le salía baba, sangre y bilis de la boca cada vez que lo abría para hablar - ayuda... por... por el emperado... - se cayó de boca y se quedó gimoteando.

acto seguido, decenas de cadáveres empezaron a imitar - ayuda... ayuda... - un coro de muertos que de lo único que eran capaces de hacer era arrastrarse y lloriquear

 Sturnn desenvainó su espada de energía, para acto seguido mirar al médico de la escuadra.- Diagnóstico preliminar, Abnr? Se puede hacer algo por esta gente aparte de darles la Paz del Emperador? - Con la espada aún desenvainada, Sturnn se acercó al que parecía más espabilado, manteniéndose a la distancia necesaria para evitar el inevitable intento de salto con abrazo por parte del cadáver.- Me oyes? Qué ha pasado aquí? Quién o qué os ha hecho esto?

Abner, con más cara de asco que de preocupación se limitó a sacar su auspex y a escanear a aquellos moribundos. Después de unos minutos tras haber escaneado a varios... - he llegado a la conclusión, señor... de que todos están muertos - dijo tajante y apartandose de uno de los cadáveres

La única respuesta que obtuvo Lukas fue un espumarajo que precedió al vomito verdoso que cayó cerca de las botas del oficial...

Sturnn esbozó una media sonrisa al médico, que se perdió bajo el reciclador de aire.- Ya me lo suponía, doctor. Gracias. Venris, encárguese de que paren.- Dijo a la soldado con el lanzallamas.

- A sus órdenes.

Desenfundo mi espada de energía y le doy su merecido descanso a estos hijos del emperador (no hay que malgastar munición).