Partida Rol por web

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POR LA MAÑANA. - NIEVE LIGERA.

Frontera llegó cabizbajo al campamento y se encontró con que la Compañía se estaba diviendo en grupos. Observó confuso, hasta que Pelagatos le señaló y le indicó que debía ir con él y con otros a por leña.

Ah... Vale, voy... Un momento -dijo echando un corto y desganado trote hasta el granero para asegurarse de que llevaba el equipo adecuado para la misión.

Salió un par de minutos más tarde para unirse al resto del grupo de tala, que ya estaban listos, y Pelagatos que al parecer era el líder del grupo le ordenó que vigilara los alrededores, mientras los demás talaban o buscaban ramas para leña. Frontera asintió, aunque no estaba nada concentrado.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

MEDIA MAÑANA. - TIEMPO EN CALMA.

Habían pasado al menos una o dos horas, y Frontera levantó la vista y se encontró que estaba de nuevo en el bosque.

¿Eh?... -miró alrededor, confuso.

Intentó mover los brazos y se dio cuenta de que estaba cargando con unos cuantos haces de leña.

¿C-cómo...? ¿Qué...? -musitó.

No tenía ningún recuerdo de haber caminado hasta el bosque por una segunda vez. De hecho tan apenas recordaba las órdenes de Pelagatos. ¿Tan ensimismado había estado en sus pensamientos? A unos metros, Uro talaba un abeto enorme, dándole unos hachazos inclementes que hacían saltar astillas por todas partes. Lombriz se le acercó, dejando en sus manos otro haz de leña. ¿Dónde estaba Pelagatos? Bueno... al menos nadie les había atacado mientras se suponía que debía estar vigilando.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POR LA MAÑANA. - NIEVE LIGERA.

Acecho en completo silencio, mirando fijamente a mis presas: Un macho, una hembra y un cervatillo. Solo verlos pastar apaciblemente entre los árboles hace que mi boca se llene de saliva y mi estómago se apriete. Sé que todavía tengo la ración que me dieron ayer pero no iba a comerla mientras no tuviese otra comida que llevarme a la boca y mientras el hambre no me estuviera ya calando como un hierro candente.

Los animales no han notado mi presencia y me aseguro que el viento esté hacia mí para que detecten mi olor cuando me mueva hacia ellos. Veo una ruta por la que mis pasos no harán mucho ruido y preparo las jabalinas, sacando las tres y dejando en mi mano diestra solo una, mientras las otras dos descansan en la izquierda, listas para ser lanzadas.

Consigo acercarme sin ser detectado hasta una buena distancia y elijo mi presa: El enorme macho es lo que necesitamos para no morir, pues su carne bastará para alimentar una vez a toda la Compañía bien. Él debe ser el primero, pero la hembra también sería útil pues nos daría otro día de comida, quizás menos contundente pero nos permitiría sobrevivir varios días. Cazar a ambos sería de una enorme suerte.

Sabiendo que no tendré mucha oportunidad, apunto con la jabalina sin salir del escondite y, en un rápido movimiento, me levanto, arrojo el arma al macho y paso otra a mi mano derecha para arrojarla sin pausa a la hembra. En un vuelo preciso, la jabalina se ensarta en el cuello del macho y cae de inmediato. La hembra levanta la cabeza alertada por el ruido pero sus costillas son atravesadas al instante, dejándole moribunda.

Una última jabalina está en mi mano mientras que el cervatillo mira a los que probablemente eran sus padres muertos. Siento algo de pena por él mientras mi arma surca el aire antes de atravesarle el cuello y matarlo al instante. Me acerco a donde han caído y veo que la hembra me mira con rostro agonizante, por lo que saco mi lanza y le apunto:

 - "Lo siento por tu familia, pero alimentará a la mía. Lo siento mucho por tu niño, pero tampoco habría sobrevivido. Mis hermanos vivirán gracias a ustedes."

Entierro la lanza en su corazón justo después de haber terminado mis palabras en chondeloriano, dándole la muerte para que deje de sufrir. Llamo a los cazadores que estaban cerca, para que vean las presas que he conseguido mientras recupero las jabalinas de Lagrimita, las que lamentaría mucho no poder devolverle.

Llegan varios, entre ellos el Cabo Ponzoña, que me felicita. Asiento a sus palabras y le respondo:

 - "¡Señor, solo deber mío cumplir-yo, Señor!"

Pero ahora debemos llevar las presas y, lo que dice el Cabo es muy cierto pues, mientras estemos en el bosque, pueden aparecer enemigos y atacarnos. No debemos bajar la alerta en ningún momento y mantenernos preparados para cualquier combate que pueda surgir antes de volver a la seguridad relativa de nuestro refugio.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

MEDIA MAÑANA. - TIEMPO EN CALMA.

Había estado muy ocupada trabajando codo con codo con Piojillo y Reyezuelo. Observó a la vieja que llegó y a la que presentaron como mujer del Alcalde y, supuestamente, la entendida en herbalismo. Sin embargo, prosiguió con su tarea, pues la mujer parecía absorta en atender al herido. Que alabara el trabajo de su hermano la llenó de secreto orgullo y dejó que su sonrisa interior se plasmara en una sonrisa en su rostro. 

Cuando la mujer se marchó elevó el rostro y buscó a su hermano con la mirada. Pero lo que encontró le encogió el alma. Envuelto en un sudario negro que parecía consumirle encontró que el Capitán se consumía en la ira, tan cercano a la locura. Como la que una vez acosase a su padre. Siguiendo un instinto primitivo echó mano a su cintura, pero sus dagas seguían sin pender de ella. Las sombras se retorcieron y se burlaron, calando en su conciencia. Sintió el terror de las noches de sueños malditos y la confusión de la sensación de irrealidad que entremezclaba vigilia y el mundo onírico. Capitán se dirigió a ella, pero pronto vio el rostro de Portaestandarte. Todo se retorció y pronto se repitió la escena que la martirizaba desde que aquella maldita pesadilla comenzara días atrás. Crecieron y parecieron sustanciarse en el engendro en que resultó devenir el Viejo.

Se vio arrastrada a la luz exterior y la voz de su hermano la arrancó de su ensoñación. Deseó consolarlo como él hiciera tantas veces siendo ambos niños, pero sabedora de que su autoridad (también su orgullo y amor propio) dependían de que acatara sus órdenes agachó la cabeza y se tragó las lágrimas amargas por lo que sus palabras representaban. Ambos habían nacido y crecido en la Compañía y ahora no eran sino meros despojos. Pero también eran la Compañía. Los que no habían sucumbido y podían levantarla de nuevo. Apretó los puños hasta que sus nudillos quedaron blancos, esperando a que entrara en la casa. 

Escuchó las palabras de Analista y asintió, conforme con la calma que éstas emanaban. Luego, con voz ronca, totalmente transida por la rabia añadió para todos:

—Esto que ha pasado, queda aquí y de aquí no sale. Como escuche un solo rumor de vieja, el más mínimo soplo siquiera, insinuando que el Capitán ha enloquecido, aprenderéis por qué una Pitonisa debe ser tomada en serio. Y por supuesto, todos vamos a esforzarnos en cumplir la voluntad del Capitán y a ayudar a que los demás también lo hagan-recorrió con la mirada a todos y cada uno de ellos, especialmente a los K'halata-. Analista, espera, voy contigo. Hay temas de intendencia que quiero comentarte.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

MEDIA MAÑANA. - TIEMPO EN CALMA.

La esposa del Alcalde de Verdín se alejó de la granja apresuradamente, regresando a la relativa seguridad del pueblo a paso vivo.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

Rastrojo se acercó a la casa principal de la granja. Su imagen emergió hacia arriba poco a poco desde el alféizar de la ventana de la cocina, asomándose de manera siniestra. En el interior estaba Sabandija despiezando la carne.

Pst. Psssst... Sabandija. ¡Sabandija!

Nada. Ni caso. Rastrojo golpeó con los nudillos el cristal para llamar la atención de Sabandija, pero no era un sonido muy diferente de la del propio viento golpeando la ventana. Contrariado, abrió la ventana. El ruido del viento se solapó con la voz de Rastrojo: fue lo suficiente como para hacerse notar con Sabandija, pero insuficiente para llevar a cabo un proceso de comunicación. Volvió a cerrar la ventana.

En plan erótico, Rastrojo pegó la cara al cristal mientras hacía una "o" con la boca. El vaho caliente empañó el cristal. Entonces Rastrojo dibujó un mensaje con el dedo tan buenamente como pudo. Parecía que los mismísimos espíritus estuvieran guiando su arte.

Por si no se entendía, se señaló a sí mismo, a la pluma de su tocado y puso cara triste bajando la comisura de la boca. Después señaló a algo de la cocina haciendo un círculo con el índice y el pulgar, pero más cerrado, con un agujero más pequeño. Se llevó los dedos en dirección a la boca, adelante y atrás, tras lo cual de manera sobreactuada intentó sonreír (o por lo menos simular una sonrisa).

Estiró el cuello para ver si venía alguien de modo que, en cuanto ocurriera, Rastrojo pudiese echar más vaho para empañar las marcas de sus dedos en el cristal. Eso debería bastar para ocultar el dibujo, y que cualquiera que mirase en su dirección solo viese a Rastrojo haciendo otra vez el imbécil. Pero mientras tanto, siguió haciendo señas a Sabandija.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

Tras pasar casi todo el día en el condenado bosque, Frontera tenía frío y estaba muy cansado. No se había movido mucho, pero había estado cargando con leña mucho tiempo. La nieve había dejado de caer, por suerte, hacia el medio día, pero aun así no había podido encontrar ninguna hierba "medicinal" de valor durante su guardia durante el turno de tala.

Al final Uro había conseguido talar el gigantesco abeto y todos le felicitaron, aunque algunos se habían llevado alguna herida de las astillas desprendidas. Pelagatos y Palomita lo arrastraron por detrás del grupo gracias a los caballos, de camino al campamento.

Una vez en la granja se cruzaron con la partida de caza, que venían bien cargados de alimentos. Eso sí era una alegría, al fin podrían cenar algo rico de verdad.

Buena caza, Hermanos -les felicitó. Buscó a Desastre con la mirada y le asintió y sonrió con la mejor mueca de felicidad forzada que pudo extraer de su interior. En realidad seguía bastante apático.

Todos se dirigieron hacia donde les correspondía para dejar las respectivas cargas. Muchos entraron en la vivienda. El explorador entró al edificio principal también, para dejar la leña junto a la chimenea.

¿Dónde dejo esto? -preguntó a nadie en particular entre el barullo.

En una segunda inspección visual del interior, vio a Khadesa algo apartada estudiando algo encima de la mesa. Se acercó por curiosidad y casi le da un vuelco al corazón. La pitonisa había extendido sobre la mesa una colección de setas que parecían haber recogido sus compañeros, y también un buen puñado de hierbas que a saber de dónde habían salido. Tragó saliva y empezó a sudar un poco.

Kha... Khadesa... ¿Eso son hierbas medicinales? ¿Te importa si me quedo mientras las estudias? Q-quiero aprender más sobre hierbas. Sus usos...

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

La limpieza de los distintos edificios marcha a buen ritmo. Tanto Reyezuelo como Keropis trabajan bien y rápido.

Entre ellos, Khadesa y los componentes del grupo de aguadores la casa está limpia para cuando el resto de grupos regresan. Y todos con buenos resultados. Pese al asunto, parece que la cosa mejora un poco.

Estoy cansado y congelado, pero si no acarreamos la madera no podremos encender un fuego con el que calentarnos; así pues colaboro a transportar las ramas secas al interior y a encender el fuego. Una vez encendida la chimenea me quedo cerca de ella, pensativo.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

La angustia que atenazaba constantemente la boca del estómago de Sabandija había disminuido tras la partida de caza. Bien era cierto que no se encontraba totalmente cómodo en el bosque, no era la sabana, desde luego, pero se le había dado bien la tarea. Prueba de ello eran las piezas de caza que se encontraban delante suyo y de sus compañeros Caracabra, Dolor y Frontera.

Una corriente de aire le erizó el vello de la nuca y le hizo mirar hacia atrás. Su rostro se iluminó con una sonrisa al reconocer a Rastrojo al otro lado de la ventana. Quizá el pudiera ayudarle con su apatía general y pudiera darle una razón de por qué no tenía ganas de hacer nada, más que tirarse en el suelo a dormitar. Pero...¿qué demonios hacía? El chamán le hacía señas y las acompañaba con unos extraños dibujos. ¿Por qué no entraba y le decía lo que quería? ¿Acaso no quería que los demás se enteraran? De los nervios trató de disimular frente a sus compañeros en lo que interpretaba el mensaje de Rastrojo.

- Yo creo que los conejos pueden servirnos de zapatos.- Lo que quería decir es que podían aprovechar las pieles para forrar las botas, pero Rastrojo le estaba poniendo en una posición incómoda y eso le afectaba mucho. De hecho las manos le temblaban y apenas acertaba a despellejar las liebres dejando buenos trozos de jugosa carne pegados a las pieles.-Pe-perdón..- Se disculpó ante sus compañeros mientras se limpiaba el sudor de la frente con las manos para luego tocar con las mismas las piezas de carne. De reojo miraba el cristal empañado en el que Rastrojo había dibujado extraños símbolos. Podía reconocer la burda caricatura del rostro del chamán entristecido y al final su rostro contento. Vale, hasta ahí llegaba. Pero, ¿qué significaba los palos cruzados y los otros dos palos  en la misma dirección? Entonces cayó en la cuenta.

- Salgo un momento a que me dé el aire, creo que hoy os estorbo más que ayudaros, jeje.- Se rascó la cabeza mientras no se atrevía a mirar a sus compañeros a los ojos. Cogió un conejo, cuatro moras y cuatro palos y se dispuso a salir al frío exterior.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

No sabía si el día había sido lo suficientemente fructífero, pero lo que sí que sabía era que estaba cansado, muy cansado. Al regresar a su nuevo "campamento" al menos le animó ver que ya tenían agua y comida. Eso era una muy buena noticia. Hasta ahora nos se había dado cuenta del hambre que tenía y de lo sucio que estaba.

-¡Qué bueno que haya agua!- Aprovechó para beber y para hacerse un lavado de gato. No quería desperdiciar agua y mucho menos exponerse a enfermar por el frío, así que humedeció un trozo de tela y se limpió el sudor y la porquería de la piel.

Curioso se acercó a la hoguera del interior de la casa para entrar en calor y reconoció a Piojillo junto al fuego de la misma.

- ¿Cómo estas?- Se interesó pro su estado de salud. - Parece que hoy volveremos a cenar caliente.- Pero además algo mucho más suculento que las gacha, aunque le habían sabido a gloria.- Estoy hecho polvo.- Dijo mientras estiraba el cuerpo hacia atrás poniendo las manos en los riñones.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

Cuando vieron de lejos la granja, Palomita no pudo por menos que sonreir. Se sentía cansada, como los primeros dias de empezar a montar, pero agradecía ese cansancio en el cuerpo, mostrando que estaba viva y recuperandose de la caida a través del portal.

Ya los tenemos ahí. - comentó con sus compañeros y poco tiempo despues, entraban en el campamento que parecia bullir de actividad.

En cuanto la leña estuvo en su lugar de almacenamiento, Palomita se dirigió hacia el establo improvisado y practicó el consabido ritual de desensillado de Jerilfante, asi como su cepillado posterior. Eso le llevó un buen rato y, aunque el estómago le rugiera con ganas, no salió de allí hasta que estuvo satisfecha con el resultado.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

Las horas del día transcurrieron rápidamente, atareados con las diferentes partidas la compañía paso las luminosas horas proveyéndose de lo más básico para su supervivencia.  Cuando el sol comenzaba su suave descenso el último barril con agua esperaba en el carro para emprender nuevamente el trayecto de regreso.

Después del día anterior se agradecía un poco de calma, durante el camino Grito observó las casetas y a sus compañeros en un ir y venir, aquel lugar iba tomando forma y comenzaba a parecerse a un campamento que les sirviera de base de operaciones, con las necesidades básicas cubiertas pronto estarían en disposición de atender alguna de las misiones que el cercano pueblo pudiera ofrecerles.

Al llegar con el último cargamento, Grito se encargó de llevar nuevamente a las mulas al granero, se tomó nuevamente su tiempo para atender a los tan necesarios animales que les habían liberado de tanto trabajo pesado.  Tomó algo de paja fresca para que los animales pudieran reponer fuerzas, así como algo de agua para que las mulas y los caballos pudieran pasar la noche tranquilos.

Tras acabar de acomodar a los animales, pudo advertir como la partida de caza pareció haber tenido un buen día, después del duro trabajo las tripas del infante rugían con fuerza.

Al salir del establo Grito se encaminó a buscar a Plumilla, al levantarse se había aseado y limpiado las heridas como buenamente había podido pero era mejor que una verdadera sanadora le echara un vistazo.

Plumilla, cuando tengas un momento me gustaría que echaras un vistazo a la herida, intenté lavarla con cuidado al levantarme.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

Capitán se encontraba en el sótano, aún rumiando amargamente toda la ira, frustración y disgusto que sentía. ¿Qué había sido de la Compañía que formaron aquellos que fueron antes que él? No lo sabía, de verdad que no lo sabía. Pero lo que veía tan claro como el día es que los que habían emergido en aquel condenado mundo no eran, ni por asomo, los mismos que escaparon del fuego y los monstruos del Señor del Dolor y el Triplete. 

¿Qué cojones les había pasado? Puede que no todos fueran soldados modélicos, pero al menos sabían comportarse... ¿O era simplemente que la reputación les estaba protegiendo en su tierra natal? No... Se portaban distinto. Estaba seguro de ello. Los desplantes eran mucho menores y la disciplina mucho mayor. Ahora estaban comportándose como auténticos cretinos, vagando como pollos sin cabeza por ahí. 

¿Tan bajo habían caído? ¿Y qué demonios podía hacer él para solucionarlo? Solo era un hombre. Nada más que un hombre, que se había visto obligado a cargar con una responsabilidad excesiva, y al que aún así no dudaban en cargar con más cuitas y problemas. ¿Quizás fue eso lo que acabó volviendo loco a padre? Porque en aquellos momentos podía comprender muy bien a su difunto progenitor. Siempre pidiendo más y más y más, y dando menos y menos y menos... Ninguno de esos haraganes hacía nada por facilitarle su labor, pero no tardaban nada en acudir a él cuando se pinchaban con algo o tenían alguna consulta estúpida...

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

Por encima del hombro de Khadesa observó las hierbas, y antes de que la oscura le dijera nada ya había sacado algunas conclusiones. Esas hierbas eran bastante similares a algunas de las que había en el mundo del que venían. Dedujo que sus propiedades serían similares, unas para tratar enfermedades como catarros y otras útiles para desinfectar heridas si se usaban para vendarlas o en cataplasma.

Hmmm... -aprender más siempre estaba bien, pero desde luego no eran lo que andaba buscando.

¿Y esas setas? -preguntó- ¿Son todas comestibles sin efectos adversos? ¿O crees que pueden producir algún efecto extraño?

También había unas raíces pero parecían las típicas que puedes mascar para pasar el hambre, como el regaliz.

Mientras tanto, Sabandija había estado indicando a Dolor y Caracabra cómo despellejar y cocinar un ciervo, pero parecía estar más pendiente de otra cosa y los otros dos Hermanos tenían claro cómo hacer el despiece. Pero el bicho aún sangraba bastante.

Chicos, esperad. Vamos a sacar esa mesa afuera, si seguís despiezándolo aquí dentro lo vamos a dejar todo perdido de sangre y no creo que sea salubre, y llevará mucho tiempo limpiar el suelo después.

Sus compañeros asintieron y trasladaron afuera la mesa donde estaban despellejando y cortando al herbívoro cornudo.

Seguid, que voy a por un espetón. Con lo grande que es, lo mejor va a ser cocinarlo aquí fuera para evitar llenar de humo toda la casa y enguarrarlo todo. -dijo, resuelto, mientras entraba adentro a por los aperos de hierro en los que espetar al enorme bicho.

Sin darse cuenta, volvía a olvidarse de la preocupación y el ansía que le habían tenido alicaído todo el día. ¿Pero cuánto duraría la distracción? ¿Cómo se levantaría mañana? 

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

Cuando Derviche le había comentado el asunto de la leña. Barril asintió y se quedó pensativo, para luego decirle a la mujer guerrera que consideraría el asunto, y le daría una respuesta al final del día. Y había sido un día largo.

El llenado de los barriles había resultado una tarea pesada a la que habían tenido que dedicar muchas horas y no poco esfuerzo. La mente del orondo cabo había estado en otra parte, mientras el manto blanco que se formaba sobre el paisaje le traía recuerdos de otros tiempos, tiempos mejores allá en su casi niñez.

Tras la llegada de la partida de caza, y el grupo de aprovisionamiento de leña, unido a las reservas de agua que habían conseguido transportar, aquello parecía que tomaba otro color. Buena parte de los que quedaron en el edificio principal de la granja habían conseguido dar un lavado general a las áreas que más lo necesitaban, si bien en el sótano todavía hacía falta mucho trabajo de limpieza.

Mientras preparaban la cena y la granja se llenaba de sabroso olores, Cabo Barril fue al encuentro de Derviche.

— He estado dando vueltas a lo que me dijiste, Derviche. Tienes razón, es necesario tener un buen fuego encendido de manera permanente en los puestos de guardia, uno de los cuales debe ser permanente en el pozo.

He recordado algunas cosas que se hacían en un campamento semipermanente, y creo que podemos hacer algo parecido aquí. Para el puesto de guardia que se haga en el pozo nos conviene levantar una plataforma de madera sobre el terreno, de más o menos medio metro de alto, con el tamaño suficiente para instalar encima tiendas de campaña y que en caso de lluvia o nieve no se enfanguen, y así evitar lo peor del helor de la tierra. Necesitaríamos también unos braseros de hierro sobre trípodes de metal o madera, ya que pueden permitir a un centinela tener fuego encendido a la intemperie sin mucha infraestructura, a lo que se habría de añadir una techumbre de postes y lona impermeabilizada encima de la plataforma elevada.

Con ese buen abeto que han traído y considerando que hay algunos entre nosotros con conocimientos para tallar la madera, es un trabajo que podría empezarse mañana mismo. Puede que la ayuda de los leñadores de Verdín fuera apreciada o necesaria, y claro está que habría que hablar con el herrero a para el asunto de los braseros y demás.

En cuanto al asunto de la guardia, es buena cosa que te encuentres mejor. Relevaras a Matador en las guardias de esta noche, ya que él esta dispensado de hacerlas hoy. Y mañana mismo tengo intención de encabezar una expedición por ese pozo, que como a ti me da bastante mala espina. Es hora de ver si tenemos algún peligro cercano y ver si podemos aprovechar la red de túneles secos para algo. —

Tras la charla con Derviche, Barril trasladó sus mismas palabras a los líderes de las Escuadras y a los oficiales. Luego de un rato, mientras Cabo Barril empezaba a ver como la cena tomaba forma, Caracabra se acercó a él. Escuchó sus palabras con aspecto impasible, para luego dar una respuesta al deforme k'hlata.

— Mañana habrá que acarrear más agua, no te preocupes por eso. Ahora ya está oscuro para ir a buscar más, así que pierde cuidado en ese aspecto. Si tus heridas están mejor, mañana necesito gente para explorar los túneles. Y si quieres compensar lo de hoy, asegúrate de que todos los animales han recibido alimento, agua y cuidados antes de irte a dormir. —

Tras eso, Cabo Barril examina la cantidad de leña que han traído, así como la comida, tratando de estimar con sus conocimientos de curtido veterano cuánto les durarán ambas provisiones de bienes.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

Se sintió satisfecho por el trabajo hecho como aguadores; no fué un trabajo que reportase gloria ni honores, pero... había que hacerlo, y hacerlo bien... y así se hizo. De paso, entró en calor gracias a que se trataba de una tarea eminentemente física. A su vez, su mente también se calmó, al concentrarse en una tarea puramente muscular. Finalmente, era consciente de que le había venido más que bien para mantenerse en forma... Se sentía cansado, pero no dolorido, de modo que había trabajado dentro de sus márgenes físicos.

Llegados al campamento, y visto que oscurecía, volvió a donde tenía sus cosas, para tomar la escudilla, pues, ya que había visto volver al grupo de cazadores y de leñadores, probablemente tendrían una cena sabrosa en no mucho rato... y su cuerpo, tras el ejercicio físico, lo necesitaba.

Pero lo primero es lo primero... y tras la cena, vendrian las guardias nocturnas, de modo que, en lugar de esperar, se fué a buscar al Cabo Barril...

-Cabo; esta noche, las guardias... ¿Repetimos los turnos de anoche? a mí no me importa repetir el último turno, y despertar a la tropa por la mañana.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

MEDIA MAÑANA. - TIEMPO EN CALMA.

Había comenzado aquel paseo por el pueblo con intención de que fuera algo más que un paseo, y así había sido. Al regresar del mismo, tras deambular buena parte del día sin finalidad aparente más que la de estirar las piernas, volví con mucho más que con lo que me había ido. Una carga invisible, aunque no precisamente ligera, que con creciente curiosidad reordenaba en el interior de mi cabeza.

Llegué a la granja solo, aunque no en silencio, hablando con aquellos a los que ya nadie más escuchaba. Labios largo tiempo descarnados y lenguas agrietadas y resecas que la mayoría creía que ya no podían decir nada; una mayoría que ignoraba que el conocimiento adopta las formas más extrañas.

Para mi sorpresa me encontré con una escasamente concurrida reunión convocada por Matagatos, que a gritos expresó lo que por demasiado tiempo se había callado. Con una sonrisa de satisfacción observé toda la escena, paseando la mirada por unos y otros, hasta que el renovado Capitán se aisló en busca de algo de calma.

- Demasiado valor concedes a la cordura, prima – respondí a las palabras de la Quinta. - La locura lleva a la muerte, pero también a la grandeza, y no hay nada mejor que ella para curar los vicios y costumbres de la mayoría. – Entonces me dirigí a Lengua Negra. - Y siempre que tengo tiempo, tengo tiempo para hablar, y ahora da la casualidad de que lo tengo, pero me da que antes Khadesa ha de aburrirte durante un rato. Búscame cuando acabes y necesites aliviar ese tedio.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

Mientras degustaba el contenido de su escudilla, Cabo Barril atendió la pregunta de Cielo.

— Sí, mantendremos las guardias por hoy, salvo un cambio que ya he arreglado. Has trabajado bien y duro hoy, Cielo. Mañana habrá que volver a hacer lo mismo, sin embargo comentaré con Analista la posibilidad de comprar tres barriles más. Será de utilidad tener una reserva de agua, y rebajaremos la periodicidad de las aguadas. También hacer un abrevadero en el pozo estaría bien, así los animales podrían pastar y beber en la misma zona. —

Luego observó la fría noche que para nada correspondía a la primavera de la que venían.

— ¡Eh Analista! ¿Qué día y mes es en estas tierras? Es evidente que no es primavera. Por cierto, alguien sabe qué hace Capitán ahí abajo? Creo que querrá cenar... —

El sótano era un lugar sombrío. Solamente para bajar había que armarse de valor y podía afectar la mente del más templado. Y la historia familiar de Capitán no hablaba precisamente de estabilidad mental y desechos de templanza.

TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISIETE DEL MES.

POCO ANTES DEL OCASO. - SOPLA UN VIENTO MODERADO, PERO RUIDOSO.

Ponzoña había regresado al frente de la cuadrilla de caza. Se sentía satisfecho del trabajo realizado y orgulloso de aquellos hombres y mujeres que habían abatido a varias piezas que asegurarían algo de pitanza por unas jornadas. Cuando finalmente alcanzaron la granja, se detuvo e hizo detener al resto.

-Hermanos, habéis hecho un gran trabajo -no discriminó a nadie. Había que aprender de los errores y corregirlos-. Dejad la caza ahí fuera y el resto de lo recolectado, en el interior de la casa. Hablo de las setas, las moras, las orugas y las raíces. Y ya que aún hay luz, aprovechad para asearos y limpiaros de restos de sangre y demás. ¡Disolveos y estad atentos a nuevas órdenes!

Dicho aquello, él mismo aprovechó para acercarse al pozo y realizar algunas abluciones, tras lo cual regresó a la granja, dispuesto a hablar con Barril. Fue entonces cuando vio a Sabandija.

-Sabandija, ¿qué haces con ese conejo y esas moras? ¿Y esos palos? -la mirada de Ponzoña se endureció, fruto de la sospecha-. ¿No pretenderás por un casual cocinarlo, verdad? Devuelve de inmediato todo eso a su lugar. Si te vuelvo a ver pasear comida por ahí sin que nadie te lo haya ordenado, tanto me da que seas Campamentero, Infante que Hostigador. Te comerás guardias de sol a sol además de probar el sabor de la vara. 

Aguardó a que reaccionara, siendo a un tiempo consciente de cómo Barril acudía donde Analista.