Partida Rol por web

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Después de ayudar a Capitán a estabilizar a Desastre y asegurarse que descansaba, había vuelto a la formación a la espera de que terminaran las noticias. La devolución del dinero y la soldada eran señales de que la Compañía empezaba a rodar en esas tierras extrañas… El nuevo contrato… frunció el ceño, ¿Qué clases de agitadores estaban buscando? ¿Iban a ayudar a encontrar los enemigos de los seguidores de la entidad que les habían torturado y disminuido de esa forma? Tragó saliva y se contuvo para no mostrar en su rostro lo que pensaba… ojalá tarde o temprano pudieran salir de ese lugar, ¿quizás fuera de esa región la gente seguía a los espíritus?

Las noticias fueron siguiendo y finalmente llegó el momento del nuevo reparto de las escuadras. Inspiró profundamente y escuchó atenta, dejando salir el aire poco a poco cuando supo que su nueva escuadra sería la Infantería. Las dudas empezaron a arremolinarse en su mente: echaba de menos ya a sus compañeros Campamenteros, aunque esperaba que los lazos que se habían hecho durante largos meses no cejaran simplemente por cambiar de escuadra; por otro lado, estaría en la misma escuadra que Preocupado, sonrió levemente hacia el infante.

Pero quizás lo que más le preocupaba era si el cambio de escuadra afectaría su entrenamiento con Guepardo… esperaba poder seguir aprendiendo de él. Estaba claro que ella no estaba hecha para el combate directo, suspiró, pero estaba aprendiendo como combatir a distancia, a acercarse a su presa sin que la vieran, a explorar y conocer cada rincón de sus alrededores para que no hubiera sorpresas… ¿Quizás ese aprendizaje también le serviría en la Infantería? Aun le quedaba tanto por aprender…

En cuando se dio la orden de finalizar la formación, felicitó a los hombres que habían recibido ascensos con una sonrisa amable. Sonrió a Sabandija, a pesar de estar en escuadras distintas seguían siendo Hermanos de Capa y eso no cambiaría.

Siguió a los portadores que llevaron a Desastre a la enfermería, acarreando el botiquín, vendas y el cubo de agua, ahora vacío, que habían traído para tratar las heridas causadas por los varazos.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Frontera torció el gesto ante los comentarios e insultos velados de Ponzoña pero no ofreció contestación ninguna. Al parecer al formar parte de los Hostigadores se esperaba de uno mismo alguna clase de percepción extraordinaria que te permitiera enterarte de lo que estaban hablando dos personas a varios metros de ti, mientras uno se prestaba voluntario a ayudar a un amigo en una petición lanzada al aire, al grueso de la Compañía.

Por un momento lamentó haber sido asignado a los Hostigadores. El Cabo Barril sería un tipo duro y sin miramientos, pero al menos no se esforzaba en ser un capullo como su nuevo mando directo. Después recordó que tanto su estilo de lucha como antiguo Explorador como sus compañeros hacían de los Hostigadores su destino más adecuado, y se tragó la bilis.

—Haré lo que esté en mi mano, Capitán —pues si había poco con lo que cocinar, y quedaba también poca cerveza, aquella iba a ser una celebración bien tristona.

Dedicó una lánguida mirada a Reyezuelo mientras entraban a la tienda de mando a recoger de nuevo a Desastre. Con cuidado, le transportaron de vuelta al edificio principal de la granja, donde se trataba habitualmente a los heridos.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Aquello tenía más miga de lo que se había imaginado, y las reacciones y comentarios a su alrededor se mostraban intensos. Cosa nada sorprendente, por otro lado, ya que Campaña era un mucho emoción, y... bueno, en algunas cosas algo más lento. Se sorprendió mirando al Cabo Ponzoña. Fue un momento en el que sus miradas coincidieron. No se evidenció ningún gesto, pero en aquel simple instante se renovó una vez más su imperecedera amistad.

"Siempre, Hermano" significaba la expresión que tensaba su cara. Había una coincidencia en las ocasiones y en los afectos. La tristeza de su amigo le hizo estremecerse tras el hierro que le cubría. Sintió el impulso irrefrenable de acercarse y estrecharle en uno de sus abrazos de oso. Habría ocasión después, con cerveza, algo de comer, y la luz del fuego cerca, de echarse unas risas. Y esquivar así la pena.

La nueva Infantería pesada iba a soportar lo más duro de la batalla. Sería el muro contra el que se estrellaría lo más cruel del enemigo fervor. Se alegraba, porque de alguna manera sentía que aquel era un buen sitio para él. Encajaba. Campaña a veces no distinguía amplios horizontes, por lo cual necesitaba un lugar en el que poder canalizar su enorme fuerza y convicción. Un lugar claro. Poder ser el yunque en el que se estrellaran los golpes dirigidos a sus compañeros sería un honor. Mientras tuviera un hálito de vida, resistiría.

El ambiente se relajaba, excepto por algunos gestos, que por otra parte eran el pan de cada día. Se acercó para abrazar a Palomita, y a sus nuevos compañeros. Allí estaban, Lagrimita, sonriendo, Kheropis, sin sonreir, Grito, Cielo y Romo, con sus impresionantes presencias. Derviche la de los ojos brillantes, Plumilla, fina ella, Lombriz y Preocupado, serios, y el nuevo chamán, Rastrojo, mirándolo todo. Y a todos, el Cabo Barril.

El Soldado Nuevo Campaña se presenta, mi Cabo -saludó formalmente a su Tío, el Cabo Barril.

Había escuchado perfectamente a su -ya- antiguo Cabo, el Cabo Ponzoña, mencionar las palabras, comida, bebida, cerveza, y la posterior confirmación y asentimiento del Mando supremo.

Su talante había, claramente, mejorado.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Una vez nos separamos los antiguos Campamenteros definitivamente me acerco a Keropis. Keropis. Todavía tienes el escudo que te presté. Quédatelo, considéralo un regalo de un amigo. Espero que te sea de ayuda en la infanteria.

Tras intercambiar esas palabras, me aparto de la celebración. Ni como ni bebo nada, para mí esto no tiene nada de celebración ni de felicidad ni de alegría. Y no sé como los otros campamenteros pueden estar celebrando como si nada.

Miro hacia el edificio principal pensando en Desastre. En algún momento tendré que hacerle una visita, pero desde luego no será hoy. Si nadie me pide nada, me retiraré pronto a descansar.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Cuando Ponzoña se dirigió a él, Barril asintió de manera animada. Era necesario poner a los hombres a olvidar ciertas cosas de la noche y la mejor cura que conocía Barril para ello era echar un trago.

— Ah, no te preocupes Capitán, aún queda algo, sí señor. Aunque los que quedaron aquí en la granja le dieron un buen tiento en lo que duraron las misiones, he de decir. Como los brazos fuertes de los aguadores estábamos fuera, creo que se aburrieron de sacar agua del pozo, jo, jo.

Sea como dices Cabo Ponzoña, bebamos algo y dejemos atrás el pasado para afrontar con fuerzas el futuro. —

Barril ve como ciertos de los recién nombrados Infantes se acercan con curiosidad, indecisión, pero en general con buen talante. Se notan despedidas en forma de palabras y miradas entre miembros de los antiguos Pelotones tal como estaban constituidos, y hasta su sobrino se presenta como es debido. Después de todo tenía la sangre de la Compañía en la venas.

— Bienvenidos todos a Infantería. Descansa Campaña, y seas doblemente bienvenido, sobrino. Palomita, debo decir que he pensado durante años que la Caballería estaba sobrevalorada, más después de ver tu mano a mano con Campaña en el entrenamiento, he de decir que nunca he estado más contento de estar equivocado.

En cuanto a Lombriz, Keropis y Plumilla, espero lo mejor de vosotros. A vosotros dos — el Cabo señala con un dedo grueso como una rama a Lombriz y a Plumilla — os tengo bastante calados ya que estuvimos codo con codo con el asunto de Seldocha, y sé qué puedo esperar de vuestro desarrollo en la Infantería. En cuanto a ti Keropis, bueno, digamos que tenemos pendiente una charla en privado. — Esta última frase es emitida en un tono algo más duro.

— Vamos a constituir un Pelotón de doble propósito, uno ligero y uno pesado. Hablaremos de tácticas y funciones, y vamos a entrenar unos días juntos para poder conocernos mejor y medir nuestras habilidades, así que estad listos mañana a primera hora. Tendremos una breve reunión, una charla en privado con algunos de vosotros y de ahí al día a día.

Pero esta noche me parece que tenemos que tomar una cerveza, tenemos cuatro días de duro entrenamiento por delante y además ese barril debe estar vacío pronto, no me gustaría acarrear peso innecesario para nuestro viaje a Carnonegro. —

Tras constatar que Desastre era transportado hacia la granja de manera adecuada, Barril entra en la tienda de mando de donde sale con un par de cajas de madera bajo el brazo. Así pertrechado se dirige a la Granja a tomar una cerveza con aquellos que le quieran acompañar. Mientras avanzaba soñaba con una taberna en Carnonegro, pero antes de seguir se volvió hacia los hombres.

— Dolor, Indómito, me gustaría tomar una cerveza con vosotros. Sois bravos Infantes y pasáis a otro Pelotón, pero para mí siempre seréis Infantes. Despidámonos adecuadamente. —

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Guepardo pensó en ofrecerse para cargar a Desastre, pero Ponzoña se ofreció con premura e "invitó" a Reyezuelo a ser el segundo en aquella tarea. Media sonrisa se dibujó en la boca del joven al ver juntos a su padrino y apadrinado de capa y cómo el cabo comenzaba a hacer de las suyas en cuanto alguien abría demasiado la boca. Después le toco el turno a Frontera. El jaguar agachó la cabeza y asintió con ella en silencio, como si esperase aquello, ensanchando su sonrisa cuando Ponzoña empleó el sarcasmo en el nube a la hora de dejarle claro las diferencias entre dos y tres. Muy propio del hiena.

Observó las cara de morriña en el antiguo campamentero ante la ironía velada de su nuevo cabo y reprimió una carcajada. Con el tiempo y el trato los nuevos se harían a Ponzoña. Uno ya era guepardo viejo...

Tras intercambiar escuetas palabras de bienvenida con los nuevos hostigadores, esperó serenamente a que Reyezuelo y Frontera sacaran al inconsciente Desastre de la tienda de mando y los acompañó parte del camino hasta la tienda de heridos.

- Te espero en la cocina, Frontera - dijo someramente, separándose de los dos nuevos miembros hostigadores y marchando hacia las cocinas. Si la gente esperaba que las viandas les llovieran del cielo, como por providencia divina, en una tierra donde reinaba el oscuro dios Zon-Khuton, morirían de inanición. Y en aquella noche ese no era el objetivo.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

La reunión se disolvió al fin con las últimas palabras de Capitán, la formalidad y el silencio de la asamblea dejo paso al bullicio y celebraciones varias.  Habían perdido una escuadra, pero habían fortalecido dos, Barril siempre atento dio la bienvenida a los nuevos sin olvidarse de los que se iban no muy lejos.

Grito observó a todos mientras se acercaban, hacía tiempo que no veía tantas sonrisas en la compañía.  Desde que habían llegado a aquella tierra no habían tenido tiempo ni nada que celebrar, quizá la siguiente misión fuera la última pero aquel momento era una batalla ganada.  Los cambios parecieron azuzar los corazones con la apertura de nuevas oportunidades y aquello era importante para la moral.

Grito tomo un poco de cerveza en su escudilla y la alzó en alto.

Bebamos, pues no sabemos lo que nos deparará el mañana, brindemos por el ahora, por los hermanos que vienen, por los hermanos que se fueron, brindemos por el cabo, la infantería, nuestros hermanos hostigadores y por toda la nueva compañía.

Grito hizo un gesto de pleitesía a Barril y la escudilla derramo la cerveza desde lo alto del brazo de Grito haciendo una pequeña cascada hasta la boca del infante.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Frontera miró lánguidamente a Reyezuelo cuando vieron el estado de Desastre.

-Ya pasó lo peor, estará bien.- afirmó sin saber muy bien si buscaba tranquilizar a su compañero o a sí mismo. -Qué día...-

Trasladaron con cuidado a su ex compañero campamentero a la sala de heridos.Plumilla se había unido para asistirnos.

-Gracias.- le dijo a la joven. -Creo que hablo por Frontera también cuando digo que te echaremos de menos. Mucha suerte en infantería hermana.- Tienen suerte de tenerte. Aunque era poco hábil para el combate, Reyezuelo reconocía su valía, si no hubiera estado tan vivaz para adelantarse a buscar los insumos para atender a Desastre, era probable que la realidad del carnaza de tigre sea otra.

Cuando salieron vió a su hermano de capa, Guepardo y no pudo evitar sonreír. ¿Compañeros de pelotón eh?

Nadie aún parecía haber notado el cambio drástico de Reyezuelo. No solo el externo con el uso de sus abalorios, sino el que fue por dentro. Y si había alguien que podría darse cuenta ese era el jaguar.

Finalmente lo he logrado. Como dijiste aquella vez. He alcanzado la paz con mis ancestros, ahora favorecen mi camino y me protegen de las sombras y sus malos espiritus.

La noticia del inquisidor auguraba malos espiritus cerca, y aunque el noble castor ahora se sentía inmune, le tranquilizaba saber que Guepardo estaba cerca para advertir a los demás de los peligros de las cercanas sombras venideras.

Dijo que esperaría a Frontera en la cocina. Reyezuelo vio a la distancia que ya había comenzado la celebración y estaban bebiendo la cerveza.

-Les alcanzaré cerveza en breve y ayudaré en lo que falte...- observó a Grito tirando la cerveza en su boca como una cascada. -...si es que queda.- dijo riendo.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

 Esto le parecía cada vez peor a Indómito, no sólo cada vez más miembros de la compañía aceptaban la manipulación de fuerzas que no debían perturbarse, ahora debía cambiar de escuadra, sentía que todo lo que había entrenado con la infantería, todas las tácticas, la sincronización desarrollada con sus compañeros, incluso lo que había aprendido con su lanza y escudo, todo se había tirado a la basura ¿cómo coño iba a aprender la nueva formación con los Hostigadores?

 Además avisaron que se irían dentro de poco, un nuevo contrato. No podía decir que no estaban preparados (lo habían demostrado de sobra), pero ahora sería diferente. Tenían bajas y, otra vez, una compañía entera se había disuelto, aparte de que las dos restantes intercambiaban miembros ¿esto no afectaría a la efectividad? que mierda la efectividad ¿esto no le jodía al resto de desplazados? algunas caras demostraban que si, pero no era así con todas.

 Pero ahora debían prepararse, Indómito debía aceptar esta realidad ¿lo querían de Hostigador? bien, entrenaría lo que quedaba de tiempo en la granja con sus nuevos compañeros, aprendería sus tácticas, volvería a estar sincronizado, representaría el significado de Hostigador mejor que nadie "...voy a ser un hostigador...".

 Sus pensamientos se cortaron con el fin a la reunión que había dado el Capitán, ya estaba hecho, por lo que decidió apersonarse ante el hostigador más cercano que tenía, en este caso a Guepardo -Nos veremos en el entrenamiento de mañana, estoy ansioso de aprender- no le habían salido otras palabras, Indómito se sintió patético por ello.

 Sin embargo, la invitación de Cabo Barril, junto a la celebración a la que invitaba Grito, le había dado otros ánimos a Indómito, estar en otro pelotón no impedía seguir viéndose con el resto de compañeros -Gracias, Cabo Barril- agradeció mientras tomaba unos jarros de cerveza y los compartía con sus ex compañeros de grupo.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Nada más terminar la reunión, buscó a Dolor rápidamente, quería ser de los primeros en felicitarle antes de que le rodearan por completo. - Aquí está el nuevo soldado, ¡Enhorabuena! - Palmeó el hombro izquierdo del dolorita con energía varias veces antes de volver a intervenir. - ¿Cómo te sientes muchacho? - No había que olvidar que, pese a lo bien que se conservaba Lagrimita, no era precisamente un zagal. El oscuro aparentaba entre veintisiete y veintiocho años pero la realidad era otra, algo que sabían sus primos claro está, pero no la basta masa de K'Hlatas que componía la compañía.

- Como no pude ser tu padrino, ya tenías varias propuestas cuando hablamos la última vez, voy a quitarme la espina haciéndote un regalo. - Mantuvo un momento el suspense, - ¿Recuerdas las lanzas que te presté? Son tuyas ahora, junto con la funda portadora, te las has ganado. - Dejó que reaccionase y echó un vistazo a su alrededor, buscando a Campaña y Palomita, los próximos objetivos a interceptar. - No me des las gracias, velo por los hostigares también, protege bien a sus miembros con ellas, venga a beber, ya hablaremos durante los próximos días. - Acabaría diciendo, dejando a nuevo hostigador a merced de más felicitaciones.

Pronto estuvo degustando un poco de cerveza, había tenido que desviarse ligeramente para obtenerla, pero le sirvió para coincidir con Campaña y Palomita, estaban hablando con Barril. - Así que, la infantería ya tiene un nuevo yunque que resista el envite de sus enemigos, ¿Eh jodido gigante? - Bromeó, esperando que este se girase. Aprovechó para guiñarle el ojo a su hermana, visiblemente contento por su cambio de escuadra. - Aquí encajarás mucho mejor, la caballería puede esperar, no desesperes que todo llega. ¡Ah! Enhorabuena por ese puesto de instructora, si necesitas un asistente ya sabes donde encontrarme. - Le comentó.

Luego de esto, encaró a Lombriz y Plumilla, - Sed bienvenidos, me alegra contar con ambos, no dudéis en buscarme si necesitáis cualquier cosa, ¿Entendido? No molestaréis. - Tomó un trago de cerveza.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR

La reunión había terminado al fin. A su alrededor, los mercenarios vestían sus rostros con todos los colores de la paleta de emociones: los había felices y sonrientes, que repartían alabanzas y codazos de complicidad entre sus compañeros; otros lucían ceños fruncidos y miradas penetrantes, perdidos en profundas meditaciones; también los había alicaídos, tal vez por separarse de algún hermano. O por acercarse a otro... La expresión de Keropis era una máscara mortuoria cubierta de óxido y arañazos.

El ermitaño rompió filas y se dirigió hacia la rotunda mole del cabo Barril, su nuevo jefe de escuadrón. Ni había dado dos pasos cuando una mano se posó en la herrumbrosa canillera que le cubría el antebrazo.

—Keropis —Al darse la vuelta, descubrió a su antiguo jefe de pelotón, Piojillo, observándole con media sonrisa—. Todavía tienes el escudo que te presté. Quédatelo, considéralo un regalo de un amigo. Espero que te sea de ayuda en la infantería.

Sin más preámbulo, el k'hlata se dio la vuelta y desapareció entre el batiburrillo de soldados. Keropis contempló su marcha en silencio. Sus brillantes ojos verdes se desviaron hacia el punto dónde los dedos de Piojillo le habían apenas rozado instantes atrás. El abollado yelmo se inclinó a un lado con un chirrido metálico; ese ademán de curiosidad hacía que el Guardián de los Muertos pareciera un grotesco búho mecanizado. Tras unos segundos, volvió a alzar la mirada como si nada hubiera ocurrido y se dirigió a la zona donde se estaba reuniendo el escuadrón de infantería.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Gobaldet sonrió. Ya no quedaba nada que hacer hasta que estuviese lista la cena. Una extraña mezcla de sentimientos, nostalgia y emoción a partes iguales, lo hizo sumirse en un estado taciturno al que el leñador era bastante familiar. Siempre había sido un tipo introspectivo, pero aquella vez le pareció que la nostalgia golpeó particularmente fuerte. No en vano, su vida estaba cambiando para siempre. A punto de irse lejos, probablemente para siempre, del lugar que llamó hogar por más de treinta inviernos. 

Sintió la mirada ciega de Sabueso sobre él, y se la devolvió con todo el aplomo del que fue capaz. Sorprendentemente, tras perder el repelús inicial a observarlo por primera vez, era bastante humano. ¿Qué pensamiento habría tenido, que fijó su mirada en él? Supuso que debía decir algo, aunque a Gobaldet no le molestasen particularmente los silencios incómodos. Mejor dicho: a sus oídos el silencio era, sencillamente, el silencio a secas. No existían los silencios incómodos. Sin algo importante para decir, era mejor dejarlo estar. Así que resistió el impulso de abrir la boca, y fue justamente así que su maestra Palomita los abordó, y habló brevemente con ellos antes de irse a hablar con los demás miembros de la Compañía.

Alternó su mirada entre los soldados. Todos en grupos, todos charlando amistosamente. Él no era parte de ellos aún. No tenía nada que hacer ahí. El lobo solitario está condenado a la muerte. Los lazos de aquellos hombres y mujeres eran imperceptibles para el leñador, pues se habían forjado en la guerra. Aunque no podía verlos, estaban ahí, y era evidente para él que sus eslabones eran más recios que la mejor cadena de Verdín... para la prueba, ahí estaba Gobaldet, expulsado de su casa. Ni su hermanastro lo extrañaría. Nadie lo echaría de menos.

Sin darse cuenta estuvo dirigiendo la mirada a Verdín. Una mirada larga e inexpresiva, ensimismado como estaba en sus pensamientos. Lentamente, giró la cabeza, y se dirigió a los establos. Perdió el apetito. Todo lo que le apetecía era dormir para dejar de pensar.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Al fin la reunión había acabado. Había sido una noche larga, llena de altibajos, pero al final todo parecía haber acabado medianamente bien, aunque quizá para algunos más que para otros. A Preocupado le alegró el ascenso de Dolor, aunque le apenaba que no se quedara en infantería. Pese a eso, se sintió enormemente aliviado al escuchar el nuevo reparto de escuadras. Se había prometido a sí mismo adaptarse a cualquier cambio y aprender, pero permanecer en infantería (y más aún en infantería ligera) le tranquilizó. Por otro lado, se alegró por las nuevas incorporaciones, aunque le preocupaba el hecho de que en tan solo unos días partirían hacia una nueva misión y no tendrían mucho tiempo para adaptarse a la nueva escuadra. 

Minutos después rompieron filas y todos se prepararon para la celebración. El ambiente se relajó y Preocupado se acercó al resto de la infantería, dando la bienvenida a los nuevos integrantes. 

-Me alegra poder compartir escuadra con todos vosotros. Seáis bienvenidos y que los espíritus os protejan en este nuevo cargo -dijo mirando a cada uno de sus hermanos, deteniéndose sutilmente en Plumilla, a quien le dedicó una cálida sonrisa. -Podéis contar conmigo para lo que haga falta. 

Mientras los demás continuaban conversando, Preocupado no puedo evitar desviar la mirada hacia el horizonte y pensar de nuevo en el pueblo al que se dirigirían próximamente. Era una noche de celebración para la mayoría, pero no debían descuidarse demasiado. Aquél mundo estaba lleno de peligros. 

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Guepardo esperaba con serenidad a que Frontera y Reyezuelo salieran con Desastre para llevarlo a la enfermería. En esa espera se dedicó a saludar escuetamente a los nuevos miembros hostigadores, dándoles la bienvenida. Observó a los nuevos integrantes y tuvo que admitir que la infantería se quedaba casi con los más veteranos, mejor equipados, mejor sanadores y mejor combatientes. Si iban a ser la punta de lanza en todos los conflictos venideros necesitarían lo mejor. No obstante hubo varios miembros, como Indómito o Dolor que fueron destinados a los Hostigadores. Aquello sorprendió al jaguar pues los veía como buenos infantes. Quizás tenían otras habilidades útiles para los "todoterrenos".

El regio se dirigió a él y tras intercambiar palabras el jaguar sonrió y negó con la cabeza.

- Me temo que no conmigo, Indómito. Los siguientes días voy a estar algo ausente. Me debo a Plumilla y finalizar su instrucción para que termine de desarrollar vínculos y nexos con la naturaleza ya iniciados. Sí, pese a que haya terminado en infantería - dijo encogiéndose de hombros ante lo inesperado del traslado de la pequeña observadora, siendo mucho más lógico que quedara en los Hostigadores por sus aptitudes y capacidades. Pero la infantería necesitaba desesperadamente otro sanador. Gajes del oficio.

- Quizás la siguiente vez. Y bienvenido - dijo palmeando levemente su hombro antes de dejarlo con Barril. Posteriormente siguió esperando al traslado de Desastre.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

No quedaba otra que felicitar a Dolor por su recién juramento, algo que estaban haciendo otros de sus compañeros.

Enhorabuena por tu juramento Dolor- le dijo- los Hostigadores van a contar con un gran guerrero como tú- añade con sinceridad. Dolor había demostrado su valía en el campo de batalla por lo que no dudaba de la buena labor que haría en la escuadra de los hostigadores. 

En un momento dado, vio que Lagrimita estaba bebiendo su cerveza y dando la bienvenida a los nuevos miembros a la infantería por lo que esperó a que acabase para acercarse hacia él.

Perdona que te moleste Lagrimita con esto en un momento de celebración, pero me gustaría saber si podrías ayudarme en los entrenamientos que vienen, más concretamente con el manejo de la espada que me regalaste- dice- necesito aprender a usarla con comodidad. En algunas situaciones me será mucho más útil que la lanza, y si bien es cierto que poco a poco voy logrando dominar su uso, aún me queda mucho camino por recorrer. 

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Divisaba a Keropis aproximarse con paso lento y pausado, entretenido por Piojillo un momento. Pese a que la opinión como soldado respecto al eremita no había cambiado un ápice, Lagrimita no olvidaba lo acaecido en el campo de entrenamientos. Se marchó minutos antes de que ocurriera, pero se lo narraron con detalles, el mero recuerdo le hizo sentir un escalofrío recorrer la nuca. Ambos sujetos, en su punto de mira en aquel momento, tenían un plus de peligrosidad que no debía olvidarse en ningún momento, si bien el guardián de los muertos solo lo había manifestado una vez... La supresión de sus voluntades, en momentos determinados, acabaría por desatar una tragedia fatal tarde o temprano.

Miró a Capitán entonces, - espero que hagas lo posible por sacarnos de este país antes de que la oscuridad se cierna sobre todos nosotros primo. - Suspiró profundamente y bebió cerveza.

Sus ojos recorrieron a los integrantes de la infantería hasta que cayó en la cuenta, ¡Indómito! Levantó la escudilla en su dirección. - Siempre serás de la infantería, no olvides que tienes amigos aquí, te deseo todas las bendiciones de los espíritus. ¡Por Indómito y Dolor! Que sobrevivan a la salida de Nidal. - Dijo solemne, con toda la intención del mundo, pues su voz sonó bien alta y audible para que dicho sonido llegase en derredor. Quería recordar esas palabras del líder de la compañía, un objetivo que debía ayudar a cumplir.

Y claro, con la presencia cercana de Preocupado y Plumilla, no pudo evitar sacar los colores al primero. - Bueno, bueno Preocupado, ¿Qué se siente al tener a tu K'Hlata favorita a tu lado? Eres afortunado... - Le guiñó un ojo.

La petición de Romo fue más que bienvenida, ¿Cómo podía negarse a completar un proceso pionero entre los de su raza? Miró a Palomita, ¿Acabaría siendo instructor como ella? La escena le hizo reír, pero no estaba lejos de uno de sus objetivos; La enseñanza. - Por supuesto, aunque recomiendo que te centres un poco más en el entrenamiento grupal los próximos días, yo mismo estaba decidido a hacerlo. Tras eso, estaría encantado de sacar unas horas para mostrarte todos los entresijos del camino de la espada, una senda digna de grandes leyendas de la compañía, ¿Te ha hablado de eso Analista? Deberías preguntarle cuando esté menos ocupado. - Aconsejó.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR.

Brindad... Brindad, mis marionetas. Mientras los niños ríen los monstruos se arrastran bajo sus camas.

La figura de Rastrojo se alejó del ruido y la algarada. Buscó refugio en el granero, obteniendo unos segundos de intimidad.

Veamos cual es tu treta, Serpiente...

El mestizo cogió su broche de grajo y lo examinó con atención. Buscó magia, runas malditas en su talla, veneno en su imperdible y hasta olió la madera para ver si la gran broma del Primer Mago fue guardarlo en su Primer Culo.

Serpiente es idiota,
las violetas azules,
que caiga cada gota
limpiando la mugre.

Entre sus manos frotó la insignia y empezó a surgir agua hasta rebosar entre sus dedos. La limpió con tesón. Si Serpiente quería reírse de Rastrojo, debía ser más listo la próxima vez.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR

El escuadrón de infantería, los viejos y los nuevos miembros, se había reunido alrededor de su orondo líder. El imponente oscuro dio la bienvenida a los recién llegados. Su voz sonaba gutural y retumbante desde el interior del casco.

—Como dessseesss, cabo... —murmuró el eremita cuando el cabo se dirigió a él. Su voz era seca y sibilante, como el susurro de la arena deslizándose por una duna del desierto.

Las verdes ascuas que relucían desde el interior de su abollado yelmo, brillaron con intensidad al descubrir a Plumilla entre los nuevos miembros del escuadrón. La mirada era fría y penetrante, pero estando el rostro oculto tras la máscara mortuoria, se hacía imposible descifrar su significado.

Cuando el grueso de la infantería inició la marcha hacia el banquete de celebración, el Guardián de los Muertos le siguió mansamente.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR

Campaña se abrazó a Lagrimita, esta vez sí que fue el del oso.

¡¡¡Aaaah, ja jaaaaa!!! -reverberó su risa con gran sonoridad. Se quitó el casco, revelando su brillante calva. Sonrió abiertamente, sin doblez. Cien arruguillas en los ojos. ¡Toma primo! -Ya tenía un cuenco de cerveza.

Alrededor se empezaba a animar el ambiente. En el caldero se iba recalentando la comida, y el olor era estimulante. Los codos se empinaban rítmicamente. La luz hacía bailar las sombras, y a veces las caras se deformaban, como si un secreto designio se abriera paso a través de los actos y momentos más inocentes. Alrededor podía estar el mundo conspirando contra ellos, pero incluso en la más inmunda de las trincheras, había que bajar la guardia de vez en cuando.

Campaña hubiera ignorado ese tipo de consideraciones, incluso a propósito. Que vinieran.

Se pasó el rato yendo entre los Hostigadores y los Infantes. Las despedidas eran tan buenas como motivo, como las bienvenidas. Se sentó entre Pelagatos y el Cabo Ponzoña.

Pelagatos es mi primo -Campaña expresaba cariño y cercanía familiar, tanto como el momento compartido actual, de sencilla camaradería. En ocasiones como aquella, el simple alcanzar la sal era extrañamente profundo, lleno de significado. Bastante a sí mismo. El tono de voz, y los innumerables matices del lenguaje corporal del gigante contenían todo eso, y probablemente mucho más.

Frente con frente. Perfiles hieráticos contra la luz. Mirada directa a lo más profundo de los ojos de su amigo Ponzoña, a quien siempre podía buscar y quien le explicaba cosas o le daba apoyo. Se movió con cuidado, evitando cualquier toque a la ya largamente herida pierna del aguerrido Cabo.

Campaña y Ponzoña, siempre buen equipo -se separó riendo y luego ya estallando en carcajadas. Buscando el choque, el hueco sonido y las espumas de cerveza.

Luego un brindis, otro- ¡Hostigadores, salud! ¡Brazos fuertes! ¡Lanzas rápidas! ¡Sí!

La noche pasaba, adelgazando el barril. El de la cerveza.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: DESPUÉS DEL OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. HA DEJADO DE NEVAR

El Cabo Barril se acerca a mí y a Indómito, los dos Infantes que dejaremos de serlo para pasar a los Hostigadores. Nos ofrece un trago, para despedirnos apropiadamente, lo que me parece perfecto. Siempre tendré un gran respeto por el Cabo Barril y, ahora que es mi Hermano de Capa, coincidir con él para disfrutar un poco de la celebración me parece una gran idea.

 - "Señor, por supuesto, Señor. Me alegraría mucho compartir ese trago con ustedes, Señor."

Muchos de mis compañeros se están animando con la celebración y escucho las palabras de Grito, que me parecen muy alegres. Entonces el bueno de Lagrimita se acerca a mí y me brinda sus felicitaciones. Respondo a sus palabras con júbilo:

 - "Estoy muy feliz, hermano. No sabes cuanto tiempo y con cuanta fuerza he deseado pertenecer a algo en lo que realmente crea. No es fácil haber vivido temiendo ser uno mismo pero ahora, por fin, soy libre para vivir como deseo."

Me obsequia las jabalinas que porto y eso me pone feliz. No me gusta tener deudas y sé que me pueden ser muy útiles llegado el momento. Le agradezco apropiadamente:

 - "Muchas gracias. Intentaré darle el uso que merecen."

Romo también se acerca y me felicita por mi juramento, por lo que también le respondo:

 - "Muchas gracias Romo por tus palabras. Espero ser un aporte y que se sientan orgullosos de mi incorporación."

La verdad es que siento que tengo muchas cosas por las que celebrar y no doy de la felicidad, aunque supongo que no con los problemas que tenemos en la Compañía Negra de abastecimiento, no creo que sea una celebración muy larga.