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La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Camino a Cho n Delor.

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08/01/2013, 21:44
Compañía: Lejana, Tercer Pelotón, Exploradores.
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- "Quédate con los inconscientes, Pipo.

Chamán Rojo, Manta. Detened el carro sujetando las riendas de las mulas. Yo me acercaré por detrás." -

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08/01/2013, 21:52
EL TIEMPO SE AGOTA.
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AÑO: 201.

Estación: Primavera.

Mes: Sexto (Tercero de la Primavera). Mes del Castor.

Día: 09.

ALBA.

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08/01/2013, 21:52
Mulas del carro (2).
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- De repente, Chamán Rojo y Manta aparecen delante del carro, deteniendo a las agotadas mulas sujetándolas de los ronzales.

- Alguien salta a la parte de atrás del carro, agarrando al único ocupante y poniéndole una daga en la garganta.

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08/01/2013, 21:54
Compañía: Lejana, Tercer Pelotón, Exploradores.
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- "Ni se te ocurra moverte, brujo. ¿Qué haces aquí solo? ¿Has desertado?" -

Notas de juego

[EN K'HLATA]

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08/01/2013, 23:08
Serpiente.
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- Por supuesto. Y no se me ha ocurrido nada mejor para huir con éxito que coger un carro tirado por dos mulas, conocidas por su gran velocidad, y encaminarme hacia donde sabía que se encontraba Peregrino, famoso por su laxitud en el cumplimiento de las normas.- Intenté girar la cabeza con cuidado de no cortarme con la daga para tener la oportunidad de clavar mis ojos en los de la estúpida k’hlata a mi espalda.- Eso se llama sarcasmo…- aclaré, pues la muy zopenca era capaz de creer que hablaba en serio.- Sabes lo que es el sarcasmo, ¿no?- añadí con una sonrisa.- Si no va a ser un verdadero problema.

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08/01/2013, 23:47
Manta.
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La guardia ha transcurrido tal y como le gusta a Manta, sin un solo indicio de problemas. Con una siesta tan reciente, podría haber hecho varios turnos de guardia por sí mismo, pero no quiere desobedecer órdenes. Y, además, está herido, necesita el reposo. Así que, cuando ha transcurrido el tiempo correspondiente un turno, que tras meses de hacer guardias es capaz de calcular por puro instinto, descruza las piernas, desciende del as rocas y, tras comprobar por última vez que los dos inconscientes siguen en condiciones estables, despierta a la exploradora y se dirige a su espacio.

Ruido de cascos. Manta abre los ojos. No estaba soñando, así que lo ha identificado rápidamente. Escucha unos gritos en lo que parece la lengua oscura. Se restriega los ojos para deshacerse de las legañas y mira a su alrededor. Pipo es el único en pie, y está susurrando algo a Lejana, que acaba de incorporarse. Un carro tirado por bueyes circula en las cercanías del campamento, y no parece haberlos visto. La noche está clara, y una rojiza claridad tiñe el horizonte. Está a punto de amanecer.

La exploradora da órdenes rápidamente. Manta se muerde los labios para evitar rezongar. Si el tipo que conduce el carro los está buscando, no tardará mucho en volver sobre sus pasos y encontrarlos. Si está llevando  acabo alguna tare apara la Compañía que no les concierne, detenerle sol ole supondrá un obstáculo. No hay necesidad de apresurarse. Pero son órdenes, y no puede ignorarlas ni discutirlas, así que agarra la lanza y corre hacia el carro junto a Chamán.

Detener a los bueyes no supone ningún problema. Los pobres animales no son veloces, y se muestran extraordinariamente mansos. El ocupante del carro es, obviamente, mucho más problemático.

Lejana se aúpa al carro de un brinco y se abalanza sobre Serpiente, colocándole el cuchillo en el cuello, y cuestionándole sobre sus motivos. El mago, no sorprendentemente, responde con sarcasmo. El k’hlata apenas ha hablado con Serpiente, pero según su experiencia, raramente abre la boca si no es para despreciar a quien le habla con un intento de ingenio. Cuando montó el espectáculo del castigo de Tarado, la opinión de Manta respecto al hombre se afianzó. Le recuerda a una furcia fea, que necesita engalanarse y maquillarse profusamente, y mostrar sus escasos encantos para ocultar sus amplias carencias.

No es su responsabilidad intervenir en la conversación entre dos hermanos, así que se mantiene en silencio, esperando la respuesta de Lejana y la explicación del mago.

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09/01/2013, 12:01
Compañía: Lejana, Tercer Pelotón, Exploradores.
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La Exploradora deja a Serpiente y se aleja, es evidente que le repugna tratar con brujos. Vuelve a su lugar de acampada y se acuesta.

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09/01/2013, 12:07
La Compañía Negra.
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ESTADO FISICO Y PENALIZACIONES:

- Lejana: Gravemente herida. Ha descansado. - Penalizaciones: -1.

- Chamán Rojo: Herido muy grave. Ligeramente cansado. - Penalizaciones: -2.

- Derviche: Recupera la consciencia. Está muy débil y tiene heridas muy graves. - Penalizaciones: Apenas puede hacer acciones.

- Guepardo: Recupera la consciencia. Está débil y con heridas muy graves. - Penalizaciones: -5.

- Manta: Heridas moderadas. Ha descansado. - Penalizaciones: -1.

- Pipo: Varias heridas graves. Ha descansado. - Penalizaciones: -1.

- Serpiente: Heridas moderadas (latigazos en la espalda). Ha descansado. - Penalizaciones: -1.

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09/01/2013, 15:13
Manta.
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Manta observa a Lejana alejarse, sin decir una palabra. Probablemente sea la mejor actitud, Serpiente solo está esperando una oportunidad para proseguir con su invectiva. Chamán y él se quedan solos con la incómoda presencia del brujo. El joven k’hlata suelta al buey, levanta la cabeza y mira a al oscuro a los ojos.

—Si busca a Peregrino, se marchó hace horas —dice, señalando hacia el sur, en la dirección en la que se había alejado el grupo el día anterior.

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09/01/2013, 17:13
Pipo.
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Pipo observa atentamente a Serpiente desde la zona en que están los peores heridos.

¿Qué hace aquí? ¿Está herido? ¿Por eso está aquí? Shh, shhh, shhherpiente. Suena como una serpiente el nombre de serpiente. Sh sh.

Que hable shhherpiente, ¿qué hace aquí, si no es un secreto? ¿Está herido Sh sh... erpiente?

Parece que se regocija cada vez que tiene que pronunciar el nombre, y no puede evitar el convertirlo en una onomatopeya entre graciosa e inquietante.

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09/01/2013, 20:42
Derviche.
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Derviche abrió los ojos y lo único que vio fue el cielo. Parpadeó varias veces y se preguntó si está viva o muerta. Su respuesta llegó con el primer movimiento que intentó hacer. Un dolor punzante recorrió todo su cuerpo y un ligero gemido salió de su boca. Se dio cuenta que tenía la boca muy seca y que no se acordaba como acabó en ese estado.

-A... a... agua... dijo con gran esfuerzo. Era una situación insólita ver a la guerrera en ese estado. Derviche dejó de lado su orgullo y no dudó en pedir lo que más necesitaba.

El color del cielo la fascinó, nunca lo vio tan hermoso y colorido. Un suave tono rojizo le recordó al color de la sangre. Sangre es lo último que tuvo delante de sus ojos antes de cerrarlos. Donde hay sangre está su diosa. Siempre sedienta y deseosa de sacrificio, muerte y sangre.

-Me... abandonaste... Se acordó que fue lo que sintió antes de caer, como la fuerza abandonó su cuerpo. La fuerza le venía de ella, de su diosa, pero esta vez la dejó.

Se acordó de su familia y de su pueblo, los que la repudiaron por culpa de sus creencias extremistas. Se acordó de lo que habló con su pupilo en las noches de guardia. Una lágrima rodó por su mejilla dorada y brilló con el primer rayo de sol. No se acordó cuando fue la última vez que eso pasó, puede que nunca, puede que era la primera vez que lloraba.

No sabía si alguien la escuchó y tampoco si la miraban. Tampoco le importó mucho, solo quería beber algo de agua y olvidar ese mal recuerdo que le provocaba más dolor que las heridas.

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10/01/2013, 17:20
Serpiente.
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Miré a las dos malditas bestias que tiraban del carro, ya ni se movían por mucho que les diese con la fusta demostrando que además de desobedientes eran vagas. Sin poder hacer nada más me bajé del pescante con cuidado y ayudándome con el bastón comencé a caminar hacia donde Manta me señalaba.

- Por qué estoy aquí no es un secreto, pero revelar la razón me llevará tiempo- respondí a Pipo. De todas las siluetas que distinguía en la oscuridad tan solo él y Manta permanecía de pie.- Subid a los heridos al carro y tan pronto las mulas se muestre dispuestas a cumplir con su obligación encaminaos hacia donde está Peregrino. Yo voy para allá ahora mismo. Solo, si es que nadie quiere acompañarme por cobardía o por no retrasarme.- Con un poco de suerte y si me daba prisa hasta podía llegar a tiempo para hacer uso de mi magia.- Por cierto, las mulas se llaman Dedos y Matagatos. Dedos la de la izquierda y Matagatos la de la derecha. ¿O era al revés?- pregunté antes de soltar una risita.- Poco importa en realidad, se parecen demasiado.

Notas de juego

Hacia donde está Peregrino.

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10/01/2013, 17:48
Cho'n Delor: Territorio de Cho'n Delor.
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Notas de juego

// Sale de escena: Serpiente.

// Sigue en: Serpiente.

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10/01/2013, 18:35
Manta.
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Manta observa cómo Serpiente, una vez ha dejado de hablar, se aleja en solitario en la dirección que le ha indicado, ayudándose de su bastón para mantener el paso. Orgullo. A pesar de todo, hay algo que podemos aprender de este hombre.

Quizás alertada por el ruido, tras horas de silencio, Derviche se retuerce en su esterilla. El k’hlata se acerca a la mujer, y comprueba que está despierta, aunque apenas se puede mover. Sus labios están resecos y cuarteados, como un reflejo del suelo de estas tierras, se mueven con torpeza, pidiendo agua. Sus ojos vidriosos, de mirada perdida, están posados en el cielo.

Hace tiempo que se pregunta qué hay detrás del terrible carácter de la mujer, qué clase de dolor, de sufrimiento, ha experimentado hasta llegara ser así. El miedo y el desprecio que le producía la mujer se han transformado, con el paso del tiempo, en lástima, y no solo por verla en esa situación.

Manta se arrodilla junto a Derviche, y vierte agua de su odre en la escudilla de la mujer. Con cuidado, pero firmemente, la ayuda a incorporarse y le acerca la escudilla a los labios agrietados, vertiendo poco a poco el agua en su boca

—Descansa —, dice Manta, cuando la mujer termina de beber—, es posible que tengamos que subirte al carro.

Tras acabar con Derviche, se aproxima a Guepardo. Parece encontrarse en mejor estado que Derviche, pero todavía no ha despertado.

Pipo sigue en pie, aparentemente recuperado de las peores heridas del día anterior. Aun así, Manta es reticente a confiar en el juicio del trastornado músico, por lo que se aproxima a Lejana, que continúa tendida sobre su esterilla.

—Señora —la voz de Manta es dubitativa—, el brujo nos ha dejado el carro para que transportemos a los heridos más graves. Quiere que vayamos con él, pero parecí atener prisa, y se ha marchado antes de explicar nada.

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10/01/2013, 21:28
Pipo.
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Pipo despide a serpiente con la mano, cuando se aleja.

Luego se acerca a las mulas y las saluda con cortesía y solemnidad. Pipo os saluda, Matagatos y Dedos. Van a hacer un viaje juntos, parece. Pero antes hay que poner algo dentro de eso que hay detrás ¿cómo se llamaba? Pipo no se acuerda. Pobre Pipo.

Mira a los heridos y hace cálculos. ¿Hay que poner gente en cosa? ¿Hay que poner cosa en gente? Pipo tiene un serio problema. Pero Pipo ayuda, y viaja donde Peregrino.

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10/01/2013, 22:08
Compañía: Lejana, Tercer Pelotón, Exploradores.
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- "En esa dirección es por donde fueron nuestros compañeros a la batalla. Yo no iría por ahí, sino en dirección contraria, de donde vino Serpiente. Cuando las mulas puedan andar. ¿Podéis atender a esos pobres animales?" -

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11/01/2013, 00:39
Guepardo.
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—Despierta...despierta...despierta...

Guepardo no logró reconocer la voz que lo instaba a levantarse. De hecho, apenas podía abrir los ojos, pues el dolor de cabeza que le acosaba era atrozmente intenso. Con un esfuerzo humano levantó un párpado y luego el otro, el sol le golpeó con dureza y tuvo que pestañear varias veces para que el escozor se fuera atenuando. Eso incrementó más la migraña. Por un instante caviló el volver a dormir, pero le parecía que había estado haciéndolo durante una eternidad. Apenas recordaba lo que había sucedido...la batalla, la emboscada fallida y después la lucha contra un hombre al que dejó malherido. Poco más. Se trató de incorporar a duras penas, necesitaba información. Seguramente habrían ganado, sino estaría muerto. Se tumbó hacia un lado y observó como varios campamenteros estaban ajetreados con sus tareas. No había ningún compañero de capa suyo, hecho que le extrañó enormemente. Tenía una sed tremenda, seguramente tendría algo de fiebre. Con más voluntad que eficacia gritó: ¿Alguien me puede dar un poco de agua, por favor?

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11/01/2013, 21:27
Manta.
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—No he tenido ocasión de tratar con animales antes —replica el joven k’hlata—, puede que los demás sepan algo más. Si no, les echaré un vistazo.

La débil voz de Guepardo interrumpe la conversación con la exploradora.

—Voy a darle agua —dice Manta.

El hostigador está algo más fuerte que Derviche, pero no lo bastante como para moverse por sí mismo sin dificultades. Manta recoge la escudilla de Guepardo, y tal como había hecho minutos atrás con la fanática, vierte en ella un poco de agua, y le ayuda a beberla.

—Vamos a llevaros en un carro que nos han traído al campamento, ¿puedes moverte?

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12/01/2013, 19:37
Guepardo.
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—No estoy para correr, pero creo que podré moverme en un momento. —La cabeza le daba vueltas pero sabía que debía reponerse. Era el único hostigador entre los campamenteros, y ya había mostrado bastante debilidad. Miró al frente y vio a Malamente, el cual le sonreía. Le devolvió la sonrisa y le dijo: —Parece ser que la emboscada no salió todo lo bien que esperaba. Al menos estamos vivos. —Intentó reponerse un poco y añadió. —Echadme una mano para levantarme, creo que no me va a sentar muy bien. Y extendió un brazo hacia Manta y otro hacia Malamente.

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12/01/2013, 19:47
Manta.
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El guerrero jaguar parece recuperado, pero enseguida es evidente que sus heridas le han afectado no solo físicamente. Guepardo está extendiendo las dos manos, una de ellas a Manta, y la otra en una dirección en la que no hay nadie. El joven k'hlata no sabe cómo reaccionar. Siempre ha gozado de una fabulosa salud, y puede acordarse de las pocas ocasiones en las que ha enfermado. Apenas resultó afectado por las duras condiciones de la marcha desde Cho'n Delor, e incluso en este día, tras la batalla, parece más recuperado que cualquiera de sus compañeros. Nunca ha necesitado las atenciones de un sanador. Durante el periodo de adiestramiento, algunos de los aspirantes heridos sufrían poderosas fiebres, que les provocaban extrañas visiones y alucinaciones. ¿Se trata acaso de eso o de un simple espejismo? Sea cual fuere la respuesta, y Manta no la tiene, espera que no se trate de algo que requiea las atenciones de Matagatos, porque el líder de los hostigadores, con seguridad, se encuentra en el frente.

—Guepardo —Manta agarra la mano extendida del guerrero y le ayuda incorporarse, sujetándole por el hombro con la otra mano—. Fíjate bien, ahí no hay nadie. La fiebre, o la luz del sol te deben estar jugando una mala pasada.