Partida Rol por web

Miro extrañado a R'Gaa sin comprender del todo lo que quiere decirme con sus palabras. ¿Acaso no se acordaba de mi después de todos los meses de instrucción? Aunque no hubiéramos hablado mucho nos veíamos a diario. Quizá sufriera algún tipo de conmoción.

-Soy Matagatos. El segundo al mando del nuevo pelotón de exploradores que se ha formado. Lengua Negra, nuestro primero, te ha escogido como una de las integrantes del pelotón. Ayer te quedaste como ensimismada en mitad de un entrenamiento y tuvieron que traerte al campamento principal a que te miraran. Por lo que veo no se si han conseguido mucho. Ahora nuestro pelotón se dispone a hacer unos ejercicios a las afueras del campamento y tengo que saber si puedes acompañarlos. Estarás con Dedos, tu amiga. ¿Te acuerdas de ella? ¿Te acuerdas de algo? Las últimas preguntas liberan un tono un poco desesperado, no tengo paciencia para estar perdiendo el tiempo con alguien que no sabe ni quien soy. Y olvídate de comer algo hasta la hora del rancho, eso si vuelves a tiempo de las prácticas. Porque si no las haces probablemente ni tengas rancho. Digo finalmente.

Podría aguantar el hambre un tiempo más? R'Gaa no lo sabía, pero no iba a perder su oportunidad de intentar recuperar la memoria y ganar un poco de dinero.

-No, no me acuerdo de nada... La pitonisa dijo que me habían echado una maldición y de ahí mi estado de las últimas horas. Pero supongo que cuánto más haga vida normal, más recordaré. Iré con vosotros. Gracias por venir a buscarme. - 

Finalmente se había soltado. Se sentía tímida y fuera de lugar, pero de todas formas, seguro que estaría mejor que siendo esclava del cerdo de Golkas. Además, por lo visto tenía una amiga. Seguro que ella le explicará qué es lo que tendrá que hacer y qué ha pasado los últimos días. 

En un principio había pensado encontrar a R'Gaa y si estaba en condiciones mandarla al Campo de entrenamiento y seguir haciendo otras cosas en el Campamento Principal, pero dado el estado en el que se encontraba la exploradora lo mejor sería acompañarla junto a Dedos, tal vez su amiga fuera más eficaz a la hora de devolverle la memoria.

-Está bien, acompáñame. Te llevaré junto a Dedos, una amiga tuya y la jefa del grupo al que has sido asignada hoy. Intenta recordar junto a ella lo antes posible. Espero que no se le haya olvidado usar su lanza y moverse por la Sabana, sino será un estorbo para todo el grupo. Le hago un gesto para que me siga y me dirijo de nuevo de vuelta al Campamento de Instrucción. Vuelvo a saludar al pasar a Centinela y sus nuevos ayudantes.

INVENTARIO COMPLETO DE LAS COSAS DE KHADESA:

Equipo:

- Ropas de pitonisa de calidad media (puestas).
- Daga normal de buena calidad (Día).
- Daga de sacrificios de buena calidad (Noche).
- Tintero (2).
- Pluma de escribir (2).
- Yesca y pedernal.
- Velas: 5.
- Tizas de colores: 5.
- Hojas de pergamino: 20.
- Jabón.
- Bolsa de cintura (dinero).
- Bolsa de cintura (componentes).
- Reloj de arena.
- Ropas ceremoniales de Pitonisa.
- Tienda de campaña grande.
- Estera.
- Manta de invierno.
- Cuerda de cáñamo, 15 metros.
- Material para fabricar fetiches.
- Botella de vino.
- Piedra de afilar.
- Antorchas: 3.
- Campanilla.
- Juego de huesos adivinatorios para lanzar.
- Vasija de arcilla.
- Antiguo tomo sacerdotal sobre el culto a Khadi. Escrito en Lengua Oscura muy arcaica. El pergamino de las páginas parece piel humana. La posesión de este libro en la Compañía se considera delito. De ser descubierta, el libro sería incautado y quemado, y ella recibiría veinte latigazos. Dependiendo de las circunstancias podría ser también desterrada.

Dinero y Posesiones:

- Monedas de plata: 01.
- Monedas de cobre: 07.
- Mesa y dos sillas de madera de buena calidad para su tienda. Regalo de Carpintero.

- No queda nada de té, ese era el último.

- Matagatos acompaña a R'Gaa hacia la Puerta Interior.

- "¿Cómo está la chica enferma? ¿Seguro que puede luchar?" -

- "¡Si R'Gaa no poder luchar, Odio tomar como esclava! ¡Ella calentar lecho bajo la manta por las noches!" -

-Tendrás que calentarte tu solo de momento y controla la lengua cuando hables con alguien de nuestro pelotón! Digo muy serio a Odio, al fin y al cabo R'Gaa pertenecía nuestra escuadra y estaba bajo mi protección mientras tanto. Después me giro hacia Centinela. Las pitonisas la han dejado marchar, no lo hubieran hecho si no estuviera bien. No estaba del todo seguro de eso después de la conversación con R'Gaa, pero no estaba dispuesto a discutir ni con los campamenteros ni con la vigilante. Si alguien tenía que decir algo allí sería Lengua Negra en todo caso. ¿Podemos pasar ya o alguno tiene algo que añadir? Aunque si os quedan más preguntas las tiendas de las pitonisas están allí. Digo señalando a la zona de las tiendas de las Pitonisas y esperando dar por concluida la conversación.

-Sí, será lo mejor. Gracias por acompañarme.- 

Echó a andar cuando el hombre llamado Matagatos le dijo que le acompañase, con la esperanza puesta en que su amiga la ayudase a recordar. Cuando pasaron junto a Centinela,imitó a Matagatos y saludó cortésmente. Al oír al ayudante de esta le entró un poco de pánico. 

Que voy a calentar el lecho de ese?Ni en sus más bonitos sueños. Antes prefiero que los animales de la sabana me devoren las tripas mientras sigo viva que ser esclava de nadie. Me tendré que esforzar mucho para no llegar a esos extremos. 

Le echó una mirada de agradecimiento a Matagatos, pues la estaba defendiendo. Esperó junto a él para que Centinela les diese el vistobueno.

Centinela asiente con un cabeceo y una leve sonrisa y deja pasar a Matagatos y a R'Gaa.

- "Buena cacería." -

Los dos Reclutas de los Hostigadores pasan al campamento de instrucción.

Desmontar la tienda era algo que a Khadesa le suponía una sensación ambigua. No hacía ni una semana que había empezado a montarla, para independizarse. Callada, iba doblando las lonas y pieles a medida que las iban quitando de la estructura, recordando como había ido pensando cada dibujo que había en ellas, cada pintura. Y en cómo los había plasmado, de su cabeza al material, con dedicación y cariño.

Cuando preparaba sus cosas para establecerse por su cuenta no pensó ni por un momento en que debería hacerlo en otro lugar. Y menos en que aceptaría una responsabilidad tan grande como la que acababan de depositar sobre sus espaldas gente tan importante como el Teniente y el Analista. Y agradeció a la Diosa la oportunidad que las circunstancias acababan de brindarle. Y que esperaba no desaprovechar.

Poco a poco cada cosa estuvo amontonada encima de la laja, o sobre la mesa, o dispuesta en orden y método. Khadesa se dio cuenta de que era mucho más sistemática de lo que ella misma habría creído si le hubieran preguntado.

Sonrió a Sicofante, que estaba desclavando uno de los puntales, sin aparente esfuerzo.

-Ya casi está. Se me hace raro ver que partimos. Supongo que a ti no, era lo que esperabas, lo que espera cualquier miembro de la Compañía, partir a una misión. Pero no yo. Y no es que me queje, al contrario. Lo prefiero, es... ¡Excitante! Y peligroso, supongo. Pero, ¿qué es la vida, sin esa sensación? Esto es un principio. Y lo siento en la piel, lo siento rozándome el pelo. El aliento de la aventura.

Sicofante fue quitando los puntales de la tienda mientras escuchaba la palabras de Khadesa. Se detuvo durante unos segundos, sopesando las palabras de la pitonisa.

Supongo que es lo que esperaba si- responde finalmente mientras continúa con su tarea- al fin y al cabo, soy un guerrero, y para eso se me entrenó. No obstante, y a pesar de la excitación que pueda causar esta misión, no por ello hay que perder la cabeza. Dime... Khadesa, espero que no te importe que te tutee, ¿no has realizado mas misiones para la compañia?

-¿Más misiones? ¡Qué va! Soy una seguidora del Campamento, y hasta anteayer mismo vivía con mi madre, la Primera Pitonisa, Madame Yamila. En su tienda, de sus recursos. Una niña, vamos, por mucho que tenga 18 años. Decidí independizarme y convertirme en la Quinta Pitonisa porque estaba harta de vivir según sus reglas, y sus normas. Pero nunca había pensado que pudiera llegar a formar parte de la Compañía más que como seguidora, sin más. Sigo siéndolo, claro, pero... bueno, es distinto. Tengo una misión, a mi manera. Han confiado en mi, aún no sé por qué. Quizá...

Su voz se perdió en sus pensamientos, se enterró en sí misma. Lo que fuera a decir no lo dijo, simplemente enmudeció y se quedó abstraída, aunque no quieta. Parecía que Khadesa no estuviera hecha para quedarse quieta. Siguió trasteando en sus cosas, doblando pieles.

Supongo que las aprendices superan a sus maestras- dice Sicofante mientras recoge los clavos extraídos y los lleva a la mesa- no te conozco, mas es evidente que tienes un gran potencial. No es de extrañar que te hayan encomendado para esta misión. Una nueva etapa comienza para ti- al igual que para mi- pensó.

Lo importante es que en el momento de la verdad tengas la cabeza fría para actuar y no dudes de tus acciones. Del resto, me encargaré yo.

La mujer asintió. Sí, Sicofante tendría trabajo, podía estar seguro. Porque ella no era una persona temerosa y cobarde, y pensaba cumplir con su responsabilidad incluso ante las peores situaciones. Y las habría, habría situaciones de peligro, era algo que intuía.

-Bueno, ya sólo queda lo más pesado de la estructura. Mis cosas están ya preparadas, lo que no es un mérito, tengo pocas. Y no tengo dinero, me habría encantado llevarme más té, o un peine. Un par de cubos... cosas que debería haberme ido comprando si hubiera permanecido aquí, con mi trabajo. Pero no va a poder ser. Supongo que tendré que conformarme.

- Matagatos regresa al Campamento principal atravesando la Puerta Interior.

- Centinela simplemente bosteza, aunque sus tres sombras están muy atentos a todo.

- Especialmente Odio, que mira a Matagatos con... odio.

MEDIA MAÑANA.

El carro estará a punto de llegar- durante el resto de mañana la pitonisa y él habían preparado todas las pertenencias y estaban listas para ser cargadas al carro- hemos terminado con todo, ¿verdad?

-Así es. Ya estamos. Ahora hasta que llegue el carro, y carguemos, no tengo nada que hacer, si no es que a alguno de los hombres me necesita como Pitonisa. Pero no parece que sea así. ¿Necesitas comprar algo antes de partir? ¿Vas ya completamente pertrechado? Si quieres te acompaño hasta las tiendas de los comerciantes...

Khadesa hablaba a Sicofante, pero su mirada había captado a Matagatos entrando en el Campamento Principal, y le saludó desde lo que quedaba de su tienda, todo apilado y ordenado esperando el carro, con la mano, sonriente.