Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Cho n Delor: Bastión del Dolor.

Cargando editor
26/08/2012, 00:21
[RIP] Vieja Gloria.

Me levanto un poco más tarde que el resto, con dificultad, recordando el agudo dolor que afortunadamente ya no siento. Lo cierto es que la escena me pilló desprevenido, no imaginaba que fuera tan grande el poder del Señor del Dolor, aunque ahora siento algo de miedo ante la presencia de un ser con semejante poder, digno de un Dios.

Mientras me levanto tengo que aguantar el comentario ácido de Serpiente. - ¿¡A mí me vas a dar lecciones de supervivencia!? - Susurro entre dientes, sin ocultar mi enfado por el dolor y porque al fin y al cabo Serpiente tenía razón: debería haberle hecho caso.

Supongo que en este momento, el de hacer el Juramento, deberíamos quedarnos en la Ceremonia, así que no estoy seguro de que sigan en pie las órdenes de llevarnos a Serpiente. Miro a Rastrojo, con expresión dubitativa, esperando su opinión.

Cargando editor
26/08/2012, 00:38
Rastrojo.

A callar, víbora...-dice dirigiéndose, obviamente, al apodado Serpiente.

Estaba mosqueado. Un ejército, formado en su mayoría por K'Hlatas y medio K'Hlatas... Todos incando las rodillas como perras... Y mientras, dos Oscuros se quedan en pie como si nada. ¿No era más probable encontrar alguien fuerte de voluntad entre tanto soldado de ébano? Intentó alzar la mirada. Con tanta gente, Rastrojo no estaba seguro de si Caratótem había venido y se había arrastrado como todo hijo de la sabana. Sería un consuelo que no estuviese en la ceremonia, e imaginar que de haber estado, serían tres los que hubiesen aguantado en pie.

Si prefieres que el asunto también caiga de rodillas, Mago, por mí estupendo... A mí me da igual tirar de una persona para que ande, que tirar de una serpiente para que se arrastre por el suelo. Tú elijes.

Cargando editor
26/08/2012, 13:29
Caratótem.

Caratótem se levanta del suelo y se sacude muy dignamente el polvo de las rodillas. Por un momento mira a su antiguo discípulo Rastrojo con un gesto como de: "Tú no has visto nada".

Cargando editor
26/08/2012, 13:31
Teniente.

El Teniente prepara una cajita en la que se guardan los emblemas del cráneo de plata.

Cargando editor
27/08/2012, 05:18
Matagatos.

Tras las palabras de su nuevo empleador Matagatos se levantó, no sin antes dedicar una mirada de admiración a su padre y a Lengua Negra. En otras circunstancias su desafío mientras el resto se arrodillaba le hubiera resultado insultante e inapropiado, pero no en esta ocasión. Había algo que le había obligado a hacerlo, lo había notado pese a estar dispuesto a arrodillarse tras el Capitán y eso no le había gustado nada. Se enorgullecía de que ambos no hubieran sucumbido como el resto.

¿Acaso el Capitán y el resto de los mandos se habrán sentido obligados también a hacerlo?

En cualquier caso no tenía ni la más remota intención de preguntar a nadie sobre ese tema. No tenía tanta confianza con ninguno de los que se había arrodillado como para hacerlo.

Quizás a Dedos o Khadesa.

A ellas si podría preguntarles, aunque quizá no mereciera la pena tampoco. No quería encontrarse con haber sido el único que hubiese caído presa de aquella sensación.
Las palabras del Capitán lo sacaron de sus pensamientos y lo devolvieron a la realidad. Allí con el grueso de la Compañía reunido y con muchos extranjeros desconocidos observando se acercaba el momento que más había temido. Odiaba hablar mucho en general, pero tener que hacerlo ante tanta gente y sentirse el centro de atención era algo que despreciaba y le aterrorizaba a partes iguales. Sin embargo sabía que tenía que hacerlo, y tomarlo como un deber o como una orden le ayudaba de alguna manera a sobreponerse a sus temores.
Dio un par de pasos al frente destacándose del resto del pelotón. Así todos le escucharían mejor y cuando nombrara uno a uno a sus compañeros homenajeados darían un paso al frente y seguirían quedando detrás de él pero destacados del resto.

-Todos sabéis porqué estamos aquí. Cada uno de los hombres y mujeres que voy a nombrar ha demostrado el coraje y el valor necesario para ganarse el honor de ser llamado Hermano por el resto y ha derramado su sangre o la sangre de nuestros enemigos para conseguirlo.
Hizo una pequeña pausa y comenzó a decir los nombres de sus compañeros. ¡Caracabra! Gritó su nombre alto y fuerte para que todo el mundo lo escuchara mientras dejaba tiempo a que el K'Hlata diera un paso hacia delante. Un guerrero disciplinado que ha acabado ya con la vida de varios enemigos en defensa de la Compañía. Sin lugar a dudas se había ganado la confianza entre sus compañeros.
¡Guepardo! Volvió a esperar hasta que su compañero se adelantara a la vista de todos. Un valiente guerrero que ha sufrido grandes heridas en batalla que le han impedido jurar antes pero que ha sabido reponerse y causar mayores heridas a nuestros enemigos. Realmente la peor herida que había sufrido la llevaría consigo de por vida, pero no era el momento de entrar en detalles. Tampoco hizo referencia a su bien merecido título de "Campeón de Dadiz" pues este era más bien un apodo por el que lo conocían algunos de sus compañeros, pero era más el recuerdo de una aventura que un verdadero mérito para ser hermano juramentado. Aún así Matagatos seguía recordando con alegría y orgullo aquel día. ¡R'Gaa! Volvió a quedarse callado el tiempo necesario mientras la chica se adelantaba y la gente ponía atención en ella. Una gran exploradora sobre el terreno y mortal en el combate. No creía que les interesara demasiado lo que estaba avanzando sobre el conocimiento de curar heridas, o sus conocimientos sobre plantas, así que lo dejó así y pasó al siguiente nombre. ¡Sicofante! Esperó a que el tagliano se adelantara. Un magnífico jinete, merecedor de pertenecer al primer pelotón y que tenemos el privilegio de contarlo entre nosotros. Nuestros enemigos no pueden decir lo mismo. Era una gran ventaja poder contar con gente a caballo, aunque hasta el momento no habían tenido oportunidad de explotarla. ¡Pelagatos! Esperó a que su primo se adelantara y sus ojos, como quizá los de Pelagatos buscaron al padre de este. Seguramente estaría orgulloso de su hijo. Un guerrero valiente que lucha con fiereza y que casi ha dado dos veces su vida por la Compañía. Nuestros enemigos temblarán cuando lo vean por tercera vez. Su primo casi había fallecido tras la emboscada en Idon y la segunda por el camino pero había demostrado fuerza para volver y seguir hacia delante. Y por último... Tan solo quedaba un nombre más y todo habría terminado, pero si había dejado a Lengua Negra para el final no era precisamente por casualidad. Quería que todos se fijaran y centraran en su primo y darle el merecidísimo homenaje que tanto se había postergado y que tan fatales consecuencias les había traído a uno y otro. Además el momento no podía resultar más idóneo cuando todos los presentes le habían visto permanecer en pie, solamente junto al más temible hombre de toda la Compañía. ¡Lengua Negra! Esperó a que su primo se adelantara antes de seguir hablando. Muchos son los méritos por los que merece ser Hermano Juramentado, pero solo enumeraré los de mayor relevancia para no alargar la ceremonia más de lo necesario. Tomó el mando del pelotón de Hostigadores, un grupo heterogéneo de hombres y mujeres con distintas habilidades y escasa experiencia y lo transformó en la unidad eficaz que ahora somos. Una tarea difícil y no exenta de dificultades, pero que supo llevar hasta las últimas consecuencias con decisiones que llevaron al éxito de nuestra misión y a la postre a la victoria de la Compañía en Tres Castores. También evitó, arriesgando su propia vida, que todo el poblado fuera arrasado por un incendio y la pérdida de botín y de vidas que eso hubiera supuesto u otras consecuencias. Todavía tenía fresco en su memoria el recuerdo de como los habían echado de allí sus antiguos empleadores en cuanto la batalla había terminado y la tensión que se vivió durante algunos momentos, no quería ni imaginarse que hubiera pasado si al llegar encuentran el poblado destruido por las llamas. Esas heridas le impidieron jurar antes y tener que ceder el mando frente a los hostigadores. Pero ante todo su experiencia en casi cualquier campo le hace ser un valioso baluarte y una pieza insustituible de nuestra Compañía. Aquello era todo lo que diría, sin lugar a dudas podía seguir hablando de su primo durante horas y horas pero con aquellos méritos sobraban para dejar patente su valía. No hacía falta mencionar que era hijo del Capitán, eso lamentablemente le había traído más problemas que ventajas. Todo lo que había ganado Lengua Negra lo había hecho por si mismo.
Concluido su discurso esperó sin moverse a que continuara la ceremonia.

Cargando editor
27/08/2012, 12:21
Teniente.

El Teniente se pone en posición de firmes y convoca a los Reclutas que van a Jurar:

- "¡Caracabra, Guepardo, R'Gaa, Sicofante, Pelagatos, Lengua Negra! ¡Paso al frente y rodilla en tierra! Esta noche os arrodilláis por última vez como Reclutas." -

Cargando editor
27/08/2012, 12:22
Analista.

- "Los hermanos de capa pueden salir de formación y colocarse tras sus apadrinados sosteniendo la capa negra de la Compañía." -

Cargando editor
27/08/2012, 12:52
[RIP] R'Gaa.

Una gran exploradora sobre el terreno y mortal en el combate.

Así la acababa de definir el líder de los Hostigadores. Delante de todos los habitantes de Cho'n Delor, delante del Señor del Dolor y sus impresionantes cortesanos, y, sobre todo, lo que más le importaba, delante de la totalidad de la Compañía Negra. Sus hermanos. Ahora, en unos instantes, ya sí, ya por completo.

Supo qué era el orgullo sincero, sin falsa modestia ni tampoco soberbia. Supo lo que se sentía, y lo sintió bien hondo en su interior. Levantó la cabeza, y no se permitió que la sonrisa aflorara a sus labios. Ni las lágrimas a los ojos. Sólo se permitió que lo hicieran los recuerdos a la mente. Sus padres, sus hermanos. Su lejano poblado, su tribu. La habían proscrito, por su negativa a ceder al acuerdo de esa boda con el hombre bestial que, por un sarcasmo cruel acababa de reencontrar. No sentía odio, ni rencor siquiera. Pero se sintió libre. Estaba a punto de sacudirse las ataduras.

R'Gaa, dejaba de ser de las Nubes Dispersas, dejaba atrás sus orígenes, su principio. Y empezaba de nuevo, renacía. Con la capa y el prendedor aceptaba una nueva familia.

- "¡Caracabra, Guepardo, R'Gaa, Sicofante, Pelagatos, Lengua Negra! ¡Paso al frente y rodilla en tierra! Esta noche os arrodilláis por última vez como Reclutas." -

Adelantó el paso y clavó la rodilla al suelo. Estaba preparada.

Cargando editor
27/08/2012, 16:40
Derviche.

Poco a poco abrió los ojos. Lo primero que vio eran los pies de los de alrededor, el suelo era especialmente limpio, probablemente el más limpio que había pisado nunca y lo agradecía. Poco tenía que sacudir sus pocas vestimentas después de levantarse. Eso no iba a ser nada fácil.

En todo el cuerpo de Derviche había un dolor cortante. Era como si una flecha se le clavara con cada movimiento que intentaba hacer. Puso sus palmas en el suelo y temblando levantó la cabeza del suelo. Ahora sabía porqué se llamaba El Señor del Dolor. Se acordó de su Diosa, y empezó a orar. Después de haber reunido algo más de fuerzas se levantó del suelo. Las piernas le temblaban y pensaba que en cualquier momento se iba de desmayar de nuevo. A lo lejos oía a alguien hablar, pero no entendía nada. Parece que la Ceremonia había empezado. Ahora más que nunca quería salir de allí. La mente de Derviche volvió a dar vueltas y vueltas en cómo sacrificar y matar, y derramar sangre, mucha sangre para su Diosa.

Cargando editor
27/08/2012, 17:49
Caracabra.

Caracará avanzo cuando Matagatos pronuncio su nombre. Estaba absorto por la grandeza del lugar, la magia flotaba en el ambiente. Aunque la magia no era del agrado del guerrero. Los muros de piedra cuidadosamente labrado rodeaban todo el recito, le recordaban a las ruinas cercanas al campamento de los caimanes negros, donde había crecido, con sus pasadizos tortuosos y traicioneros.

Había preferido una ceremonia en mitad de la sabana en comunión con los espíritus y rodeado de su nueva familia, la compañía; y no en una fortaleza de altos muros, rodeado de personas ajenas a él.

Puso la rodilla en el suelo, aquí estoy, se recordó a si mismo, hoy entro a formar parte de mi nuevo familia. Tanto esfuerzo al final obtenía su recompensa, era aceptado dentro de una tribu. Algo que hace unos años hasta el mismo habría negado. Había cambiado mucho, de ser el monstruo asustadizo de la aldea que huía de las piedras que le tiraban otros niños; al guerrero que hoy se inclinaba. ¿Cuanto sudor y sangre había derramado para ser aceptado, y cuanta le quedaba por derramar?. Solo los espíritus los sabían.

Cargando editor
27/08/2012, 17:58
Matagatos.

Al oír a Analista, Matagatos se colocó tras Lengua Negra con la capa negra que lo distinguiría como Hermano Juramentado. Esperó allí de pie a que fuera el turno de su primo para jurar y poder así colocarle la capa finalmente.

Cargando editor
27/08/2012, 18:50
Lengua Negra.

Lengua Negra palideció levemente bajo su blanca piel. Las palabras de su primo estaban consiguiendo deshacer lo que llevaba semanas trabajando. Un cierto anonimato, un no llamar la atención de los hostigadores que durante un tiempo habían estado bajo su liderazgo, un liderazgo criticado y que le había convertido en alguien poco querido y aún menos respetado. Pero ya estaba hecho y si bien entendía las razones de Matagatos para presentarlo de aquel modo en el juramento, dudaba de la oportunidad de las mismas. Con un quedo suspiro, se adelantó cuando Analista lo pidió y clavando la rodilla en el suelo esperó a que la ceremonia prosiguiera y acabara cuanto antes. No obstante, cuando su primo se situó a su lado, no dudó en dirigirle una sonrisa triste de agradecimiento. 

Cargando editor
27/08/2012, 18:58
Ponzoña.

El Hiena se descolgó del grupo cuando su presencia como hermano de capa fue reclamada. Y situándose junto a Guepardo, esperó a que este se hincara de rodillas para cumplir con su parte cuando correspondiera. Su mirada era extraña cuando miró al que sería su hermano de capa. Aquel broche era el premio a una vida que jamás engendraría otras. Quizás ni siquiera llegaría a gozar de una mujer nunca. Realmente, una muerte justa hubiera sido preferible a aquel destino, seco y árido como un desierto.

Cargando editor
27/08/2012, 20:56
[RIP] Mentiroso.

Mentiroso respondió cuando dieron la llamada... Los hermanos de capa, allí estaban. Aquel no era su día, pero al menos iban a alegrar a otros. En su caso,a caracabra.

Se colocó tras de el, con una sonrisa: Pretendía ser amable, pretendía ser uno mas de ellos. No dijo nada, solo se mantuvo allí con la capa negra, respirando profundamente y observando al frente.

Todo aquello comenzaba a hacer mella en él, como si, poco a poco, absorber todo eso de los rangos, las compañías y las capas, lo hiciese por primera vez, aparentemente, pertenecer a un lugar. 

No había olvidado de donde venía, pero tampoco se obsesionaba con la idea, pues de ella podían venir pesadillas sobre algunos de los hechos que jamás debieron de sucederse.

Todo pasaba rapidamente por su cabeza. Pese a pensar en oro, a su vez sabía que el orgullo de la Compañía Negra al ascender a aquellos que todavía no lo habían hecho, crecería, y con ello el respeto y el honor que le debían. Eso le implicaba a él, y, para ser sinceros, era algo a lo que podía acostumbrarse. Un hombre de la arena venido a soldado... Qué irónico.

Dejó de pensar y se concentró en la ceremonia.

Cargando editor
27/08/2012, 22:02
Reclutas de la Compañía Negra.

- Los compañeros del Pelotón de Campamenteros miran en silencio a los Hostigadores.

- Ya es la segunda Ceremonia de Juramento de los Hostigadores a la que asisten. Ellos son veinte, y, tras esta Jura, sólo quedarán dos Reclutas (Rastrojo y Vieja Gloria, antiguo Campamentero). Los demás van a ser ya todos Soldados. Además, son el único Pelotón con una Pitonisa asignada en exclusiva.

Por si fuera poco, se ha corrido la voz de que el Alto Mando quiere hacer de los Hostigadores una unidad de elite, las fuerzas especiales de la Compañía Negra.

- Los Campamenteros, por contra, son todos aún Reclutas, incluyendo a sus líderes Cochinillo, Piojillo y Lombriz. No han tenido ocasión de medirse en combate contra el enemigo y derramar así sangre por la Compañía.

- Encima, parece que los Hostigadores suplen sus bajas a costa de los Campamenteros: Sacorroto y Escarabajo primero, ambos ya fallecidos. Y Vieja Gloria, el último de los Campamenteros, ha sido cedido recientemente a los Hostigadores.

- ¿Qué están pensando los Campamenteros en este momento de tenso silencio?

Cargando editor
27/08/2012, 21:56
[RIP] Codorniz.

Seguía esperando. Todas aquellas glorias que esperaban su recompensa después de largo tiempo, después de haber derramado la sangre que les brindaba el nuevo rango. ¿Se sentiría alguno de ellos decepcionado ante lo que vendría después? Agachada, o agazapada en algún rincón, observaba a todos ellos.

No siente gran expectación por lo que está ocurriendo, aunque respeta la emoción que debe embargarles.

Se dedica a observar el cielo, distrayéndose también lanzando miradas de soslayo hacia los que se encuentran a su alrededor. Tendrían historias increíbles que contar, pero ahora no debían ser tenidas en cuenta. Nuevas historias estaban por empezar en aquellos momentos

Cargando editor
27/08/2012, 23:09
Compañía: Lagrimita, Segundo Pelotón, segunda escuadra.

Lagrimita sale de la formación de la Infantería para situarse detrás de Pelagatos. Lleva una capa negra doblada en las manos.

Cargando editor
27/08/2012, 23:10
Compañía: Azulado, Cuarto Pelotón, Arqueros.

Azulado sale de la formación de Arqueros y se acerca a R'Gaa portando una capa negra entre sus brazos.

Cargando editor
27/08/2012, 23:11
Compañía: Demencial, Cuarto Pelotón, Arqueros.

Demencial, con una extraña sonrisa en su rostro, sale de la formación de Arqueros y se sitúa detrás de Sicofante. Porta una capa negra nueva bajo el brazo.

Cargando editor
28/08/2012, 01:46
Loor.

Se podía decir muchas cosas de Loor. La mayor parte de sus hermanos sólo habían visto una cara de la guerrera y tal vez por eso desconocían que se sentía frustrada al poco de empezar la ceremonia. Estaba segura que alguno de ellos le iba a pedir ser hermano de capa. No era así, evidentemente. A la antigua hija de rey, eso le dolió en el orgullo.

Pero lo peor estaba por llegar. Había intentado permanecer de pie. ¿Cómo no hacerlo? Al fin y al cabo ese ser, por muy divinal y aterrador que resultara, no era su diosa. Y por un instante había creído que podría hacerlo. Sus músculos se habían tensado, su espalda se había endurecido... y no había servido de nada. Pero era peor que la mera imposibilidad física. Su voluntad se había quebrado como una varilla diminuta de madera en manos de un gigante.

¿Dónde estaba Ella? Ni siquiera se había levantado rápido. Loor, que había desfilado orgullosamente, que había mirado con cierta superioridad moral al descreído Serpiente... ella que... que....

Las lágrimas llevaban largo rato cayendo por sus mejillas, y no hizo gesto alguno para evitarlo u ocultarlo. Se sentía con el alma helada, y casi le faltaba la respiración. Se aferraba a su entrenamiento de guerrera para no dejar que el pánico le embargara. Pero no podía dejar de llorar.

Diosa, Diosa, Diosa, Diosa, Diosa

Sus susurros eran una especie de plegaria constante, sin darse cuenta que eran quizá audibles para los hermanos más cercanos que, sin duda, la veían llorar. Pero no le importaba. Ahora nada le importaba. Sólo quedaba la esperanza de notar la presencia de su Señora, notar que aun no le había abandonado.

Toda la importancia del momento se había esfumado para ella. Casi era incapaz de ver entre las lágrimas la ceremonia que, hasta que apareció El señor del Dolor, tanto había significado para ella.

Diosa, Diosa, Diosa, Diosa, Diosa