Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Páramos - Zona 1.

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05/11/2011, 01:45
[RIP] R'Gaa.
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Siguió caminando al lado de la mula alegremente, dándole caricias de vez en cuando o susurrándole algún comentario que no necesitaba que escuchasen los demás sobre el viaje que estaban llevando a cabo. Se acordó vagamente de que también había más grupos contra los que competían, por lo que miró hacia el campamento intentando divisar si los demás habían llegado ya. Esperaba que no, la verdad, porque la doble ración de comida como premio le vendría muy bien. 

- Ya estamos llegando. Pronto podrás saciar tu sed.- dijo a la mula dándola, una vez más, una suave caricia con la misma mano con la que levaba las riendas ya que en la otra llevaba su gran lanza. 

- Tiradas (1)
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05/11/2011, 01:55
El Cráneo de Plata.
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R'GAA:

- Oteando la despejada Sabana tienes la impresión de que tu grupo va en cabeza.

- El segundo grupo en llegar probablemente será el de Mentiroso, seguido por el de Ojopocho.

- No ves al grupo de Guepardo, deben de haberse retrasado.

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05/11/2011, 02:27
[RIP] R'Gaa.
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Una exclamación de alegría salió despedida directamente del alma de R'Gaa hacia el mundo exterior. Si sus ojos no la engañaban iban en cabeza!

-Chicos! Chicos!!- reclamó la atención de los demás.- Mirad, vamos en cabeza. Vamos a apresurar el paso para asegurarnos el puesto. El grupo que se estaba peleando por el liderazgo en el campamento se nos está acercando. Vamos, ánimo, que vamos a comer doble! - Exclamó esto último eufórica.

Estaba tan contenta de estar a punto de terminar su primera misión, o que ella recordase... con éxito.. No había conseguido recordar demasiado, pero había re-conocido la manera de ser de Serpiente, la dulzura de Dedos, la inmadurez de Attar y la fortaleza de Uro. Por el momento iba bien, o eso creía. 

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05/11/2011, 07:35
Uro.
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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05/11/2011, 11:59
[RIP] Attar.
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Attar aceleró un poco el paso ante las palabras de R'Gaa. Por peculiar que fuera su personalidad, comer más le motivaba tanto como a cualquiera.

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05/11/2011, 12:09
EL TIEMPO SE AGOTA.
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MEDIODIA.

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05/11/2011, 12:10
Hermana.
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- El grupo liderado por Dedos (y que incluye a Attar, R'Gaa, Uro, Serpiente y la mula de éste) es el primero en atravesar la Puerta Norte custodiada por Hermana.

- Os sigue de cerca el grupo de Mentiroso, pero parece que no traen tanta leña, aunque llevan un camello cargado.

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21/11/2011, 16:42
EL TIEMPO SE AGOTA.
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NOCHE CERRADA.

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21/11/2011, 16:42
El Cráneo de Plata.
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MATAGATOS:

- Con gran esfuerzo, encuentras tus cosas y cargas con ellas.

- Después, te diriges al Campamento principal, donde puedes ver que muchos están listos para partir. Lo más seguro es que se vayan mañana por la mañana.

- Tomas dos lanzas de entrenamiento y la cuerda. Te diriges a la tienda de tu padre.

- Allí tomas el Estandarte y lo descuelgas de la Lanza de la Pasión. Doblas respetuosamente la tela del Estandarte y la ocultas en tu mochila. Atas la Lanza junto a las dos lanzas de entrenamiento.

- Con todas tus cosas y las de tu padre, sales de la tienda sin que nadie te detenga y cruzas el Campamento principal hasta la puerta sur.

- La cruzas y te diriges a los establos.

- Encuentras el caballo de tu padre y lo ensillas y preparas para el viaje. Nadie te impide hacerlo.

- Finalmente no te llevas ninguna mula, y sales del campamento tirando del caballo por las riendas y con las tres lanzas envueltas en una tela y atadas a la silla del caballo.

- Te alejas del Campamento hacia el Sur.

Notas de juego

VIENE DE LA ESCENA: CAMPAMENTO DE INSTRUCCION.

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21/11/2011, 16:46
Matagatos.
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Lo más rápido que puedo hago todo lo que tenía pendiente, excepto una cosa: despedirme de mi madre. Al menos espero volverla a ver. Tampoco es que mi madre necesitara despedirse de mi, pero después de lo de Khadesa me hubiera gustado tener unas palabras con ella, aunque la misión era prioritaria y ya habría tiempo de reencontrarse. Si eso era así volvería con mi primera misión realizada y se sentiría orgullosa de mi, al fin y al cabo no todos los días un simple recluta porta la lanza de la pasión el solo sin ninguna protección. Me encamino hacia el sur no sin antes echar una última mirada al campamento y otra hacia el norte, donde el resto de mis compañeros dirige sus pasos.

Espero que los dioses de la sabana nos sean propicios.

- Tiradas (3)
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21/11/2011, 18:35
El Cráneo de Plata.
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- Matagatos viaja durante tres días dando un amplísimo rodeo primero hacia el Sur, luego hacia el Este, para finalmente girar hacia el Norte.

- En la distancia divisa las fuerzas dirigidas por el Teniente, que se dirigen hacia Cebra para, desde allí, torcer hacia el Norte, hacia Antílope.

- En su viaje, la Sabana proporciona al Ranger todo cuanto necesita: alimento, agua y refugio para él y su magnífica montura de guerra.

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21/11/2011, 18:38
EL TIEMPO SE AGOTA.
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TRANSCURREN TRES DIAS.

AÑO: 201.

Estación: Invierno.

Mes: Tercero. Mes del Caimán.

Día: 21.

OCASO.

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22/11/2011, 06:24
Matagatos.
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La noche de partida era ideal. Nubes abundantes y oscuras que tapaban las estrellas y la luna dejando una ínfima cantidad de luz. Además aunque no hacía demasiado frío no era una noche agradable, eso aseguraba que solo andarían por fuera los soldados que les tocara guardia esa noche. No podía pedir nada mejor para la noche que tenía que irme sin llamar la atención ni hacer ruido. Salí del campamento sin ningún problema por la puerta sur. No tenía intención de pararme, el golpe de Attar me había dejado bastante dolorido pero me había permitido descansar unas horas así que me alejaría del campamento todo lo que pudiera. El paso no es rápido, no es necesario tampoco, mi viaje hacia el sur es tan solo una distracción, no quiero poner mucha distancia de por medio, tan solo asegurarme que si alguien me ha visto salir o siguiera mis huellas crea que voy en esa dirección. La noche transcurre tranquila, como cabía esperar, los grandes depredadores nocturnos no suelen encontrarse cerca de la zona del campamento. Las incursiones de exploradores y otras prácticas de la compañía se han encargado que los alrededores sean bastante seguros y que ninguna manada de animales tenga su guarida cerca. Con la llegada del día aprovecho para abastecerme de agua. No me he alejado mucho del campamento así que conozco relativamente bien la zona y se de un pequeño riachuelo que ya había utilizado durante mis prácticas. El caballo y yo bebemos tranquilamente de las aguas frescas y cristalinas. El mantenimiento del caballo de mi padre no será un gran problema, los pastos son abundantes en esta zona de la sabana. Después de esta primera parada sigo hacia el sur, esta vez buscando una elevación de terreno que me permita divisar más territorio. Cuando al fin alcanzo una elevación dejo el caballo escondido y atado lo mejor posible mientras trepo hacia unas rocas que forman un pequeño montículo desde donde la vista alcanzará más. No solo quiero ver lo que tengo por delante, también quiero asegurarme que no viene nadie siguiéndome los pasos. Me quedo un rato allí agazapado, atento a cualquier movimiento. No logro divisar nada sospechoso. Pasado el tiempo que considero oportuno vuelvo a montar en el caballo y sigo mi rumbo, pero ahora voy girando ligeramente hacia el este y comenzando a trazar el círculo de rodeo que tengo que realizar en estos días. El día transcurre tranquilo, hace sol y la armadura me da calor, pero tengo que llevarla puesta, esto ya no es una práctica y tengo que estar preparado para cualquier contingencia. De hecho viajar por la sabana nunca es fácil, no importa los conocimientos del terreno que tengas o lo bien preparado que vayas, siempre pueden ocurrir encuentros fortuitos que te trastoquen los planes. Mientras cabalgo estoy atento a mi alrededor y busco señales del paso de grupos de personas o animales por la zona, así como la dirección que han tomado. Tan solo encuentro huellas de algún animal solitario que no interferirá en mi camino. Con la llegada del atardecer el calor baja y una suave brisa comienza a recorrer la sabana. Es hora de buscar un refugio para descansar antes de que oscurezca. Parece que la suerte me sonríe, encuentro un lugar ideal cuando todavía quedan un par de horas de luz, lo que me permitirá hacer algún que otro preparativo antes de quedarme a oscuras. El caballo está sujeto y con abundante forraje alrededor, antes ha bebido en una poza cercana así que está hidratado también. Aunque hemos estado todo el día cabalgando no parece cansado, el paso ha sido lento y no le he exigido ningún esfuerzo. Mientras descansa le quito la silla, las alforjas y el resto de carga. Miro al envuelto con las lanzas y a la mochila que se encuentra al lado con el pendón de la compañía dentro. De momento no han corrido ningún peligro. Con las pocas horas de luz que quedan preparo un sitio para dormir entre unas rocas, alguien que pasara por allí tendría que caerseme encima para encontrarme y las rocas además me protegerán de los vientos nocturnos. A mi alrededor coloco alguna rama seca que encuentro por allí como medida de precaución. Si alguien se acercara en la oscuridad y pisara una el ruido le delataría. Busco entre las rocas de alrededor alguna madriguera de animal, pero no parece que allí habite ninguno, tendré que conformarme con raíces. Es más una cuestión de seguir aportando nutrientes al cuerpo, puesto que estos días anteriores he comido bastante bien y no puedo decir que me encuentre especialmente hambriento. Cuando acabo de alimentarme frugalmente me recuesto entre las rocas y me pongo a dormir, no a pierna suelta, me he acostumbrado a mantener un sueño ligero, aunque reparador cuando me encuentro en la sabana. Duermo sin la armadura puesta, puesto que la zona parece bastante segura. La uso para reposar la cabeza y mantengo la daga entre ella y la espada a mi lado para poder echar mano de una u otra en cualquier momento. Tras unas horas de descanso, no necesito mucho más, me levanto y prosigo mi viaje, esta vez hacia el este.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La tirada la hago para ver si encuentro alguna hierba interesante para mi hermana. Matagatos no realiza una búsqueda activa sino que va atento mientras cabalga o mientras examina las zonas en las que para o acampa.

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22/11/2011, 09:00
Matagatos.
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Despierto sobresaltado con un ruido. Instintivamente echo mano a la espada y luego me quedo quieto, escuchando, preparado para reaccionar. Los ruidos provienen del otro lado de las rocas. Levanto el tronco y miro hacia la dirección de donde proviene el sonido. Veo una sombra moverse sigilosamente, puede que un jaguar joven por el tamaño. Parece que se ha acercado por curiosidad, atraído por el olor del caballo o el mío, todavía huelo a civilización, no he pasado el suficiente tiempo fuera. En ambientes hostiles o para cazar siempre puede uno untarse de barro o excrementos para evitar que te huelan, pero no hacía falta esta vez.

-Grrruuuuuaaaaaaaaa!!! Grrrrruuuuuaaaaa!!!
Imito un rugido que rompe el silencio de la noche. La sombra desaparece por arte de magia en unos segundo y a unos metros escucho el relincho del caballo, como protestando por haberlo molestado.

Me levanto y voy hacia el caballo, han pasado suficientes horas para descansar y no puedo estar parado mucho tiempo, al fin y al cabo tengo que recorrer mucho más terreno que el grupo para llegar al mismo punto y habían salido con algo de ventaja. También es cierto que ellos viajarán más lentos al ser más y llevar el carro de Khadesa. Voy con el caballo hasta la poza con agua y dejo que sacie la sed mientras yo me aseo un poco la cara y los sobacos. Aunque no llevo la armadura puesta siempre voy con las armas encima por precaución. Uno no puede volverse descuidado cuando está solo en mitad de la nada. Yo también bebo agua, espero hacer una buena jornada hoy y no parar hasta el ocaso a no ser que sea necesario. Ensillo el caballo y recojo todas las cosas que llevo conmigo, atando con mucho cuidado las lanzas a la montura. Después me pongo la armadura y me dirijo hacia el este guiándome por las estrellas. Cuando comienza a salir el sol me verifica que el rumbo que llevaba era el correcto. Me espera una jornada dura las primeras horas, tendré el sol de frente y eso me restará visibilidad, además de cansar la vista. Procuro mirar hacia los lados o hacia el suelo la mayor parte del tiempo, sin descuidar la retaguardia. A medida que pasan las horas la situación se vuelve más cómoda. El sol coge altura y puedo mirar al frente sin que me moleste. Cerca del medio día creo ver algo a lo lejos, no está muy claro que significa, así que busco una elevación del terreno para comprobarlo. No muy lejos un grupo de rocas me servirá para mi propósito. Parece que es un grupo grande, por el polvo que van levantando. Las armaduras negras los delatan, sin lugar a dudas se trata de las fuerzas del Teniente, que se dirigen hacia Cebra, probablemente desde el poblado tuerzan hacia el norte ya en dirección a Antílope. Espero un rato. No creo que nadie me haya visto, estoy lejos y camuflado entre las rocas. Tengo que dejarlos pasar y cortaré por detrás de sus líneas para después avanzar en paralelo a ellos cuando gire hacia el norte en busca de mi grupo, aunque cuando pase eso estaremos con muchos kilómetros de separación.
Cuando el grupo se aleja suficiente vuelo a montar y comienzo a girar un poco hacia el norte, para cortar la trayectoria y dirigirme ya hacia el norte al punto de reunión. El giro de dirección no es brusco para no acercarme al grupo de la Compañía más de lo que dicta la prudencia de la misión. Unas horas después y con mucha tierra de por medio hago otro cambio de dirección esta vez un poco más hacia el norte. Poco a poco voy cerrando el círculo, al día siguiente intentaré trazar una ruta en línea recta hacia Lengua Negra, el rodeo ha sido suficiente y nadie me ha seguido, así que la primera parte de la misión la he completado con éxito, ahora estoy solo en tierra de nadie. Nadie sabe donde estoy ni de donde vengo y tan solo Lengua Negra sabe mi destino. El resto del día pasa sin ninguna novedad. A unas horas de la puesta de sol comienzo a buscar un sitio para pasar la noche.
Encuentro una charca. Por las huellas parece que la usan los animales para ir a beber, lo cual indica que es potable, pero que puedo encontrarme con algún compañero indeseado. A unos cien metros descubro un grupo de matorrales bastante frondosos y que forman una pequeña cavidad. Seguramente algún animal tuvo aquí su guarida durante un tiempo, hay restos de huesos y algún excremento casi fosilizado. No parece que su antiguo dueño vaya a reclamarla, además solo la necesitaré una noche. Dejo beber al caballo de la charca para después atarlo cerca de los matorrales. Unos pequeños reflejos en el agua me han dado una idea. Me acerco para comprobar que hay unos pequeños peces en ella, no son muy grandes pero tampoco necesito más que un par para ir tirando. Me quito la armadura y la dejo dentro de los matorrales, aunque sigo conservando las armas conmigo. Antes de entrar en la charca me arremango los pantalones para no mojarlos a la altura de los muslos. Me introduzco en el agua hasta las rodillas y después me quedo quieto, con el tronco ligeramente inclinado hacia abajo y las manos preparadas para interceptar a los peces que se atrevan a pasar. En unos minutos los peces comienzan a aparecer entre mis piernas, me preparo y meto las manos en el agua rápidamente atrapando uno. Al salir el pez se revuelve y cae de nuevo al agua resbalando entre mis dedos.

-Maldita sea!
Tendré que hacerlo mejor la próxima vez.

Al rato consigo atrapar un pez, esta vez no se me escapa, sin moverme lo tiro hacia la orilla, allí no se moverá. Cuando cojo otro salgo del agua satisfecho, tendré una buena cena, al menos no serán raíces. Enciendo un pequeño fuego aprovechando hojas y ramas secas que encuentro, no quiero que esté encendido por la noche, aunque ya falta poco para que oscurezca totalmente. En cuanto aso los peces, trinchándolos con un palo sobre el fuego, tiro tierra sobre la hoguera y me aseguro de que está bien apagada y sin echar más humo. Tendré que comer a oscuras, pero eso es mejor que tener una señal de tu posición que se vea a varios kilómetros a la redonda. La carne de los peces no es muy sabrosa pero se puede comer. Esta noche duermo con la armadura puesta. Los matorrales no protegen tanto del frío como la cavidad entre las piedras del día anterior, además no quiero verme sorprendido por algún animal hambriento que se acerque a beber. Un poco más incómodo duermo unas horas antes de despertar para proseguir la marcha.

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22/11/2011, 09:29
Matagatos.
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Hoy pongo rumbo hacia el norte, dirigiéndome directamente al punto de reunión. Avanzo lentamente mientras espero a que amanezca, entonces por el sol y algunas formaciones rocosas o elevaciones intento coger las referencias más aproximadas para dirigirme al encuentro de mis compañeros. Cuando estoy seguro del rumbo a seguir, a pesar de que esa zona es bastante llana y con pocos puntos en los que basarse para trazar una ruta, pongo el caballo a galopar, el ritmo no es fuerte, pero ya no hay ningún motivo para ralentizar mi marcha. Tras dos días rodeando ha llegado el momento de interceptar a mis compañeros. Me encuentro algo cansado, estos días he dormido poco para avanzar lo más posible y apenas he parado para descansar. Lo necesario para beber agua, tanto yo como el caballo y encontrar algunas raíces y frutos con los que alimentarme. El caballo siempre ha dispuesto de forraje suficiente para él. Aunque he intentado lavarme, el polvo y la suciedad se han ido acumulando en mis ropas y mi armadura, no ha habido tiempo para pararse a hacer limpieza, tan solo había que poner terreno de por medio. En cuanto es posible intento abarcar el máximo de terreno posible con la mirada. Esta vez no encuentro grandes elevaciones o rocas, pero me subo a las ramas de algún árbol que sea lo suficientemente resistente y alto para alcanzar mi propósito. No espero encontrar al grupo tan pronto, pero al menos sí alguna pista o huella que me diga por donde han pasado. Paso el día encaminándome hacia el norte.

- Tiradas (2)
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22/11/2011, 19:06
El Cráneo de Plata.
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MATAGATOS:

- Encuentras el rastro de los Hostigadores. No es difícil de seguir en la tierra húmeda, aunque te lleven una ventaja considerable.

- Parece que no te sigue nadie.

- Calculas que estando ya sobre la pista, darás alcance a tus compañeros en tres días más, sin forzar al caballo. Es importante no dañarlo, pues es un magnífico caballo de batalla y seguramente tu padre lo necesitará.

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22/11/2011, 20:07
La Compañía Negra.
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MATAGATOS:

Encontraste:

- Un poquito de una planta llamada ginkbo biloba: 3 unidades.

Se supone que esta planta sirve para estimular la memoria. También es útil para combatir los mareos, ayuda contra el vértigo, la pérdida de equilibrio y en algunos casos las pérdidas de visión. Se utiliza además para curar inflamaciones. Es muy útil para combatir el dolor y el estrés.

Su consumo puede producir náuseas, vómitos, dolores de cabeza y pérdida de apetito.

- Una pizca de romero: 2 unidades.

Se supone que el romero puede servir para purificar el agua y eliminar malos olores. Probablemente pueda utilizarse en ungüentos contra los dolores musculares y para el deterioro de la piel. Es útil contra la gonorrea. Puede ayudar en casos de intoxicación alimentaria.

Debe conservarse en un lugar oscuro y seco.

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23/11/2011, 05:58
Matagatos.
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Al cuarto día, después de pasar unas horas durmiendo, vuelvo a retomar el rumbo hacia el norte. Con las primeras luces del alba encuentro los primeros rastros de mis compañeros, que poco a poco se van haciendo más claros. La tierra está húmeda y blanda en esta época del año, lo que facilita que las huellas permanezcan impresas durante más tiempo y los rastros se conserven mejor. Me bajo del caballo para observar con detenimiento las marcas. Con un ritmo constante y sin forzar al caballo podré darles alcance en unos tres días. Vuelvo al caballo y voy siguiendo el rastro tranquilamente. Estoy tranquilo y despreocupado, aunque no por eso dejo de seguir atento a todo lo que sucede a mi alrededor. Con un rastro tan obvio será casi imposible que los pierda y solamente con mantener el ritmo actual podré alcanzarlos pronto, yo me muevo más rápido al ir solo, y puedo atajar por algunos lugares que ellos por el carro no pueden. Además sigo durmiendo solamente unas horas por la noche. Acaricio suavemente la grupa del caballo, en estos días he pasado mucho tiempo sobre él, tan solo en contadas ocasiones en las que el terreno era demasiado difícil me había bajado a caminar. Nunca había estado tanto tiempo montado y mi relación con él había mejorado. Al principio no había sido fácil para él que yo lo montara, pero con el tiempo y mis cuidados se había acostumbrado y ya éramos buenos amigos y compañeros. Estos días habían sido una gran experiencia para mí en todos los sentidos. Aunque había estado más veces solo en la sabana, siempre había tenido la sensación de que la Sargento Falce me vigilaba y aparecería si me pasaba algo. Quizá fueran solo imaginaciones, pero al menos en los ejercicios alguien del campamento sabía donde había ido y a qué, pero ahora no, tan solo Lengua Negra y tampoco sabía donde estaba. Sin lugar a dudas había sido como una especie de prueba de fuego personal como ranger. Es cierto que las condiciones hasta ahora habían sido realmente favorables y no había tenido ningún percance, pero en parte lo achacaba a mis habilidades para orientarme y moverme por la sabana. También había tenido tiempo de pensar, sobre todo en Khadesa. Esperaba que estos días de separación hubieran aplacado su enfado, al menos en parte, aunque comprendía que mi ofensa había sido demasiado grande como para que me perdonara así sin más. Al menos tenía la esperanza que se alegrara de verme cuando les diera alcance. También había estado recolectando algunas hierbas durante estos días que le regalaría cuando la viese. Las había estado guardando en las alforjas y en la mochila para que se conservaran mejor. Sabía que no durarían mucho, pero sí lo suficiente para que llegaran bien a nuestro primer encuentro. Si al llegar encontraba a Khadesa fría y distante se las haría llegar a través de Lengua Negra. En estos días seguiría buscando más para ella. Sobre todo había encontrado un par de variedades interesantes. Una planta llamada ginkbo biloba, muy apreciada por las pitonisas ya que tenía múltiples aplicaciones, aunque también sus efectos podían ser perjudiciales y tenía que ser suministrada con precaución y algo de romero, una variedad más común y conocida que la anterior, pero no por ello más fácil de conseguir. Durante los tres días siguientes sigo alimentándome de frutos y raíces sobre todo y bebiendo en pozas y pequeños riachuelos. El caballo no tiene problema para encontrar abundante forraje por donde vamos así que no me retrasa en ninguna manera tener que atenderlo. Aunque casi no hemos parado más que lo necesario el ritmo no ha sido fuerte y tanto él como yo estamos bastante descansados, dentro de lo que cabe. Mi logro más destacado fue conseguir un conejo para comer. En una de las paradas al ocaso, antes de acostarme había encontrado cerca alguna madriguera, así que se me había ocurrido preparar alguna trampa para ver si conseguía atrapar alguno. No era un asunto fácil, y menos teniendo que improvisar con los materiales que iba encontrando. El truco residía en poner cuantas más trampas mejor, así las probabilidades de éxito aumentaban considerablemente. Cuando me levanté después de mi descanso recorrí los lugares en los que había puesto las trampas y comprobé que una había resultado. Había aprovechado un pequeño hoyo del terreno y lo había tapado con ramitas delgadas y hojas y había puesto unos frutos en el centro. Cuando el conejo fuera a comerlos su propio peso haría ceder las ramas y hojas y caería al agujero, que era lo suficientemente profundo para que no pudiera salir. Era un conejo bastante grande. Si lo raciono puede servirme para dos comidas. Con un golpe seco me aseguré que no saldría corriendo en cuanto me diera la vuelta. Esa noche cenaría conejo. Tres días después el rastro era cada vez más claro y estaba ya muy cerca de alcanzar a mis compañeros. Aprovecho una parada para beber para acicalarme un poco más que hasta ahora, no quería llegar demasiado sucio. Limpio también el polvo de la armadura y al caballo, quiero que mi padre pueda reconocerlo cuando lo vea. Una vez listos reanudo la marcha para interceptar al grupo. -Bien amigo. Le digo al caballo. Hoy te reencontrarás con tu dueño. El caballo soltó un relincho de alegría. Me había dado cuenta que eran unos animales muy inteligentes y que uno podía comunicarse bastante bien con ellos. Un caballo bien entrenado podría seguir algunas órdenes básicas sin dificultad. Me encontraba exultante, mi misión estaba a punto de llegar a su fin y todo había salido bien. Allí estaba yo, en mitad de la sabana, después de 6 días solo con la lanza de la pasión. Por unos instantes me hubiera gustado enarbolar el pendón y seguir lo que me quedaba de camino con la lanza de la pasión alzada. Hubiera sido una entrada triunfal. Pero había que mantener la prudencia hasta el final.

Cargando editor
24/11/2011, 08:43
EL TIEMPO SE AGOTA.
Cargando pj

AÑO: 201.

Estación: Invierno.

Mes: Tercero. Mes del Caimán.

Día: 22.

ALBA.

Cargando editor
25/11/2011, 16:13
EL TIEMPO SE AGOTA.
Cargando pj

AÑO: 201.

Estación: Invierno.

Mes: Tercero. Mes del Caimán.

Día: 22.

OCASO.