Partida Rol por web

Perdida se pone en pie, en silencio.

Mentiroso oyó las quejas de los campamenteros con un profundo desagrado

“Parecen más niños que soldados, me pregunto si saben lo que se avecina”

De sus sombríos pensamientos lo sacó Lombriz, que le pidió si quería avanzarse a explorar y le ofreció a dos muchachas como asistentes, si lo consideraba necesario.

Miró a Lombriz, que esperaba erguido a su lado, y le dijo en un susurro:

-¿Crees, de verdad, que están preparadas? No puedo permitirme el lujo de espantar la caza, si me entiendes. Así que si tienes alguna duda, la más mínima, debería conocerla-

Lo miró profundamente a los ojos, escrutando la sinceridad de su respuesta, buscando cualquier atisbo de duda que pudiera poner en peligro la misión y, sobretodo, su vida. Aunque en voz más alta prosiguió:

-Explorar estará bien, estando más cansados, debemos obtener cualquier ventaja-

Y espero la respuesta de Lombriz con un brillo muy inquisitivo en la mirada.
 

Veo como Mentiroso, con sus palabras, pone en duda la valía del grupo, a decir verdad, yo también lo hago. Igual que él, le respondo en un susurro. -No sabré si están preparadas hasta que lo vea con mis propios ojos, pero si ahora forman parte de la compañía, aunque sean campamenteras como yo, creo que es por algo. Tan solo no me gusta que nadie vaya solo por ahí, pero si lo prefieres, se quedaran aquí conmigo, esperando a que regreses- giro la cabeza para mirar al resto del grupo, veo la preocupación de Buscasol en su rostro, como en sus palabras y alzando mi voz a un tono ahora si audible para los demás -No te preocupes, no pasara nada Buscasol- vuelvo la mirada a Mentiroso otra vez -Bien, entonces ves solo, irás mas rápido y podremos partir antes- digo en respuesta a su petición -el resto acabad de recoger las cosas para cuando Mentiroso vuelva excepto tu, tu y tu- digo mientras señalo a Asesina, Belleza y Perdida -haréis guardia conmigo- y vuelvo nuevamente a la posición en la que me encontraba hacía unos instantes, vigilante, de espaldas al campamento, apoyado en mi lanza.

- Mentiroso sale a explorar con Misteriosa y Asesina.

- Al cabo de largo rato regresan los tres, Mentiroso ha encontrado el rastro del Grupo III de Peregrino al que deben refozar.

- Si se dan prisa pueden alcanzarlos antes del Alba.

Mentiroso se acercó a Lombriz, había vuelto de explorar y traía nuevas frescas.

-Hemos encontrado el rastro de Peregrino y su grupo. Si nos damos prisa los alcanzaremos antes del alba-

Regresó a pertrechar a su camello, si querían ponerse en marcha cuanto antes debía tenerlo todo a punto y, como hermano juramentado, sentía que tenía que dar un poco de ejemplo.

"Tal vez, lombriz, tenga razón. Puede que de entre toda esta maraña de carne, podamos sacar algún buen guerrero."

Al ver como llegaba el grupo que había mandado a explorar hago señales al resto de que estén preparados por si Mentiroso ha tenido éxito en su búsqueda.

-¿Y bien?- digo cuando mentiroso está a pocos pasos de mi. Al escuchar su respuesta pongo al grupo en marcha -Vamos, acabar de recoger, nos vamos ahora- digo en un tono imperativo y empiezo a recoger las pocas cosas que tengo para hacer encabezar la marcha.

- El grupo recoge enseguida el campamento y prosigue a toda prisa.

- Tras la desastrosa batalla, Pelagatos se alejó tanto como pudo hasta que su caballó Orgullo cayó derrumbado, agotado y al borde de la muerte por sus heridas.

- Serpiente llega andando desde el Norte a una zona que le parece exactamente igual que las anteriores que ha visitado desde que dejase el carro.

- Puede ver (o cree verlo al menos) a Pelagatos atendiendo a su caballo, Orgullo, que parece muy malherido.

- León Anciano está abrumado y desconcertado. Camina con cansancio después de tanto correr.

- Cerca le siguen algunos miembros de la tercera escuadra de Campamenteros, la de Lombriz. En concreto Mogimba y Mongowa.

- En un momento dado, les parece ver a un caballo derrumbado en el suelo. Junto a él, atendiéndolo, hay un Soldado Nuevo Oscuro.

- ¡¡Pelagatos!!- grité. Si yo le oía a él, él tenía que oírme a mí- ¡¡Sacrifica a tu maldito caballo!! ¡¡Pon fin a su sufrimiento y al mío!!

El grito de Serpiente me sorprende con un respingo.

"Así que sí que era él..."

Más tarde me encargaría de averiguar qué había estado haciendo tan cerca del campo de batalla pero sin ayudar a sus Hermanos de La Compañía. Ahora no tenía tiempo para el estúpido brujo.

"¿Y de qué narices habla? El sufrimiento de Orgullo... lo entiendo, pero estoy estabilizándole. Sobrevivirá, claro que lo hará...¿Pero qué dice sobre su propio sufrimiento?"

Las palabras de Serpiente acostumbraban a ser confusas y ambiguas, y una vez más no las entendía. Pero no lo diría en alto. Mejor le ignoraba.

- ¡Reclutas! - volví a llamar, al ver que no me habían escuchado o no me hacían caso - ¡Acercáos, el Soldado Pelagatos os llama!

Ni caso, él seguía centrado en el maldito animal. También en los reclutas, a los que seguramente quería para que le ayudasen en algo relacionado con el caballito por el que se preocupaba tanto. Meneé la cabeza y me acerqué un poco mirando con indiferencia a la criatura que había en el suelo.

- Supongo que ignorarme te ayuda a sentirte importante, igual que hablar en tercera persona. Tan solo hablan así los arrogantes y los locos, ¿lo sabías?- Ladeé la cabeza.- ¿El Soldado Serpiente puede meter una patada al caballo del Soldado Pelagatos? El Soldado Serpiente quiere hacer un experimento.- Sonreí.- No te preocupes: a él le va a doler tanto como a mí.

- Ni se te ocurra tocar a mi montura, Serpiente. - le dije en Oscuro y sin vacilar.

"Maldito brujo macabro, siempre con sus "experimentos"."

- Si quieres un animal al que torturar vete a cazar un conejo en el bosque. O una culebra, así tienes alguien con quien hablar con el que te sientas identificado.

Iba a aclararle también que el hecho de usar mi título y mi nombre era para asegurarme de que los reclutas no confundían mi llamada con la de un enemigo y asegurarme de que si no obedecían una órden del que ahora era un superior directo, no era por desconocimiento, si no por falta de disciplina. Y eso tenía sus consecuencias en La Compañía.

Al parecer Orgullo era para Pelagatos como Dedos para Matagatos. Me encogí de hombros, lo que me provocó una punzada de dolor que apenas pude contener apretando los dientes.

- ¿Has sido tan tajante con los que han tajado a tu montura hasta dejarla en tan precario estado?- Solté una risilla.- Te equivocas si crees que pretendo torturarlo, tú caballo ya está siendo torturado por no querer terminar lo que otros han empezado. Lo sé porque para sentirme identificado no necesito culebras ni animal lejano cuando cerca hay quien me da lo que no he pedido y no quiero ni regalado.

IKHARUS:

- Has avanzado durante casi todo un día completo.

- Tiradas:

Escuchar. - Dificultad 10.

Otear. - Dificultad 10.

Supervivencia. - Dificultad 12.

Movimiento Silencioso. - Cuanto más alta la tirada mejor.

Esconderse. - Cuanto más alta la tirada mejor.

IKHARUS:

- Escuchas unas voces en la distancia. Crees que son tu hijo y su primo Pelagatos.

- Te acercas silencioso como un espíritu hasta que estás lo bastante cerca para verlos claramente. El caballo de Pelagatos está herido y tu hijo tiene un aspecto muy cansado. Parece que están discutiendo sobre el caballo.

- Lejos, crees ver algunos Reclutas desorientados, que caminan de aquí para allá sin tiento. Esto tiene mal aspecto.