Partida Rol por web

Miro a la Oscura a los ojos, es uno de los pocos miembros de La Compañía más baja que yo, por lo que asumo se le deben haber encontrado buenas capacidades a pesar de sus limitaciones identificables a simple vista. Aun así, no fue seleccionada como un Hostigador ni engrosó nuestras filas en las primeras pérdidas que tuvimos, por lo que solo es una recluta Campamentera. Aun así, es la única que no muestra heridas... o es muy hábil o es una cobarde que se ocultó hasta que todo hubiese terminado:

"Yo no estaba aquí, así que no juzgaré aquello. Me limitaré a observarla cuando llegue el momento."

Respondo con mi cabeza en gesto afirmativo y un poco de mi áspera y oxidada voz:

- "Él está bien, corcel cansado, volverá pronto. Batalla, muertos y heridos como acá."

Luego me dirijo a todos los presentes en voz lo más alta que puedo, lo que aun es bajo como el gruñido de un perro:

- "Descansaremos y atenderemos heridos. Guardias rotatorias de 3 horas desde ahora. Caracabra, yo, Codorniz, Manta, Meera, Jabalí y Chamán Rojo. R'Gaa cuidará heridos."

Luego me acerco a Pipo, quien está tocando para el cadáver de Malamente y le hablo en voz baja:

- "Yo no tu líder. Haz lo que quieras pero agradecería ayuda de explorador para comida y vigilancia. Quizás hierbas medicinales si hay. No obligación, petición."

El Explorador no es de mi pelotón, siquiera es un Hostigador. Es un soldado con un rango por encima del mío, por lo que solo puedo pedirle ayuda, no exigirle nada. Parece un buen tipo, alegre y compañero, pero ha quedado solo pues sus compañeros han muerto o han partido. Sea como sea, él no nos necesita, pero nosotros si a él. Podría colaborar hasta que  se una al resto de su escuadra.

- Os dais cuenta que Pipo (al igual que Lejana, quien también está presente) están ambos muy heridos. Han luchado en lo más reñido del combate.

- Lejana está tumbada, agotada y febril por las heridas. Pipo no debería de moverse, el hecho de que esté tan activo es un signo más de su poca cordura (se dice que fue un esclavo del Profanador de Mentes).

Pipo acaba de tocar su tonada, sin inmutarse. Pero luego mira solemnemente a Peregrino y se inclina cortés. Pipo herido, sin embargo, ayudará. Pipo puede vigilar, tiene buenos ojos.

R'Gaa siguió al lado de Malamente por un rato más, luego le acarició la cabeza y la cara mientras seguía secándose las lágrimas, con la otra mano. Le tapó el cuerpo y la cabeza con la manta que él tenía entre sus pertenencias y colocó a su lado las lanzas que traía.

Se levantó y se fue a lavar. Respiró profundamente unas cuantas veces, como para sacar con el aire todo lo que llevaba dentro. Pasó sus manos mojadas por la cara y el pelo. Estaba llena de sangre seca, a saber de quien, lo único cierto es que no era de ella. Cogió uno de sus trapos y se secó lo mejor que pudo.

Escuchó a Peregrino hablar y asintió, ante sus ordenes. Amontonó todos los trapos sucios y se puso a lavarlos con el jabón que llevaba encima. Los dejó secar y volvió a empezar la ronda de los heridos.

Empezó por los más graves, como Guepardo que seguía inconsciente, por culpa de un profundo golpe. Derviche estaba inconsciente, pero no tenía heridas graves.

Luego miró a Lejana y Pipo. Lejana, aunque despierta, llevaba muchas pequeñas heridas y estaba tan agotada que se tendió en el suelo para llevar mejor el dolor.

R'Gaa se acercó al Pipo y sonrió levemente hacia el músico. Tienes que cuidarte, tus heridas son numerosas. Procura descansar cuando no estás haciendo guardia. Gracias por ayudarnos...

Pasó luego a mirar a Caracabra, Manta y Chamán Rojo que también estaban bastante malheridos. Les quitó las vendas sucias y les volvió a vendar. Animo chicos, sé que vuestro estado esta grave y que estáis cansados, pero podéis contar más adelante vuestras historias.

Por último cogió la mano de Merra, su querida amiga de la infancia, y le cambió las vendas. Sonrió ampliamente a Codorniz, su pequeña ayudante y para Jabalí solo unas palmaditas en la espalda ya que estaba el menos herido y no necesitaba de sus cuidados tanto como los otros.

Se acercó a Peregrino y le informó. Todos tienen heridas algunos muy graves y otros menos graves, lo que necesitan es descansar y reponer fuerzas. Yo no tengo heridas, le enseñó su cuerpo al jefe de pelotón, puedo hacer guardia también. Los heridos están fuera de peligro y no debería de pasarles nada. Los dejo con Codorniz, que puede vigilarlos sin problema y si pasa algo ella me llamara. Pero la decisión es tuya, claro.

Estaba levantandome para ir a hacer guardia cuando volvió R'Gaa y habló con Peregrino sobre mi. -Los dejo con Codorniz, que puede vigilarlos sin problema y si pasa algo ella me llamara. Pero la decisión es tuya, claro.- Fueron sus palabras. Al oir esto me quedé parada, esperando que Peregrino responda la petición. No me molestaba ni hacer guardia ni cuidar a los enfermos, en ese momento sentía que quería ser util, simplemente, después de una batalla a la que no llegué a tiempo.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

R'Gaa comienza a atender a los heridos y luego me informa del estado de estos y de su capacidad para unirse a las guardias asignadas. Recuerdo como Matagatos se encarga de los heridos, atendiendo varios a la vez pero manteniendo atenciones en el tiempo, siempre atento y cambiando vendajes, etc. Le respondo con suavidad:

 - "Pipo hará última guardia. Necesito que cuides y atiendas bien a enfermos para que sanen antes. Si no pueden marchar bien, retrasarán al grupo entero. Concéntrate en eso y utiliza los recursos que quieras."-Respondo mientras dirijo una mirada a Codorniz, pues no sabía que también tiene capacidad de cuidar a los enfermos.

Luego de eso, me dirijo donde está mi tienda y me recuesto un momento. Dejo mi espada envainada sobre mi pecho y me pongo a descansar un poco. Yo también estoy agotado: Correr a caballo, luchar en una batalla, luego volver corriendo por más de una hora por haberme perdido y finalmente llegar. Es mucho para todo en cansancio con el que amanecí. Es momento de dormir un poco antes de que me toque mi guardia.

Pipo se recostó entonces, arrebujado en su capa negra de soldado. Descansó de tantos trabajos hasta que le tocara la guardia, pensando, y gesticulando al ritmo de su pensamiento:

Peregrino ha propuesto la última guardia, así que ahora Pipo aprovechará para descansar un poco. Duele. Quizá Pipo no hubiera debido cantar a Los Que No Se Mueven. Pero era necesario. ¿Vendrán más Hombres Malos? No lo se. ¿Cae ya el ojo amarillo por el cielo? Quizá habría que cantarle algo, para que se durmiera. Pero no, todavía no es el tiempo. Luego quizá. ¡Ay! Aquí duele. Pipo cambiará de postura...

Y así durante todo el rato, hasta que se quedó quieto, respirando regularmente, pero con los ojos semiabiertos en dos rendijas.

POR LA TARDE.

- Desde el Nordeste se acerca un jinete montado sobre un caballo pesado de monta, lleva una armadura negra de cuero reforzado. Le siguen once guerreros a pie, la mayoría armados con lanza y escudo de estilo tribal.

PELAGATOS:

- Akatsuki y sus diez Reclutas de la tercera escuadra del Pelotón de Reservas te siguen en completo silencio, como suele ser normal en ellos.

- Te parece que ya has llegado al sitio donde está acampado el Grupo III.

- Te parece ver al Explorador Pipo.

Tumbado en el lugar donde están los enfermos, Pipo se asegura de que sus armas y pertrechos estén cerca. Pone a mano su cuchillo y se dedica a parecer más herido de lo que está.

La tarde ya se nos cae encima y hago la guardia en el momento en que diviso a un hombre montado a caballo, lleva una armadura muy especial que me recuerda a Matagatos. Me pongo de pie de un salto y desenvaino mi katana, presto para el combate.

Detrás del hombre vienen once guerreros que parecen ser alguna clase de miembros K'Hlatas de una tribu, lo que me hace pensar en aquellos que nos atacaron el funesto día en que murió casi todo el pelotón de Arqueros. Recuerdo como unos hombres de piel oscura nos atacaron en una torpe emboscada solo para que un gigante y una bruja masacrasen a nuestros Arqueros, quienes supuestamente debían protegernos.

Grito a mis hombres para ponerlos sobre aviso y que se preparen para lo que sea que venga:

 - "Se acercan guerreros. Todos en guardia. Cubran el frente y no descuiden sus espaldas"

Mantengo mi katana en alto, justo enfrente de mí, preparado para recibir a cualquier atacante que intente cargar en nuestra contra. Mi concentración se enfoca en descubrir el mayor peligro de entre los posibles atacantes y dirigirme raudo acabar con su presencia para desmoralizar al enemigo y dar ánimos a mis tropas.

Permanezco firme y preparado para un posible asalto.

Parecía que la polvareda había sido definitivamente una batalla. Busqué con la mirada a la pequeña oscura que era mi pupilo...Y había sobrevivido. 

"Sabía que tenía trucos."

Me acerqué aún montando a Orgullo hacia Peregrino.

- ¿Llegaste a tiempo? ¿Puedes ponerme al día de lo qué ha pasado? ¿Bajas? En el grupo IV no hubo problemas. El teniente me ha dado órdenes para este grupo. La soldado Akatsuki y su escuadra nos reforzarán. Debemos atacar al enemigo desde el Oeste, preferiblemente por sorpresa. No es imperativo capturar prisioneros, pero si los hubiera deben ser retenidos hasta poder ser llevados a la Retaguardia para su interrogación.

- "Peregrino-san." - Akatsuki saluda a Peregrino con una leve, pero respetuosa reverencia.

Detrás de Akatsuki, diez Reclutas del nuevo Pelotón de Reservas se detienen en formación más o menos cerrada.

Al ver que es Pelagatos, Akatsuki y otros reclutas quienes han llegado a reforzar nuestras filas, envaino mi espada y les saludo. A Akatsuki le respondo con una reverencia más inclinada y una réplica en palabras:

 - "Akatsuki-senpai."

Luego contesto a Pelagatos con un gesto negativo y con mi voz grave:

 - "Batalla había terminado cuando llegué. Malamente, Marcado, Mirada y Vivo murieron. Resto con heridas, Guepardo y Derviche inconscientes. ¿Cuando debemos atacar? Soldados deben descansar y sanar."

Mi pregunta es importante pues si nuestros soldados no están en condiciones de luchar, deberíamos llevarlos al cuarto grupo para que sanasen en la tienda de heridos y fuesen con el carro. Si atacaremos, sobre todo si lo haremos por sorpresa, no podemos cargar con guerreros incapacitados. Es imperativo tener un grupo solo de soldados aptos para ello, lo que sería más fácil si les damos tiempo para reponerse a los que tienen heridas más leves.

Akatsuki mira lentamente alrededor, evaluando la situación, consciente de que es la única Soldado Novata presente, y por tanto la persona de mayor rango en estos momentos. Se da cuenta de que está al mando y debe decidir.

- "El enemigo, asumiendo que el Primer Grupo Operativo del Triplete haya sido erradicado por completo, se encuentra a aproximadamente una jornada de viaje hacia el Sur.

Nuestro objetivo concreto es el Cuarto Grupo Operativo. Si queremos atacar por sorpresa, y esa es nuestra mejor oportunidad, debemos ponernos en marcha de inmediato.

Los heridos que no estén en condiciones de luchar permanecerán aquí. Deberían de estar seguros en este lugar, pues detrás nuestro y a los flancos sólo hay fuerzas amigas y aliadas. El enemigo está al frente, y nosotros, los que vayamos a combatir, nos interpondremos entre ellos y nuestros heridos.

Peregrino-san, selecciona a los que deben quedarse." -

Asiento a las palabras de Akatsuki y miro rápidamente a mi alrededor para evaluar a los miembros del grupo. Por lo que veo, casi todos ellos están heridos, pero hay algunos que tienen heridas de mayor consideración que otros, pues algunos de ellos yacen inconscientes mientras que otros actúan con normalidad.

Me giro hacía la Nyueng Bao y le contesto en tono solemne:

 - "Se quedan Guepardo, Derviche, R'Gaa, Chamán Rojo y Manta. Exploradores también si lo desean."

Digo lo último pues claramente no están en condiciones de luchar, pero yo no puedo darles órdenes pues, aparte de ser de mayor rango que yo, no son miembros de los Hostigadores. Si mis palabras son ciertas, iremos Pelagatos, Meera, Caracabra, Jabalí, Codorniz y yo, además de cualquier apoyo por parte del pelotón dirigido por Akatsuki.

Somos pocos y de dudosas capacidades, por lo que será mejor que actuemos todo lo bien que podamos para conseguir nuestros objetivo, aun a costa de nuestras vidas.

Había sido una batalla mala para la compañía. Tres soldados de los exploradores muertos. Eso no era nada bueno. Y además teníamos una gran lista de heridos. Confiaba en que el grupo de apoyo de Akatsuki fuese un apoyo de verdad. Sentí una especie de alivio al escuchar que Codorniz estaba bien. 

"Pequeña Oscura escurridiza...Sobrevives a la batalla y sin heridas. Tienes que decirme cómo." -pensé.

Viendo que las decisiones estaban tomadas, me alejé de Peregrino para acercarme a la pequeña Oscura huérfana que era mi pupila.

- ¿Resumen de tu batalla? ¿Has derramado sangre o ha sido la tuya derramada? - le dije en Oscuro.