Partida Rol por web

Confundido, Kraag avanzó entre los enemigos buscando un lugar en el que golpear para hacer el mayor daño posible.

Entre la confusión y su gran arma a duras penas logró blandirla sin golpear a alguno de sus compañeros, pues estaban demasiado apretados para los largos tajos del semiorco.

Me muevo con acierto entre el barullo de aliados y enemigos que se ha formado y ataco mentalmente a un encapuchado cercano. No tengo tiempo para resolver el problema de cómo hemos llegado hasta aquí ahora mismo, aunque el combate parece tener mejor perpectiva con la retirada de algunos rivales y la conversión en aire menos denso del familiar de Glockta supone un alivio: estaba dispuesto a arriesgarme para ayudar al apurado compañero.

El objetivo de Raliet sufre su ataque con un aullido de dolor.

Aprovechando la posición de su compañero, uno de los encapuchados logran impactar a Kraag con gran acierto. Su compañero hace lo propio con Thanar que también recibe un fuerte espadazo.

Viendo que uno de ellos ya había huído parecía que era mejor no seguir canalizando energía positiva y dejar que el miedo hiciera mella en ellos. El clérigo se desplazó ligeramente hacia arriba para flanquear y que su amigo semiorco tuviera ventaja, pensando que en cuanto pudiera iría a ayudar a Raliet.

Thanar golpeó con su clava pero con un movimiento un poco torpe que no pensara que fuera a causarle daño.

Profiriendo un grito Kiia! , Dalibor realizo una serie de movimientos marciales golpeando con su rodilla izquierda en el aire el cuello del bribón que le asaltaba mientras que con el puño derecho le perforaba el tímpano por el brutal impacto, cayendo a continuación con suavidad al suelo, adopto una posición marcial con sus brazos a modo de garras simulando a un tigre esperando a su presa.

Con la huida de uno ya se habían igualado los numero, asi tendríamos alguna oportunidad más. En el ir y venir de golpes intente centrarme en encontrar un nuevo objetivo, observando que el más viable para recibir mi ataque era el que se encontraba más al norte junto a Raliet.

Después de tantas horas de estudio las palabras del conjuro salían de mi de manera natural y fluida, apareciendo rápidamente un pequeño orbe de hielo en mi mano y saliendo disparado hacia mi objetivo.

Vuestros ataques parecen no tener efecto ante los encapuchados, que parecen bien entrenados para este asalto.

El asaltante que tenía como objetivo el elemental de Glockta se gira hacia Raliet propinando un severo espadazo.

Kraag se concientra para activar un aura y lanza un espadazo contra el encapuchado que tiene entre Thanar y él, con más acierto que en el anterior envite.

De repente se oyen gritos procedentes de varias calles adyacentes:

- ¡Alto! ¡En nombre de la guardia de Greyjawk! ¡Que nadie mueva un dedo!

Todos los encapuchados se apresuran en dispersarse en todas direcciones, bajando su guardia ante vosotros.

Al escuchar las voces provenientes de la lejanía y sobretodo observar la huida de los encapuchados relajo la posición de combate y me dirijo al resto:

- Compañeros, ¿qué hacemos, debemos huir?

Sigo sin ser demasiado consciente de la situación: ¿se creerá la guardia que no sé cómo he llegado hasta aquí ni por qué he sido atacado?

Dalibor vio su oportunidad de hacer un ataque y golpeo con su puño a su atacante con la intención de aturdirlo y retenerlo para que la guardia lo apresará. Así obtendrian respuestas de lo que estaba pasando.

Comete este, perro! susurro al bergante que le acosaba.

No! Camarada! Capturemos a alguno de estos rufianes.

A pesar de que el encapuchado encaja el golpe de Dalibor, logra escapar sin ser noqueado. Los encapuchados se escabullen entre las sombras.

- Habría que capturar alguno y si no, seguirlos.

Con su clava trató de golpear a uno de ellos para dejarlo inconsciente pero ante la dificultad de la maniobra simplemente erró el ataque pasando a unos centímetros de su cabeza.