Partida Rol por web

No dije nada, era como si quisiera que mi presencia para desapercibida ante los ojos de aquel anciano, pero cuando dijo lo de cinco hijos no pude evitar abrir los ojos y mirar a Mac... En ese momento fue cuando el bajo molesto de su caballo y yo no dude en bajar del mío y acercarme a el poniendo mi mano en su hombro Prometiste venir conmigo, no hagas que tu camino termine en la soga le dije con claridad bajando pocos a poco su brazo.

No puedes juzgar el porque de tu madre si fue así, pues eso solo te lo puede responder un persona y es el rey después mire al viejo ahora ya sin ningún temor Gracias por la advertencia, por hacer que los príncipes se incomoden aun ams en los últimos días de su padre, ha sido muy grato volví a mi lugar y mire a los príncipes Sigamos

Quizás le hubiese rebanado el cuello al anciano solo por decir tales importunios, pero una suave mano se posa en mi hombro, y la dulce voz de Mariam con sus más que acertadas palabras me hace reflexionar y bajo mi arma y separo la hoja del cuello del anciano...

Miro a Mariam y asiento a sus palabras dedicandola una sonrisa cálida. -Tienes razón...-

Mariam vuelve al caballo, y yo me monto de un salto en el de Gurne gruñendo -Grrrrrr... Vámonos....- Ahora más que nunca tenía ganas de ver al Rey, y que me dijera si las palabras del anciano eran ciertas....

Viendo el tono que adquiría la escena, Gurne se disponia a descender de su caballo prácticamente de un salto, pero al ver la actuación de la reina se contuvo.

Gurne jamas había creído en brujerías ni supersticiones, pero por alguna razón creía en lo que decía ese hombre o al menos quería saber mas. También decidió que en cuanto llegaran a palacio mantendría una conversación con el rey, aparte de la que ya le debía.

La reina quería continuar, pero a Gurne aun le quedaban muchas preguntas que aparentemente deberían resolverse en otro momento, si era cierto que el reino estaba en apuros, el lo defendería como había hecho siempre.

-¿Donde habitáis Maglom? ¿Como podremos localizaros? -Quiso saber antes de continuar con el viaje.

- Puedes matarme y eso no haria que fuera menos cierto pero no digo que tu madre tuviera la moral desviada. Digo que el rey busco diversion con una joven, contra su propia voluntad seguramente.- dijo el anciano sin moverse un apice.- Pienso que vuestro padre la amo tanto que se caso con ella para ocultar la verguenza de un embarazo. Vuestra madre callo el nombre del desgraciado por miedo a hablar y provocar una mayor desgracia en su casa.

El anciano miro a Gurne.- Habito en la torre de alta magia, señor. Lejos de sus dominios. Ha sido un viaje largo.

Las palabras del anciano mago no hacen más que encender mi furia de nuevo, y giro la cabeza para mirarle, si quería conseguir que creciese mi odio al Rey lo estaba consiguiendo, pero también pienso en que precisamente es lo que quiere, y que sea yo "quién traiga la oscuridad al Reino"... Apreto la mandíbula mirando a Mariam, ése viejo loco habia removido cosas en mi interior con su lengua envenenada, pero si fuesen ciertas sus palabras y el Rey violó a mi madre, y mi padre adora a el Rey.... No quiero que venga a palacio. No podría contenerme y cometer un crimen real que me condene de por vida....

-Vámonos o no respondo de mis actos.....- Digo entre dientes con un tono de súplica en mis palabras.

Gurne chasqueo la lengua con fastidio. Demasiadas cosas no encajaban, ¿por que el rey admitiría a un hijo bastardo y a otro lo ocultaría?

-Tendréis noticias, anciano. -Añadió simplemente y se preparo para poner a Niebla en camino de nuevo, en cuanto la Grifith y la reina se pusieran en marcha, sabia que Mac lo estaba pasando mal. Pero no confiaba en las casualidades y que tantas cosas estuviesen ocurriendo tan "casualmente" no era buena señal. 

Gurne. Un consejo os doy, de este viejo mago. Cuidar a vuestro hijo, alguien a puesto sus ojos en el y sus garras pueden caer sobre su joven cabeza de un momento a otro.- dijo sombrio y despues miro a la reina.- y vos mi joven señora, os felicito por vuestra concepcion. Sin duda sera un varon fuerte y de noble linaje, aunque no hermano de vuestro amante, por fortuna.

Me quede mirando al viejo y ahora si que sonreí y medio lado, pues su felicitación no pudo hacerme otra cosa que no fuera gracia... Estaba claro que aquel hombre solo quería enfadarnos, pues solo provocaba a los presentes, así que yo me quede tranquila, pues no me dejaría arrastrar por aus palabras a ningún tipo de enfado, y mas cuando sabia de sobra que no eran ciertas... De echo y por desgracia para mi... Eran imposibles.

Movamonos ya antes de que la lengua del mago os haga arder a todos por dentro, o terminar matandolo dije claramente como una orden.

Gurne respiro hondo, estaba cansado después de todo lo ocurrido y cada vez mas molesto y las ultimas palabras del mago fueron la puntilla para su mente y su alma. 

Se consideraba a si mismo un guerrero noble, un paladín para el reino, un ejemplo de virtud y honor. Pero ni el mismo podía negarse que tenia debilidades, dos puntos débiles que le podrían hacer perder la cabeza e incluso desviarse de la senda que tanto tiempo había seguido con rectictud y ese hombre acababa de nombrar los dos en una misma oración. Su hijo y su amor por la reina.

Mas aunque las palabras fueran dolorosas bien podrían ser ciertas, y no cometería el error de caer en la ira enfrente de todo el mundo, aunque estaba claro quien era el amante según las palabras de Maglom. Y acabar con el seria tan fácil como lanzarlo del caballo y que se partiera el cuello.

Ese hombre había recorrido un largo camino, ¿solo para sembrar la discordia? ¿y se había quedado en ese cruce por casualidad? Había razones poderosas para que ese anciano se encontrara allí, sin duda.

Pero no, Gurne hizo acopio de todas la fuerza de voluntad que su cuerpo retenia, antes que cualquier cosa debía hablar con su padre. También le quedo claro que si las palabras del mago resultaban ser ciertas, lo necesitaba cerca, para evitar la desgracia sobre el reino.

Me quedo un poco loco con las palabras del Mago, pero ante el comentario de Mariam, espoleo el caballo de Gurne y arreo el de Mariam y Grifith.

Ese hombre era un liante, y lo mismo ni yo era hijo bastardo del Rey, Hablaría con su majestad y lo aclararía todo... Pienso arreando el caballo de Rowan tambien para irnos todos ya a palacio a salvo de sus falacias....

Dejasteis al mago atras.

El cielo se oscurecio poco a poco, visteis nubes grisis formarse y descargar una tormenta antes de salir de aquel bosque. El agua caida con fuerza, haciendo que cada goteron doliera como el pinchazo de una aguja helada. No era raro ese tipo de tormentas por la zona pero si tan repentinas.

El agua formo una cortina que apenas os dejaba ver un metro por delante pero por suerte, poco mas adelante divisasteis un pequeño pueblo.

Gurne había guardado silencio desde el encuentro con el mago, sumido en sus propios pensamientos era evidente que no le había hecho gracia que nombrara a su hijo. Cuando la tormenta les sorprendió, apunto mentalmente otro efecto sospechoso a la lista.

-Parece que tendremos que hacer un alto en ese pueblo.

Aunque por su tono de voz, la idea no le agradaba.

El camino parecía estar ensombrecido por los augurios del anciano. Las palabras que salieron de aquel hombre habían hecho mella en cada uno de nosotros y, al menos yo, estaba totalmente consternado. La simple idea de otro hijo bastardo por parte de nuestro padre era absurda, cómo era posible que el rey de Asdrom, amado y querido por el pueblo, tuviera esa faceta oculta en su pasado. Sin embargo, recordé entonces mi pasado no tan lejano y me sonreí pensando que quizá yo era exactamente igual a él, una vez más el destino parecía reirse de mí.

Durante el camino, el mal tiempo nos sorprendió dejando caer una cortina de agua sobre nosotros obligándonos a parar en un pequeño poblado que comenzaba a dejarse ver a lo lejos. Llevando conmigo a la reina, apreté el paso para evitar que la lluvia hiciera mella en su salud o en su impecable imagen. No habíamos hablado nada durante el trayecto pero tenía muchas cuestiones para mi reina Marian y más aun con la noticia de que estaba en cinta.

Adelantándome a mis hermanos y sabiendo que, al igual que él, Gurne no gustaba de la idea de detenerse en aquel pueblucho, me dirigí raudo a la primera posada que vieran mis ojos, al tiempo que me dirigía a mi reina abrazada aun a mi cintura:

-Espero luego me otorgueis audencia, majestad, querría hablaros al amparo de un techo y un buen fuego si no teneis inconveniente.-

No te preocupes Grifith, algo me dice que todos querréis hablar conmigo después de lo sucedido, y espero saber que abate tanto vuestros ánimos le dije con sinceridad mientras observaba la tensión que aquel maldito viejo había dejado entre los presentes...

Pasemos la noche y mañana llegaremos a Palacios mas relajados dije intentando tranquilizar un poco a los presentes.

La posada no era gran cosa pero estaba seca. El posadero puso los ojos como platos al veros llegar, a los propios hijos del rey en su posada junto a la reina. Os entrego las mejores habitaciones, que eran tres en total dado que era un establecimiento pequeño, de pueblo. Cada habitacion tenia tres camas, no demasiado comodas y de sabanas no todo lo limpias que deberian estar.

Seguí en silencio tras los hechos acontecidos con aquel viejo que afirmaba ser el hermano de mi buen Dasmus. Al llegar a la posada acomodé a mi caballo en las caballerizas y me dirigí a la presencia de la reina. -Yo también querría tener audiencia con vos majestad. Pero esperaré a que Griffith acabe para poder hablar, pues lo de él creo que tiene cierta urgencia.- Tras mis palabras me giré hacia Griffith y le puse una mano en el hombro. -Aunque no lo parezca, se como te sientes hermano, al menos en cierta medida. Se que nunca hemos estado muy unidos debido a mis...orígenes. Pero espero que este dolor pase cuanto antes y quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que quieres. -Sonreí y me retiré a una esquina donde me senté con una bebida y para hacer algo para pasar el rato. 

Me retiré a una esquina y me puse con una pequeña daga a a tallar un trozo de madera para regalárselo a Marian.