Partida Rol por web

El hombre casi se orino encima.-Señor, si hablo mataran a mi familia...es un mercenario, le contrataron para algun trabajo y me pusieron a su disposicion, no se nada mas señor, se lo juro por la vida de mis tres hijos.

Grifith busco a su hermano por todo el casitillo sin dar con el.

Salio al patio y le parecio verlo entrar en las mazmorras que estaban en completo desuso desde hacia años, acompañado de dos escoltas.

Grifith entro en las mazmorras polvorientas buscando a su hermano y le encontro haciendo una especie de inventario. Para su sorpresa encontro a un hombre encerrado en una de las celdas, incosciente.

Al alcanzar a mi hermano Albert lo saludé cordialmente:

-Saludos Albert, hermano mío....- ,dije llegando a su lado cuando vi al hombre encarcelado, apenas podía verlo bien y exclamé sin prestar mucha atención, -Espero me disculpeis por haberos hecho perder el tiempo hermano, pero necesitaba un momento a solas para asearme como es debido y cambiar mis ropas.-

Observé ligeramente lo que Albert parecía estar haciendo y al tiempo que me cruzaba de brazos interesado pregunté:

-Decidme Albert, que labor teneis entre manos.....puedo ayudaros si lo deseais.-

La llegada de su hermano agradó a Albert, que estaba ensimismado mirando su libro mientras los dos guardias que le habían acompañado daban vueltas por el lugar, aburridos.

- Querido Grifith - dijo, girándose hacia él - Nada importante, me temo. Como tenía tiempo hasta la cena, quería aprovechar para ver en qué estado se encontraban las viejas mazmorras. Hacía años que no se les daba uso, y pensé que podría convertirse en un almacén, o una librería...

Y con eso, se giró hacia el encerrado con desdén.

- Pero veo que alguien se me ha adelantado - añadió, haciendo un mohín - Reconozco que no me gustan mucho los cambios repentinos y no planificados... pero bueno. Supongo que Gurne habrá considerado adecuado castigar a este hombre, sea quien sea.

Cerrando el libro, dando por cerrada la tarea, hizó ademán de marcharse, pero antes se giró hacia Grifith.

- Iba a abrir una botella de un vino especiado que traje de mis viajes, hermano, antes de tu fiesta. ¿Querrías acompañarme o tienes alguna tarea pendiente?

Ese estúpido había metido la pata hasta el fondo, y si no se movía rápido podrían relacionarle con el asunto de Dasmus, los asesinatos y todo lo demás. Mentalmente contactó con Zaya, y percibió en su cabeza el sensual ronronreo de la diabólica criatura.

- Zaya, en cuanto mi hermano y estos dos patanes salgan de aquí, cerraré con llave, y quiero que este estúpido se ahogue con la lengua. No le dejes marcas - añadió, tragando saliva - Y luego avisa a los demás, que como vuelvan a llevar mi enseña, seguirán su mismo camino. ¿Por dónde andan los que envié a por Dasmus?

Como siempre acostumbraba, Albert habló con lengua vivaz y agradable algo que sin duda estimaba mucho en él a pesar de todo. Ante la invitación a un buen vino, sonreí y asentí al tiempo que decía cortesmente:

-Claro que si, hermano, jamás he osado rechazar un buen trago y menos aún os lo haría a vos.- ,mientras comenzaba a caminar para alcanzarle proseguí, -Mis deudas son con vos, Albert. Como os he dicho lamento haberos hecho perder el tiempo al no recibiros en mi habitación más querría plantearos un par de cuestiones que creo os serán interesantes cuanto menos....pero, os ruego salgamos de aquí a un lugar menos concurrido, ¿no os parece?-

Invitándolo a continuar nuestro camino, giré la cabeza una vez más para ver al hombre enjaulado por si pudiera reconocerlo al tiempo que preguntaba sin mucho interés:

-¿Sabeis algo de esto?-

Antes de salir, Albert dedicó una mirada de desagrado al tipo, arrugando la nariz ante el mal olor. Comparado con el príncipe, que siempre olía a hierbas y especias aromáticas, el penetrante olor a sudor y suciedad resaltaba, y Grifith pudo entender el malestar de su hermano.

- Se lo mismo que vos, querido Grifith - respondió, sin darle importancia - Pensaba darle un buen uso a estas instalaciones y me encuentro esto... la verdad es que sigo sin verle el sentido de encarcelar a gente en el castillo...

Encogiéndose de hombros, salió y esperó a que su hermano saliera, acompañado de los dos guardias, para cerrar la puerta. Con un gesto, envió a los diligentes soldados a seguir con sus queaceres, y cogió del hombro a Grifith.

- Pero es mi enfado el que habla, no yo. Sabes que detesto no tener las cosas planificadas, y las sorpresas me incomodan, pero confió en Gurne. Doy por hecho que es él quien ha encerrado a ese hombre, así que podrás hablar con él cuando cenemos esta noche - luego guiñó un ojo y palmeó con fuerza - Cuando conozcas a la doncella... oh... hermano. Estoy seguro de que mi esposa me torturaría salvajemente si me hubiera visto mirarla con los ojos con que lo hice.

- Si, mi señor. Hare lo que me pedis.

Dasmus esta a punto de ser alcanzado, no le queda mucho de vida ¿Algun encargo mas?

- No, está bien. Estás haciendo un muy buen trabajo, Zaya. Cuando domine estas tierras, recibirás todos los placeres que la humanidad puede ofrecer a los de tu tierra.

Sonreí ante las palabras de Albert y exclamé puntualizando:

-Pero recordad que los ojos son para observar y que mejor que la belleza para ser contemplada.- ,al decir esto sonrei amablemente y continué el paso de mi hermano.

Luego cambié el tono de voz al que acostumbraba cuando hablaba temas importantes. Mi rostro se tornó tenso y i mirada fría acudió a mi para abarcar el tema del distrito mercantil:

-Bueno hermano Albert, principalmente quería hablaros de una nueva ley mercantil que redacté durante mi estancia en el distrito mercantil. Tras varios días entrevistandome con mercaderes y terratenientes estas fueron mis decisiones.- ,al decir esto, le hice entrega a Albert de un manuscrito copia del instaurado en el distrito, -Echadle una ojeada y ya me direis.-

Una vez comentado el tema, me detuve un instante al tiempo que echaba un vistazo alrededor por si veía a algún otro hermano nuestro o cualquiera que pudiera escuchar nuestra conversación. Cuando me percaté de que no había oídos indiscretos, comencé:

-En otro orden de cosas, me gustaría preguntaros acerca de nuestro padre, Albert, ¿qué ha sucedido en mi ausencia?- ,al decir esto mi expresión se volvió algo más humana al hablar de nuestro padre.

- ¿Que me diriais si lo que quisiera es que ese placer me lo enseñarais vos, mi amo?.- pregunto melosa y sensual.

-Entonces tendré que hablar con él, pero que hace en el castillo? Quién le contrato? Habla o serás tu quien muera y tu familia no tendrán a nadie que las proteja.- Argumento sin soltarle.

Señor, no se que hace... cumple ordenes de la corona. Eso me dijo... no creo que el rey tenga nada que ver pero el rey tiene varios hijos y sus amenazas son grandes, señor.- dijo el hombre temblando.- Yo no se nada.... solo que... he visto la enseña de Albert en sus ropas, alguna vez.

Atendiendo tu peticion Zaya te entrega el documento que tu hermano redacto, metiendolo en tu cabeza para que puedas verlo como un vivo recuerdo.

"Por la presente y por voluntad de Grifith de Asdrom, príncipe del reino, y por buena ventura de la corona, se promulga la nueva ley de comercio y mercado que se recoge en este manuscrito:
Artículo 1º: Se implanta por ley un sistema de libre comercio por el cual cualquier comerciante podrá ofertar sus mercancías.
Artículo 2º: El precio mínimo del mercado se estipulará mediante un consejo mercantil formado por tres consejeros electos entre el gremio de cada sector.
Artículo 3º: Dicho consejo será regido por Albert de Asdrom, Grifith de Asdrom o un representante real designado por ellos o por el rey; teniendo estos la última palabra sobre los valores mercantiles del distrito.
Artículo 4º: El sistema de impuestos pasará de ser una tasa fija a un porcentaje variable al alza de los beneficios de cada empresa. Estas tasas variables también se estipularán anualmente por medio del consejo expuesto en los artículos 2º y 3º.
Artículo 5º: Todo aquel mercader que desee abrir una nueva empresa, línea de mercado o negocio, en el distrito deberá pagar un tributo estipulado por nueva apertura así como presentar semanalmente estado cuentas durante el primer año de apertura.
Artículo 6º: Asimismo, toda empresa deberá presentar estado de ventas de forma mensual así como un inventariado de mercancías, acorde a las cuentas, que se auditarán una vez cada tres meses.
Artículo 7º: Los auditores e interventores serán designados por Albert de Asdrom, Grifith de Asdrom o por el rey.
Artículo 8º: Todo aquel que carezca de recursos para llevar a cabo estos artículos como contabilidad, inventariado, etc. Deberá presentar un escrito donde se reflejen los motivos de tal circunstancia así como avales de tal precariedad. Albert de Asdrom, Grifith de Asdrom y/o el Rey tomarán una decisión para revertir la situación del negocio en cuestión.
Artículo 9º: Por orden expresa, se prohíbe terminantemente pagar a cualquier auditor que lleve a cabo el repaso de las cuentas y/o inventariado por sus servicios. Tal acto se tomará como acto de traición a la corona y se penará con la expropiación de todos los bienes del comerciante, así como al encarcelación del auditor.
Artículo 10º: Por último, estos artículos solo podrán ser modificados, eliminados y/o ampliados por el Rey, por Albert de Asdrom o por Grifith de Asdrom.

Gloria al reino de Asdrom, a su Rey y sus gentes."
 

-Esta bien...- Le miro con condescendencia. -Pero no te vas, vas a ser mi testigo, soy hijo del rey tambien, asi que no tienes nada que temer...- Le digo con sinceridad.

El hombre te miro sin creerselo pero no dijo nada, solo asintio quedando a tu merced.

Me lo llevo a las celdas, pero no le dejo en la contigua, sino en la más alejada, le hago la señal con el dedo de que se calle y tras cerrarlo, voy a la celda del mercenario, que ya se habrá despertado....

Al pasar te diste cuenta que alguien mas habia estado alli y tu prisionero, no solo estaba muerto, como axfisiado, tambien le habian quitado la enseña de su ropa.