El elfo del bosque coge su arco y se prepara para hacer guardia.
- Bayal y yo nos turnaremos para acompañar al que esté de guardia.
- Como veo que tenéis todo resuelto, la dama Rhiann y yo podemos dormir seguros jijijiji
-Pues yo haré la tercera. Aunque con sólo tres turnos no vamos a descansar gran cosa...
- Solo nos queda confiar en que el camino no sea muy largo, porque si no vamos a quedar rendidos en poco tiempo.
La elfa se retira grácilmente el pelo de la cara antes de participar.
- Lo que quiere decir Eirinn es que nosotros no dormimos, al menos no como el resto de razas. Realizamos un trance reparador que dura unas cuatro horas, así que podemos parar el tiempo necesario para que todos descanséis.
Su rostro es sereno y muestra una dulce sonrisa.
- Queda varios días de viaje y no conviene que viajéis cansados.
-Caramba, eso es impresionante...
Tras unos segundos asimilando esta información, parece que me viene una idea a la mente.
-Pues siendo así se me ocurre que podríamos hacerlo de otra manera. Seguro que estáis todos de acuerdo en que lo mejor sería que siempre hubiera al menos dos pares de ojos vigilando, para evitar sorpresas. Wendell y Nathall podrían hacer un primer turno de unas dos horas. Después les sustituiríamos Mervin y yo. Para cuando hayamos terminado nuestra ronda, vosotros -añado señalando a los elfos- ya habréis descansado y podréis vigilar el resto de la noche. ¿Os parece bien?
El gnomo se levanta como un resorte al escuchar su nombre en las guardias.
- Vaya, creía que ya me había librado de las guardias jijijiji
Mervin se acaricia la perilla inconscientemente.
- La verdad es que me parece fabuloso lo de hacer las guardias por parejas. De hecho iba a sugerirlo yo, pero hice los cálculos y haciendo tres turnos dormíamos cada uno cuatro horas, lo que consideraba bastante poco para mantenerlo durante varios días.
"Cuanto mas durmamos más frescos estaremos y en mejores condiciones podemos enfrentar las dificultades del camino"
- Dormid lo que queráis, nosotros vigilamos
Si no queréis nada más pasamos la noche
dios adoro a lso elfos que se sacrifican por que podamos dar unas cabezaditas ;)
La noche pasa sin incidentes. El frío de las montañas os obliga a arrebujaros en vuestras mantas y los ruidos de la noche os inquietan acostumbrados a la vida de las llanuras. Los elfos cumplen su parte de las vigilancias y mientras exploran alrededor del campamento os cuesta verlos u oírlos.
Al llegar el día despertáis y veis unos conejos listos para ser asados, Rhiann los señala con la cabeza como invitándoos a que os los preparéis.
cojo el mío, lo ensarto en una rama fina y lo pongo a asar en la hogera.
- Vaya. Es la primera vez en muchos años que me encuentro la comida esperándome junto a la cama.
El elfo de las nieves se gira al comentario de Mervin.
- No somos tu mamá humano, no te acostumbres.
La elfa de ojos completamente negros vuelve a apaciguar los ánimos antes de que se calienten.
- Les pedí a Bayal y Eirinn que cazaran para vosotros ya que así no perdemos tiempo.
Os fijáis que sentada en el suelo coloca una piedra circular en el suelo y con una palabra que no entendéis la piedra se vuelve de color rojo. Luego coloca una taza de hierro encima y vierte un líquido negro de una especie de portapergaminos. Cuando el líquido empieza a humear le pasa la taza a Eirinn para colocar otra y repetir el proceso dos veces más, una para Bayal y otra para ella misma.
Me quedo totalmente anodadado, mirando a la piedra, luego a la elfa y de nuevo a la piedra.
-¿Cómo ha hecho eso? -pregunto señalando a la roca-. La ha puesto al rojo con sólo una palabra...
La elfa mira tranquilamente a Samuel para contestarle.
- Es magia, los elfos seguimos usándola.
Miro la piedra con los ojos como platos.
- Sorprendente. No tengo palabras. Había oído leyendas sobre el uso de poderes que están más allá del entendimiento de la población común, pero jamás había presenciado una demostración.