Partida Rol por web

Os disponéis a bajar con el caldero, pero la manivela está muy dura. Os dais cuenta que que vuestros compañeros, colgados deben estar haciendo de contrapeso.

Maldita sea, exclama Rumuk. Esto va a descoordinar el plan. ¿Qué hacemos? El clérigo mira inquisitivamente a Soker y Finnduin.

Habrá que esperar a que terminen de bajar...

Cuando tekdur llega abajo echa un vistazo al interior del caldero. Luego se desplaza a un lado, para no ser visto y para liberar el terreno a sus compañeros.

Os dais cuenta de que en cuanto descendais por la cadena del todo os van a ver los kobolds. ¿Descendeis del todo y iniciamos el combate?
Geon iría delante.

Geon senala la monedilla que porta Tekdur y luego a los kobolds; luego desenvaina una hacha y se pasa el mango por la garganta.

Tekdur asiente con la cabeza. Toma la moneda de su boca y da la señal a Geon

Sed pacientes, ya que no podemos bajar intentemos no hacer ruido. El elfo frunce el ceño y apoya la mano en la empuñadura de la espada.

De repente, arriba el caldero comienza a funcionar.
Tekdur y Geon se disponen a combatir contra los kobolds y sus monturas.

Vamos allá. Dice Finn, mientras alisa las plumas de sus flechas.

Tekdur lanza la moneda sobre el oponente más alejado y efectua una media carga reprimiendo su grito asesino sobre el otro par de oponentes.

Cuando alcanza su destino un poderoso hachazo horizontal surca el aire en busca de la cabeza de su enemigo.

Soker mira a sus compañeros con cierta preocupación.

Daos prisa en bajar para que el caldero vuelva a subir a por mí.

Para cuando Tekdur se lanzó contra el kobold de la derecha, Geon ya saltaba sobre él, a por el segundo, impulsado por la cadena, tras balancearse en ella. El kobold apenas tuvo tiempo de proferir un silencioso grito de silencio antes de que la poderosa hacha de Druinga lo dividiera en dos. Las manos manotearon un instante, posiblemente siguiendo algún reflejo de la sesgada columna, antes de que el jinete cayera al suelo en dos pedazos. El cuero del sapo que montaba parecía haber salvado a su montura, pero no daba la sensación de que fuera a ser por mucho tiempo...

El poderoso golpe de Geon tira a uno de los kobolds de su asiento, matándolo al instante. Tekdur también deja al suyo malherido.
En ese momento el sapo, embiste a Geon empujándolo hacia atrás. Al contacto con la asquerosa piel de la criatura el enano se ve cubierto de una extraña sustancia que la hace difícil moverse.
El otro sapo trata de hacer lo mismo con Tekdur pero el bárbaro aguanta bien.
El kobold usa su lanza, pero no atraviesa la dura armadura de Tekdur.
Mientras tanto el caldero desciende con refuerzos.