Algunos dirían que aquellos instantes pasaron volando, otros dirían que fueran una eternidad, otros incluso asegurarían no recordar nada de aquellos instantes. Lo cierto es que lo que todos si recuerdan fue el momento en que se vieron en el espacio, descendiendo hacia el fuerte helado. Con los cinturones de seguridad puestos y su equipo firmemente ajustado todos los infantes sintieron el fuerte golpe al ser expulsados de la nave en la lanzadera para iniciar su descenso. Durante los primeros minutos el descenso fue suave, frío y silencioso, todos estaban concentrados firmemente en lo que tenían que hacer apenas tocar tierra. Pero todo esto cambio al momento en que entraron en la helada atmósfera de Galdonia VI, tal parecía que se habían metido de lleno en una gran tormenta pues la lanzadera se sacudía de un lado a otro de forma estrepitosa, lamentablemente para los infantes el descenso apenas había iniciado realmente.
Parecía que estaban en una condenada lavadora de ropa, todo se sacudía y en cualquier momento se podrían entrellar sobre los hielos perpetuos. Frost comenzó a reir como si lo disfrutara, siguiendo la filosofía que le habían quemado a fuego desde siempre: al mal tiempo, buena cara
Wooha! Esto sí que es vida!
Sonreía buscando ver los rostros de sus compañeros.
Miller comprobaba las constantes de su armadura, concentrado en los dígitos de temperatura y niveles de carga de batería mientras su cabeza se agitaba como una coctelera. A su lado Frost gritaba pletórico y otros marines le seguirían o simplemente cerrarían los ojos y apretarían la mandíbula. El descenson era una mierda. El zapador miró a un lado hacia el técnico.
¡No me jodas Frost! ¿Eres un maldito friki de las montañas rusas o qué? esto es una mierda y como mi estómago siga tirando de mi tubo digestivo hacia arriba, me va a arrancar el intestino del ojete...
Mama mama! mira sin manos y pies! dice mientras levanta las extremidades al aire mientras es sujetada por los cinturones.
Willem sintio la bajada tranquila hasta que entraron en la atmosfera, todos estaban callados cuando de repente una sacudida fuerte, seguida de 3 mas y luego un numero infinito de ellas que empujaban la nave de un lado para otro, parecia que estaba en una vagoneta en vez de en un trasporte de desembarco, pero asi eran esas lanzaderas, contenedores alados de descenso, esperaba que no sufriera mucho, puesto que esa seria la que les sacaria de aqui tambien, entonces escucho los comentarios de sus compañeros, unos alabando el descenso y otros con la boca del estomago que les salia casi por la boca, a lo que añadi: Amigos, disfrutar del viaje y relajaos, que en 2 minutos estaremos corriendo por ese planeta helado en la intemperie, y no se olviden de la apuesta, al que mate un bicho raro o grande tiene una cerveza de mi mochila.
Mientras Miller se queja, ¡tenemos dos ganadores! Hace una breve pausa causada por un sacudón tremendo, su estómago y su cabeza dan vueltas. No iban a extrañar las montañas rusas nunca si las misiones seguían con ese comienzo en el despliegue. esa es la actitud
La lanzadera comenzó a temblar como si los estuvieran preparando para un batido gigantezco.
Retrospectivo como de costumbre, el infante Crow va diciéndose a si mismo:
Increíblemente aun no he vomitado.
A mi alrededor los hombres y mujeres ECO están nerviosos, claro, ellos nunca lo admitirían.
Pero en las palabras o actos de aquellos que me rodean, creo leer una verdad velada por los nobles intentos de mostrarse rudos y dispuestos a nuestro superior aquí presente.
Escucho frases inverosímiles o geniales piezas de locura como:
• Wooha! Esto sí que es vida!
• Como mi estómago siga tirando de mi tubo digestivo hacia arriba, me va a arrancar el intestino del ojete...
• Mama mama! mira sin manos y pies!
• Amigos, disfrutar del viaje y relajaos
• Y una que considero la más original y fantástica frase motivadora, deberían ponerla en el manual del buen IM en la sección “frases a usar mientras ingresa en caída libre a un planeta asediado por miles de millones de bichos, con escasa munición y una débil promesa de rescate de la armada espacial”.
"Al que mate un bicho raro o grande tiene una CERVEZA de mi mochila."
Tengo ganas de reír como un loco demente, mientras me levanto de mi butaca metálica y bailo una mamuska rusa para los altos mandos, pero no lo hago, no por que no me considere capaz claro, sino por que estoy lo suficientemente cagado para prenderme a este pedazo de metal en donde aprieto con vehemencia mi culo como si fuera un piojo en el ultimo pelo de la cabeza de un calvo.
Caigo al mundo hermano, como seguramente tu también lo hiciste, pero no puedo evitar desear aunque me resulte egoísta el sentimiento, que estaría encantado de poder salir de aquí, y no precisamente, en una caja cerrada.
-Mejor dame la cerveza ahora- Sugiero a Willem. -Me servira mas en este momento q muerto...- de por si me sentia fatal con esa llegada tan estruendosa, ahora me reincorporo y me uno al grupo en espera de lo inevitable om mi rifle en los brazos aferrandome a el com a mi vida.
- Lo siento Josh, pero una apuesta es una apuesta verdad Frost? asi que nada, a cargarse mas bichos que nadie y a ser posible los mas grandes y tendras una cerveza tras otra.
- las reglas son las reglas.
-Jaja como quiras, Matare a tantos que regresare totalmente ebrio despues de esta mierda- Si esq regresamos cualquiera de nosotros.
Frost asiente a Willem y agrega Yo quisiera que hubieran diseñado estas armaduras para fumar sin problemas. Tendré que aguantarme hasta que regresemos. Ya tenía ansias por salir de allí y empezar su cometido.
-Josh, por tener ese espiritu te pondre el primero de la lista, por ahora vas ganado dice con una risa.
Nada de favoritismos...las reglas son las reglas. Alex estaba bastante de buen humor, ademas llevaba mas equipo de lo esperado, en la pistolera ya no llevaba la arma reglamentaria sino una mucho mas pesada.
Hey!, Cabo, veo que al final consiguio lo que queria. dicde con una sonrisa en al boca, ah! y por supuesto nada de favoritismos, si no mata a ningun bicho ira directamente al ultimo lugar, por cierto, creo que deberiais ir contando los que caigan, apostilla finalmente.
-Jajaja- Rio mientra me acerco a Alex. -Tranquila nena, cuando se trata de matar bichos no hay favoritismos, o matas o te vuelves su comida, no hay de otra, la unica forma de salir de aqui es exterminar a esas plagas y pienso aniquilar los mas que pueda antes de que me descuartizen.- Se escucha terrible cuando lo menciono en voz alta pero no estoy seguro de si pasara o no, solo puedo aferrarme a mi rifle y disparar a todo lo que tenga mas de dos patas...eso o morir...Pienso en voz alta.
Milller eleva la voz para hacerse oir por encima del ruido atronador que hace el casco de la lanzadera en su entrada atmosférica.
No tenéis nada que hacer con esa apuesta, pienso hacer trampas...
El zapador extrae de su pernera un paquete portegido por plástico marrón.
Tachaaaan! cargas de demolición. Los bichos van a caer a cientos. Pero necesito un voluntario/a que haga de cebo y los atraiga a la trampa, ¿alguien se anima? Iríamos a medias con las cervezas... jajajaja
Johnny cambia la expresión y grita mirando a Garth sorprendido y divertido a la vez ¿"nena"? oh, muchacho, no sabes lo que le sucedió al último que le dijo "nena" a la cabo. ¿Rifle Morita como supositorio te dice algo? Lanzó una risotada. Quería saber a dónde llegaba todo eso. Observó a Miller mientras mostraba esos explosivos plásticos y bromeaba al respecto.
Aunque pensándolo bien, creo que acá tenemos un voluntario de carnada. Volvió a observar a Josh con sus ojos azules desde el fondo del casco de la armadura.
Mas te vale sobrevivir, hablaremos en la nave de regreso. Hasta ese momento espero que hagas tu trabajo. Dice de manera seria.
El traqueteo de la lanzadera continuo por varios minutos mas hasta que una luz se encendió en la lanzadera, estaban por tocar tierra. El golpe fue suave y ligero, sin grandes contratiempos. La tensión empezaba a acrecentarse en aquella reducida caja metálica mientras todos los infantes del escuadrón Fox esperaban a que las compuertas se abrieran para que estos presurosos se lanzasen a la acción.
Los infantes ya sabían lo que les esperaba apenas se abrieran las compuertas, ya lo habían vivido antes. Apenas las compuertas se abrieron una fuerte corriente de aire entro de lleno en la lanzadera, trayendo consigo la característica densa nieve del planeta, afuera había una tormenta de nieve…, otra vez.
Apresurados y omitiendo el ya ahora insignificante contratiempo los infantes salieron uno a uno de la lanzadera dispuestos a emprender sus deberes. Pero si lo que esperaban allí era mucho movimiento sin duda fueron sorprendidos. Unos cuantos infantes de la infantería ligera envueltos en trajes térmicos y claramente cansados se aproximaban a la lanzadera esperando a que los miembros del escuadrón Fox la desocuparan para poder al fin largarse de ese condenado lugar.
Para su molestia los escuadrones Heat y Fox les llevaban ya la delantera y se estaban posicionando ya en torno a las murallas.
La imagen es puramente representativa, para ponerlos en contexto.
Venga Infantes, en posiciones inmediatamente. Rápido!
Alex al momento que toco al suelo cambio la expresión y su carácter, mucho mas fría y profesional. El frio nunca lo había molestado, pero empezaba a replantearse el tema. Ya había olvidado lo agobiante y lo horroroso que era.
Una vez en pies en el hielo y roca empezo a andar trotando hacia el muro designado.