Partida Rol por web

Cuando había comenzado a pensarse en dar media vuelta y salir corriendo, una chispa iluminó su mente. Ese bicho gigante había sido explicado en la academia en una clase teórica especialmente aburrida. Se suponía que era muy peligroso en combate y además con capacidades psíquicas. Cogiendo la última chispa de valor que le quedaba en el cuerpo dio media vuelta y recogió el morita que estaba colgando de su cinto. Subió su morita al hombro y apuntó al bicho gigante. - Tan grande será imposible que falle verdad? consideró. - Hay que matar al maldito bicho gigante antes de que entre en rango de ataque. Sargento permiso para cambiar de arma al arma montada. Puto overseer! Vamos Fox Vamos chicos que sangran y mueren! Infantes, queréis vivir para siempre!!

Pero Billy, ¿en que estás pensando? Deja de asustarte y dispara... se dice a si misma al ver lo estúpida que es al asustarse de esas criaturas. Vale, les hacen la vida imposible y es probable con con tal cantidad mueran, pero es mejor morir luchando que asustada tras un muro que a saber si aguanta si llegan esos seres a sus puertas. 

Tienen que evitar que crucen el perímetro exterior y tienen que evitar que el otro que les manipula se acerque demasiado, pero está fuera de su rango y prefiere centrarse en aquellos que están mas cerca y son un peligro potencial más directo y temprano.

Al mirar, ve como unos soldados entran por el muro exterior dispara contra ellos para evitar que avancen más de lo debido.

Observo con satisfacción que mi ráfaga ha impactado a algunos bichos. Puede que no sea suficiente para pararlos, pero sí para "ablandarlos" algo.

El Sargento Hammer empezaba apenas a reaccionar, se encontraba aun agitado con lo que solo se remitió a coger su arma torpemente y a disparar al enemigo, esto ultimo solo por los gritos de sus compañeros.

-Que diablos hace aquí sargento Focker, no deberías estar dirigiendo a sus hombres. Supongo esta conciente que para alguien como usted huir del deber no se quedaría en simplemente azotarlo. Lo quiero en su puesto cuanto antes, y con un demonio, recoja su rifle, no se da cuenta de la imagen que le esta dando a sus hombres?-

Ese extraño bicho era importante... Al menos, eso creía la latina, pero no estaba demasiado segura de qué se trataba.. Al menos, hasta que sus compañeros, especialmente Sonny, se acordaron mejor que ella de qué era ese cabrón. Y con ello estaba claro los problemas que tenían. Un psíquico, nada más y nada menos. Justo lo que les faltaba, no tenían bastante con la puta horda, necesitaba esta un bicho que los azuzara. Pues cojonudo, oye.

Encima seguían sin ningún mando. No, no iban bien las cosas. Ya tenían unos cuantos bichos demasiado cerca...

- ¡Claro que estoy preparada, Sonny! - le respondió con energía, preparándose para volver a disparar - ¡Encárgate del Rippler, yo me ocupo de los guerreros de nuestro lado! ¡Ignora al que tenemos cerca por ahora, luego le descargo la escopeta! ¡Bockmaaaan! - gritó, llamándole - ¡Si ya estás centrado, por todos los diablos, dispara sobre el tanque y sus colegas que tenemos por aquí! ¡Ya! ¡Venga, que podemos todos!

Aquello no pintaba nada bien para Mkoll. Tenía a dos bichos demasiado cerca, listos para amargarle la vida. 

-¡Hoy no, malditos bichos!

Con decisión y una furia más que lógica, desencasquilló rápidamente su arma con unos pocos movimientos. A continuación, dijo:

-Gawain, tenga cuidado con el rippler.

Apuntó hacia el bicho guerrero que tenía justo debajo, y sonrió mientras le soltaba una más que considerable perdigonada con el aditamento de escopeta. 

-¡Muere!

Aún estoy un poco agitado por el miedo y el nerviosismo de combate, por lo que me precipito en actuar.

Viendo que mi compañero de binomio, al que debo cubrir las espaldas, está amenazado por un Rippler, me acerco un paso a él y disparo una ráfaga concentrada contra el bicho. Lamentablemente, no estoy lo bastante concentrado y en mi prisa por disparar, la ráfaga se pierde inofensivamente en el aire.

Consigue sobre ponerse al estado inicial de agitación. Antes no ha podido hacer otra cosa que asustar a los malditos bichos esos, pero de ellos que se encarguen otros porque ve a un soldado se acerca peligrosamente a la puerta, así que hay que eliminarlo antes de que la toque o será un fracaso para ella que está al cargo de defenderla. Se levanta de su posición para tener al bicho con mejor ángulo de tiro y aprieta el gatillo. Aquello está siendo una matanza para los suyos y una prueba de su fuerza de voluntad... la mitad de los suyos están cagados de miedo o en estado de agitación... ¿qué son: nenazas?

-No dejéis que lleguen a la puerta! 

Bajo corriendo las escaleras del fuerte. Estoy tan asustado que no oigo las palabras de ánimo de mis compañeros y lo único que pienso es en seguir corriendo hacia el centro del fuerte, lo más lejos posible de los bichos que llegan desde todos los puntos cardinales.

- Ahora ya es demasiado tarde parar mirar atrás... ya he abandonado la línea de combate y de todas formas, aunque sobreviviera, podrían juzgarme por haberme ausentado de mi deber como soldado... pero no creo que sobreviva nadie en este fuerte... tengo que encontrar un lugar donde esconderme y esperar a que todo pase...

Evans acababa de bajar al patio cuando comenzaron a descender los infantes. Allí, al pié de la escalera, algo le golpeó en el casco.-Me cagüen...- Miró hacia abajo para ver de que se trataba y vio una bota, sangrando y un fluido viscoso blancuzco que salía de dentro, o era el hueso. Los malditos bichos le habían segado el pié a uno de los nuestros...y él estaba huyendo. Vio como sus compañeros se mantenían firmes disparando todo lo que tenían contra la horda de bichos que se acercaba y él los había abandonado.
La furia reemplazó el miedo y comenzó a subir por la escalera, blasfemando, insultando y amenazando a los malditos bichos en todos los idiomas que conocía. Ahora estaba preparado para lo que fuera y apretó el gatillo.

Un infante recien llegado y algo desorientado al ver al sargento acudio a el.

-¡Sarjento! ¡Sarjento Gary Foker! ¿Verdad? Venimos rescatarles. Hemos tenido algunos muertos y muchos heridos durante el descenso ¿Cuál es la situación aquí?-

Mis pasos me llevan al centro del Fuerte, buscando un lugar desde el que esconderme y llamar a mis hombres para que se refugien, cuando algo me detiene en seco. Son las palabras del Capitán Dorgotiev, que me habla con la fuerza suficiente como para atravesar la barrera de mi miedo y dejarme la lucidez necesaria para reaccionar:

"¡Tiene toda la razón! Yo estoy huyendo como un cobarde mientras mis hombres luchan por sobrevivir, sin guía y sin la moral necesaria. No puedo dejarlos así, no puedo abandonarlos a su suerte. No moriré ahorcado por desertor, prefiero mil veces morir en batalla, como siempre he deseado que sea mi final. No me quedaré aquí y pondré en vergüenza al Escuadrón Fox y a Los Guardianes de Sirius, sino que dejaré en alto el estandarte de nuestra Compañía, pues no merecemos menos."

Respondo al Capitán Dorgotiev con un grito militar al momento que vuelvo a sujetar en mis manos mi rifle, que había colgado de mis hombros por efecto de su correa desde que dejé el muro:

 - "¡Señor, si Señor!"

Me giro para dirigirme al muro cuando escucho al soldado de infantería ligera que me habla. Sin siquiera dejarle terminar le respondo:

 - "Si quiere sobrevivir, corra conmigo, Soldado."

Acto seguido, comienzo a correr, esprintar a todo lo que puedo hacía el muro sur, donde algunos de mis hombres se mantienen defendiéndolo. Mientras corro, contesto al soldado:

 - "Preséntese Soldado y dígame quien está al mando de los refuerzos. Debemos dividir los refuerzos entre los muros para reforzar las líneas de defensa."

Mantengo el paso, pues sé que mientras antes llegue al muro, antes podré ayudar a mis hombres a luchar.