Partida Rol por web

-Por mi no hay problema mientras acerteís al blanco, pero como os coja pedos os capo.- Le digo riéndome, aunque no por ello sea menos sincero.

Johnny reia y tomaba de su copa de vino mientras su compañeros bromeaban, aunque realmente le preocupaba el tema de posible carencia de armamento y municiones en la compañía. Mientras Alex y el sargento intercambiaban comentarios en broma sobre chuparla a cambio de armamento, el soldado los miraba atentamente. Je, es buena idea, chupadas por munición o armas. ¿y que habría que hacer por un arma pesada? preguntó, para divertir al resto siguiendo con la broma, aunque se lo preguntaba seriamente. Supongo que he tenido un poco de suerte cabo, pero sinceramente esperaba conseguir herramientas variadas para poder cumplir mejor mi función de técnico. Negó con la cabeza. Pude conseguir un bolt cutter, una escopeta como aditamento del fusil, una carabina, un cargador extra para la escopeta, una granada explosiva y nada más...

Siguió comiendo el guisado. Se giró hacia el sargento, pensativo Me agrada su propuesta, su optimismo es inspirador. Aunque la verdad, no tendría a donde ir, ya que esta es mi familia, la infantería móvil. Miró a todos los que se amontonaban alrededor con ambos ojos en un gesto de sinceridad, sabían que el ténico no mentía ni decía medias verdades. Era un tipo que nunca había encontrado sentido a decir algo diferente de lo que realmente pasaba por su corazón y su cabeza. Gajes de vivir siempre entre soldados. Respetar las órdenes superiores y respetar su propio corazón. Aunque podría tomarme ese permiso para, conocer el mundo de los civiles... si vuelvo de esa roca de la muerte.

Para algunos podía ser intimidante como decía palabras que descarnaban la realidad de esa forma.

Ah solo eso Frost? como tiene las rodillas, aun le duelen?, creo que por aquí tengo vaselina para los labios...ya me entiende por si los tiene aun cortados. Ríe.

El capitán sigue con su explicación de la misión, en la cual nos informa de que no se asignará más munición, y además han sacado las defensas para ponerlas a punto. Si tan importante es defender ese fuerte ¿por qué nos dejan indefensos?-Suelto los cubiertos en el plato con desaire.

Vamos hombre, ¿esto que es,  un concurso para ver como joder a la infantería?-digo en voz baja al enterarme de que ademas de ir escasos de munición, el fuerte no tendrá defensas que podamos utilizar.

Chicos me parece que esto cada vez se pone más divertido. Y encima nos tenemos que fiar de la flota, JA, yo solo me fío de la gente que estamos en este barracón, y si me apuras de la gente que estamos aquí abajo. -miro al sargento-Jefe, no te preocupes que eso no afectará a que cumpla las ordenes. Pero ya sabe lo que dicen de la flota.

Antes incluso de que Tsumina empezara a hablar, Sonia ya se esperaba lo peor. Y no era simplemente por haber visto aquella imagen, no. Era porque había visto la cara del capitán antes, tras el entierro de Buendía: si un hombre como él estaba así de preocupado, era que todavía no habían caído las peores noticias.

Una impresión que se confirmó cuando este se puso a hablar y a explicar la situación que resumiremos en una puñetera frase: Estaban de mierda hasta el cuello. Debían defender con 40 hombres una posición contra un número indeterminado y, seguramente, muy superior, de enemigos. Eso, suponiendo que la flota tuviera razón y no les asaltaran a la vez todos los putos bichos de la foto, en cuyo caso estaban muertos de manera garantizada.

Y nadie allí se fiaba mucho de lo que dijera la flota, habían demostrado en más de una ocasión que sus previsiones no valían una mierda.

Pero es que la cosa se iba poniendo mejor a cada palabra, pues no iban a tener ni artillería ni defensas ni nada. Básicamente, iban a tener que aguantar allí 40 infantes durante seis horas con lo que tuvieran a mano y sus cojones. No había que ser un genio táctico para darse cuenta de que las tenían todas en su contra. Algo que Okaka sabía, podía notársele en la cara y en la rabia contenida de su voz. Una reacción muy normal, pues les estaban racaneando todo: munición, defensas pesadas, personal... Joder, si es que prácticamente estaban sirviendo un buffet libre para los malditos arácnidos.

- Manos inexpertas... - masculló la latina -. Sus putas madres tendrán las manos inexpertas... Malditos.

Al menos, Okaka había tenido en consideración el hecho de que la flota metiera la pata (más habitual de lo que le gustaba a cualquiera) y ya había intentado que, si las cosas se ponían feas, les mandarían lo que necesitaran. Otra cosa era que al final lo hicieran. Sin embargo, el capitán tenía clara intención de no dejarse matar fácilmente y de demostrar que podían hacerlo. Y Ramírez esperaba que pudieran hacerlo.

Tuvo que apretar las manos de nuevo entre sí con fuerza para ocultar... no sabía si su miedo o su nerviosismo, más daba igual, no podía dejar que las manos le temblaran.

- Se pone cada vez mejor, chicos... Y yo que creía que nos lo pondrían difícil... - ironizó de manera sangrante.

-Je, ésto tiene una pinta cojonuda...-dijo irónicamente, pero tan bajo que solo algunos de sus compañeros de la Fox pudieron oirle.

"Algo me dice que vamos a formar la diana más grande del jodido planeta... y nosotros vamos a ser el centro. Un blanco rodeado de bichos por todos lados" pensó, de manera muy pesimista... y peor aún, quizá no muy alejada de la verdad.

Miller escucha a los compañeros de su pelotón y niega con la cabeza, parece que a ninguno le han aprovisionado como deberían. El zapador se encoge de hombros y comenta.

¡Joder Frost, espero que no hayan tenido que darte puntos para conseguir todo eso!

Bromea con el resto.

Lo siento colegas, yo también estoy jodido de munición. Solo tres cargadores para la Morita y uno de pistola. Pero al menos me dieron ya un puto kit de demoliciones. Detonadores remotos, cables trampa, temporizadores... todo lo necesario para una buena noche de juerga.

Se  inclina sobre la mesa para estar más cerca de sus compañeros y mira a los lados, cuando está seguro de que nadie les oye, dice en un susurro:

Kaylan me ha pasado de extraperlo tres cargas de demolición, si las usamos bien podremos poner a unos cuantos de esos putos xenos en órbita...

Mientras se atusaba el fino bigote, Evans oyó como la rubia del Eco hablaba de chupársela a alguien y eso le hizo desviar su atención hacia allí.-Hostia, si también es cabo-puntualizó Evans con una sonrisa obsrvando las dos tiras doradas del uniforme. A continuación habló su compañera de escuadrón sacándole del hechizo de la rubia. -Tranquila Ramirez, los simios siempre hemos sido la carne de cañon y siempre lo seremos. Los guapos de la flota esperan que armemos mucho ruido para atraer y contener a los bichejos mientras alguna fuerza se infiltra en el corazón de su nido y hacen lo que quiera dios que vayan ha hacer. Y hable bajo, no se parezca a las gallinas del Eco.-

Continuó reclinándose sobre las patas traseras de la silla.-Sargento, no sería mala idea hacerse con un plano general de las instalaciones de la base.-

Tenía un buen oído y mientras asiento a Miller y sonrío por las bromas, escucho un comentario en otra mesa que me nerva, así que cojo el vaso metalico que nos han puesto para beber y me lo termino de un trago lanzándoselo a Evans a la cabeza.

-Si vas hablar de mis chicos, pedazo de mierda, lo dices a la cara...- Le espeto con desdén y de forma amenazante.

Mark escucha las palabras del Capitan Okaka Tsumina acompañado en las mesa de sus compañeros de la Heat.

Señores creo que nos espera una gran mañana. El sudor de nuestra frente y el fuego de nuestras armas va a ser la única canción que nos va a acompañar.

Dirigiendome al sargento:

Sgto Rendor, se presenta el fusilero Mark Becerra. Dispuesto para llegar hasta el final con el escuadrón Heat.

"Grandes palabras para una muerte inminente"

El vaso metalico resuna contra el suelo al caer:

-Manda huevos -digo a mis compañeros-, como si no fuese poco la amenaza de irnos de fiesta con poco equipo... ahora, ¿nos mataremos entre nosotros antes del ataque?, en fin, nunca entenderé del todo a los sargentos, no se ofenda señor -digo girandome a mi sargento-, por cierto, como vamos nosotros de armamento?, yo tengo lo básico, pero lo que necesito está todo aquí. -añado mientras me doy golpecitos con el indice en la sien-, los bichos no son tan inteligentes como nosotros... al menos, no todos... - bebo un trago para aclararme un poco la garganta-, si realmente piensan apostarnos en el fuerte helado... agh no se que pensar, los bichos tienen cosas... como hoppers, dios como los odio.

Evans siente el cogotazo de un vaso metálico cayendo al suelo. Rápidamente se dá la vuelta y vé al sargento David Wolf como le increpa. -Esta es una de esas situaciones jodidas.-Piensa mientras le saluda.-Señor si señor, solo quería no interrumpir al sargento Hammer en su explicación señor. Y desde luego que tengo la suficiente confianza con sus chicos para decirles las cosas a la cara señor, para eso nos instruimos juntos, señor.- Vuelve a sentarse.-Que le pasa? ya está borracho?.-

-Bien, la próxima vez que digas algo del escuadrón Echo, te comes la bandera.- Le digo devolviéndole el saludo militar y en tono serio. Putos mocosos que creen que lo han visto todo... Pienso girándome de nuevo a mi mesa para seguir bromeando con mis chicos...

Mientras los infantes de la Eco parlotean entre ellos subiendo cada vez más el tono y divagando sobre gilipolleces de quién lo* tiene más largo o quien sabe hacer qué, el Capitán Tsumina continúa hablando sobre la situación en Galdonia y qué demonios vamos a tener que hacer ahí abajo. Y parece que lo que vamos a tener que hacer es servir de cebo para que la Flota limpie el lugar desde la retaguardia, mientras nosotros matamos bichos y defendemos el fuerte. Por supuesto, todo ello sin armas pesadas, porque para qué, sin excesos de munición, como si ya tuviésemos mucha, y sin conocer el verdadero plan, a quién le importa lo que hagamos en realidad. En definitiva, un montón de porquería revolcada en sí misma, y con la Infantería en medio de todo eso. Y por si fuese poco, el sargento de la Eco se toma a mal que hablen sobre todo el cloqueo -por seguir el simil del Cabo- de su escuadrón como si fuese su padre o algo. El Cabo reacciona rápido, pero no puedo evitar lanzarle una mirada de soslayo al Sargento Focker por ver cómo se lo ha tomado. Porque lo que es yo, por mucho que me estén dando ganas de soltarle algo, solo empeoraría la situación y acabaría metido en una movida por enfrentarme a un superior, así que me recuesto en el asiento mirando hacia arriba, por si el Capitán se lo ha tomado mal, y confío cada vez más en que el postre que nos vayan a dar sea grande y rico.

Frost se inclina levemente hacia la cabo y susurra Ya sabe, cabo, mi lengua siempre a sus órdenes señor ante la risa de ella, vuelve a su posición anterior.

¿Qué demonios tienen en la cabeza? Pienso mientras fuerzo mi rostro a mantenerse impasible. Esto es el colmo, piensan que seremos tan idiotas de no darnos cuenta de que hay algo mucho más grande que defender ese fuerte porque si. Aunque si supieramos todo, quizá ni siquiera iríamos... Medito una y otra vez las palabras del Capitán, hasta que las voces de los que están en la mesa me sacan de mis pensamientos. - He estado pensando mucho en como defendernos, por eso me esforcé en buscar como darnos una mejor chance de sobrevivir. Ustedes confíen en su Sargento que ya tiene el plan, solo hace falta saber detalles y más que nada, saber quienes son los dos mejores apuntando. Eso y ya estará todo resuelto. El armamento tengo unas granadas que uso de las mil maravillas con mi niña, ya pensaré en un nombre para ella, se lo merece. - Recordando fragmentos de la voladura del puente, el derrumbe del túnel, cuando le quemé la barba a ese tanque. Oh, que buenos momentos.

Johnny musita algo a la cabo y luego exclama ante los comentarios de Miller y Alex Las rodillas peladas solamente para servir a mis compañeros. sonríe y guiña el ojo Todo el equipamiento que llevo está disponible, solo pidan. exclamó al momento en que el sargento se metía en una discusión con un cabo de otra compañía, con lo cual cerró el pico y miró en que terminaba la cosa. Realmente no había escuchado lo que Evans había dicho, enfrascado como estaba a lo que se decía dentro de la mesa de la Eco. Pero confiaba plenamente en el sargento Wolf y estaba seguro que lo había increpado con justa razón. Esperaba que eso no arruinara el ambiente que había en su grupo, algo que duraría poco y que luego se convertiría en un sin fin de tensiones al enfrentar la muerte en aquella base desamparada. ¿será el último momento de bromas y charla despreocupada? el capitán está preocupado con amplia razón, pero nosotros podemos ignorar esos sentimientos por un buen rato, cuando nuestros pies toquen el suelo gélido, será la hora de mandar el bromeo al cuerno.

Ante las palabras del Sargento Rendor.

Jefe, le seguiré hasta las puertas del infierno, y una vez lleguemos si hace falta las cruzaremos. Y los hombre que busca, los que mejor apuntan, aunque no se me da mal del todo no soy de los mejores mis habilidades son otras, seguro que Becerra es un gran tirador.-digo en voz baja

Me quedo esperando a que el capitán siga con la explicación de la misión.

Vamos, que vamos a ser la línea de defensa contra los bichos, ¡pues vaya novedad!- piensa Dereck tras escuchar las palabras del teniente. La misión era bastante sencilla: matar a todos los bichos posibles que se acercasen a la fortaleza. Ahora bien, eso era fácil decirlo, pero la situación posiblemente se complicaría bastante. Si las imágenes del vídeo eran reales (que lo eran) posiblemente tendrían que gastar mucha munición y bien para que esos seres no se acercasen demasiado. 

Y tenemos munición limitada- piensa, resignado. A cosas peores se había enfrentado ya- al menos espero que la flota haga bien su trabajo. Sino estamos jodidos... aunque eso para nosotros no es una novedad.

Frost cuando aprendas a utilizarla, me avisas, no me gusta tener que enseñar.Mientras le responde en tono normal pero con una sonrisa continuando las bromas.

Cuando el sargento de su pelotón responde a una increpancia, Alex ya se encuentra con las manos en una de las zafatas que llevan la comida, aun esta en la mesa, pero a punto para estamparla a la cara del primero que pille. Desgraciadamente o por suerte para sus nuevos galones de cabo, no va mas allá.