Partida Rol por web

Miller alzó la copa para secundar las palabras de su sargento.

Si señor, con dos cojones. Una cosa es aceptar las órdenes y cumplir con el trabajo, otra, ir como borregos al matadero. El Sto Wolf está más preocupado de traer vivos a sus hombres y de que vayan bien equipados que de sacar peco y ganar puntos ante los oficiales. Por esto se sigue a un sargento.

Frost obedecía, es lo que había hecho toda su vida y no conocía otra forma de actuar. Las órdenes eran el mandato divino que lo guiaba. Sabía, como si no hubiera otra cosa en el mundo, los ejercicios y maniobras de la infantería móvil. Pero sabía que no podía liderar un escuadrón hasta que no supiera ir más allá de obedecer. Era algo que nunca había logrado.

Por algo la mayoría somos rasos, porque solamente sabemos obedecer. Cuando aprendamos a ir más allá de las órdenes, sin caprichos y con razones justas, podremos ser como Wolf.

Se enderezó en la silla instintivamente, era su forma de mostrar respeto. El respeto de tus camaradas era la máxima recompensa para quienes daban su vida a la infantería móvil.

Ya empezaba a encontrarme un poco mejor. Después de varios minutos aguantando un ardor horrible de estomago, este empezaba a desaparecer. Había pasado desapercibido en la mesa, sin mediar palabra por miedo a una reacción inesperada de mi organismo.

La verdad no seguía muy bien el hilo de todo lo que pasaba a mí alrededor… Los sargentos discutían, hablaban sobre planes y buscaban entre sus soldados a los más adecuados para cada puesto. El tema principal, parecía la falta de balas para matar a tantos bicharracos. Esto parecía una verdadera misión suicida, algo que yo no aprobaba, pero era una orden, no debía discutirla.

- Sargento…- Dije tímidamente. – Estoy con el señor Bell… Como segundo al mando del escuadrón Heat, me gustaría conocer su plan... Por favor…

Si en el peor de los casos perdíamos al sargento, no quería improvisar. Siempre tendría a Bell para aconsejarme… Pero prefería tener unas órdenes más nítidas.

La mirada del sargento Wolf se centraba ahora en el teniente comandante Hensly quien parecía ignorarlo por completo con una expresión fría y petulante. Algo murmuró con el capitán Okaka que los infantes no pudieron escuchar pero que hizo que el capitán se molestará aun mas. Tranquilizándose unos momentos mientras volvía a ver un poco mas de vino el capitán respondió. -El comandante Hensly nos asegura que recibiremos toda la munición que necesitemos en cuanto la necesitemos, el también recibe ordenes- Mirando a todos y notando que al parecer no había mas preguntas continuo. -Si es así, y todos están seguros de haber entendido lo que se ha explicado continuemos con ... los postres. Han llegado los postres- El capitán sonreía irónicamente, quizá era ya un plan traerlos en el momento mas amargo de la comida, realmente ni el ni su tropa lo sabrían jamas, y en el fondo carecía por completo de importancia.

Con una preocupación menos, sigo escuchando la charla. Aunque... una cosa es que lleguen las municiones y otra muy distinta es que eso pase a tiempo. El cabo Travis se dirige a mi con una voz llena de dudas o falto de seguridad, pronto eso cambiará. - Todo a su tiempo, primero me tengo que reunir con los demás Tenientes y aunar criterios para no hacer cada uno lo que mejor le parece y terminar perdiendo por falta de comunicación la vida de muchos hombres. Les comentaré lo que resolvamos, pero no se preocupen, todo está sujeto a cambio siempre y cuando no afecte lo que los demás tienen por hacer. -

Escucho atentamente la discusión entre el Sargento y el Capitán, sin inmutar en lo más mínimo mi expresión. Estoy muy de acuerdo con las palabras del Sargento Wolf, las que fueron apropiadas y valientes, pero obtuvieron exactamente el mismo resultado que me imaginé: Nada.

"Las dos cosas más duras que conozco del universo son el blindaje de nuestras naves y el cabeza de la Flota. Son un idiotas arrogantes y estúpidos, que creen que por saber volar una nave y tener un rango otorgado sin mérito alguno son los dueños del universo. Me los paso a todos por el culo y si no se meten en mi camino les irá mejor."

Respondo a su petición de hablar en privado con los Sargentos con un asentimiento de mi cabeza y una bocanada de humo, mientras les digo a mis hombres:

 - "Ok Sonny, tus terribles dudas han sido respondidas y aquí viene tu postre. Disfrútalo, que lo siguiente que comerás será la sangre de arácnido que te salpique en la boca después de matar miles de esos infelices. Disfrútalo y prepárense para lo que viene. Yo después de comerme esta mierda iré a hablar con los Sargentos. Quiero que todo el mundo se prepare para la misión. Si quieren dormir, quiero que dejen todo listo de antes, nada de armas descargadas o basura de ese estilo o me tomaré el placer de darles por el culo. ¿Ha quedado claro?"

Apenas me traen el postre comienzo a comerlo con avidez, pues con una misión en frente, el hambre y el placer de una cena tranquila dan paso inmediato a la concentración y la devoción por cumplirla.

Mkoll comió el postre tranquilamente. No le preocupaba en exceso la misión que tenían por delante, al fin y al cabo se alistó para matar todos los bichos que pudiera. Y parecía que iba a poder matar muchos.

Justo después de tener una pequeña discusión el sargento de la Exo, con el capitán sirven los postres. Con uno, empiezo a saborearlo, será el último así de delicioso que podamos comer en mucho tiempo.
Jefe, no se olvide de preguntar con lo que podemos contar allí abajo si tiene la ocasión. Cualquier cosa con la que podamos cargarnos más bichos, y el estado del fuerte. -hago una pausa, y tomo un pedazo de postre -Quizá sea bueno llevarse al cabo o a Bell, quizá podrán dar alguna idea extra para mejorar la táctica.-mirando a Bell, y al cabo O'Donnell, después tomo otro pedazo de postre y empiezo a comérmelo-Cuando vuelva de hablar con los sargentos, ya estaré listo para la acción, y ansioso de ver el plan para ver como jodemos a esos malditos bichos.-

Sigo tomándome el postre, y si encuentro algún postre huérfano me lo apropiaré.

-Señor.... si, señor.....- Comento con furia en los ojos sin dejar de mirar al comandante. Luego vuelvo a sentarme con mis chicos, justo cuando traen los postres. -Mierda.... Bueno, da igual.- Les digo a mis chicos sonriendo de medio lado. -Disfrutar ésta mierda...- Añado cogiendo uno para quitarme el mal sabor de la boca con el asunto del capullo del comandante. -... Iré hablar con los otros sargentos, ya os comento.-

Postre...

Degusto cada cucharada del postre como si fuera la última, que probablemente lo sea pero eso ahora da igual.

Las peticiones del sargento Wolf son las peticiones de todos los hombres y mujeres que vamos a defender el fuerte. Son peticiones justas, si no tenemos in una bala para cada bicho ¿qué pretenden que hagamos?. Esa situación refuerza mi creencia de que solo somos un cebo para los bichos.

De pronto, entre mis pensamientos se me quita las ganas del dulce y aparto el plato con lo que queda.-Si alguien quiere...se me han quitado las ganas- digo mientras me recuesto sobre la silla. Tal vez fuera un buen momento para empezar a beber...pero no, siempre hay una mínima posibilidad de supervivencia y si está ahí no quiero dejarla pasar.

Sonrío ante la respuesta del Sargento y me hago con un par de platos de postre sin dejar mucho espacio a que alguien pueda responderme. Y mientras estoy en el proceso de masticar y tragar, trato de soltar una frase de respuesta que pretende sonar a "me temo que esa no la voy a disfrutar tanto por el sabor, pero sí lo haré porque significará un bicho menos que entre en el fuerte. aunque no pretendo dejarlos acercarse tanto", pero que suena a algo así como:

-Mge guemo qüe eha no 'a boy a grfrutar -trago- tanto por el sabor, pero -siguiente cucharada- ghi lo hague -medio atragantarse, una tos para despejar las vías, tragar- sí lo haré porque significará un bicho menos que entre en el fuerte -cucharada más grande- gunghe gno preghtendgo -trago- dejarlos acercarse tanto. -Tampoco me importa demasiado si se me ha entendido o no, porque centro mi atención en el segundo postre una vez terminado el primero.

Bien, ha terminado la "fiesta", hora de descansar me digo, mañana, mañana veremos que nos depare la vida...

Aunque el sargento del escuadrón Eco intentó hacer todo lo posible porque les dieran más material sin llegar a la insubordinación, sus palabras cayeron en saco roto, y no por culpa de Tsumina, sino por los que cortan el bacalao, por así decirlo. Y anda que no se le notaba también al capitán que aquello le sentaba como una patada en las pelotas. Pero qué se le iba a hacer, estaba atado de pies y manos.

Tras aquello, los postres fueron anunciados, quizás en el peor momento posible, algo que hizo esbozar una mueca amarga a la latina, más no dijo nada. Se limitó a coger el suyo cuando se lo trajeron y empezó a comer con tranquilidad. Por su parte, ya había dicho lo que se le había ocurrido a su superior, en sus manos quedaba hacer uso de la idea si era factible.

Y otra idea, más personal, comenzaba a darle vueltas en la cabeza. Tal vez... Sí, no tendría porqué estar mal...

Por fin acaba la palabrería, estaba claro que se enfrentaban a la muerte como siempre, mientras los que mandan juegan con las maquetas en sus salas oscuras que representan nuestras vidas.

Maldita sea, si todavía tengo la bandera de nuestro ejercito.

Fruto del alcohol que corre por mis venas, o por una necesidad que le recorría el alma, Mark se levanta de su silla y levanta la bandera de la infantería mientras alza la voz:

ARRIBA LA INFANTERÍA MÓVIL!!!! NO HAY ENEMIGO SUFICIENTEMENTE GRANDE NI SUFICIENTEMENTE PODEROSO PARA LOS HOMBRES Y MUJERES DE LA INFANTERÍA MÓVIL

Tras esto se sienta y comienza de nuevo con su postre.

La reunión entre los Sargentos va a dar inicio, de lo que decidamos podría estar el futuro de cada una de las vidas aquí presentes y se nota en la ansiedad en mi grupo que varios quieren participar. - No se preocupen, confíen mi criterio para lo grande y los detalles los veo con ustedes. - Dejo por la mitad el postre, lamentando un poco el hecho pero el estómago está un poco revuelto en estos momentos por el cambio de hábito de la ración básica a este banquete.

Voy a un cuarto donde nos podamos reunir los tres y planear en lo que espero un ambiente participativo.

El capitán Okaka algo incomodo, esperaba a que los camareros de la flota terminaran de servir los postres a toda la tropa para poder continuar. Ya había rechazado un par de postres que le habían llevado; en esos momentos al igual que algunos otros infantes, no tenia el menor antojo de probar postres.
Así, tras varios minutos de espera, viendo que tenia de nuevo la atención sobre el continuo. -Lo que ahora les explicaré es como procederemos. A las 0600 horas descenderemos en lanzaderas hacia el fuerte helado, todos deberán estar ya embarcados para ese momento y listos para el combate. Según las inclemencias del clima deberemos estar tocando tierra a las 0615. Una vez tocar tierra todos los escuadrones deberán dirigirse a sus posiciones defensivas listos para combatir a penas salir de las lanzaderas si es necesario. La flota se encargará de dejar a cada escuadrón lo mas cerca posible de su posición asignada. Sera fundamental a nuestra llegara revisar y cumplir ciertos objetivos.- El capitán se detuvo para beber agua mientras miraba a su tropa, era poco probable que la flota pudiera contentarlos con pastelillos y helado. -Nada mas descender los escuadrones deberán designar a algunos de sus infantes para revisar los edificios aledaños a su puesto de vigilancia a fin de estar seguros de que el enemigo no se ha infiltrado en casa. Esto a excepción del escuadrón Fox quien debe asegurarse de tomar el puesto sur cuanto antes y echar a andar el lanzacohetes. Cada escuadrón por su parte deberá desplegar a un explorador para que de inmediato se asegure desde la muralla que los alrededores al fuerte sean temporalmente seguros. Necesitaré también de los técnicos y zapadores para que se cercioren de que las estructuras del cuartel se encuentran estables, esto no será tan urgente pero se deberá hacer a la brevedad posible. En cuanto las áreas aledañas al fuerte estén fuera de peligro, los zapadores deberán ir a reconocer la zona, llevaremos con nosotros alambre de espinas reforzado para cercar el terreno, esto no detendrá a los bichos, pero nos dará mas tiempo para hacer nuestro trabajo.- Por un momento el capitán hizo ademan de querer terminar su discurso pero recordó que aun había mas cosas por mencionar. -Hay algunos problemas de importancia que los técnicos tendrán que resolver. Frost, deberás dirigirte de inmediato al cuartel de mando y reparar el sistema de comunicaciones que no esta funcionando bien y sin el cual nos veríamos en aprietos si a media batalla nos faltaran las municiones. Wallace, deberás encargarte de la puerta, esta ha sido dañada tras el ultimo ataque y no esta funcionando bien. Stone, tu objetivo no es prioritario, pero tendrá que llevarse a cabo antes del atardecer, el sistema de alumbrado perimetral no funciona, ese sera tu objetivo del día. Hanzo, a ti se te ha encargado examinar el pozo apenas caer a tierra, si necesitas la ayuda de algún zapador emplea cuantos necesites; lo importante es que estés seguro o consigas que ese hueco no se vuelva en un peligro para el pelotón.- El capitán Tsumina hizo una pausa esperando que no hubiera duda alguna en lo que acababa de decir.

De acuerdo Jefe. - contesto cuando el Jefe diceque quiere una reunión sólo de sargentos, -sabrá lo que hace -,

El capitán Tsumina, sigue con la explicación de la misión. Se nota que no es uno de esos estirados mandos de la flota, y organiza el despliegue de las tropas. Por mi parte tengo que encargarme del alumbrado del perímetro, no es prioritario según dice, pero seguro que cuanto antes lo tengamos en marcha mejor.

Parece que esto va tomando forma. Veremos como están las cosas realmente allá abajo.-digo en voz baja, mientras termino de tomar el postre.

- Señor! - Digo levantandome - Artillero Hightower de la Fox, ¿de cuantos cohetes dispone el lanzacohetes y si está en condiciones de funcionar o requiere de reparación? - Me vuelvo a sentar.

Miro un poco molesta a Becerra, ¿había necesidad de gritar así? Pero, en seguida paso mi atención de nuevo al Capitán Osaka y asiento: Señor, tendrá esa puerta reparada antes de contar diez Mississipis.

Plan sencillo- musita mientras termina el postre- aunque eso de que haya que arreglar las comunicaciones no me gusta, y tampoco lo de la puerta- añade. Si la puerta no podía cerrarse en condiciones los bichos entrarían por doquier. Y si las comunicaciones no fallaban... bueno, a los bichos no se podían matar con piedras. 

Espero que Wallace y Frost hagan bien su trabajo... sino andaremos jodidos.