Partida Rol por web

-Es increíble la rapidez como usted mismo abandona sus principios, señor Mallard, déjeme ver...- dijo mirando su libreta y usando el mismo tono de voz del profesor, con incorregible tedio -"no es de extrañar que en un pueblo pequeño como este la gente desconfie de los extraños que comienzan a bombardearles con preguntas"- y sonrió, todo anotado de su libreta, Flemming no era uno de los periodistas más entrometidos e inescrupulosos de Boston pon nada, su astucia para lograr ver una noticia como quería era... legendaria.

-Bien, déjeme ver, cual es la diferencia entre mi modo de proceder y el suyo? ninguno, supongo, porque el buen señor Rowlandson me ha presentado, aunque yo no me haya presentado a ustedes... lo que indica que ya me había visto antes, o me conoce por alguna razón que luego tendrá que explicar, y al mismo tiempo lo presentó a usted- dijo mientras sacaba un cigarro y volvía a palpar sus bolsillos. Sacó un encendedor que había tomado la precaución de traer antes de salir de la posada.

-Ahora, si me permite, tengo mucha más experiencia que usted en eso- dijo poniendo una mano sobre el pecho de Mycroft Mallard y empujándolo suavemente hacia atrás -Reverendo Winthorp, no se fije en el poco agrado que profesa el señor Mallard hacia mi, pero le aseguro que es un buen hombre en el fondo... cuando no se comporta como un insufrible intelectual- sonrió con afabilidad -En ese aspecto, su hermano era mucho más tolerante, pero no estamos aquí para sentirnos nostálgicos, por favor, aunque no tenga sentido, le pido que responda primero a mis interrogantes, y que no se sienta anonadado por las maneras de este simpático compañero- dijo y luego le mostraba la cajetilla.

-¿Le molesta si fumo, reverendo?- dijo igual de amable

La diferencia, caballero, radica mas en el continente que en el contenido digo recuperando la compostura tras el leve empujon al contrario que a usted, a mi me inculcaron un minimo de modales y de urbanidad, o al menos me enseñaron como usarlos, cosa que, al parecer, no resulta ser su caso. Y perdone si soy un "insufrible intelectual", al menos no soy un pusilanime juntaletras.

Le pido disculpas por la interrupcion pater, pero parece que este individuo saca lo peor de mi. Por favor, no haga caso de los desvarios de este irreflexibo profesor, esta interrupcion no volvera a suceder. Sientase libre de responder las preguntas en el orden que crea mas conveniente.

Me senté en uno de los viejos y crujientes bancos de madera para oir la escueta pregunta del cansado párroco.

De nuevo comenzaron Mycroft y Gordon a atosigar al hombre con preguntas cuando éste aún no habia comenzado sus explicaciones

Las preguntas se tornaron discusión, y la prominente nariz de Jason bufó molesto por las niñerías de Gordon al dar alguna importancia a lo que el irreverente Mycroft hubiera dicho hace unos minutos

Cierro fuerte los ojos alejándome de las banales palabras del periodista y Mr Modales

Y cuando el hombre haya respondido a las preguntas añado con suavidad mi lumínica observación tan evidente para todos y tan necesaria de mentarla para mí

Si padre, tampoco ha dado señal alguna en su casa, se halla en paradero desconocido, es por ello que apreciaríamos cuanta información pudiera facilitarnos acerca de su paradero.

Cualquier cosa que le comentara o, mejor aún y ya que es algo que nosotros no conseguiremos, cualquier cosa que algun habitante del pueblo haya podido observar en Charlie y se lo haya comentado

Alan sonriente se dejó caer en el viejo banco de madera junto a Jason entretenido con la discusión de Mycroft y Gordon.

Esos dos siempre como el perro y el gato. Pobre anciano, le van a volver loco.

Dio dos fuertes palmadas para atraer la atención sobre él. Cuando miraron hacia él habló.

- Por favor, no atosiguen al padre y dejenle contestar!!! Y señor Flemming intente mantener su paranoia al mínimo. Al llegar anoche a la posada todos ustedes ya estaban registrados y vi sus nombres en el libro.-

Dios...¿cuando dejaran de hablar? llegan a resultan hirritantes...piensa Charlie pero prefiera continuar callado en espera de la contestación del padre. Hasta que no lo hago no ve correcto formularle mas preguntas.

Pero finalmente no aguanta mas y termina hablando.

-Caballeros, caballeros...como a dicho el señor Rowlandson no atosigemos al padre ya que son demasiadas preguntas para contestar y puede que esto haga que algo de información valiosa se pierda por el camino...y dios sabe que no quiero eso ya que nos pondria las cosas mas dificiles en nuestra busqueda de mi padre.

Notáis cómo se siente abrumado ante el torrente de vuestras palabras, y trata de contestar lo mejor que puede. Extrae un pequeño pañuelo del bolsillo y se seca la frente con nerviosismo. Se ve que no está acostumbrado a tratar con gente tan parlanchina como los recién llegados al pueblo:

Cita:

-No, nada más lejos de la realidad- responde, sorprendido de lo retorcida que puede llegar a ser una mente- Aquí nunca sucede nada. Yokelville es el pueblo más tranquilo del mundo. Llámenlo aburrido, si lo prefieren, pero aún así para mí tiene su encanto. Además, hasta hace unos meses, el pueblo era bastante amable con los pocos turistas que se acercaban por la zona. No sé lo que ha podido cambiar, lamento no ser de más ayuda.

Cita:

¿Que ha desaparecido?- pregunta, asombrado. Lo veis santiguarse y mirar a Mycroft con pesar- Lo lamento mucho. ¿Saben si le ha pasado algo? Es que... No recuerdo haberle visto tras las fiestas. ¿Seguro que llegó al pueblo? Sobre lo de la posada, ni idea. Es extraño, pero si miss Stone no lo conoce, no sé dónde podría haberse hospedado entonces. Lamento tener que confesar que cotillear no se me da especialmente bien.

Se toma unos segundos de pausa, antes de proseguir, tratando de responder a todas vuestras preguntas, ante las que se siente ligeramente abrumado, pero que trata de responder con amabilidad y presteza.

-Su hermano me comentó que estaba por estos lares interesándose por los pueblos de la zona. Me comentó que era periodista, y yo creía que estaba preparando un artículo sobre la zona rural. Sinceramente, me alegré mucho por su interés, quizás algo de publicidad logre relanzar este pueblo de las garras de la miseria.

Cita:

Hace un gesto con la mano, emitiendo una rotunda orden de que apagues el encendedor de inmediato.

-¡Por supuesto que me molesta! ¡Está usted en la casa del Señor! ¡Ha de honrarle, y fumar en Su Casa es para mí un serio pecado! Si desea fumar, salga fuera.

Cita:

-Lamento no poder serle de más ayuda, tan sólo he visto a su amigo Charles en contadas ocasiones. A veces se pasaba por aquí a charlar un rato conmigo y a rezar. Sinceramente, estaba muy contento de su presencia en la Casa del Señor. ¿Por qué negarlo? El señor Mallard me pareció un hombre de modales exquisitos- cuando te oye mencionar al resto de habitantes del pueblo, agacha la cabeza con pesar- Son pocos los habitantes de esta aldea que aún me hablan, caballero. Muy pocos. Y no solemos cotillear, por extraño que le resulte.

Suspira, apesadumbrado. Lo veis con la mirada algo ausente, perdida en la nada, mostrando una expresión de tristeza apoderándose de su rostro.

-No... No me quedan muchos fieles aquí... Pero he de seguir... El Señor anhela que lleve su mensaje a todas partes, y aunque en este lugar sea complicado, la recompensa de contar con algunos fieles devotos es mayor que cualquier frustración que surja de la indiferencia del resto...

En estos momentos, está pensando en voz alta, casi ignorando vuestra presencia allí.

-Es usted un curioso sin remedio Rowlandson, pero no me llame paranoico, tan solo soy muy observador, ¿sabe algo? usted me agrada, de verdad que si, parece un hombre astuto...- dijo señalando al buen muchacho y luego girándose hacia el anciano hombre de la Iglesia.

-Oh por favor, no se moleste- dice con una sonrisa -Por eso he preguntado, usted disculpe, ha pasado mucho tiempo desde que asistí a una iglesia, usted sabe, el de arriba y yo no nos llevamos muy bien...- dijo mientras le guiñaba un ojo -pero no se moleste por eso, no era mi intención ofenderlo reverendo, le aseguro que no volverá a suceder- guardó el cigarrillo en su bolsillo. "Genial, otro quisquilloso con el humo, al parecer todos están en este pueblo" y dedicó una mirada de reojo y divertida a Mycroft Mallard. Casi que podía leer la mente del "correcto" y educado profesor.

Entonces sonrió. -Ha dicho usted "no me quedan muchos fieles aquí"... pero han dicho que eran amables con los turistas, son dos cosas interesantes las que acaba de decir Padre y que quizás nos sean de ayuda en nuestra investigación, no lo cree Mycroft?...- lo mira pero antes de que responda se gira y toma al reverendo Winthorp con una mano sobre el hombro de forma muy amistosa -Claro que lo cree, Por supuesto que lo cree! Mycroft Mallard es un hombre inteligente, que no lo engañe su exceso de modales, no es un dandy descerebrado... pero no estamos hablando de él verdad?- y sonríe mirando al Padre Winthorp con algo de familiaridad.

-¿Reverendo, hace cuantos años llegó usted a este templo?... ¿Acaso debemos suponer que antes había más fieles?¿Le molestaría que nos diese el nombre de alguno? quizás ellos nos puedan atender con la misma hospitalidad que usted y la señorita Stone nos han mostrado, y ellos puedan darnos alguna pista del paradero del...- y se quitó el sombrero, llevándolo a su pecho, en un gesto de solemnidad -buen, buen, buen Charles Mallard- y se puso el sombrero con rapidez.

Si sus sospechas eran ciertas, la historia de un pueblo de crueles maniáticos y satanistas, no solo lanzaría al éxito al Herald, sino que inmortalizaría el nombre de Gordon Flemming!

No se preocupe pater, aunque no lo crea sus palabras son de gran ayuda, pues si dice usted que mi hermano estaba realizando un articulo sobre los pueblos de la zona, podria darse el caso de que no decidiera hospedarse aqui en Yokelville sino el algun peublo circundante digo alegre al vislumbrar una posible luz en todo este asunto.

Y aunque me cueste reconocerlo, en este caso estoy de acuerdo con lo que dice "mister" Flemming, si bien no apruebo sus hoscos modales lanzo una nueva mirada de reprovacion hacia el periodista. Pero pudiera ser que mi hermano en alguna de las ocasiones que se dejo caer en la iglesia se encontrara con alguno de esos fieles y hablara con ellos. ¿Seria tan amable de decirnos quienes son y donde podemos encontrar a esos fieles pater?

Dicen que el que calla otorga y en este momento sujeto mi mentón generosamente para con el resto

Creo que aquí estaba todo dicho

Confirmado que Charles pasaba por aquí.... pero hay algo en éste párroco que no me huele bien

Qué clase de párroco afirma que su región es hostil con los extranjeros y no es capaz de decir el motivo

Y qué clase de párroco afirma que nadie le hace caso en el pueblo y no habla con nadie prácticamente

¿Qué pasa aquí?

Este cura es una pieza que no me encaja en este pueblo....

Me mantengo atento a la pregunta de su antigüedad en Yokelville mientras continúo aparentemente absorto

Charles llegó al pueblo en su coche.... tal vez fuera lo primero que debíeramos buscar

Mientras esperas por la contestación del párroco, a quien lo estáis atosigando a preguntas, y a quien veis tratar de responderos tan pronto como las emitís, sin dejar a nadie sin respuesta, todo ello sin perder la calma y mostrar una afable sonrisa en su rostro, te parece percibir algo.

Sí, efectivamente...

Tap tap tap

Tap tap tap

Pasos. Y se dirigen hacia la iglesia, o eso parece. Alguien se está acercando presuroso.

Cita:

-¡Oh, vamos! ¡No sea tan pesimista! El Señor acoge a todo el mundo en su seno, así que me gustaría que pensase que siempre que lo solicite, la puerta de la Casa del Señor estará abierta para todo el mundo, y usted no es una excepción, caballero- te dice, mientras señala la figura de Jesús en la cruz colgada en la pared- Todo el mundo tiene cabida en la Casa del Señor.

Cita:

-Llevo aquí desde que era un jovencito, hace ya muchos años de eso- confiesa, con una agradable sonrisa que ilumina su rostro al recordar viejos tiempos- Siempre he vivido aquí, la verdad. Conozco cada milímetro de este pueblo como la palma de mi mano. Y en cuanto a mis fieles... Antes lo eran todos, ¿sabe? Pero ahora ya... Desde hace unos meses... Muy pocos se siguen personando aquí. Alguno de mis amigos que también son reverendos me dicen que debería pensar en un cambio de destino, pero yo prefiero seguir aquí. Es necesario que la palabra del Señor llegue al pueblo, aunque sean pocos ya los que quieran recibir sus enseñanzas. Mientras siga habiendo un solo fiel aquí, yo no me moveré de la zona.

Cita:

-Eso es fácil- os confiesa- La puerta de esta iglesia siempre está abierta a todo el que necesite hablar con el Señor, incluso cuando no estoy. Si vino en algún momento, quizás haya entablado conversación con las dos o tres personas que aún se pasan por aquí. A miss Stone ya la conocen. No es que sea una religiosa extremadamente devota, además, muchas veces tengo que reprenderla por fumar en el interior del templo, ahora sí, es encantadora, eso es innegable. Y en cuanto al resto de los fieles...

Se interrumpe un momento, y echa un vistazo a un pequeño reloj que extrae de su bolsillo derecho.

-Por supuesto que si Reverendo, por supuesto que si- dice sin mucho convencimiento, después de todo, no estaban allí para hablar de Dios, o de ser perdonado por todos sus pecados, estaban aquí en busca de Charles Mallard, o en su caso, de la historia que tendría Charles Mallard y que seguro lo sacaría de la mala racha. Era lo que necesitaba para volver a la vanguardia...

Gordon sonrió -Ah, empezamos a ver  un poco más claro todo este turbio asunto, ¿Está seguro padre que no ha sucedido nada extraño? una visita rara, un crimen terrible, una muerte lamentable, un robo... prácticamente cualquier cosa... pero... no, no, meras conjeturas, pero tendré que insistir, reverendo, quizás alguno de sus constantes fieles nos pueda decir más cosas al respecto, decimos que vamos de su parte, y podamos obtener luz en todo esto. Ni siquiera Mycroft Mallard podría negarse a usar un recurso como este...- le dedicó otra mirada al profesor -Aunque mis modales no sean tan refinados y elegantes como los de él mismo- luego observó al buen párroco.

-Vaya! pero parece que espera a alguien Reverendo Winthorp! nos viene como anillo al dedo, seguro que será uno de sus fieles, esto es magnífico, la suerte nos sonríe... puedo oírlo llegando, bien, creo que tendremos en contados instantes a alguien más que podría sernos de ayuda- dijo mientras su mano acariciaba el cigarrillo, con el deseo de fumarlo.

No notas nada extraño en el hombre, y achacas su nerviosismo a la causa más evidente. Al pobre hombre lo habéis cosido literalmente a preguntas en unos minutos, y está haciendo esfuerzos increíbles por tratar de contestar a todo, y además, hacerlo con detenimiento.

En vista de su vistazo al reloj.

-Discupe ¿por un casual tiene alguna cita o tiene algun que hacer que estemos interrumpiendo?

Espero tranquilo sin dejar de mirarlo a los ojos esperando no parecer demasiado atrevido ni curioso.