Partida Rol por web

Tranquilos, no voy a violaros, pero espero que no llegue a mis oídos ninguna habladuría, porque de lo contrario, me dedicaré a cortar lenguas... eso si que me gusta - les dijo a los sirvientes al detectar esa mirada en ellos y se marchó hacía los aposentos de Lord Swift. 

Por el camino, buscaría algún guardia para que lo acompañara. 

Drussilla barrió el patio con su mirada. Algo demasiado extraño estaba ocurriendo allí. ¿Debía salir del castillo o quedarse con Marcus? Decidió volver a buscar a Marcus para tomar decisiones urgentes entre los dos.

No hay muchos guardias dentro de la fortaleza, pero los aposentos de Swyft por obvias razones si poseen un par, de modo que no estas solo al llegar allí. Tras permitirte franquear la puerta, la abres a un penumbroso recinto.

La estancia es acorde a lo que se esperaría: amplia cama con dosel, un hogar cuyas brasas brindan suave luz y calor, muros con pinturas, tapices e incluso una vieja armadura, etc… La figura rechoncha del lord destaca entre las mantas del lecho, y por esta vez se encuentra sola. En verdad, hace tiempo que no se oyen las risas de sus pequeñas fiestas privadas con las sirvientas.

-Eh… hum…que… Que pasa? +balbucea mientras despierta ante la intrusión,  lento como siempre...

-Hm… +es el murmullo hosco de uno de los soldados+ Claro. Los nervios y el mojarse en los pantalones hasta que llegamos…

Es obvio que esta siendo provocativo adrede, pero de todas formas pica en la nuca ese desprecio en el tono y las palabras…

-Se termino el paseo entonces, sargento. Regrese a la fortaleza. Las órdenes son absolutas, incluso para usted. Incluso un novato debería saberlo. ..

Le dediqué al provocador una sonrisa peligrosa, pero no dije nada al respeto sobre su pulla. En su lugar, respondí, con tono amistoso: - Claro, claro... Y eso me hace preguntarme, ¿Que hacen ustedes dos aquí solos, si puede saberse?. No es que quiera meterme en su vida, cada quien intima con quien desee... Si el sabe provocar, yo no soy menos. De todas maneras, al no ser un insulto claro, si me atacasen, podría alegar defensa personal por un ataque no provocado, aunque confiaba en que no llegásemos a eso y que si le molestase lo bastante como para que se le soltase la lengua.

-Lo mismo podría decirse, en este caso. Usar a los arboles para aliviar la soledad, habiendo tantas mujeres chillonas en el pueblo…. En fin, basta de esta cháchara. Vuelva a su puesto, sargento. +replica en tono calmoso el soldado, indicando con la antorcha la fortaleza distante. Al hacerlo deja entreveer que bajo la capa una cota de escamas que reluce a la luz de la llama. Es evidente que no son soldados corrientes, sino que van bien equipados. Tus propios hombres solo tienen cuero para protegerse...

- Está bien, iré enseguida... Pero no estoy a sus ordenes, permitidme que os lo recuerde. - Le respondí, manteniendo la calma y sin pensar en darles la espalda en ningún momento.

Solo comprobaba si estaba vivo - dijo tosco y borde - ¿no debería estar preparándose? 

Rasca su cabeza y se sienta en el lecho

-¿Para... para que?...+pregunta, sin entender+ ¿Ya van a partir? Siento que... apenas he dormido.

Un “hum” es cuanto responden, haciéndose apenas a un lado para que pases mientras todavía otean en el lugar. Pullo y Lucio ni se mueven de sus escondites…

Mientras te alejas no te siguen. Permanecen husmeando. Pero al cabo de poco su luz retoma el camino detrás de ti, a unos cientos de metros, aunque volviéndose al poblado. Parecen haberse quedado satisfechos.

Duermase - le dijo dándose cuenta de la hora que era después de haberse asomado por la ventana* - solo hacía una ronda por el castillo - se fue con la sana intención de recorrer el mismo buscando cosas sospechosas. Se sentía a lomos de la paranoia y que esta, no iba a pararse jamás. 

Espero a que los jinetes se marchen, antes de volver sobre mis pasos, no sin antes asegurarme de que alguno se haya podido quedar atrás, con la intención de reunirme con mis hombres...

Marcus deja a Swift sumido en el desconcierto mientras abandona el cuarto, en sus propios pensamientos.

Drusilla no tiene problemas pues en encontrarlo, cuando este vuelve al salon para iniciar su recorrido. La mujer tambien se ve tensa, y viene sola, a diferencia del capitan que es acompañado por un par de guardias.

Tienes suerte y no parecen haberse quedado atrás, dándose por satisfechos.

Pullo y Lucio salen de su escondite, descontracturandose por la tensión de haber permanecido duros todo el tiempo.

-Eso fue tenso…+murmura el primero+ Ahora que? Vamos tras ellos?

- Iré yo delante, yo solo, y luego id unos cuantos metros detrás de mí, ocultos, por si ocurre algo indebido... Como una emboscada. - Les ordené. Puede que pecase de desconfiado, pero no me fiaba de esos tipo ni borracho.

O no la has encontrado, o te habrá acusado de... no se... ¿ser penetrada por caballos? - esbozó una sarcástica sonrisa mientras se acercaba a ella 

Dru frunció el seño apenas se cruzó con Marcus. Miró a su alrededor para asegurarse que nadie los escuchara y se acercó a él para hablarle por lo bajo.

- Ni llegué a salir. Gaheris, Lucio y Pullo han salido del castillo hace rato y no han vuelto. Algo pasa Marcus. Su unidad está sin capitán. Demasiadas casualidades... Debemos hacer algo pronto. Como estan las cosas con el Lord?.

El Lord sigue igual, sin enterarse... vamos a patrullar por el castillo - le comentó mientras empezaba a andar, la confusión, la desinformación, lo estaban volviendo loco. 

Dentro del castillo, la pareja no encuentra nada inusual. Los escasos sirvientes se recogen para dormir, por lo que el eco de los pasos les acompaña la mayor parte del recorrido. Afuera es otro tanto entre las tropas (tanto las que van a marchar como las otras), salvo por los hombres de guardia. Y otra excepción.

Mientras recorren el patio llegan tres jinetes. Son Gaheris y sus compañeros,  los cuales vienen con aspecto de cansados tras la larga jornada, que encima incluye la trepada en la oscuridad, lenta e incomoda pero segura.