Partida Rol por web

Dru observó a su alrededor buscando una granja. Sus músculos se activaron y cargó su lado de la camilla. Debían apurarse si querian poder hacer algo.

Ambos otean la oscuridad, pero no divisan ninguna granja en las inmediaciones; estan demasiado cerca del pueblo. Las mismas comienzan despues del molino del cual vienen, alejandose a una milla o mas de la aldea propiamente dicha.

A este paso, la mujer que cargan se acabara por desangrar. Arriba la campana de la fortaleza continua tañendo, y mas hombres se ponen en guardia, asegurando que un intento de penetrar en Maizal sea cada vez mas dificil tambien. Se estan quedando sin opciones ante sus dudas...

 Traté de encontrar un lugar discreto por donde entrar en el pueblo y confiar en que nuestra presencia pasara desapercibida. Con suerte el burdel seguiría intacto, porque me imaginaba que los soldados, pasase lo que pasase, querrían festejar lo que estaba pasando...

- Vamos al condenado pueblo de una vez y ya... en medio de la confusion quizás podamos cruzar. La paciencia de la mercenaria ya estaba empezando a quebrarse...

Tras acercarse un poco mas, no divisan ningún lugar por donde sea especialmente fácil pasar. Ahora todos los soldados están despiertos y en guardia, pero mantienen sus puestos, desatendiendo las llamadas de la campana del castillo. Deben tener órdenes al respecto de mantener sus posiciones…, o quizás saben de qué se trata y prefieren no intervenir.

Para la gente de Maizales diferente; mas y mas luces van prendiendo conforme pasan los minutos, y los pueblerinos asoman a ver que sucede, aunque sin atreverse a pasar la línea; la lección de Parren en la mañana dejo claro que estos hombres no eran dados a jugar. Pero el pueblo cobra una vida que no habia tenido durante el dia.

En estas circunstancias, solo tienen dos opciones para entrar al poblado; confrontar uno de los puestos de guardia directamente, o pasar entre medio de dos y correr lo bastante deprisa para ocultarse en el gentio antes de que los guardias les alcancen. Aunque la carga de la herida sera un problema en ambas alternativas. 

- Puedo intentar cargarme uno o dos desde la sombra antes que se den cuenta. Dijo Dru señalando la guardia mas cercana. Mientras tendrías que caer sobre ellos sigilosamente. Es arriesgado pero podría funcionar. Eso o intentamos correr, pero debemos decidirlo ya...

 Medite unos segundos antes de responder:

 - ¿Y no puedes usar lo de las flechas para realizar una distracción, sin tener que matar a nadie?.

Dru se acercó unos pocos metros a observar si había algo que pudiera llamar la atención de los guardias.

Drusilla se aproxima y no mucho, por lo que no es detectada por los guardias. Pero pese a esto, tampoco divisa nada que sirva para distraerlos. Los guardias no tienen caballos que asustar y ahora están despiertos, alertas, por lo que sin duda reaccionarían a cualquier ataque prontamente.

Lo único destacable es que sus expresiones no son las que uno esperaría, sino serias y preocupadas. Murmuran entre ellos y en ocasiones señalan al castillo. Parecen algo extrañados por lo que sea que este sucediendo allí, como si no supieran de que se trata.

Dru volvió hacia su compañero meneando la cabeza. - Nada para distraerlos. Matamos, o intentamos correr... no tenemos mas opción. O quizás... simplemente acercarnos y pedir ayuda.

 - Aprovechemos que están distraídos con lo que pasa en el castillo y tratemos de colarnos.. - Susurré...

Dru alzó sus hombros poco convencida, pero resulta a resolver aquella situación cuando antes. Tomó su lado de la camilla dispuesta a continuar...

 Con mucha precaución, junto a mi compañera, buscamos un punto ciego donde colarnos entre la línea de vigilancia, aprovechando la distracción, con el mayor sigilo, confiando en no ser vistos...

La pareja comienza a avanzar por la ciudad, buscando un hueco entre las hogueras de vigilancia. Pero todo cuanto consiguen es divisar un estrecho pasillo que separa dos casas, y mas o menos a distancia media de dos hogueras. Tendra que bastar.

Drusilla no tiene ningun problema pese a la carga extra; agil como una gata, se desliza en las sombras casi sin ruido. Por otro lado, Gaheris detras va vestido muy pesadamente, y esta clase de acciones furtivas no son su fuerte, por lo que aunque van despacio, su cota tintinea en la penumbra y lanza de vez en cuando algun breve destello a las luces de las hogueras.

Sin embargo, entre el tumulto creciente estos detalles logran pasar por alto. 50 metros. 25 metros... Cuando estan a 10 metros de su objetivo, una voz rompe la noche.

-Eh, ahi ustedes! Alto!! +exclama uno de los guardias. Faltando muy poco les han descubierto!  Pero todavia estan a tiempo de meterse al pueblo. Los hombres estan a unos 40 metros a vuestra derecha y poco mas a la izquierda. Si se dan prisa pueden escabullirse en unos momentos por el pasaje y luego a las calles.

Especialmente si abandonan a la herida. 

 - ¡Vamos!. - Le susurré a mi compañera, indicándole que teníamos que movernos deprisa, si queríamos llevar a la madre de mi hijo a un lugar seguro, confiando en dejar atrás a nuestros inoportunos perseguidores.