Seguís a Kayleigh al interior de la Tumba de Quinari, que es un lugar de serenidad y paz, celebrando la vida de la reina élfica en lugar de lamentar su muerte. Una luz ambiental tenue llena la sala. Siguiendo la tradición silvanesti, hay poca ostentación o decoración.
La sala rectangular se curva treinta pies desde la entrada para rodear un féretro de piedra sobre un sencillo pedestal círcular. Encima del féretro, la estatua de mármol de Quinari, esposa de Silvanos, yace en un pacífico reposo. Una tela brillante de algo parecido a seda envuelve la estatua y cuelga en pliegues sueltos a una lado del féretro: la Mortaja de la Llamada del Alma, tejida de la luz de la estrellas por el mismísimo Paladine.
El espíritu de Kayleigh observa en silencio el sepulcro, esperándoos. Formas fantasmales pálidas flotan por la habitación, juesto al límite de lo que sois capaces de ver. Los ecos de los Cantores de los Dragones de antaño.
La voz de Razz forma parte de este coro ;-)
Cuando os aproximáis, Kayleigh sonríe.
Amílcar, Gnart, Niguel, Quivalen, Razz, al restaurar la conexión entre el Cementerio de los Dragones y el Domo de la Creación, habéis conseguido que los espíritus de todos los dragones caídos desde la Guerra de Caos pueden ahora alcanzar su merecido descanso. Este reino está nuevamente firmemente anclado y no corre el peligro de marchar a la deriva hacia el plano Etéreo. La luz de los dioses brilla de nuevo.
Llevad las lágrimas de Mishakal a Kalaman, donde un sacerdote de la diosa os liberará de esta carga. Ya no las necesitáis más en este lugar. Es la hebra final del destino.
El alma de Razz todavía no se ha marchado. Es su elección ir al Río de las Almas o regresar a este lugar.
Razz, te dan la opción de seguir muerto o de resucitar porque sí y sin penalizaciones ;-)
Amílcar contempla el fastuoso sepulcro con admiración y sorpresa.
-Así que al final resulta que todo era cierto--medita el arquero abanasinio mientras observa cada detalle de la espectacular estatua de Quinari--aquella cajita de música, la misteriosa canción que hacía de llave, las sempiternas diatribas de los dioses...
No obstante, cuando el espíritu de Kayleigh menciona al compañero caído, el nómada de las llanuras sale de su ensimismamiento.
-¿R... Razz? ¿Dónde?
¡Vueeeeeeeeeeeeeeeeelve!
"A Kalaman? " se plantea la sacerdotisa que duda entre sentirse feliz por la finalización de la tarea y el pedido de continuarla. finalmente se encoje de hombros - Es lo que deseaba Kiri Jolith - se explica antes de ser consciente de lo que significaban las palabras que estaba escuchando.
- Razz. Si de ti depende, aquí te esperamos - atina a expresar en voz alta sin saber si el alma de su compañero es capaz de escucharla - Por favor - añade en voz baja, preocupada porque no fue capaz de curarlo en medio del combate - No hagas que me sienta culpable de tu muerte -
Razz ya estaba con sus antepasados pero cuando le dan la oportunidad de volver y continuar con su misión no lo duda. En unos instantes su alma vuelve a su cuerpo y despierta donde se encuentran sus compañeros.
Gracias a los dioses me han dejado volver para continuar con nuestra aventura. ¿Me echabais de menos? Dice a sus compañeros lleno de energía tras su vuelta.
-¡Por el mismísimo tío de la barba!--exclama Amílcar lleno de júbilo y con lágrimas en los ojos mientras se abalanza sobre Razz para darle un fuerte y largo abrazo.
Kayleigh os agradece de nuevo vuestra ayuda y os explica que podrá por fin alcanzar su descanso eterno. Tras despediros de ella, dejáis la tumba de Quinari atrás y sus puertas se cierran, permitiéndoos recuperar las lágrimas de Mishakal. Cuando alcanzáis la Isla del Portal, en seguida presentís que algo anda mal.
Las lágrimas tienen ahora mismo todas sus cargas agotadas.
Los espíritus de los dragones forman un círculo alrdedor de la Capilla de los Ancianos. Cuando os acercáis, el espiritu de dragón dorado, Serafín, se vuelve hacia vosotros.
Habéis traído el poder de Chemosh a este reino y habéis permitido que el elfo místico invada nuestras moradas más sagradas. Pero, por el bien que habéis traído, os perdonamos, dice el dragón fantasmal con su profunda y majestuosa voz resonando en vuestras mentes.
Sin embargo, se ha cometido un crimen aún más grande. Habéis sido engañados.
Los dragones se retiran de la capilla de columnas con expresiones de profundo pesar, resentimiento y furia. Al mirar hacia el interior, veis de qué crimen hablan. Gilthanas, el príncipe elfo que os acompañó al Cementerio de los Dragones, se ha ido... y los cráneos de los cinco dragones ancianos, los antiguos antepasados de los clanes, han desaparecido.
Aquí concluye esta aventura. El destino de los cráneos, de Gilthanas y de un señor supremo de los dragones se desvelarán en el tercer libro de la trilogía: El precio del valor.
Gnart observa todo esto con su habitual introspección, la maravilla que acaba de contemplar, la resurrección de Razz, los espíritus...
Pero cuando los dragones dicen que han sido engañados, la furia se acumula en su interior...
Si alguien ha hecho algo para profanar este lugar sagrado hay que detenerlo...
Sorry, pero ha sido un final de curso complejete...
-¡GILTHANAS!--exclamó sorprendido el arquero abanasinio, que nunca había terminado de fiarse de aquel noble elfo.
Uno de mis personajes favoritos de la saga, por cierto.
Yo tampoco me llegué a fiar del todo pero nuestros intereses eran comunes. Debemos capturar y restituir lo robado de este cementerio.
- Es nuestra responsabilidad - asiente Niguel, sorprendida de que Gilthanas haya cometido semejante acción - Nunca pensé que un principe elfo... - finalmente menea la cabeza, reacia a poner en palabras lo que piensa.
"Pero quien entiende a los elfos" se plantea haciendo un esfuerzo por quedarse callada. Después de todo Quivalen pertenece a esa raza y no tiene ningún motivo para dudar de su compañera.
Cuando veo que Razz ha sido llamado y traído desde los muertos, sonrío acercándome a él me alegra de tenerte entre nosotros digo poniendo una mano sobre su brazo creo que ya hemos perdido demasiados compañeros en esta aventura, así que, si, nos alegramos de verte.
Después, una vez que la verdad ha salido a la luz, no puedo evitar lanzar un suspiro negando con la cabeza parece que esto no va a acabar nunca. Siempre hay alguien que se empeña en fastidiarnos las vacaciones
XD
Con ese frase épica silvanesti, cierro capítulo.