Partida Rol por web

Tras examinar, asiento y se lo entrego de nuevo a Amilcar

Toma. Efectivamente se trata de un buen estoque. A parte de estar muy bien equilibrado, le han otorgado un encantamiento menor para que al esgrimidor le sea más fácil manejarlo, a parte de que su punta penetrará mejor las armaduras.

Cuidalo, pues es un bien preciado.

Amílcar amanece habiendo descansado como nunca. Sin embargo, nada más levantarse, el arquero se percata de que algo no va bien.

-¡Aaaaaaaaaaaaaau!--exclama dolorido el nómada de las llanuras al tratar de incorporarse, llevándose rápidamente una mano a la herida que le inflingió la antinatural criatura de las cloacas antes de romper a toser malamente--¡Cof, cof, cof!

Cuando el bárbaro se retira las ropas para observar la maltrecha zona de su cuerpo, una desagradable visión saluda a aquellos que estaban a su lado. De un feo color amarillo y llena de pus, la enorme cicatriz no parece estar evolucionando como debiera.

-¡Cof, cof, cof! Descuida, Quiv... ¡Cof, cof, cof! ...lo mantendré a buen recaudo...¡Cof!--concluye Amílcar envolviendo el estoque que la elfa ha estudiado con delicadeza para guardarlo entre sus pertenencias.

Hank tras descansar toda la noche se levanta algo mareado, cuando se pone en pie se da cuenta de que la herida del dia anterior está peor y parece que ha afectado a su salud.

Tras el descubrimiento de Quivalen Hank  queda maravillado por las capacidades de su compañera.

Viendo a dos de mis compañeros en ese estado, mi cara demuestra una profunda preocupación

No deberíamos partir con vosotros en este estado. Creo que lo mejor será quedarnos aquí hasta que os recupereis, bajo los atentos cuidados de Touran digo negando con la cabeza y mirando a Touran

Mientras tanto, si quieres digo mirando a Hank, me puedes enseñar ese libro que te dejó tu maestro, y si deseas echar un vistazo al mío, aunque no sé si podrás descifrar los últimos, la verdad

Al ver a sus compañeros en ese estado, Touran se acerca a examinarlos.

¡Por Mishakal! Esto es algo muy serio, amigos. Será mejor que echemos un vistazo a esto o en unos días estaréis deambulando por ahí en busca de aventureros incautos... - comenta Touran circunspecto.

Quivalen, necesito que Kolthar y tú me traigáis agua caliente y algún tipo de vinagre o algo muy ácido para tratar esta enfermedad, rápido.

Diagnosticas la enfermedad como fiebre de la podredumbre, que se transmite por criaturas que merodean la carroña, como son los necrófagos.

Esta bien Quivalen, mientras estemos aqui tal vez podamos aprender algo más sobre el maravilloso mundo arcano. Dice Hank a su compañera mientras parece buscar el libro de magia.

Asiento a Hank mientras me levanto

Toma, está en la página 3. digo mientras entrego el libro a Hank y, dando un par de pasos, me acerco a Kolthar y, palmeándole el torso vamos a buscar ese agua y a ver si tienen algo de vinagre nuestros amigos.

Alarmado por el comentario de su compañero, Amílcar sigue al pie de la letra las recomendaciones del clérigo para sanar cuanto antes la terrible herida.

-¡Que los ancestros nos alejen de semejante destino! Casi prefiero perderme en el olvido...

Con la ayuda de Quivalen, Hank comienza a estudiar el libro de conjuros de la silvanesti pensando cómo trasladar esa magia a su propio estilo.

Mientras tanto, Touran atiende a Hank y Amílcar. Las heridas parecen bajo control gracias a la pericia del solámnico.

Una hora después, Quivalen y Kolthar deciden que es un buen momento para dar una vuelta.

Dais una vuelta por la gran sala en la que están alojados los elfos. La visión es más bien triste: el orgullo de muchos de estos silvanestis parece quebrado por la obligación de tener que esconderse bajo tierra. No obstante, distinguís miradas de indignación por el hecho de que se haya permitido a un minotauro entrar en esta morada.

En un momento dado, una anciana se acerca a Quivalen y le grita:

¿Qué haces aquí, insensata? ¡Vete ya o compartirás nuestro destino!

Acercándome a la anciana, la agarro las manos

Tranquila señora, nos quedaremos hasta que se repongan nuestras heridas. Entonces partiremos y, aunque no creo que lo logremos, intentaremos salvaros a todos, eliminando el mal que nos ha invadido y recuperando nuestras hermosas tierras perdidas.

¡Suelta o enfermerás como todo el mundo!, grita la mujer retrocediendo.

¡Tienes que irte enseguida! De nada nos servirá recuperar Silvanesti cuando todos hayamos muerto, uno a uno...

Kolthar ladea ligeramente la cabeza y estudia a la anciana buscando rastros de esa enfermedad.

¿Que mal tenéis anciana? nuestro amigo Touran es un excelente sanador, su Dios es bondadoso con los enfermos y heridos.