Partida Rol por web

La psíquica se queda observando el libro unos instantes antes de que Ryushun se percate de su presencia. Sin decir nada, y con su gesto habitual, se sienta en el sillón que le ofrece el noble y toma entre sus manos el vaso que le tiende. "Es de buena educación tomar lo que ofrece el anfitrión..." le recuerdan sus modales, mientras toma un pequeño sorbo del licor, cerrando los ojos momentáneamente. "¿Aunque quién es aquí el anfitrión?"

- Por lo que veo, te has adaptado bastante bien. - comenta, echando un vistazo al sake que tan fácilmente se ha agenciado el noble y a los libros que había mencionado Tomohiro - Aunque sigo sin entender por qué la Ryugujou... ¿Adónde quieres ir? ¿O es simplemente el camino y no el destino lo que te importa? - se queda observándole unos momentos, esperando respuesta, aunque al final sacude la cabeza - Sea como sea, mañana llegaremos a Mibu, a prestar apoyo contra su plaga de kabanes. Espero que estés preparado para sobrevivir sin tus guardaespaldas, porque esta vez no te valdrá con ir besando gente ni con manipular a niñas pequeñas. 

El tono de Arisa se tiñe con el rencor de sus palabras, aunque su molestia resulta incluso cómica e infantil. La joven toma otro sorbo de la taza con gesto altanero, observándole lo mínimo mientras espera una buena respuesta por su parte. 

Aunque sigo sin entender por qué la Ryugujou... ¿Adónde quieres ir? ¿O es simplemente el camino y no el destino lo que te importa?

Claro que me importa el destino: cualquiera que me mantenga con vida mientras planeo el siguiente paso. Y la Rygujou era muy conveniente para eso. Tengo motivos para creer que no tiene ninguna relación con la gente que me está persiguiendo.

Sea como sea, mañana llegaremos a Mibu, a prestar apoyo contra su plaga de kabanes. Espero que estés preparado para sobrevivir sin tus guardaespaldas, porque esta vez no te valdrá con ir besando gente ni con manipular a niñas pequeñas.

Ryushun ríe divertido ante el enfado de Arisa - ¿Aún estás enfadada porque te besé? Siento haberte robado tu primer beso, pero si te sirve de consuelo fue por una causa más que justificada: querían matarme - termina su platillo de sake y se arrellana en el sillón - No tengo intención de causar problemas - dice con un tono más serio - Pero quizás pueda ayudar a solucionarlos más adelante. Supongo que Tomohiro-dono estará ahora muy ocupado con los preparativos para el combate, pero cuando haya pasado tengo información que le será de utilidad. Hasta entonces, seguiré el protocolo de ataque kabane y me quedaré encerrado en mi camarote todo el tiempo que sea necesario. Aunque tu compañía y la de tu adorable hermanita serían bien recibidas, por supuesto...

Supongo que debería estar asustada, pero salvaste mi vida - suspira Kagura. Se deja caer en la cama y Chihiro le sube la manta hasta el pecho.

Vamos a tener mucho de qué hablar cuando sobrevivamos al combate en Mibu - dice la doctora - Pero hasta entonces será mejor que descanses.

Sííííííííííííííííííííí - suelta un bufido - Cuida bien de la Ryugujou. Es una buena hayajiro...

Hideo abre la puerta de la cabina encontrándose allí a Tomohiro en el asiento del piloto. Yûki está sentada en la silla del operador de radio hablando con alguien, y Sachiko está en un taburete sujeto con un lazo a la silla de Yûki. La niña parece estar nerviosa y aferra el lazo con las dos manos.

Soy Alma Cromwell - dice la voz de la radio - No... no sé cuántos tripulantes quedan con vida. Estaba en mi camarote preparándome para encontrarme con la gobernadora de Mibu y de repente, oh my God! - la mujer empeora su acento extranjero metiendo de vez en cuando expresiones en su lengua incomprensible - sentí la explosión y la Lady Lovibond se detuvo ¡en medio del damned puente! Los kabane llevan días aporreando la puerta. No pueden entrar, pero yo tampoco puedo salir. Quiero sacar a la Lady Lovibond del puente ¡Pero no puedo! Estoy desesperada...

- La mejor, así que me asegurare de que aguante hasta que vuelva a tus manos- le digo con una sonrisa, puede que para ella fuese muy normal lo que acaba de decir pero me reconfortaba saber que aún podía esperar el mismo trato de siempre por su parte, dicho esto me levanto haciendo un gesto de despedida no sin antes contestar a la doctora.- Hablaremos lo que quieras pero dudo que pueda añadir mucho más a lo que ya te he contado.

Una vez me despido salgo en dirección a la cabina. 

La conversación de hace unos momentos me ha dejado de tan buen humor que cualquiera que me hubiera visto ayer pensaría que mi mirada enfadada había sido una ilusión, por lo que entro silbando en la cabina hasta que veo que Yûki-san esta a la radio por lo que callo y hago un simple gesto de saludo tanto a todos los presentes y me desplazo hasta apoyarme en algún lugar a la espera de como se desarrolla la situación. Que la verdad sea dicha, si realmente estaba en mitad del puente no iba ser fácil ayudar pero por suerte para la extranjera no es que fuésemos unos desalmados precisamente.

-- Vaya, parece que a alguien se le olvidó decir eso cuando nos tocó este marrón – dice tras la descripción de Takeshi sobre la hayajiro atascada, tratando de ser ambiguo a la hora de referirse bien a la estación Mibu, bien al propio Tomohiro.

Mientras pone a punto sus rifles con una tranquilidad ejemplar, comienza a pensar en algún plan de emergencia por si se diera el peor de los casos. Ello le lleva a alguna pregunta que le produce cierta inquietud.

-- ¡Jefe! – llama a Shimazu -- ¿Por qué se supone que no podemos movernos entre vagones? La Ryugujou está llena de blandengues que necesitan el apoyo de alguien con cojones, ¿no crees? ¿Vamos a quedarnos aquí quietecitos mientras escuchamos cómo devoran al resto de la tripulación? – dice, en parte buscándole las cosquillas al jefe de guardias, si bien ello no quitaba la inquietud que le producía un escenario totalmente posible. En realidad, también le preocupaba que hubiera alguna brecha en su vagón y se quedara encerrado en lo que sería una ratonera.

Ten cuidado, chico - le dice Shimazu - Si sigues hablando así algunos podríamos empezar a pensar que te preocupas de algo más que de tu propio culo ¡Pero no te preocupes! La gente está más segura si no va abriendo y cerrando puertas a lo loco cuando hay kabane paseándose por ahí fuera. Ocúpate de que no se cuelguen del cañón.

Se vuelve hacia Takeshi

Tomohiro-dono no tardará en empezar las maniobras de frenado. Intenta ver lo cerca que puedes disparar a esos kabane sin dañar la hayajiro ni la muralla (1)...

Aunque la joven entrecierra los ojos, extrañada, al oír lo de los perseguidores, no dice nada. "Tal vez sí que sepa demasiado, y no sólo de una banda de ciudad..." No obstante, lo que sí consigue ponerla más nerviosa es la forma en que se ríe de ella, haciendo que esté a punto de atragantarse con el sake y dejándole una especie de frescor amargo en la nariz, que se quita sacudiendo el pelo.

- ¡¿Y p-por qué piensas que es mi primer beso?! Sólo me pilló por sorpresa, no es q-que fuera importante ni nada... - la psíquica se cruza de brazos y se hunde más en el sillón, con las mejillas totalmente coloradas. Sólo mira de vez en cuando a Ryushun mientras habla y vuelve a cambiar su actitud a una más seria cuando menciona esa "información de utilidad" - ¿De qué se trata? Si es un mensaje para Tomohiro urgente, puedo decírselo yo misma. Es más, si de verdad te preocupa tu seguridad, deberías cuidar a la Ryugujou como si de tu propia vida se tratase. - Arisa se lleva el puño al corazón, como si tuviese esa responsabilidad asimilada desde hacía mucho tiempo.

Terminándose lo poco de sake que le queda mientras espera a que Ryushun se decida a contestarle, finalmente Arisa se levanta. Esta vez, la mirada que le dirige al noble es seria y fría, a la par que su tono.

- Mi compañía será de quien el destino decida. Y ni se te ocurra hacerle nada a Sachiko-chan. Bastante mal lo ha pasado ya... - murmura, chasqueando la lengua - Bien, si no tienes nada más que decir... Tengo asuntos de los que encargarme. - se despide con un gesto de cabeza y se dirige a la puerta del camarote 

- Asano-san, agarrese a algo con fuerza porque Mogami-sama va a realizar una maniobra de frenado urgente - le urgió la muchacha al mecánico. - Aunque bueno, quizás tú no sufras mucho con la sacudida. ¿Los kabaneri sienten el dolor igual que los demás? - se llevó un dedo pensativa al borde del labio inferior. Su curiosidad era sincera, sin ninguna doble intención.

Volvió a pulsar el botón que abria la comunicación con aquella señorita tan rara

- Nosotros la ayudaremos señora. Tenga paciencia y conserve la calma. Yo permaneceré a este lado hasta que lleguemos a la lady Vibon... o como se llame su hayajiro - si lo hubiera dicho Arisa, o el mismo Tomohiro habría sonado consolador, pero el tono falto de calidez de Yûki, lo hacia sonar como un mero trámite.

- Solo nos recuperamos más rápido o al menos a mí me duele cuando recibo un golpe, así que gracias por el aviso- le contesto sinceramente sorprendiéndome a mí mismo. Definitivamente debía de estar de buen humor para contestar sobre eso como si nada.

Una vez me agarro sigo escuchando la conversación entre Yûki y la superviviente de la otra hayajiro y al escuchar la respuesta de la guardaespaldas no puedo evitar a Tomohiro-dono con aire preocupado.

Asiento con la cabeza a lo que dice el jefe de guardias, aliviado de que hayan tenido en cuenta el obstáculo. De todas maneras lo siguiente que dice hace que me sonroje un poco y sonría entre dientes.

-Haré lo que pueda, pero quiero dejar claro que me han puesto aquí no porque sea un buen artillero, sino porque soy el único que sabía apretar los botones y tirar de las palancas en el orden correcto y...- pego la cara de nuevo a la mira de larga distancia intentando hacer los cálculos precisos.- la última vez que usé una de éstas volé un cobertizo. Tomémonos un par de segundos para imaginar lo muy profundo que puedo meter la pata con este juguete...sobre todo teniendo en cuenta que no puedo tocar las hayajiros y que es mejor que no le joda la muralla a Mibu...maaaaaadre mía.

De repente los cálculos aparecen en mi mente, tan claros como la luz del día. No sé si ha sido el entrenamiento, lo nervioso y preocupado que estoy, que llevo más de tres días sin dormir en condiciones o que ver Mibu me ha provocado un extraño rapto de genialidad. O los dioses me han elegido como su paladín artillero porque soy el rey del mambo.

-Jefe,- miro a vejete con una sonrisa maníaca.- lo tengo.

La Ryugujou empieza a frenar entre agudos chirridos y feroces siseos de vapor. La voz de Tomohiro se escucha con fuerza a través del sistema de megafonía.

Estamos en situación de alerta kabane. Todas las puertas deberán permanecer bloqueadas hasta nuevo aviso...

Justo antes de frenar se escucha la detonación del doble disparo del cañón de vapor. Por lo visto Takeshi debe estar afinando su puntería.

La frenada de Tomohiro ha sido increíblemente precisa, quedando a pocos metros del vagón de cola de la Lady Lovibond. Tras dar el aviso pertinente por megafonía el noble estudia la hayajiro averiada por el visor y menea la cabeza con pesar.

Es una hayajiro pesada. No podemos moverla ni remolcarla. El problema es que mientras siga ahí Mibu no podrá cerrar sus puertas y detener la entrada de kabane - se cruza de brazos y pone expresión pensativa - Asano-san, si consiguieras llegar a la cabina ¿Crees que podrías hacer una reparación rápida para que pudiera moverse?...

Claro, cómo no - responde Ryushun con una sonrisa - Puedes venir a verme cuando quieras. No me moveré de aquí.

Día siguiente. Enfermería

Todo empieza a ocurrir muy deprisa. Primero Fukui Takeshi dispara el cañón de vapor, luego Tomohiro detiene la Ryugujou y anuncia la situación de combate.

Yo debería estar en la cabina - se queja Kagura. Gracias a los cuidados de Arisa la conductora ya se encuentra totalmente recuperada del brutal ataque que sufrió en Shinshu, aunque Chihiro ha insistido en que debía descansar.

Todavía queda mucha distancia hacia Gunkanjima, Natori-san - la reprende la doctora - Ten paciencia. Furuhashi-sama, debería bajar la persiana.

Mirando a través de la ventana Arisa descubre que la Ryugujou se ha detenido a poca distancia de Mibu. La entrada que debía tomar está ocupada por una gran y pesada hayajiro que está bloqueando las puertas y el puente levadizo. A su alrededor hay un auténtico hervidero de kabane que intentan entrar tanto en Mibu como en la hayajiro. El disparo del cañón de vapor ha sido increíblemente preciso y ha creado un hueco entre los kabane que rápidamente se rellena con más muertos vivientes...

El disparo de Takeshi es de una precisión increíble. Los dos proyectiles impactan a la distancia justa entre la hayajiro y la muralla destrozando a decenas de kabane cuyos restos mutilados y medio quemados quedan esparcidos en varios metros a la redonda. Durante un momento el ingeniero puede ver una barricada construida entre el costado de la hayajiro y la pared del túnel de entrada. Sin embargo el hueco es rápidamente rellenado por más muertos vivientes.

La detonación tiene también otro efecto: varios kabane se ven atraídos por el ruido y empiezan a correr hacia la Ryugujou...

Al escuchar los disparos del cañón me sobresalto un segundo- ¿Por qué diablos estábamos disparando?- pero viendo que nadie se sorprende demasiado supongo que hay algo que simplemente no sé y escucho la pregunta del señor.

- Probablemente, todo depende de la naturaleza de la avería. Quizás la superviviente sepa algo sobre ella y con ello pueda ser más preciso.- respondo con sinceridad mientras considero las distintas posibilidades y equipo que necesitaría.- Aunque sinceramente no se me ocurre otra forma de moverla así que si usted lo ordena haré lo que pueda, Tomohiro-dono.

Yûki se agacha frente a la pequeña - Tengo que acompañar a Hideo-donserio-san para protegerlo mientras realiza el encargo de Mogami-sama - sus palabras no suenan a broma, al contrario - Podrías guardarme esto hasta que vuelva, por favor? - añadió mientras con el índice tiraba un poquito del lazo que mantenía a Sachiko sujeta.

Luego se incorporó y se colocó su rifle de vapor sin esperar ninguna orden ni nada

- Volveremos pronto - sonrió mientras se encaminaba a un vagón desde el que fuera mas seguro salir al exterior

Joder… ¿Y el único de la tripulación que mejor sabe utilizar el cañón es este puto inútil? Estamos bien jodidos – El comentario de Takeshi antes de disparar, tratando de avisar de que no era especialmente hábil como artillero no dejó precisamente indiferente a Kotaro. Casi de manera automática se puso a pensar en algún plan de supervivencia sin contar con la ayuda del cañón.

…Y sin embargo, su ánimo cambió radicalmente al ver por la aspillera el resultado del disparo de Takeshi.

-- ¡JAJAJA, PERO SERÁS CABRÓN! – se pone a dar un par de palmadas impresionado por el resultado. Desde luego, lo último que se esperaba era que el afeminado chico hiciera esa masacre con tal precisión -- ¡CUANDO TERMINEMOS DE SALVARLE EL CULO A LOS DE MIBU VAS A TENER QUE ENSEÑARME A USAR ESA MIERDA!

Sabiendo que ya se podía considerar que la batalla había comenzado, coloca la punta del rifle fuera de la aspillera y apunta al kabane más cercano que se dirige hacia ellos. Por algún motivo sentía la presión de la hazaña de Takeshi; si un escuchimizado adinerado como él había podido hacer eso, él no se iba a quedar atrás. – Vamos… pedazo de carne podrida, deja de tropezarte… ¡BANG! – grita casi al unísono junto al disparo -- ¡JA! – suelta una carcajada de satisfacción al ver un puñado de chispas azuladas justo antes de que el kabane se desplome -- Venga, hijos de puta, a ver quién es el siguiente que quiere que le reviente el corazón – dice animado para sí mismo mientras prepara el siguiente disparo.

Arisa permanecía preparada, con el arco de vapor a su espalda y la mirada fija en las formas de los cuerpos corrompidos que se acercan hacia ellos y hacia la ciudad. Apenas estaba prestando atención a la conversación de las dos mujeres hasta que Chihiro le pide que baje la persiana. Con un suspiro, Arisa obedece y pierde de vista el grupo de zombies. "Son muchos, una persiana no va a salvarnos si llegan aquí..." es lo que decide no decir.

- Mogami-sama y Sachiko-chan ya están a salvo en su vagón, ¿verdad? - pregunta, levantándose y estirando un poco los brazos. Arisa esperaba que la pequeña estuviera bien, aunque no confiaba en que Tomohiro se quedase quieto en su vagón, aunque se tratase de una situación de emergencia - Voy a comprobar que todo esté bien... No os preocupéis, no me moveré de aquí.

La joven se notaba algo más nerviosa de lo habitual. No había llegado a enfrentarse a ningún kabane cara a cara, pero viendo la cantidad que había de ellos, temía que ese momento no se encontraba muy lejano. Esperando que sus "protegidas" no lo noten, Arisa cierra los ojos con fuerza y se concentra en los alrededores, a través de los muros, buscando alguna amenaza o alguien que no esté en su sitio.