Partida Rol por web

Sándor voló a lo ancho y largo del jardín pero no encontró a nadie más. Así que, o bien aquellos dos eran los únicos individuos, o bien habían escapado. 

Pasó de nuevo sobre las cabezas de los implicados y vio cómo Ritcher les amenazaba con su varita, para variar, por lo que daba por hecho que les tenían controlados. Así que Buzánszky se alejó de nuevo y se ocultó tras unos arbustos altos y frondosos para recuperar su forma original y poder rastrear la zona. Sacó un cigarro, lo encendió y volvió a acercarse al tumulto como si tal cosa y aprovechó para escudriñar unos metros de radio, a partir de los sospechosos, y luego las zonas de posible salida del jardín, a fin de encontrar algún rastro, por raro que fuese. 

Ulfric preparó su varita, pero no hizo falta, ya que el señor Rowle mismo hizo un hechizo Para revisar lo que había pasado, y descubrió algo que no se le había ocurrido, aunque lo sabía. Daphne se Habia desaparecido por medio de su forma animal, ¡claro que estaba desaparecida!

-No se preocupe, señor Rowle, ya conozco que su nieta es animaga, y ahora mismo, no pienso hablar con nadie que no sea estrictamente necesario para la búsqueda. ¿Tiene conocimiento de algún lugar concreto al que le guste ir para relajarse o olvidarse del mundo?

Pensaba aceleradamente, y esperaba que Rusev viera algo de utilidad. Ahora mismo, la señorita Rowle podía estar muy lejos... O muy cerca. 

Entre la ayuda de otros adultos y la profesora Okada podía ver como la gran mayoría hacía caso a lo pedido y se quedaban en sus mesas o se dirigían a ellas. La gran mayoría, pero siempre había alguien quien creía que las órdenes estaban por encima de él o ella. En este caso, ella.

Con paso decidido avancé hasta la chica de cabello castaño oscuro. -Perdone, señorita. Pero creo haber dicho que todos volvieran a sus mesas.- Dije, con una sonrisa pero intentando imprimir un poco la severidad de la profesora McGonagall. -¿Cual es su nombre?-

Buzánszky se mesó el mentón, señal de que había encontrado algo interesante, y siguió las pisadas humanas más pequeñas, tratando de discernir su procedencia. Parecían estar desconectadas de las del gato pero había que investigarlo.

Patrick asiente a tus palabras, algunas veces parece más decaído que al principio, con otras, parece animarse un poco. Mantiene un cómodo silencio cuando terminas, meditando sobre todo lo que has dicho, hasta que levanta la cabeza para mirarte y empezar a hablar, con voz muy tenue.

- Creo que mi tía sospecha algo, pero él... él nunca se dió cuenta, era bastante doloroso escucharle hablar de sus amoríos, pero duele más saber que nunca volveré a escucharle. Nunca me gustó vivir con miedo a ser descubierto o sentir que debía ocultar mis sentimientos, pero la sociedad mágica es una masa de carcamales cuyo avance social es tan lento como una carrera de babosas. ¿Sabes? Una vez estuve a punto de largarme al mundo muggle e iniciar una vida desde cero...pero me quedé, por él.

Bebe todo un vaso de agua, aunque aún no ha recuperado todos los sentidos, ya no siente su mente tan entumecida. Te mira afectado cuando hablas de tu familia e, inesperadamente, te pone una mano en el hombro. - No podías saberlo, la culpa siempre es del que blande su varita para hacer el mal. Seguiremos sintiendo dolor, pero no podemos sentir culpa, yo solo me arrepiento de no haber podido ser sincero con él.

Retira la mano de tu hombro, no está acostumbrado al contacto y siempre ha tenido miedo de que los demás sientan que su tacto no es agradable, parace preocupado por no incomodarte ahora que sabes su condición. - Creo que voy a centrarme en capturar a su asesino y hacer justicia, vengaré su muerte y, si después de eso siento que me derrumbo, entonces aceptaré tu ayuda con el profesional de la cabeza. Por ahora, la ira que siento me mantendrá entero.

Descendí de nuevo al suelo y con un gesto de mi mano acomodé de nuevo mis ropas.

- Veo más adelante luces de unas varitas, deben ser alumnos o profesores, no están lejos y deberíamos ir a ver. De momento no he podido ver más que eso. Les insto a ir delante mía, yo me debí saltar la lección aquel día y soy incapaz de proyectar luz por mi varita. - Dije con esperanza de que los demás no pensasen que soy un inútil por ello. - Y no se preocupe señor Rowle, yo no he visto nada en referencia a su nieta. - Dije en referencia a su forma animal.

Mientras los aurores y los desconocidos del gato estaban, frente a frente, rodeados por la tensión del momento, mientras los alumnos se retiraban, Buzánskzy apareció, como si tal cosa, entre las sombras del jardín, fisgando el suelo y los matorrales de alrededor mientras un cigarrillo que pendía de sus labios humeaba aquí y allá. Se detuvo cuando llegó cerca de los pies de los desconocidos y les observó con interés, especialmente al gato. Luego observó a Ritcher apuntándoles con la varita y eso le tranquilizó. Llegó a pensar que aquel el tipo sosegado de la fiesta que decía ser su compañero no era sino algún bebedor de poción multijugos que quería gastarnos una broma.

- ¿Qué le ocurre al gato ese?   

Por lo que he visto, irá borracho pues viene directo de la fiesta, así que habrá que espabilarle...

Bajé la mirada hacia el suelo. Recibí aquel beso en la frente por parte del chico Slytherin. Parecía una muestra de aprecio y, no supe cómo reaccionar. Al menos al principio.

Segundos después, me imaginé que fue porque a él le gustaba tratar con cariño a sus amigos.

Por lo que… ¿amigos? ¿Me consideraba como parte de su círculo de allegados? Podría ser. Y si eso era así, sería porque también podía yo denominarlo de esa manera.

Con estas ideas revoloteando por la cabeza y olvidando un poco el tema por el que Lestrange se iba, asentí con la cabeza.

-No te preocupes por mí- expresé ante su petición, planteándome una dirección. Sin embargo, no andaba demasiado lejos cuando escuché cómo le propusieron tomar asiento.

Le miré. Me apenó verle preocupado. De manera que, entendiéndole, quise idear algo para aportar un granito de arena y ayudar. Me acerqué a él y puse la mano sobre su brazo –puedo sentarme contigo si quieres y pensamos algo- mi gesto era más tranquilo que el suyo, pues si yo transmitía sentimientos negativos, sería peor para Lestrange.

-Mira, mejor, acerquémonos a la ventana, o al balcón- le dije a Randall haciendo el ademán de andar para que me hablara si lo deseaba. Además, tomar el aire era mejor que estar cerca de la chimenea, más que nada porque podríamos ver lo que abajo sucedía, por si una de las opciones era bajar.

- Yo también he estado a punto de marcharme al mundo muggle muchas veces. De hecho durante los años que estudié y que viví con Valeria antes de que naciera Nico... me aparté de la magia. Y fui muy feliz. - le explica. Bebe un vaso entero de agua.- pero acabas sintiendo que te falta una parte de ti... somos magos, Patrick, eso no lo vamos a poder evitar nunca.

Martin escucha con atención las palabras de Patrick y sonríe cuando Patrick le pone una mano en el hombro. Le hace sentirse más acompañado.

- Tienes razón. La culpa fue de los mortífagos. Y todavía hay muchos, y bien colocados... los hay que no han pasado ningún calvario ni castigo por sus crímenes.. - dice a Patrick y aprieta el vaso.

Cuando Patrick le quita el brazo del hombro siente algo de frío y sonríe. Entiende que el medimago no sepa como interactuar con él, pero Tresde se lo iba a poner fácil.

- Capturaremos al asesino .- le corrige Martin.- No estás solo en esto.- le dice y pone su mano en el hombro de Patrick para demostrarle que no se estaba sintiendo incómodo. - Me parece bien, yo tardé dos años en aceptar que necesitaba ayuda... está bien que te des un tiempo, pero no dejes que te consuma la ira por favor, Patrick, vales mucho, no le dejes al asesino que gane matándolo a él y acabando contigo .- le dijo repitiendo frases que había oído a su psiquiatra. - Vamos a atraparlo juntos. - dice Martin y aprieta un poco la mano en el hombro para trasladarle su apoyo.

Por si érais pocos, tres magos más se unen a la fiesta en los jardines; El señor Rowle, abuelo de Daphne, aparece con la varita en alto acompañado de Rusev y Ulfric, los tres aparecen por el mismo camino que Beckia estaba preparando para llevarse a los alumnos.

Cuando llegan, la escena es algo pintoresca. Los alumnos están reuniendose junto a la profesora, que trata de sacarlos de aquel entuerto, mientras el jefe de aurores apunta a dos sujetos que, a primera vista, no parecen peligrosos.

Uno de ellos es un joven apuesto y que parece algo asustado, seguramente un mago más en ese concurrido baile, aunque su cara no os suena, no es de una familia que conozcais. Frente a él, una joven de cabellos rubios trigueños parece algo mas fastidiada y ansiosa con la situación.

Blumer insiste en que el joven debe entregarle el gato que el joven tiene en sus brazos, ahora ya casi de forma protectora y que parece desmayado. El joven parece indeciso o quizás esta asustado, ya que el auror Richter les amaneza con voz potente y un gesto de varita, para que se rindan y se dejen arrestar. El colaborador del ministerio, Sándor B., parece merodear alrededor de la escena, mirándo fijamente el suelo y sin intervenir, como tratando de armar un puzzle.

Finalmente, Blumer se cansa de esperar, se acerca al joven muchacho y le arrebata el gato de las manos, alejándose nuevamente de ambos. - ¡Enervate! - El Jefe usa el hechizo con el gato, ante la mirada impaciente del joven Ward, que se niega a retirarse de la escena. El gato parece reaccionar, despertando lentamente en los brazos del auror. Con voz baja para no asustar al animal y con el apoyo de su compañero Bredan, Keith les apunta de nuevo con la varita. - Veamos, la paciencia se me está agotando, ¿Alguno de ustedes a visto a Daphne Rowle? Si tienen alguna información sería buena idea colaborar ahora para encontrar a la joven, si no, mi compañero les llevará al ministerio para preguntarles mas a fondo... si Corinna, a tí también.

Aiden le tomó de la mano y Suki también y salieron de ese lugar, aunque pudieron escuchar a Keith lanzar un hechizo, aunque Lauren no se giró para ver lo que estaba pasando pues sólo quería salir lo antes posible de ahí, Corinna podría saber que estaba investigándola. Quizás lo sabía todo. 

— vengan —  pero Lauren en vez de volver al salón, doblaron en una esquina y se escondieron ahí, Lauren sacó de nuevo su varita — usaré el patronus, quizás Daphne solo se fue y no sabe que la buscamos, —  les mira, pues no habían descartado lo más obvio por lo menos en la investigación que ellos habían hecho.

—  Expecto Patronum—  conjura una mariposa, una sola mariposa de color azulino que danza entorno a ellos — Daphne, vimos que te fuiste y todos te estamos buscando, ¿donde te has metido? estamos preocupados por ti, avisa donde estás — les dice a su mariposa antes desaparecer. Ahora, escondida, mira por el borde de la pared.

— no la detendrán — exclama intentando ver que estaba pasando, girándose hacia sus amigos — nadie se da cuenta que es la asesina —  Suki estaba al tanto de lo que decía, pero Aiden quizás no sabía nada. 

Ya no había tiempo para salidas elegantes, o disimular.

Vio el patronus. Si resultaba que la estudiante desaparecida era Daphne, y que el patronus llegaba a esta...

...Y vio que su hermana alargaba las manos al felino. Iba a inventar una excusa, estaba seguro, y escuchó como el Jefe de Aurores, padre de Lauren pero que nunca creyó en su inocencia, la llamó "Corinna" con toda confianza. Sabía como ella era, y sabía que si lo interrogaban y escarbaban un poco, verían que tenían a Yago entre ellos.

Personas desesperadas, hacen cosas desesperadas.

Apenas el gato comenzaba a reaccionar, pero ya había alargado la mano al lomo de este, para jalarlo hacia sí mismo. Llevó al mismo tiempo la mano a su bolsillo, para activar el traslador de emergencia.

Personas desesperadas, hacen cosas desesperadas.

Apenas el auror había extendido las manos al gato, el hombre oculto bajo la poción puso una mano en su bolsillo. La sanadora no dejaba de revolotear al Jefe de los Aurores, sintiéndose personalmente inmiscuida en lo que estaba pasando. Era rara su preocupación, aunque parecía como si se mordiera la lengua para hablar.

— También estoy interesada en la estudiante. — parecía recuperar el sentido común. Sin seguir las indicaciones, y hasta encogiéndose de hombros, le quitó al auror al gato sin esperar a nada más. — ¡Un enervate para un gato! Yo misma lo llevaré con un magizoologo y nos ahorramos este circo...

El extraño invitado, se había mantenido silencioso, comunicándose solo con gestos. Pero apenas ver lo que la mujer trataba de hacer, la tomó del brazo y, sin acción y ni palabras, la jaló hacia sí mismo. La espalda de la sanadora chocó contra el pecho del tipo, y antes de que nadie pudiera hacer nada ya estaba usándola el extraño como si fuera un escudo humano.

El rostro de la sanadora pasó en esos pocos segundos de frustración, a miedo. Y entonces, el traslador se activó.

Cuando Ulfric llegó a aquel lugar, con el señor Rowle y Rusev, se encontró una escena extrañísima, donde la profesora Weiss está sacando a los alumnos, entre los que Ulfric ve a su prima, y cerca, el jefe de aurores y uno de los suyos tienen las varitas preparadas, amenazando a dos personas que le suenan de cara, pero que no ubica. 

Pero allí había un gato. 

- ¡Qué demonios! -Acierta a gritar el profesor von Hoggen, mientras, con su varita en mano, cree comprender qué está pasando... sale a la carrera, y es el momento en que el señor Blumer, jefe de aurores, recoge al gato y lo reanima, por lo que Ulfric pausa su acercamiento, pero en ese momento, se precipitan las cosas, por lo que, aunque intentan realizar un hechizo de desarme, el gato... es cogido por la chica, quien a su vez es atrapada por el joven muchacho... y con su cara de miedo, se desvanece... 

- ¿¡Pero qué...!?  -Se gira para mirar al señor Rowle, porque lo que cree que acaba de ver... es grave. Su expresión lo dice. 

Os alejáis de la zona de conflicto po donde la profesora os ha indicado, aunque ella se queda esperando a los estudiantes rezagados o mas testarudos.

Tras crear tu patronus, ves con horror como la mariposa vuela suavemente hasta posarse en el hocico del gato que ha generado todo el lío y que ahora esta despierto en brazos de la sanadora rubia que tanto pánico te causa. Instantes despues, es sujetada por el tipo joven y los tres desaparen.

Lleno de frustración y enfado a partes iguales, habían dejado claro que su idea no iba a ejecutarse, con lo cual Ralph se giró para seguir a la profesora Weiss y el resto de estudiantes, apretando los dientes y los puños. Cruzó su mirada con el señor Rowle y con el subdirector, pero no dijo nada. Detrás escuchaba cosas, pero no les prestó atención. Estaba usando todo su ser para no dejarse llevar por la rabia que sentía en su interior. Se sentía realmente estúpido, incapaz e impotente. Pocas cosas le enojaban más.