El mediano escuchó las palabras de Calypso en silencio. Algo apesadumbrado por las conclusiones de su fría lógica.
- Acepto tu razonamiento, Calypso y tengo muy presente tu opinión pues como hasta ahora has demostrado tus palabras tienen mucha sabiduría. Sin embargo mi seguridad no es un argumento válido para mí, pues mi prioridad en este momento es el éxito de la misión y la supervivencia de las prisioneras. Espero que los que tengáis familia o seres queridos lo entendáis.
Hizo una pausa en la que cogió fuerzas para decir lo que quería a continuación.
- Respecto al tema del pícaro, os doy mi palabra de que haré cuanto esté en mi mano para ganarme su confianza y que nuestra relación no suponga un problema añadido al viaje. Por supuesto acataré todas y cada una de las órdenes de Sigmund a partir de este momento y prometo no entrometerme ni molestar en todas las acciones que lleve a cabo el grupo a menos que sea estrictamente necesario. Agradezco de corazón vuestro consentimiento para que os acompañe. Si en algún momento del viaje habéis de esperar por mí o mi presencia supone un impedimento para el éxito de la misión os ruego que prescindáis de mi compañía y continuéis sin reparo dejándome atrás.
Terminó la frase con una reverencia.
Thorin se mesó la barba. Su opinión era totalmente irrelevante en aquel momento pues todo estaba dicho y decidido.
- Sea pues. Bienvenido al grupo, mediano. Espero que no nos hagas arrepentirnos de esta decisión, aunque por otra parte harías muy feliz a mi hacha -dijo agitando su hacha frente a la cara de Picco.
La elfa sabía que el mediano no se iba a quedar callado pero la respuesta que le dio no se la esperaba en absoluto. Y por ello y después de que todos acabaran finalmente de hablar se acerco al mediano y en un tono normal decidió aclararle varios asuntos que él parecía no haber entendido correctamente.
-Picco, siento si mis palabras te han herido pero prefiero ser sincera y hablar siempre con la verdad. Por esto, también creo me has malinterpretado o no me he expresado con precisión. En ningún momento he puesto en duda tu valía como buen sirviente en las tareas que realizas en palacio y todo aquello que te encargan. Mismamente a mi siempre me has atendido como si fuera una más de la familia y nunca he tenido problemas contigo. Por lo que he dicho que ahora, en este instante y según mi opinión, estás siendo mal siervo es porque creo te estás extralimitando de tus funciones. Conozco todo lo que significa la familia del duque para ti y entiendo que quieras ayudar, pero creo que a lo mejor es Jouheav el que más te necesita en este momento. Y estoy segura de que confías en nosotros para llevar a cabo la misión que nos ha encargado este. Sólo quería aclararte mi comentario ya que por lo que parece vamos a pasar mucho tiempo juntos y no me gustaría que hubiera una mala relación.- Nae hablaba desde la sinceridad y siempre lo hacía así aunque en ocasiones sus palabras sonaran algo frias o brucas, solo esperaba que sus compañeros lo entendieran y no le juzgaran por ello. Nunca antes se había encontrado en esa situación de dar tantas explicaciones por sus palabras,entre elfos no tenían esa necesidad de dar tantos rodeos, pero poco a poco comprendía que tendría que cambiar su manera de expresarse.
Bien, aclarado y decidido todo, - dice Sigmund de manera rápida - Picco, se queda a bordo. Zarpemos pues en cuanto podamos.
El guerrero poco a poco se acercó a su buen amigo Oliver tocándole el hombro a la vez que le comentaba- Voy a echar un vistazo a la embarcación.
Sin más palabras Sigmund se marcho a inspeccionar el barco, ya había estado en varias embarcaciones en tiempos de batalla y quería ver cómo era aquella.
La decisión estaba tomada, Picco ya formaba parte del grupo.
Una vez zanjado el asunto Sigmund se dirigió hacia Oliver para comentarle que iba a echarle un vistazo a la embarcación, a lo que este contesto con un....Me parece perfecto, si no te importa te acompaño, yo tambien quiero saber las posibilidades que tiene el barco una vez nos hayemos de viaje... mientras se giraba para seguir a Sigmund.
Pocos minutos más tarde se encontraban en el barco, en uno de los compartimentos de carga. El capitán todavía no se había reunido con ellos a pesar de que hacía un rato que habían partido. Todos contemplaban con curiosidad cómo Liozard mantenía su aspecto de caballo e intentaba guardar el equilibrio correctamente a la vez que disfrutaban con sus intentos de hablar. Por el momento solo era capaz de relinchar de las formas más diversas.
Jajajajajaja.... Una carcajada salio de la boca de Oliver....No te esfuerzes en hablar Liozard de momento ya has echo bastante transformandote en caballo.
Oliver todavía no podía creerse lo que poco antes habían contemplado sus ojos.
El paladin se dirigio hacia Picco, y poniendole la palma de su mano derecha en uno de sus hombros le dijo...Te agradezco el gesto que has tenido para conseguir embarcar nuestras monturas.
Oliver se dedico a ojear el compartimento de carga donde les habían alojado a la par que esperaba que el capitán se pusiera en contacto con ellos, aunque de vez en cuando no podia evitar el mirar de reojo al mago y su nueva forma.
Aunque estrambótica, la maniobra conjunta de Lyozard y Picco había conseguido que pudieran llevar sus monturas consigo. A pesar de que su montura fuera un simple pony, se alegraba de poder llevarlo consigo. Además, Oliver y Sigmund parecían hábiles caballeros, y no dudaba que sus monturas serían muy precidas para ellos.
El navío llevaba poco tiempo navegando, pero ya empezaba a sentir los desagradables efectos del mareo. Recordó cuando salió de su Aldulúmë natal en dirección al continente mayor de Embelyon. También tuvo que cruzar el mar, y estuvo vomitando prácticamente todo el viaje. Sólo de pensarlo le entraron náuseas.
Su rostro se puso pálido - Creo que no me encuentro muy bien. Odio este maldito bamboleo. Hice un viaje en barco una vez, y pensé que jamás volvería a hacerlo: Espero por todos los dioses que no haya marejada en este viaje. Durante las tormentas, el mar se convierte en un maldito infierno: Lo juro-
Ya estaban embarcados y empezaba la travesía, miro a sus compañeros como cada uno se iba acomodando como podía en el compartimento de carga donde estaban encerrados. "Mejor, cuanto menos nos mostremos mejor".
Empezó a avanzar hacia Picco cuando Oliver apareció delante de él para felicitar al mediano. Al escuchar las palabras Sigmund sonrió y elogió también al pequeño- Si Picco, gracias por conseguir que llevemos a las monturas, nos será muy útil.-Entonces el guerrero abrió los ojos como recordando algo y dirigiéndose al mago con cuerpo de caballo le dio un par de palmaditas en el lomo - Y por supuesto, gracias a ti también Liozar. - Intento reprimir la risotada que le venía. Ejem..
Finalmente, se acerco a una esquina de la sala de carga y moviendo unos cuantos barriles para hacerse un hueco entre el caos que formaban los objetos de aquella sala, depositó las cosas que cargaba su caballo a la vez que lo acariciaba para agradecerle su trato durante el camino. Y cogiendo su manda de invierno, la tumbo en el suelo y se echó encima mientras el clérigo comentaba el problema de su mareo.
Si Calypso, hay gente que no está hecha para la mar, harías bien en buscarte un cubo y sentarte en un costado de la sala, de haberlo sabido podíamos haberte comprado unas hierbas que dicen, funcionan muy bien en estos casos...- Levanto un poco la cabeza para ver como el enano sacaba su pipa- AH! Y aléjate del olor de esa pipa, no te sentará nada bien. Hehe - Se le escapó la risa cuando el enano lo miró sorprendido ensanchando los ojos bajo sus cejas pobladas.
Thorin hizo un gesto de indignación justo antes de soltar una carcajada dirigida al comentario de Sigmund-
- Calypso, no hagas caso. Esta hierba resulta reparadora para cualquier tipo de mareo, nerviosismo, preocupación o desgracia. Excepto para este desgraciado mono.
El mono había aparecido de la nada momentos antes en una esquina del compartimento y en aquel momento acababa de tumbar un barril con el que se encontraba jugando.
El momento en el que Liozard se transformó en caballo fue sorprendente y tuvo el efecto deseado y el marinero dejó subir a bordo las monturas. Una vez nos instalamos en la zona que se nos habilitaba en el barco todos felicitaron al mago por su magnífica actuación y muchos tuvieron que contener la risa. Sin duda,-pensó Nae-puede parecer un hombre algo alocado pero es un gran mago.
Cuando Calypso comentó que no se encontraba muy bien la joven elfa se acercó a él y le ofreció su ayuda. Calypso si puedo hacer algo por ti no dudes en avisarme. De todas formas, y por mi experiencia, el mareo aumenta si estás pensando en lo mal que te encuentras. Quizá lo que debas hacer es intentar distraerte.
Nae había realizado en varias ocasiones el mismo trayecto por causa de trabajo y al principio le pasaba lo mismo que a su compañero por lo que comprendía como se sentía.
- Gracias por vuestro interés, amigos, pero creo que pase lo que haga lo que haga me seguiré sintiendo mal durante todo el viaje. No os preocupéis... tampoco es nada grave. -
- Creo haber oido que comerse a un mono curaba el mareo.
- ¡Cielos! ¡No! -exclamó Liozard escandalizado.
Miró hacia Lihem con el ceño fruncido negando con la cabeza.
- No. Eso no es más que una falacia. Créeme, lo digo por experiencia.
La transformación del mago había sorprendido al elfo, que vió cómo el marinero accedía a dejar al grupo pasar con sus monturas.
Mientras esperaban al capitán del navío, Aeldar se acomodó junto a sus compañeros en uno de los compartimentos de carga, sin poder evitar mirar de vez en cuando la tranformación de Liozard.
Vaya, parece que has recobrado la voz. Dijo el elfo mirando a Liozard.
Sorprendido por la reaccion del mago, miro a mis compañeros diciendo - . . . estaba bromeando . . .
Áran se acomodó como pudo y se preparó para echarse a dormir, aunque lejos del mago-caballo.
Al menos parece que el capitán nos llevará a nuestro destino junto a nuestras monturas, pero también se han añadido al grupo un mago y Picco... en fin, esperemos no morir por su culpa.
Un joven marinero con aspecto de "grumete para todo" se asomó al compartimento.
- El capitán os reclama.
A continuación les indicó con un gesto que le siguieran. La luz les hizo entrecerrar los ojos al salir del oscuro compartimento. Se encontraban bastante lejos de la costa de forma que esta no era más que una fina línea oscura en el horizonte. La embarcación galopaba sobre las pequeñas olas a una sorprendente velocidad para su tamaño y aspecto y el viento alcanzó al grupo refrescándoles los pulmones. Mientras caminaron por la cubierta fueron conscientes de que algunos marineros que se encontraban trabajando en sus tareas se detuvieron para dirigirles miradas con cierto sentimiento que sorprendidos reconocieron como una especie de rencor u hostilidad. Sin embargo ninguno hizo un gesto de acercarse a ellos. Avanzaron hacia el camarote del capitán y cuando llegaron este les recibió sonriente.
- Bienvenidos a mi navío, caballeros... y señorita -dijo con una torpe reverencia dirigida hacia Nae.
Su cabeza tenía una forma cuadrada y muy ancha enmarcada en una recortada barba negra y por un sombrero marinero. Su nariz, redonda y gorda asomaba sobre un bigote desaliñado con apariencia de querer ser importante.
- Espero que el viaje les resulte lo más cómodo posible. Calculo que en dos días llegaremos a nuestro destino si no se presentan inconvenientes, es sabido que por estas aguas abundan los piratas, pero esperemos evitarlos. Aunque a decir verdad estamos en la mejor compañía en el caso de que haya que hacerles frente ¿no es cierto? Jajajaja. Bueno, mientras nos mantengamos lejos de la costa, podéis pasear por la cubierta, y moveros por todo el barco a vuestro antojo siempre y cuando no interfiráis en el trabajo de los marineros. Si tenéis cualquier problema o cuestión no dudéis en hablar conmigo sin ningún tipo de problema.
El capitán les dedicó una extraña y algo forzada sonrisa. Se mostraba especialmente amable aunque parecía una amailida forzada y algo falsa. Era evidente que el hombre estaba realizando verdaderos esfuerzos para sonreír. Esperó pacientemente por si alguno de sus invitados tenía algún comentario que hacer.