Partida Rol por web

Mientras Oliver empezó ha mirar los cachivaches de la tienda a la vez que se mantenía ojo avizor por cualquier movimiento sospechoso, tal y como habían quedado. Sigmund, se acerco a las esencias y hierbas que estaba mirando Calypso, en un momento en que el clérigo se encontraba solo, y deposita la nota que habían recibido esa mañana, arrugada de forma que abultara menos, delante suyo entre varias especias de una caja a la única vista de Calypso.

Tras eso, se aparto de él dispuesto a mirar otras partes de la tienda con su buen amigo Oliver, no sin antes comprobar que este le hacía el gesto conforme todo estaba bien.

La vuelta hacia la posada fue tranquila aunque silenciosa. Cuando llegaron de nuevo al calor de la posada empezaron las rondas de vino y cerveza. Gurt poco a poco fue mostrándose mas abierto hacia Sigmund y Oliver y empezó a contar asuntos personales, hasta que el semblante de su cara cambio por completo al recordar posiblemente la historia mas amarga de su vida. Conforme Gurt iba contando su historia Oliver no pensaba en otra cosa que no fuera lo dolor que tendría que sentir Gurt al perder en tan corto periodo de tiempo a su amada, a su pueblo y a su familia, sin contar el dolor psicologíco que le quedaría de por vida al recordar lo ocurrido cada vez que viera su cara reflejada en el agua o en un espejo.

Si, sera mejor que vayamos a descansar. Mañana promete ser un largo dia. Dijo Oliver a modo de despedida hacia Gurt. Antes de dejar que Gurt se fuera a su habitacion Oliver se levanto, extendio su mano hacia Gurt y se presento... Soy Oliver Trastel, me alegra haberte conocido, pareces buena gente. Sin mas dejo marchar a su habitación a Gurt mientras se dirigio a Sigmund con las siguientes palabras.... Sera mejor que nosotros tambien nos retiremos a descansar, mañana como ya he comentado sera un largo dia y requeriremos de todas nuestras fuerzas para afrontarlo. Pegando el ultimo trago de cerveza Oliver se encamino hacia las escaleras que daban a su habitación.

La noche paso mas rápido de lo esperado pero el descanso fue reparador, Oliver todavía en la cama aunque despierto escucho unos golpes de nudillo en la puerta y se levanto de inmediato para abrir la puerta, cuando este se asomo no habia nadie a escepcion de una nota en el suelo. Se agacho para cogerla y se dispuso a despertar a Sigmund.

Oliver se acerco hacia Sigmund el cual estaba roncando como un jabalí poseso y después de un par de enérgicos zarandeos consiguió despertarlo.

Escucha Sigmun, esta nota la han dejado en la puerta. El paladin se dispuso a leerla en voz alta.

S y O. El barco zarpará de madrugada. Debemos embarcar dos horas tras el anochecer. P debe ir a la taberna del puerto para contactar e iniciar el embarque. Esperamos instrucciones vuestras. A, L y P.

Despues de prepararnos para proseguir el viaje y un rápido desayuno salimos de aquella posada no sin recordar a Gurt el cual la historia que contó la noche anterior había dejado a Oliver apenado por el trágico recuerdo que Gurt llevaría marcado en la cara de por vida.

Cuando llegamos al lugar acordado enseguida vieron al mono del mago y poco despues a calypso. Sigmund se dirigio hacia el para entregarle la nota que les habian dejado en la puerta de la habitacion poco antes de partir y volvio hacia donde estaba Oliver para pasar lo mas desapercibidos posible.

Oliver busco la mirada de Calypso y cuando se cruzo con ella le hizo un gesto con la cabeza a modo de saludo mientras esbozaba una pequeña sonrisa.

Sigmund y Oliver siguieron ojeando la tienda de un lado a otro ajenos a sus compañeros.

Calypso ve como Sigmund se acerca distraídamente y deposita una pequeña hoja en un estante de los que hay frente a él. Tras unos segundos de rigor, Calypso alcanza la nota y la guarda en el puño disimuladamente. Después de dar unas cuantas vueltas en el local, el clérigo sale del mismo acompañado por Liozard que miraba extrañado hacia el cielo. Calypso abrió la nota y la leyó.

S y O. El barco zarpará de madrugada. Debemos embarcar dos horas tras el anochecer. P debe ir a la taberna del puerto para contactar e iniciar el embarque. Esperamos instrucciones vuestras. A, L y P.

Tras leer la nota se encaminaron de nuevo a la posada para mostrársela a Thorin y avisar a los elfos.

El día se fue apagando en Port Voynod mientras los compañeros mataban el tiempo como podían. Agradecían aquella pausa en el viaje, pero la inactividad comenzaba a resultarles pesada, sobretodo cada vez que la urgencia del viaje asomaba a su mente. El atardecer llegó igual de despejado que la mañana aunque algo más cálido, pero en cuando cayó la noche, el frío se adentró en la ciudad alcanzando cada recóndita esquina. Este era especialmente gélido en la zona portuaria como bien pudieron comprobar Áran, Lihem y Picco cuando acudieron a la taberna del puerto. Allí se encontraba Dabben que los saludó cordialmente. Se le notaban las cervezas que llevaba encima en el brillo de los ojos y en los coloretes de su cara.

Sigmund se cruzo de brazos mientras oía las palabras de Picco y sin un resquicio de sentimiento en su cara o tono de voz, se puso delante de todos cuando el mediano dejo de hablar y su fría y marcial voz surgió.

-Bien, Picco sabe de sobras los motivos por los que quiero hacer la votación, por favor, ser lo más sinceros y decidir si sigue con nosotros o no. En caso de que siga con nosotros, no quiero ninguna discusión más sobre si es o no sospechoso. Ya que eso solo hace que minar los ánimos.

Miro a sus compañeros con rostro severo y antes empezó a señalarlos uno a uno para que opinaran aunque antes de esto su mirada se dirigió al mago y le comunicó: Liozard, lo siento pero esta vez deberéis absteneros de votar, vos no conocéis los motivos por los que decidimos hoy.

Adelante entonces. Dijo finalmente mirando al primero de ellos y asintiendo para darle la palabra.

Liozard se encogió de hombros ante el comentario de Sigmund.

- No hay problema. Al mono parece haberle caído bien, igual se queda aquí con él -dijo con un rayo de esperanza en la mirada.

Bien, habia llegado el momento de decidir que hacer con el mediano. Picco expuso sus motivos para seguir en el grupo, Oliver lo escucho atentamente al igual que hicieron sus compañeros. Por fin, Sigmund con un claro gesto de liderazgo y autoridad pidio la opinion de los presentes para ver si el mediano seguia el camino con el grupo o debia separarse del mismo en ese preciso instante.

Oliver fue el primero en contestar, pensativo y acariciándose la barbilla, mientras mantenia un paso firme se dirigió hacia Picco y mirándolo a los ojos vio en ellos el mismo dolor que transmitía Gunt mientras narraba sus historias, entonces penso ¿ porque no ?.

Dirigiendo su mirada hacia Sigmund y despues hacia el mediano para terminar posandolos en todos sus compañeros dijo.....Por mi parte picco puede acompañarnos en nuestro viaje y juro no poner en tela de juicio a este noble mediano desde este mismo instante.

Retrocediendo en sus pasos Oliver miro a Sigmund haciéndole saber con un sutil gesto que desde ese momento picco gozaba de toda su confianza.

El paladin miro al resto de sus compañeros esperando ver quien seria el próximo en pronunciarse.

Áran se mantenía un paso alejado del grupo, con su su rostro u brazos ocultos bajo su capa, escudriñando el barco y sus ocupantes con la mirada.

Es hora de comprobarlo. Veamos si el mediano cumple su palabra hasta ahora.

-Picco ya me informó de sus intenciones con anterioridad, y ya le dí mi respuesta. Ya que tomé mi decisión ayer, yo me mantendré fuera de esta votación. Al que le concierne ya sabe qué decidí hacer.

Acto seguido desapareció del grupo sin darle más importancia a la votación y se dirigió al barco, aunque antes de embarcar susurró unas palabras al capitán se paró delante.

Cuando llego hasta el capitán me acerco a él y el digo:

-Soy parte de la carga de Dabben. El resto vendrá ahora.

[

Tras la indicación del amrinero de que puedo embarcar me quedo parado mirándole.

-¿Embarca, ¿a qué esperas?

-Antes el santo y seña. Más vale ser precavido en estos días

Y dicho esto me quedo esperando su reacción.

]

Lihem escucho las opiniones de sus compañeros y mostrando una sonrisa, añadio.

- Si es decision suya el acompañarnos, que asi sea.

- Siempre sera mejor tenerlo cerca a que vaya por su camino.

El elfo escuchó atentamente las palabras de Picco sobre su deseo de acompañar al grupo en su misión y después de escuchar las opiniones de algunos de sus compañeros, Aeldar se pronunció.

Picco, sé que eres consciente de que ésta misión es súmamente peligrosa, yo no tengo inconveniente en que nos acompañes si ese es tu deseo.

Aeldar se fijó en que el mediano estaba realmente convencido en acompañarles y dado que pretendía ir aunque fuese sólo, prefería que fuese con el grupo.

Nae escuchó las votaciones de sus compañeros a la vez que meditaba sobre el asunto. Por una parte, el duque Jouheav quiso hacer un grupo no muy grande para no llamar la atención y como sigamos así acabaremos llamándola pero...a Picco se le ve muy obstinado y seguro que encuentra la manera de ir por su cuenta hasta Willem si es lo que se propone. Si en su camino en solitario tiene problemas seguro que nos mete en problemas a los demás. Este mediano...porque no se limitará a hacer las funciones que le manda su señor.Tendré que hablar con el duque a nuestro regreso.

-Bueno caballeros, creo que de todas formas ya ha ganado el si...pero mi opinión es la siguiente: Viendo que Picco ya ha tomado una decisión y esta puede afectar a nuestra misión, ya que si va por su cuenta y se mete en problemas seguro que nos afecta a nosotros también, prefiero tenerlo vigilado todo el tiempo para que no haga nada que nos pueda dañar.-dijo la elfa mirando a sus compañeros. En ese momento se giró y miró directamente a los ojos al mediano-Pero Picco quiero que sepas que tu actitud no me parece la de un buen siervo. El duque Jouheav te pidió que vinieras hasta aqui, correcto. Pero no que siguieras adelante y tendrías que haber comprendido que es porque tu presencia puede poner el peligro todo nuestro trabajo, por lo que espero sepas comportarte y mantenerte al margen. Vas a ser un mero acompañante.De todas formas a la vuelta hablaré con el duque por tu comportamiento.

Naedunëa aparto la vista del enano y se acerco a Sigmund y en susurros le comento...Te prometo que no volveré a decir nada sobre Picco, ni bueno ni malo, pero no pretendas que lo trate como a los demás. Su comportamiento lo deshonra, no sabe acatar lo que le mandan y por ello para mi no puede ser como vosotros.- La joven elfa esperó a escuchar lo que el resto del grupo tenía que decir.

El marinero miró extrañado y algo molesto a Áran. Con el ceño fruncido y mirándolo con recelo se giró hacia el barco.

- ¡Capitán! Aquí me piden santo y seña.

Esperó unos segundos a que el capitán se asomara por la borda. Este escrutó a Áran con un gesto serio y malhumorado.

- Embarca maldito grumete desconfiado, o te haré tragar una tonelada de flor de Malea.

Acto seguido abandonó su lugar y se perdió de vista hacia el interior del barco.

Sigmund, al oír lo que le susurró la elfa le contesto rápidamente con un susurro: Tienes toda la razón Nae y pienso como tú. Sigo viendo más inconvenientes que ventajas, pero es un peligro que nos delate si va solo.

Sigmund siguió con los brazos cruzados escuchando a Calypso y Thorin, aunque la votación ya estaba hecha quería escuchar que opinaban ellos.

Picco observó cómo poco a poco los viajeros iban votando y al ver que en general lo iban apoyando el mediano se animó visiblemente. Entonces, la elfa hizo un comentario que resultó hiriente para el mediano.

- ¿Que no soy un buen siervo? -preguntó Picco con gesto de incredulidad -Con todos mis respetos, señorita Naedunëa, me gustaría que encontrara un mediano en todo Embelyon que recorriera tantos quilómetros como yo he hecho sin relentizar a un grupo de aventureros como vosotros para conseguir un transporte marítimo a las órdendes de su amo. Quisiera que encontrara usted un mediano que arriesgara su vida para salvar a sus amas de las garras de algún tipo de magia oscura. Encuentre usted un solo ser en todo el mundo que estuviera dispuesto a arrastrarse y suplicar a un grupo de guerreros simplemente para que le permitieran acompañarlos. Mis órdenes se limitaban a conseguir este billete hasta Port Drofo, pero el duque no me ha ordenado volver inmediatamente. De hecho, el duque ha dejado a mi criterio la elección de mis próximos movimientos. Está en su derecho de hablar con él, pero permítame disentir en su opinión de lo que es ser un buen siervo.

Tras decir esto Picco experimentó una nueva oleada de dolor ante las hirientes acusaciones de la elfa.

No lo puedo creer. Después de haberle servido todas y cada una de las veces que ha acudido al palacio de Fianosther. Después de tantos años sirviendo fielmente al duque, es ella, la que más me conoce, la que me ha acusado de ser un mal siervo. No me dolería tanto que me acusara de débil, lento, o incluso cobarde. Pero a estas alturas y después de todos mis esfuerzos que me acuse de mal siervo... es tan... injusto...

Calypso escuchó atentamente als palabras de todos. - La decisión está tomada... pero me gustaría expresar mi opinión. -

- Confío en tí Picco. He escuchado tus palabras y visto tus actos. Creo, además, que alguien como tú sería de gran ayuda en esta expedición. Y no infravaloro tus habilidades. Seas o no un buen combatiente, creo que alguien con tu pericia sería muy útil a lo largo del viaje.... Sin embargo. - Calypsdo hizo una larga pausa antes de hablar. - Mi decisión es un rotundo NO, no deberáis venir-

Calypso continúa, con palabras suaves y amistosas - Y la razón es la siguiente. Tarde o temprano creo que Arán intentará matarte, Picco. Sin razón, o con ella. Se que ocurrirá. Sin duda. Creo que Áran es muy bueno en lo suyo, quizás mejor que tú. Al fín y al cabo, fué él el que te descubrió cuando nos acechabas. Así que, creo que con sólo con uno de los dos será suficiente, sobre todo, porque tarde o temprano ocurrirá un problema grave entre vosotros dos ... Y ahí estaréis causando un problema que nos afectará a todos.

- Si te das cuenta Picco, si mi voto es un rotundo "no" es por tu bien. Y por el bien del grupo.

- Y otra cosa. - Esta vez Calypso pone gesto de bastante enfado. - Y esto va por Áran y por tí (Picco). Me caes bien, pero esto es un grupo. Y trabajamos como un grupo. Yo acataré las decisiones de Sigmund o las que tomemos en conjunto, auqnue no me gusten. ¡¡¡Al que vaya a hacer lo que le de la gana cuando le de la gana, puede coger sus cosas y largarse!!!

Si a alguno le sorprende el gesto del sacerdote, Caliypso añade - Pélor puede ser un dios benévolo. Pero también sabe ser justo o iracundo cuando hace falta -

- Picco y Áran en el grupo. No me gusta. Esto acabará mal. Pero bueno ... es una decisión que debo respetar.