Partida Rol por web

- Ewan era mucho más calmado y cercano a mi, eso es cierto pero es que... Él fue el escudero de mi padre y nos conocimos mucho antes... Después te conocí a ti y claramente no estaba acostumbrada a tus formas pero siempre me respetaste y por eso te admiraba y respetaba... En casa siempre decían que debía casarme con quienes compartieran nuestras creencias y nuestras formas... Y, que nunca debía menospreciar a alguien por creer en las viejas tradiciones pues todos venimos de ellas... Nunca me he sentido cómoda ante provocaciones pues siento que podría hacer algo que causara pesar y desgracia a mi casa y mis gentes... Lamento si te hice pensar que no me interesaras o no me caías bien... Siempre estuviste ahí para mi, tal y como lo estuvo Ewan... Y por eso te estaré siempre agradecida y, seguramente nunca podré hacer nada para agradecértelo de verdad... Para mi, siempre serás un buen amigo y alguien importante... 

-Tu también para mi Ela, pero por favor, tapa ya ese escote que no sé cuanto podré resistir sin mirarlo- dijo medio en broma medio en serio Sir Aidan.  -¿Quieres que alguno de los druidas del círculo de Burcombe revise a Edward a ver si hay algo que puedan hacer por él?- se ofreció Aidan

- ¿Cómo?

Bajó los ojos y al observar el como sus pechos hinchados sobresalían ligeramente por su ropa sus mejillas se sonrojaron y buscó la forma de taparse, para ello usó la capa que había traído para el viaje.

- Lo lamento... La ropa ahora... Bueno, necesito más talla y este vestido no es mío... Lo lamento mucho...

Ahora su rostro estaba totalmente rojo por la vergüenza y era incapaz de mirar de nuevo a los ojos a Aidan.

- Aunque quisiera, él no lo querría... Quiero creer que se le pasará, cuando vea que vuelve a estar en casa, con su familia... 

Aidan se giró y tomó una capa que portaba.  -Toma, cúbrete con ella- dijo entregándosela -Alcanzará para cubrirte un poco más que ese vestido.  Entiendo lo de Edward y quizás sea mejor así.- entonces guardo un segundo de silencio y le consultó  -¿Quieres comer algo?-

Sonrió ligeramente con aquella dulzura que siempre poseía.

- Si, creo que si... El viaje de regreso será largo por lo que pediré que me preparen también algunas raciones de viaje... Gracias Aidan...

Esperó a que llegara la comida para continuar con la charla.

- Sabes Aidan, siempre he sentido curiosidad por algo... Tus bromas e indirectas... ¿Siempre han sido con la intención de hacer que me sonrojase e incomodase? O, ¿ha habido siempre algo detrás? 

Pidieron algo para comer y continuaron hablando -Pues la verdad que quería hacerte reaccionar.  No veía allí a mi amiga, veía a una imitación vacía, sin la frescura que la había caracterizado siempre....- se quedó pensativo unos segundos y agregó -Creo que buscaba complicidad, buscaba saber si seguías estando ahí dentro y si había un lugar allí para mi.  Si creo que en el fondo lo hacía por eso.  Mira prueba esto, está exquisito- agregó mientras le sirvió un poco de carne de cordero de su propio plato.  -Lo cocinan con unas setas muy sabrosas y la salsa también lleva papas y varias hierbas, en nuestras festividades solemos servirlo.  Hay algo que me dejó muy intrigado y quisiera preguntarlo.  ¿Recuerdas el funeral de mi hermana?  ¿Recuerdas que al día siguiente me comuniqué con ella y ella nos trajo mensajes de la familia de Ewan y de tus propios hermanos.  ¿Por qué guardaste silencio? ¿Por qué no aprovechaste para hablar con ellos?  ¿Fue por Edward?-

Ealasaid no pudo evitar reír muy sutilmente ante las palabras de Aidan mientras aceptaba lo que éste le ofrecía.

- ¿Y sigo estando ahí Aidan? ¿O soy una espectro de lo que antaño fui? 

Saboreó la comida con elegancia y delicadeza, disfrutando de aquellos manjares que no eran habituales en sus tierras y que tampoco acostumbraba a comer. 

- Es muy probable que así fuera Aidan... - Su rostro se ensombreció y entristeció - Perdí a tres de mis hermanos y al hijo que llevaba en mi interior... Aquello fue un duro golpe y Edward me convenció que debíamos ser más fervientes y creyentes para con Dios... Llevo muchos años creyendo que estoy maldita Aidan, que la muerte se ha fijado a mi y que quiere arrebatarme todo cuanto amo... 

La sombra del dolor y del miedo regresaron a ella tal y como sucedió en aquella oscura época en donde apenas parecía una muerta en vida. 

-Esta noche estas y brindo por ello- dijo alzando su copa, chocándola suavemente contra la de Ealasaid y luego dando un sorbo a su bebida.  Luego sonrió ante las palabras de Ealasaid -Por supuesto que no estás maldita, creé en mi, se de lo qué hablo.  Nací bajo el auspicio de Bran nuestro dios de la muerte y esas cosas simplemente pasan.  No podemos oponernos a la voluntad de un dios, al menos no siempre ni por mucho tiempo.  Fue el propio Bran quien me concedió el don de hablar con los muertos, de traer sus voces desde las tierras que están al este donde se los lleva junto a sus cuervos.  Y en general tienen una vida mejor que la nuestra aquí por acomodada o no que sea nuestra posición.  Ellos son felices allí, sobre todos los niños que partieron sin hacer mal ellos son quienes más disfrutan de aquella otra vida.  A mi hablar con ellos me tranquiliza, me da paz, por eso quise ofrecerles esa posibilidad.  Pronto intentaré hablar con Ewan para saber si hay algo que le hubiese gustado decir antes de marchar y transmitir sus palabras.  Si, tranquila, te haré saber si tiene un mensaje para ti.-

Brindó con una sonrisa sincera, humedeciéndose los labios con el líquido de la copa mientras continuaba escuchando a su amigo.

- Entonces... ¿Por qué me sigue la muerte desde niña Aidan? Todos a mi alrededor mueren... Es como si este mundo quisiera borrar todo cuanto está relacionado con mi sangre y mi familia... - Sonrió con cierta complicidad y calma - Por favor... Cuando hables con él... Dile que le echo de menos, que he hecho todo lo posible para que Mollie tenga una buena vida y que sus tierras sigan perteneciendo a su familia... Y también... Que mi primogénito lleva su nombre... 

-Esa es sólo tu percepción.  La muerte nos persigue a todos por igual, todos moriremos en algún momento Ela.  No podemos saber cuándo, pero llegará el día en que Bran nos llamará y deberemos acudir a él.  Si te hace sentir más segura conozco un ritual para quitar maldiciones, pero debo advertirte que involucra grandes cantidades de sexo con el Señor, la Señora de Burcombe y sus cortesanas- sonrió -Vamos hazme caso no estás maldita, abandona esa idea o terminarás maldiciíendote a ti misma.  Mira, si quieres, y hablando en serio ahora, puedes venir a Burcombe con cualquier excusa y puedo pedirle a algunos de nuestros Druidas y Brujas que busquen si lo estás y te quiten cualquier maldición que puedas tener.  Pero confía en mi palabra, tu única maldición es tu belleza- terminó giñandole un ojo con una sonrisa mientras se llevaba un bocado de comida a la boca.

Los ojos de Ealasaid se abrieron al escucharle decir lo de las grandes cantidades de sexo y su rostro se tornó tan rojo que apenas se distinguía la auténtica tonalidad de su piel.

- Yo... Yo... 

Cuando vio que se trataba de una broma respiró aliviada, negando con la cabeza ante la costumbre que aún mantenía Aidan y lo inocente que seguía siendo ella para caer una y otra vez en aquello.

- Te haré caso... Después de todo tu eres quien más entiende de todos estos asuntos y confío en ti. - Sus mejillas habían perdido esa tonalidad tan rojiza, aún así seguían ligeramente sonrojadas - ¿Y de qué sirve tanta belleza Aidan? Jamás me beneficiado en nada... Cambiaría toda mi belleza para que Idmiston prosperara y mis hijos sobrevivieran... 

-Bueno, si no fueras tan... estructurada en tus creencias seguramente te serviría para... divertirte de sobre manera digamos.   Vamo Ela, no llenes tu cabeza de pensamientos obscuros, de nada sirve.  No podemos cambiar el pasado ni revivir a nuestros muertos.  Pero puedes vivir por ellos, para que se sientan orgullosos de tí en las tierras del este.  Puedes incluso pedir su consejo, yo puedo ayudarte con eso si lo deseas.-

Suspiró con una cálida sonrisa.

- Es como me han educado Aidan y es difícil cambiar veitidos años de educación... Me divierto, con Edward... O bueno, me divertía... - Suspiró mientras volvía a mirar por la ventana - Sé que lo harías... Y también sé que no puedo dejar a Ewan y a Eyvind mucho tiempo solos... Sabes, al contrario que otras damas he decidido alimentar por mí misma a Ewan y, además, parece que a la pequeña Eyvind también le gusta, pues no es raro que me pida pecho también... Supongo que por eso me cuesta encontrar ropa en donde no sobresalgan tanto... 

-Pues a mi también me gusta y no creo que vayas a dejarme probar- dijo Aidan en un tono que no dejaba entrever si se trataba de una broma o no

Aunque su rostro continuaba ligeramente enrojecido, parecía que esta vez no iba a volver a caer en las provocaciones y juegos de su amigo.

- Puedo creérmelo Aidan pero para eso tenéis los pechos de vuestra esposa y cortesanas... ¿Correcto? Además, ahora una os ha dado un heredero, por lo que podréis disfrutar de ello cuando gustéis... 

-ahhhhhhhhh, no tiene gracia si no te enfadas un poco o haces esa mueca de noble estirada- dijo entre carcajadas mientras se estiraba hacia atrás en la silla.  Entonces cambió radicalmente de tema  -Es increíble cómo la llegada de un hijo lo cambia todo.  Cómo las prioridades se ordenan de otra forma, cómo tu mundo se reduce y cómo una criatura tan pequeña se convierte en tu mayor fortaleza y a su vez en tu mayor debilidad.  ¿Qué será lo que provoca eso?  ¿Acaso será nuestro ego pues lo consideramos de alguna forma parte de nosotros mismos?  ¿O será alguna otra fuerza?  ¿Tú qué opinas?- 

Negó con su cabeza mientras una divertida sonrisa se dibujaba en su rostro.

- Bueno, al final ya terminaré por acostumbrarme a tus bromas y como parece que nada de lo que dices va en serio, pues... Ya no tengo por qué avergonzarme tanto, ¿no crees?

Esta vez su sonrisa fue tierna y cargada de afecto.

- Lo cambia todo, absolutamente todo... Son tan pequeños y frágiles... Hacen que todo tu ser piense solamente en lo mejor para ellos... ¿Qué lo causa? En mi caso diría que la fuerza de la creación e imagino que en el tuyo también podría aplicarse... No creo que sea el ego... Eyvind no es realmente mi hija y aún así estoy criándola como si lo fuera y también la amo... Así pues, simplemente creo que quienes sienten y piensan así es porque son buenas personas... 

Una sonrisa alegre y a la vez pícara se dibujó en el rostro de Aidan.  -Ela- dijo -Bran no lo quiera, pero si Edward muere... ¿Aceptarías casarte conmigo?- su rostro era ahora serio y no dejaba duda alguna de que la pregunta había sido verdaderamente solemne.

Ealasaid miró con calma a Aidan, jugando casi inconscientemente con el borde de su copa entre las yemas de sus dedos mientras se quedaba pensativa.

- Aidan... Aunque yo dijera que si y aunque quisiera que eso fuera así, no está en mis manos decidirlo... Es el conde quien tomaría esa decisión y yo, simplemente podría intentar negarme o aceptarla... La otra cuestión es si el conde aceptaría que yo me uniese a ti en matrimonio, especialmente cuando ya estás desposado y, por lo que he oído, vas a volver a hacerlo... Eso, significaría que tendrías tres esposas y no sé hasta que punto aceptaría eso el conde o significaría algo bueno para mis gentes y mi familia... 

Ahora hablaba como la mujer responsable y noble que era, como aquella que tenía una familia de la que cuidar y dos señoríos por los que preocuparse. 

- Si puedes superar todo eso y el conde aceptara... Bueno, quizás me lo plantearía... 

No había dicho que no pero tampoco había dicho que si, dejando todo aquello en el aire mientras sonreía con cierto juego, recordando un poco a la jovencita que era antes de convertirse en dama de la corte. 

Aidan puso cara de disgusto -Ves.  Ahí está otra vez, por ese instante ya no fuiste Ela, fuiste la dama de la corte que da vueltas para disfrazar una respuesta.  Un simple No hubiese bastado sin tener que adornarlo con tanta floritura.  Igual quedate tranquila, Edward regresará de todas sus batallas es un buen guerrero, mejor que yo seguro.  En los últimos enfrentamientos tuve que dejarlo salir y convertirme para evitar que nos masacraran.  Lastima que no fue suficiente para salvar a Ewan-