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La Gran Campaña de Pendragón: Período de Uther (485-495 d.C)

Visita al señorio Berwick St. James (Caerwyn y Caderyn)

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02/10/2021, 19:19
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

La dama se aferró a las palabras de su amado, atesorándolas en lo más profundo de su corazón. Sonrió y asintió con la cabeza antes de besarlo.

Cathleen sonrió cuando el varón, aún sin pronunciar palabra, supo de inmediato lo que ella le estaba sugiriendo. Así, cuando Caderyn apoyó su cabeza en el regazo de la mujer, esta besó su frente y se deleitó acariciando sus cabellos rubios mientras miraba hacia la lejanía.

Ciertamente, la pregunta del caballero la tomó desprevenida, atrayendo de nuevo su mirada sobre él. Pensativa, contemplando el rostro de su amado mientras le acariciaba la naciente del cabello, Cathleen reflexionó sobre la cuestión formulada.

Conociéndolo... os habría celado— confesó con una sonrisa burlona —, pero os habría terminado aceptando sólo por el hecho de verme feliz— se inclinó para besar sus labios con ternura —. Y, sin duda, me hacéis más dichosa de lo que jamás pude soñar.

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02/10/2021, 19:42
Sir Caderyn de Tisbury

Caderyn cerró los ojos y arrugó la nariz de forma cariñosa al sentir los labios de su amada sobre su frente, suspirando gratamente ante las suaves caricias de Cathleen hacia su cabello. No pudo evitar cerrar los ojos y tomar una larga bocanada de aire, seguida por una exhalación igual de larga.

No sabéis la paz que siento al estar aquí, en vuestro regazo —susurró él, con voz apacible, aunque abrió los ojos y soltó una pequeña carcajada al escuchar la respuesta a su pregunta—. Bueno, no puedo juzgarlo. Yo también querría sólo lo mejor para alguien tan maravillosa como vos —añadió, aunque al instante alzó las cejas y puro cara de circunstancia, si bien un poco fingida—. Sólo espero no quedarme corto —aunque Cathleen acalló todas sus dudas con aquel tierno beso, que hizo que la sonrisa aflorara otra vez en los labios del de Tisbury—. Es todo un honor para mí, amor mío, os lo aseguro —reiteró, acariciando una de las mejillas de la dama con los dedos, desde abajo—. Podría acostumbrarme a esto, ¿sabéis? —alzó un poco la mirada, para disfrutar brevemente de la vista de Berwick—. La compañía de la mujer que amo, una vista arrebatadora y tranquilidad... ¿está mal querer vivir así el resto de la vida?

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02/10/2021, 20:53
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

Cathleen rió por lo bajo ante la réplica del varón —Lo cierto es que me sobreprotegía en demasía— confesó con cierta nostalgia —, incluso frente a nuestra madre... no sé explicarlo. Quizá se deba a haber sido gemelos, porque ni siquiera con Maise, y mira que la mimábamos, había un vínculo como el nuestro, donde ninguno podía concebir la vida sin el otro— suspiró con añoranza, pues esa herida la llevaría siempre, pero al menos ya estaba sanada —. Por eso quizá tengáis razón y él vive a través de mí, igual que una parte mía falleció con él.

Guardó un solemne silencio por el recuerdo de sus hermanos, ya que la mención a Maise sí suponía una herida más reciente que aún faltaba por cicatrizar- De hecho, una de las razones de que Caderyn fuera a visitarla era para consolarla y, a todas luces, había logrado su objetivo con creces.

Entonces el caballero le arrancó una nueva sonrisa al decir que podría acostumbrarse a aquello. Cathleen tomó su mano, besando sus nudillos y acunándola contra su corazón antes de inclinarse para besar de nuevo la frente de su amado y retirarse con la emoción alojada en su parda mirada —Dios mediante, podréis acostumbraros. Pues las puertas de Berwick siempre estarán abiertas para vos, mi señor— dijo afectuosamente, acariciando su faz con devoción —. Al menos hasta que esta lucha haya terminado y podamos estar juntos abiertamente.

Siguió la mirada de Caderyn hacia el horizonte y cerró los ojos, imaginándose allí mismo en unos años. Caderyn con una poblada barba tocando el laúd de espaldas a la encina mientras ella jugaba con sus hijos con espadas de madera. Sonrió ilusionada ante esa estampa y no tardó mucho en volver a mirar a su amado.

Ahora que lo pienso— comenzó a decir —. Realmente sé poco sobre vos. No sé si tenéis hermanos y hermanas, o cómo es vuestra familia.

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03/10/2021, 13:28
Sir Caderyn de Tisbury

Caderyn observó en silencio a Cathleen mientras hablaba, limitándose a colocar con cariño una mano sobre su mejilla, acariciándola. Después de todo, él sabía lo que era el dolor y la muerte, pero pocas cosas se comparaban a perder a la persona con la que habías, en el sentido más puro de la expresión, llegado al mundo.

— Las pérdidas siempre se llevan una parte de nosotros —reconoció él, sin dejar de acariciar su mejilla, aunque se quedó tranquilo cuando la dama guardó silencio, respetando aquel momento de reflexión y respeto para los que ya no estaban.

Los besos depositados sobre sus nudillos por parte de la pelinegra hicieron sonreír nuevamente al de Tisbury, cerrando los ojos para disfrutar del tacto de los labios de su amada sobre su frente, incluso inclinando un poco la cabeza para rozar pícaramente sus labios. El caballero sonrió y asintió.

— Y yo haré uso de la hospitalidad de Berwick —respondió él, seguro—. Quizás hasta terminéis aburrida de mí —bromeó él, capturando brevemente uno de los dedos de su amada entre sus labios, aunque lo liberó instantes después.

La pregunta no es que lo tomó por sorpresa, pero si lo hizo fruncir un poco el ceño, pensativo, pues la verdad sea dicha, no había pensado en su familia desde que había llegado al señorío. Se quedó en silencio un par de segundos, como ordenando sus ideas.

— Pues... mi padre se llamaba Cynefrith, y mi madre Sofia. Su matrimonio fue... bueno, más algo práctico que otra cosa. Al menos por lo que me cuentan los sirvientes más viejos, ya que mi madre no... vivió mucho más después de alumbrarme. Murió dando a luz a mi hermano Dan, quien también murió en el parto —su voz no denotaba demasiado dolor, si bien un toque de nostalgia. Había vivido toda su vida sin su madre, prácticamente—. Poco después mi padre volvió a casarse con Lady Rebecca, quien... bueno, prácticamente me crió como si fuera su hijo. Nunca sentí envidia de su parte, como suele suceder con las madrastras, por el hecho de que sus hijos no tuviesen heredad. Al contrario, siempre se esforzó por hacerme sentir atendido, cuidado y querido —sonrió levemente—. De parte de Lady Rebbeca tengo una hermana pequeña, Bonnie, de 12, y dos hermanos... gemelos —entornó un poco los ojos, mirando a Cathleen suspicazmente, como si apenas se hubiese percatado de aquello—. Mark y Frederick. Ellos tienen 10, y ya están entrenando como pajes para empezar a ser escuderos cuando cumplan 14. Son buenos chicos... y es algo más que tenemos en común, al parecer. Los gemelos —dejó salir una pequeña risa—. Soy un libro abierto para ti, mi amor, y me gustaría... que conocieras Tisbury también, eventualmente.

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03/10/2021, 16:30
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

Cathleen negó con la cabeza —¿Aburrirme de vos?— preguntó dándole un toque en la nariz de forma encantadora, antes de susurrarle —Jamás— añadió con una sonrisa ladina cuando el caballero atrapó uno de sus dedos. Involuntariamente, Cathleen se humedeció los labios.

Entonces el varón le habló de su familia y ella lo escuchó con suma atensión, acariciando sus bucles dorados, enredando sus dedos en ellos con delicadeza. Arrugó el ceño con pesar al oír sobre la muerte de su madre —Siento vuestras pérdidas, amor mío— dijo con sinceridad —. Pero Lady Rebecca debe ser una mujer de gran corazón si os ha aceptado como a un hijo, teniendo los suyos propios— ciertamente, consideraba que era muy afortunado en ese aspecto. 

Eso sí, desconocía que hubieran gemelos en la familia del de Tisbury, aunque bien podrían ser por parte de Rebecca y no de su padre, Cathleen sonrió mientras arqueaba una ceja ligeramente. No dijo nada pero era obvio lo que pensaba.

Lo haré, amor mío... En cuanto mis obligaciones me lo permitan. Bueno, mejor dicho, nuestras... Ya me entiendes— dijo, inclinándose para besar sus labios sólo que esta vez, su lengua se coló entre ellos, buscando la de su amado en un beso largo y lento sólo por el mero placer de poder hacerlo.

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03/10/2021, 19:06
Sir Caderyn de Tisbury

Caderyn arrugó un poco la nariz al sentir su toque, aunque de forma graciosa, y sin dejar de sonreír.

— ¿Me lo prometéis? —preguntó él, mirándola a los ojos, los suyos rebosantes de amor, y un tono cariñoso y lleno de sueños. De hecho, no tardó mucho en buscar sus labios una vez más, irguiéndose un poco.

— Y yo —respondió él, tranquilo, disfrutando de los mimos de su amada—, así como las vuestras... pero como dijisteis no hace mucho, todo forma parte y nos ha hecho ser quienes somos... y yo no me arrepiento de nada, si fueron esas vivencias las que me llevaron a vos —concluyó, con afecto en la voz.

La sonrisa, desde la percepción de Caderyn, un poco ladina por parte de la dama, hizo que el caballero soltara una pequeña carcajada. Sabía lo que estaba pasando por su mente, y el rubio cerró los ojos brevemente, imaginándose aquella imagen.

— Sería hermoso, y muy adecuado —dijo él, sin abrir los ojos, imaginándose también a Cathleen paseando por Tisbury. Sin embargo, cuando mencionó aquello acerca de sus obligaciones, el rubio frunció un poco el ceño, abrió los ojos y volvió a buscar los labios de su amada, percatándose de que ella estaba haciendo lo mismo.

Ambos se encontraron a mitad de camino, fundiendo sus labios una vez más en un apasionado beso, el varón recibiendo gustoso la lengua de la mujer, acariciándola con la suya con deliberada lentitud, disfrutando de cada segundo de aquel beso. Sus manos abrazaron a la mujer a la altura de su nuca, aunque los dedos del hombre pronto se hundieron entre los cabellos de su amada, acariciando su cabeza con sumo afecto, mientras sus labios y lengua seguían llenando de atenciones a Cathleen. Tras un tiempo de pasional intercambio, el caballero se separó para tomar aire, con la respiración ligeramente entrecortada.

— En este momento... sólo existimos tú y yo, y éste es nuestro pequeño remanso de paz —dijo él, en un susurro cariñoso, sintiéndose de forma similar a cuando estaban en el refugio de caza, si bien ahí tenían menos... privacidad, por decirlo de alguna manera.

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03/10/2021, 20:43
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

Claro que sí— respondió ella, saliendo al encuentro de sus labios, un beso breve pero sentido.

Ciertamente, las pérdidas y experiencias los habían llevado hasta aquel momento. Tal vez si hubiera aceptado la mano de Mollie no estaría allí ahora con aquel maravilloso hombre, aunque también cabía la posibilidad de que se hubiera enamorado secretamente de otro varón, pues indudablemente pasaba demasiado tiempo con los caballeros vasallos de su señor, aunque siempre había intentado mantener la distancia para evitar intimar con ellos. Su secreto era demasiado peligroso para arriesgarse y, aún así, había permitido a algunos conocer más de "Caerwyn" de lo que la cautela aconsejaba.

Cathleen miró a su amado embelesada, pues ninguno se había acercado tanto cómo él y no podía evitar pensar si su fortuito encuentro en Londres era obra de un ente superior. Intentó calcular las posibilidades en vano, pues podría haberse cruzado con otro hermano de armas y, sin embargo, el destino quiso que fuera él. La mujer sonrió y se inclinó para frotar cariñosamente su nariz contra la de Caderyn —Un beso de duende— susurró, guiñándole un ojo al apartarse, alimentando esa fantasía sobre las fatas. Quién sabe, quizá fuera magia feérica la que uniera sus destinos y sus corazones.

Ladeó la cabeza intentando discernir si el varón acababa de leer su mente, mas tuvo que sonreír con cierto rubor decorando su rostro. Nunca se había visto a sí misma como madre pero Caderyn había superado todas sus expectativas, sembrando dudas y esperanzas a partes iguales. Sintió un estremecimiento y suspiró enamorada.

Sonrió con amplitud. Sus labios estaban enrojecidos tras el largo y apasionado beso, así como sus mejillas, mientras su mirada brillaba de emoción mientras escuchaba los susurros del caballero, muy similares a los que dijera ayer en el refugio. Cathleen miró alrededor. Aquella parte del señorío estaba vetada para los aldeanos y granjeros, se mordió el labio, pensativa y miró nuevamente a su amado —Esta noche... creo, creo que dejaré mi puerta abierta— susurró, algo abochornada, desviando la mirada mientras su rostro se enrojecía un poco más.

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04/10/2021, 20:55
Sir Caderyn de Tisbury

Caderyn asintió a la respuesta de la pelinegra, confiando plenamente en sus palabras, y esbozando una sonrisa que no hizo sino ensancharse cuando los labios de ambos se encontraron a mitad de camino en efímero pero apasionado beso.

La mirada enamorada de Cathleen lo hizo sonrojarse nuevamente, pues su pecho se henchía de afecto y emoción cada vez que caía en cuenta que, por una gran bendición del destino, había sido él quien rompiera el hechizo de la mujer. El hombre sonrió al sentir el contacto repetido con su nariz, arrugando la suya graciosamente y dejando salir una carcajada. Ante la cercanía, no tardó en acariciar sus mejillas, para luego abrazarla por la nuca, juntando sus mejillas en un cálido abrazo. Caderyn cerró los ojos y dejó salir un suspiro de paz.

— Si viene de ti, quiero todas las formas de beso posible —respondió él, en un susurro amoroso y cómplice, sonriendo suavemente al ver su guiño.

Aquel gesto por parte de la mujer le sacó una pequeña carcajada, y sonrió victorioso al percatarse de su sonrojo. Sin embargo, le pareció sumamente curioso, aunque maravilloso también, el nivel de complicidad que podían llegar a tener. Caderyn volvió a cerrar los ojos, inhalando esperanzado, bebiendo nuevamente de los labios y lengua de su amada, mientras sus manos empezaron a tocar suaves y plácidos acordes en el laúd para acompañar aquel amoroso momento. No obstante, las palabras que pronunció la dama turbaron al caballero en el mejor sentido de la palabra, causando que errara la pisada, y en lugar de sacar una bonita armonía, lo único que le arrancó al laúd fue un conjunto de notas discordantes. El rubio abrió los ojos de golpe, un evidente sonrojo recorriendo gran parte de su rostro y cuello.

— Y-Yo creo que... la noche se me antoja perfecta para... dar un paseo por el torreón —respondió él, nervioso y pícaro al mismo tiempo, tratando de no apartar la mirada de su amada por el bochorno, pues le encantaba ver cómo su faz se sonrojaba—, si a mi anfitriona le parece propicio —añadió, esta vez más con picardía que vergüenza.

El caballero volvió a pasear su mirada por la faz de su amada, detallando cada pequeño detalle, en especial sus cicatrices, que le parecían hermosas. Sin embargo, un pensamiento llevó a otro, y el rubio frunció el ceño de golpe, recordando algo.

La herida que recibistéis en Mearcreed Creek, ¿quién os la curó?

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05/10/2021, 00:08
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

A Cathleen le relajaba jugar con los mechones de sus rubios cabellos, quizá demasiado tiempo con el pelo corto le hacía añorar su cabellera negra —Me abochornáis, mi señor— dijo ella con las mejillas sonrojadas —, pero... Cuántas formas de... besos creéis que hay— preguntó con curiosidad y vergüenza a partes iguales.

La mujer disfrutó del silencio de ambos, de la paz de aquel lugar y de la melodía con la que su amado acompañaba sus pensamientos. Pero cuando algunos de esos pensamientos asomaron a la realidad, Caderyn perdió un poco el tino y ella no pudo reprimir la risa al ver que su sugerencia había hecho errar al bardo en sus notas. Sin embargo el contraataque del caballero fue certero y pudo ver cómo Cathleen tragaba saliva mientas se acentuaba aún más su rubor.

Sí... Por supuesto. Aunque... el torreón es muy viejo y sus maderas pueden crujir... quizá deberíais ser silencioso, mi señor— sugirió con un brillo travieso en la mirada y una sutil sonrisa en los labios.

Cathleen era consciente de sus cicatrices. Una mujer con el rostro marcado se esa manera no era nada habitual y bien podría afectar a su belleza. Ella lo sabía y, sin embargo, la forma en que Caderyn la miraba la hacía sentir verdaderamente hermosa.

Entonces llegó aquella pregunta y la dama arrugó el ceño —Lady Indeg— respondió muy seria —. Sir Ewan me lo dijo. Él vendó mi brazo para evitar que me desangrara y Lady Indeg me trató la herida más grave— miró hacia el horizonte —. Hablé con ella para darle las gracias y no mencionó nada al respecto, sólo que hizo lo que debía— Cathleen arrugó el ceño —... Tuvo que darse cuenta. Lo sé. Pero... ¿Por qué no decir nada?— miró a su amado, preocupada.

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05/10/2021, 22:32
Sir Caderyn de Tisbury

Pues... la verdad es que es algo en lo que no había pensado... hasta ahora —respondió él, en tono pícaro y dulce al mismo tiempo—, pero... ahora que lo hago, lo único que pasa por mi cabeza es que quiero descubrirlas todas con vos —continuó, esbozando una sonrisa sincera y depositando en los labios de su amada un tierno beso.

El sonrojo del caballero no hizo sino aumentar ante la astuta y tentadora respuesta de Cathleen, aunque la sonrisa en su rostro daba a entender que le estaba encantando ese "taimado" duelo de palabras que estaba librando con la dama. Caderyn se humedeció los labios, un gesto que era claro tenía la intención de picar a la mujer, antes de responder.

— Trataré de ser lo más sigiloso posible, milady, aunque... he de admitir que es posible que la... emoción del momento quizás me lo dificulte un poco. Verá, una fata me ha hechizado, y digamos que... me hace perder un poco el control —hizo una pausa y soltó una pequeña carcajada—. Bueno, quizás más de un poco, pero os juro que haré mi mejor esfuerzo —"prometió", aunque por su tono de voz estaba claro que... bueno, estaba siguiendo más ese juego pícaro que otra cosa.

La respuesta por parte de la dama hizo que el caballero arrugara un poco el ceño también, dejando de lado aquel jugueteo para concentrarse en otro tema igual de importante.

— Lady Indeg —repitió, haciendo memoria—. Una dama influyente, y con una gran heredad, que seguro ha visto mucho. Si mal no recuerdo, ha enviudado dos veces, así que tiene la posibilidad de escoger a su marido ahora —hizo una pausa, pensando—. Ciertamente es... imposible no darse cuenta, la herida está demasiado cerca de... bueno —se aclaró la garganta, sonrojándose levemente—, ya sabes —sin embargo, su bochorno inicial dió paso a la duda y la preocupación—. Quizás... ¿está esperando el momento adecuado para jugar esa ficha? —apretó un poco los labios, torciendo también el gesto—. Es preocupante, pero... no se me ocurre otra razón, a no ser que... ¿realmente quiera ver a una mujer caballero triunfar y que le enseñe al resto de hombres que sí que podéis? —también era una posibilidad, después de todo.

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06/10/2021, 23:51
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

La mujer se quedó sin palabras, claramente abochornada por imaginarse de cuántas formas podrían llegar a besarse un hombre y una mujer. Por suerte el tierno beso de Caderyn la sacó del apuro, ya que sus mejillas empezaban a tornarse de un rojo más intenso.

El cruce de sutiles sugerencias empezaba a resultar bastante estimulante para Cathleen, tanto así que la réplica del caballero hizo que se le erizaran la piel de la mandíbula. Tragó saliva cuando Caderyn se humedeció los labios, e incluso se apartó la capucha con una mano para frotarse lentamente el cabello corto, nerviosa, deslizando su mano por su propia nuca hasta su barbilla donde, pensativa, se acarició lentamente el labio con el dedo índice, enarcando finalmente una ceja.

Y yo agradeceré vuestro esfuerzo, mi dulce caballero— sonrió traviesa —. Sería impropio de una dama tener que amordazaros, ¿verdad? Y... no quisiera llegar a eso— añadió ladina ensanchando la sonrisa —Aunque... quizá no tanto de una fata.

Obviamente bromeaba, pues jamás le haría mal alguno a su amado si pudiera evitarlo. Ese juego, ese intercambio pícaro entre ambos, más que alimentar su deseo -que también- alimentaba su corazón, pues cuanto más descubría y compartía con Caderyn, más sentía que se enamoraba perdidamente de él.

El tema de Lady Indeg, sobre todo la reflexión del caballero, hizo que Cathleen apoyara la espalda y la parte posterior de su cabeza en el tronco de la enorme encina.

Quizá le resulte... entretenido, pero no me pareció una mala mujer cuando hablé con ella— dijo, mirando a Caderyn de soslayo —. Ciertamente no le pregunté de forma directa si sabía la verdad. No sé si está esperando a que yo la revele e intervenir o, simplemente, salvó una vida más de forma altruista— suspiró —. Hoy por hoy, creo cada vez con más certeza que cualquier cosa puede pasar en esta vida— añadió, sonriendo a su amado.

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08/10/2021, 18:38
Sir Caderyn de Tisbury

Caderyn sonrió al ver que se había llevado el tanto en esa pequeña justa, habiendo enmudecido a la dama. Sin embargo, pronto le "lanzó un cabo" en la forma de un amoroso beso, para llenar el silencio con el cariño que ambos se profesaban. Acarició sus mejillas con suavidad, disfrutando del sonrojo de su amada.

El caballero siguió los movimientos de la mano de la pelinegra con atención, deteniéndose en sus labios cuando ésta los acarició con su dedo índice. Caderyn se mordió el labio inferior con suavidad, deseando hacer lo mismo con el de Cathleen, pero abrió los ojos de golpe, el sonrojo volviendo a viajar hasta su rostro cuando mencionó lo de la mordaza. De hecho, la dama pudo sentir un ligero estremecimiento en el cuerpo del varón, pues ante sus palabras, la mente del rubio no tardó en imaginar ciertas... situaciones, lo que causó que la piel se le erizara. El de Tisbury se humedeció los labios otra vez, pues los sentía sumamente secos, y abrió al boca varias veces para hablar, aunque las palabras no salían. Cathleen había roto la lanza esta vez.

— He de decir que la idea no me parece del todo... impropia —reconoció él, desviando la mirada, abochornado—, quizás hasta un poco atractiva... —soltó el aire de golpe.

Tratando de desviar un poco el tema, aunque en realidad en su interior estaba deseando que la dama lo retomara, el caballero se levantó y descubrió la cabeza de su amada, retirando la capucha. Acarició su cabello con delicadeza y una sonrisa.

— ¿Desearíais dejarlo crecer? —preguntó él, mirándola a los ojos—. No dudo que os veríais hermosa de igual manera, pero me encanta Cathleen con el cabello corto —sonrió.

Pronto pasaron a un tema mucho más serio, y el caballero se cruzó de piernas delante de su amada, entrelazando sus dedos con los de ella. Ciertamente podría resultarle entretenido a Lady Indeg el prospecto de una dama caballero, las posibilidades eran... bueno, difíciles de calcular. Cada cabeza era un mundo, después de todo.

— Sólo espero que haya apreciado vuestra valía y sacrificio, y eso le haya hecho respetaros. A pesar de todo, estoy sumamente agradecido de que haya salvado vuestra vida, como decís, o... nunca hubiera conocido esta dicha que ahora siento —el caballero se estremeció, aunque de pena, de sólo imaginárselo. Ahora que la había conocido, le resultaba imposible pensar en una vida sin Cathleen—. Cualquier cosa puede pasar, incluso las más hermosas, casi como un milagro—respondió él, sonriente también, y uniendo sus labios a los de la mujer en otro amante beso.

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09/10/2021, 21:02
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

La reacción del caballero, lejos de hacerla reír, la hizo enrojecerse aún más. De hecho, tras escucharlo, visualizó a Caderyn semidesnudo sobre su lecho, de rodillas y atándose a sí mismo un pañuelo que le sirviera de mordaza mientras la miraba de aquella forma traviesa que tanto le gustaba a la dama. Se humedeció inconscientemente los labios, pero aún su mente le daría otra imagen más: el caballero invitándola a unirse a él, con las palmas hacia arriba, casi como si la retara. Cathleen sintió un escalofrío placentero.

Yo...— lo cierto es que no supo qué responder a aquello. Carraspeó un par de veces —creo que... sería... ¿interesante?— de nuevo el varón la había dejado sin palabras y muy, muy colorada.

Las caricias de Caderyn en su corto cabello la hicieron recuperar un poco la normalidad.

Lo tenía largo cuando mi hermano falleció, de hecho, ambos lo teníamos, pero al hacerme pasar por él, bueno...— torció el gesto de forma divertida —digamos que al no salirme barba empezaron a mirarme de forma extraña, así que opté por cortármelo, algo que nunca haría una mujer— explicó, mirando a su amado a los ojos —. Si el Conde es clemente, me lo dejaré crecer cuando todo esto se solucione. 

Se quedó mirándolo con curiosidad y rascó suavemente el mentón del caballero —Hablando de barbas... ¿habéis pensado en dejárosla crecer?— preguntó, con cierto brillo juguetón en la mirada —Me gustan las barbas. Quisiera saber qué se siente al acariciar una— reconoció con un matiz de vergüenza.

La mujer acarició el rostro de su amado y sonrió con ternura antes de recibir su apasionado beso.

No hablemos más del pasado— susurró, apoyando su frente en la de Caderyn y cerrando los ojos —. Prefiero mirar al futuro... juntos.

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10/10/2021, 13:50
Sir Caderyn de Tisbury

Caderyn se quedó en silencio brevemente, con la mirada fija en los ojos pardos de su amada. Disfrutó de aquel mutismo cargado de amor y complicidad en el que ambos se habían sumergido, luchando para que su sonrojo se fuera disipando lentamente, pero sin lograrlo demasiado, pues los gestos de la dama no hacían sino poner a volar su imaginación aún más. Al final, una juguetona carcajada brotó de la garganta del varón, y acarició la mejilla de Cathleen con la palma de su mano, capturando entonces la punta de su nariz con los dedos índice y pulgar y apretándola un poco.

— Fatas... —volvió a murmurar, arrugando también la nariz con gracia.

Ya incorporado, el de Tisbury cerró los ojos brevemente, imaginándose a Cathleen con una larga melena. Sus manos acariciaron la línea del cabello en la nuca de la mujer, y cuando finalmente abrió los ojos, se encogió de hombros.

— Lo cierto es que me he enamorado de vos. Cabello corto o largo... lo disfrutaré de cualquier manera, es vuestra esencia y vuestro noble corazón lo que me ha atado irremediablemente —se acercó para besarla amorosamente en los labios, y al alejarse, sonrió cuando la dama acarició su mentón—. No lo había hecho hasta ahora, no —reconoció—, pero... habéis dicho las palabras mágicas —prosiguió, volviendo a sonrojarse un poco—. Me encantaría dejármela crecer para vos, y que... la acariciéis, sin duda —cerró los ojos, disfrutando de los mimos de Cathleen.

El caballero no se movió cuando la dama apoyó su frente sobre la de él. Abrió los ojos brevemente para detallar su faz como le encantaba hacer, pero al ver que ella tenía los ojos cerrados, él hizo lo propio, y abrazó con suavidad la nuca de la dama, acariciando nuevamente la línea de su cabello.

— Sea, amor mío. Nos espera toda una vida llena de maravillas uno al lado del otro, y estoy seguro de que el conde tendrá clemencia, es imposible no ver vuestra valía —fue moviento poco a poco la cabeza, hasta que la de Cathleen quedara apoyada en su hombro, mientras con sus manos empezó a acariciar delicadamente la nunca y la espalda de la mujer—. Recordad una vez más que ahora el camino que transitáis, no lo hacéis en solitario, sino que contáis con alguien dispuesto a soportar lo mejor y lo peor de la vida a vuestro lado.

Permitió que el tiempo pasara, que ambos disfrutaran de la compañía del otro en silencio, de la calidez y la cercanía de la persona que amaban, pero finalmente rompió el silencio con un pequeño suspiro.

— ¿Deberíamos volver? —preguntó él, en voz baja, deseando que el momento no acabara, pero recordando que ahí afuera había un mundo también, y que por más que deseara que se olvidaran de ellos, no lo harían—. Odiaría avivar los... rumores que seguramente ya se estén comentando entre los sirvientes.

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10/10/2021, 19:12
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

La tensión estaba en el aire, pero lejos de ser algo malo, parecía que ambos se regocijaran más allá del rubor y la traicionera imaginación. Eran jóvenes, pioneros en una tierra virgen que escondía muchos tesoros y secretos, y que ambos querían descubrir juntos.

La carcajada de Caderyn le dio un respiro a la mujer, que rió nerviosa por contagio, hasta que sus ojos se sumergieron en los de su amado, enamorada, mientras él acariciaba su mejilla. Lo que no se esperaba fue que le tirase suavemente de la nariz, a lo que ella respondió sonriendo a la par que se mordía el labio, negando con la cabeza —Me lo voy a terminar creyendo, querido— susurró.

Disfrutó de las caricias que Caderyn le regalaba a su cabello. De hecho, el varón pudo sentir cómo se le erizaba la piel de su nuca con cada roce, así como los suspiros placenteros que se escapaban entre los labios de la mujer antes de que él los besara.

Sonrió dichosa y con cierta ilusión cuando él dijo que se dejaría crecer la barba, lo cierto es que sólo tenía ojos para Caderyn, pero... las barbas tenían algo atractivo que ella no podía obviar y, que su amado se la dejara crecer, bueno. Eso abría un mundo nuevo para Cathleen, sin duda.

Lo sé, Caderyn— respondió ella después de unir su frente con la suya y sentir el abrazo de su amado, el cual correspondió con afecto —Aunque aún me parece que todo esto es un sueño— añadió, apartándose para mirarlo a los ojos —y temo despertar.

El tiempo pasó, uno en brazos de otro, sólo disfrutando del mutuo afecto y de las vistas maravillosas que aquel lugar les ofrecía. Cathleen miró al caballero cuando éste se decidió a romper el plácido silencio y asintió, incorporándose antes de sacudirse los ropajes.

Tenéis razón. Regresemos— dijo, aguardando a que Caderyn se pusiera en pie para robarle un furtivo y pasional beso antes de apartarse con una sonrisa traviesa para ir a por su montura.

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11/10/2021, 15:45
Sir Caderyn de Tisbury

— Oh, yo definitivamente lo creo —respondió él, sin dejar de contemplar enamorado la faz de su amada—. Me habéis hechizado, sin dudarlo... sólo espero que vuestra magia no se extienda a los demás caballeros, aunque no tendría problema en batirme a duelo por el honor vuestra mano —frunció un poco el ceño, aunque después dejó salir una pequeña carcajada.

Al ver cómo reaccionaba ante sus caricias, el varón empezó a hacerlo de forma más aleatoria, tratando de sorprender a la dama y jugando un poco con ella, tentándola, y disfrutando de sus suspiros, para volverla a besar, sonriendo también cuando ella lo hiciera al escuchar su respuesta. Se acarició brevemente el mentón, alimentando su imaginación.

— Creo que a mí también podría gustarme llevarla —comentó, tranquilo—, hay algo regio en las barbas —dejó salir una pequeña carcajada. Al estar unidos nuevamente por la frente, Caderyn dejó salir un suspiro de gusto, relajado ante la cercanía con Cathleen—. Y a mí, amor mío, pero te prometo que... tras cada despertar, mi amor por vos seguirá estando ahí —sabía que prometerle que estaría a su lado cada mañana, al menos de momento, era imposible.

Cuando Cathleen se levantó, Caderyn hizo lo mismo, sacudiéndose también la tierra y hojas secas, dedicando una última mirada retadora a la encina, como midiendo y calculando, pero acabó por soltar una pequeña carcajada.

— Algún día —dijo él, risueño, antes de que la dama le robara un beso, lo que hizo que el caballero se sonrojara. El de Tisbury intentó atraparla entre sus brazos, pero la mujer ya se había alejado con rapidez. El rubio negó lentamente, sonriente, y empezó a andar hacia su montura también. Tras unos pocos segundos, ya en la silla de montar, Caderyn se quedó pensativo por un momento—. Por mucho que me encante pasar tiempo a solas con vos, creo que nuestra próxima actividad debería ser un poco más... pública. ¿Una pequeña verbena? —acercó su montura a la de la mujer, e inclinó el cuerpo para quedar a escasos milímetros de su oído—Después de todo, tenemos una cita a la luz de la luna y las velas, ¿no? —le preguntó, en un susurro pícaro, para luego depositar un beso en el lóbulo de su oreja.

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11/10/2021, 23:19
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

Cathleen hizo un gesto curioso. Miró a un lado, luego a otro y le pidió a Caderyn que se aproximara más a ella, confidente.

¿Queréis saber por qué esa magia ha llegado a vos y no a otro?— preguntó en un susurro —Porque sois el único que me ha visto como mujer— paseó dos dedos por el pecho de su amado —Aunque que dos caballeros se pelearan por mi mano resulta una idea interesante— sugirió, enarcando una ceja antes de negar con la cabeza y besar al varón en los labios con dulzura —Mas sería en vano, porque vos ya tenéis mi corazón.

Entre juegos, reflexiones, promesas y conversaciones aderezadas con besos, caricias y miradas, el tiempo pasaba demasiado rápido para los amantes. Tanto que en un suspiró, ya era el momento de regresar al torreón.

¿Una verbena?— preguntó ella, extrañada, ya sobre la montura —¿Es la excusa para bailar conmigo, mi señor?— preguntó con una sonrisa cargada de picardía. Una sonrisa que se derritió cuando Caderyn acercó su caballo para poder inclinarse hacia el oído de su amada y susurrarle aquellas palabras, erizando a la mujer que pareció encogerse sobre sí misma.

Cathleen lo miró con determinación.

Os ruego que no hagáis eso— dijo la mujer —pues me temo que no me queda voluntad suficiente y...

Apretó los labios y suspiró. Negó con la cabeza y guió a su caballo hacia el camino de regreso. Bastante hablarían ya como para alimentar aún más los rumores.

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12/10/2021, 19:46
Sir Caderyn de Tisbury

El caballero enarcó un poco la ceja, mirando también en derredor con gesto curioso antes de acercarse a ella. Las palabras de la dama hicieron que el rostro del varón se convirtiera en un abanico de emociones, pues primeramente sonrió, sintiéndose dichoso y afortunado de ser el único en haber disfrutado de aquella cara de Cathleen, aunque entrecerró un poco los ojos con cierta suspicacia cuando mencionó que le resultaría interesante un duelo por su mano. Sin embargo, la expresión no duro mucho, transformándose en una sonrisa ancha y brillante, recibiendo su beso con amor.

Ciertamente no se le había ocurrido la posibilidad de un baile, pero ahora que lo mencionaba, la sonrisa del caballero se ensanchó ante el prospecto... aunque acabó por sonrojarse levemente.

— Bueno... para eso alguien tendría que enseñarme primero —hizo una especie de arco con los ojos, haciéndose un poco el tonto—, la verdad es que el baile no está entre mis habilidades más destacables —acabó por confesar.

Al ver la reacción a su pequeño susurro pícaro, Caderyn volvió a sonreír, aunque su gesto rápidamente cambió a uno de impresión por lo que vino después. El caballero abrió la boca para decir algo, pero las palabras no le salieron, temiendo haber molestado a la dama. Se quedó en silencio un par de segundos mientras ella avanzaba, no tardando en azuzar a su caballo para que andara, y llegando a su nivel con rapidez.

— Os ruego me disculpéis, amor mío. No era mi intención molestaros, sino que pudiéramos compartir un momento en público, sin tener que escondernos... los campesinos disfrutan de tal amenidad, ¿por qué no nosotros? —hablaba en voz baja, ligeramente contrito, y sus ojos tenían un rastro de culpa, pues lo que menos deseaba era incomodar a la dama—. Sin embargo, disfrutaré de cualquier gesto de hospitalidad que tengáis para conmigo, ya... siento que soy afortunado de disfrutar de tanto.

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12/10/2021, 23:51
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

A Cathleen le resultó adorable la sonrisa del caballero ante la idea del baile.

Descuidad, pues yo dejé mis clases a medias, cambiando el salón de baile por la arena— respondió la mujer —. Pero no es mala idea. Además, nuestras cosechas son cada vez mejores. ¿Por qué no?— preguntó con una sonrisa alegre.

Ya de regreso, Cathleen se extrañó ante la disculpa de su amado. No entendía muy bien a qué se refería.

¿Molestarme? No me habéis molestar... Oh— la mujer pasó de la confusión a la certeza y pronto se ruborizó mientras su mirada se tornaba en culpa —No, querido... Me temo que no lo entendisteis— le dijo, sonriendo con infinita ternura —. Era una broma, pues gestos como ese me empujan a vuestros brazos, incapaz de resistirme a vos— explicó.

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17/10/2021, 23:04
Sir Caderyn de Tisbury

— Entonces hemos descubierto otra cosa más que aprender juntos, ¿no os parece? —comentó él, con alegría en la voz, mirando a su amada a los ojos con cierto brillo—. Algo que definitivamente… sería menos escandaloso —dejó salir una pequeña carcajada abochornada—. Por lo menos el juego de pies ya lo tenemos, no veo que sea demasiado diferente a luchar a espada —se rascó la nuca, todavía risueño—, y es menos peligroso.

En el camino de regreso, Caderyn la miró con cierta curiosidad, si bien todavía se seguía apreciando cierta culpabilidad en su rostro. Sin embargo, pronto se quebró una sonrisa en los labios del varón, tanto de dicha como de alivio, por las palabras de su amada. De hecho, no pudo evitar acercarse y arrebatar un beso fugaz de los labios de la mujer.

— Lo entiendo ahora, y vuestras palabras —hizo una pausa, dejando salir un pequeño suspiro enamorado—... me hacen sentir cálido, Cathleen, como nunca antes —volvió a sonreírle a la dama, con sumo cariño, aunque pronto se transformó en una un poco más pícara—, pero no creáis que olvidaré vuestras palabras, las tendré muy en cuenta en un futuro… muy, muy cercano —le guiñó un ojo con cierta complicidad, mientras volvía a tomar el laúd para tocar una alegre melodía—. ¡Ah! Un concurso de instrumentos también sería propicio, y no lo digo porque se me de mucho mejor que la danza —se echó a reír.