Partida Rol por web

Seguia alerta y cuando aparecio Jojjen dando esas terribles noticia llevo su mano al cuchillo, pero no intento sacarlo. Se movio entre la multitud en dirreccion a Lord Brynden Blackwood, debia hablar con el y pedir ordenes.

Mi Lord, si me es posible me gustaria ir con algunos guardias a revisar como se encuentra su sobrino que se encontraba descompuesto antes de la boda. dijo con seriedad, estaba muy preocupado por el joven y esperaba que sus temores de un envenenamiento no fueran fundados. Luego si me permite investigare a aquel asesino. dijo sin disimular el despresio en la ultima palabra.

Jean había permanecido tranquilo y callado. Mucho más que de normal. No se había alejado demasiado de Sir Symon ya que era de los pocos a los que reconocía en aquella sala, bueno en realidad reconocía a unos cuantos pero nunca había tratado con ellos. 

Al aparecer el Lord herido se acercó junto con los demás como si de un rebaño de cabras espantadas se tratase para ver que estaba ocurriendo, ya que hasta el momento, todo había sido una interminable lista de protocolos completamente aburridos. 

"Al menos hace calor" era el único consuelo que mantenía a Jean entre esos muros, fuera se presentaba ese ignominable frío que dominaba el Norte, incluso a pesar de haber bajado en dirección sur casi veinte días desde Invernalia. 

Se acercó curioso al escuchar las palabras de Lord, evidentemente era Jojjen Reed, o al menos eso evidenciaban los colores de su blasón y sus finas ropas, que sin llegar a ser como la de algunos de los presentes eran de una excelente calidad. 

Me acerqué más impaciente que curioso, pues hacia ya bastante días que no había tenido oportunidad de ejercer mi oficio. 

Carraspeé antes de comenzar a hablar, ya que mi voz no era lo suficientemente potente como para hacerse oir entre la multitud - Mi señor, debería de miraros esas heridas, si así le place por su puesto. - dije con un hilo de voz - Podrían infectarse y si la intención de ese hombre era asesinaros creo que sería prudente examinar la herida con exactitud pues... podría estar envenenada. Si le place, podría mirarla aquí mismo.- Me llevé la mano a la pequeña bolsa de cuero que pendía del cordón de cuerda que hacía las veces de cinturón, para dar a entender que tenía los conocimientos y el equipo necesario para atender la herida. 

Miré al rededor antes de fijar mi mirada en Jojjen, había caras de todo tipo, de sorpresa, afligidos, sonrientes, ilegibles, nadie podría sacar nada en claro de allí. Después posé mi mirada calmada sobre los ojos fijos del Lord para esperar sus instrucciones. 

Sonrío ante la actuación del joven - ¡Oh!- espeto sorprendido, pero divertido - Valiente aquél que en la flor de la vida amenaza al pobre anciano. Deberíais guardaos las amenazas para la taberna buen señor. - digo como aquel que está acostumbrado a lidiar con estas situaciones - Pardiez que clase de diplomático he llegado a ser - sigo con tono distendido - Soy Joshep Brunster- digo con un ligero acento haciendo hincapié en la última erre. - Consejero, diplomático y amigo de la casa Reed. Perdón por no haberme presentado antes. ¿Como te he reconocido? Bueno mi buen Hoster, ¿puedo tutearos?- pregunto con un ligero levantamiento de cejas, para ver como se lo toma. - ¿Si me permitís? - le pregunto mientras me acerco a una silla cercana sentándome algo aparatosamente debido a mi pierna, pero con elegancia. - Por favor mi buen señor, deberíais de guardar eso antes de que lastiméis a alguien, por favor.- digo con calma y serenidad. 

- Supongo que no te puedo contar todo, dejémoslo en que no puedes ocultarte de quien realmente eres- sigo comentando tranquilo. - ¿Estás disfrutando de la ceremonía?- digo divagando un poco, al fin y al cabo la edad acaba haciendo mella en todo el mundo. 

- Ah, sí, los acontecimientos. Pues bueno, ahí no puedo ayudaros demasiado, sé que algo va a ocurrir, pero no estoy completamente seguro de el qué. ¿Tienes alguna rencilla abierta con los Mormont? Ya que tengo algunas sospechas que ellos quieren incriminarte de algún suceso que está por ocurrir. Y bueno, si yo he sido capaz de descubrir tu identidad sospecho que tal vez otros hallan podido hacerlo también y debido a tu reputación bueno... supongo que no tendrás demasiados amigos por aquí.- termino mirando al joven de duros rasgos a los ojos. 

Sonrio ante la seguridad que demuestra el viejo y ante su charla banal-Nunca me ha importado como me llamen, ni creo que me importe jamás. En cuanto al cuchillo...Lo tendré a mano si no os importa. Lo que me decís es interesante, pero me hace preguntarme ¿que ganais vos o vuestra casa con esto? Responded rápido si no os importa, creo que está fiesta se ha vuelto aburrida para mi- Sonrio con seguridad pero por dentro ya estoy nervioso intentando idear un plan para que mis hombres y yo nos larguemos

Permanecí atento a todo cerca del rey, al punto que en cuanto se sintió ruido estuve a punto de desenvainar la espada.

Fue una sorpresa ver herido a Lord Jojjen y al mismo tiempo mis temores de que algo malo podía suceder se confirmaron.

Ayudé a Lord Jojjen a mantenerse en pie:

-"Debería de aceptar mi lord, que se vea su herida ahora mismo"-

Una sonrisa surca mi rostro ante la falsa confianza que demuestra el muchacho. - Os importará como os llamen, si estáis siendo juzgado y el nombre es culpable. En cuanto al cuchillo, está bien, no lo guardéis, pero ten en cuenta que si entra alguien en la habitación podría malinterpretar nuestra conversación, ¿no creeis?- paso la lengua por lo labios algo resecos.- Sabes, os parecéis mucho a vuestro padre, jeje- lanzo una pequeña risotada al recordar viejos tiempos - Ni yo, ni mi casa, ganaremos más que la satisfacción de que la justicia sea sobrellevada sobre los culpables. Y creo que tú no eres culpable de los hechos que van a acaecer, al menos eso es lo que yo espero- termino la frase algo abatido, tal vez por la probabilidad de que esté equivocado. - Si vas a ser declarado culpable y no lo eres, podría crear un revuelo que no interesa a nadie señor Hoster. ¿Podría yo preguntar que te ha hecho venir hasta aquí? Ya que quedó patente en tus palabras que no viniste solo. 

- ¿Entonces no sabes nada de los Mormont? - termino preguntando de nuevo a la pregunta que había evitado con anterioridad. 

Lord Jojen mira a Jean extrañado -¿Y vos sois?

Él es Jean Buridian, un invitado y, según tengo entendido, sabe algo de curación. Pero no solo él en esta sala sabe curar heridas, Maestre Hoster, ayudadle y curadlo -ordena el Rey Bran poniendo orden en el comedor -Sir Rymund, id, rápido. Llevaos a diez hombres con vos, no sabemos el número de atacantes.

Jojen, hermano, ¿sabéis algo más? ¿la razón del ataque? -pregunta el rey desde su trono manteniendo su voz agradable.

El maestre Hoster obedeció a su señor y, junto a Jean, comenzó a curar las heridas del lord. Mientras tanto este trataba de contestar a su señor, tragándose el dolor que las heridas le causaban -No tengo ni la menor idea, mi señor. No se quien lo manda ni sus razones, aunque por suerte venía solo.

A pesar de que me había levantado antes apenas todo se volvió confuso, no me había acercado al lugar del hecho hasta ahora, quizás esta era la oportunidad de demostrar como eran las cosas.

-"Su alteza- dije llamando la atención del rey Bran- esta fortaleza es muy grande y de haber más atacantes 10 hombres no la podrán notar todo, me ofrezco a llevar un par de hombres conmigo e investigar los alrededores, si hay alguien más involucrado en este intento de asesinato, seguramente en este momento estará intentando darse a la fuga y salir de estos dominios"-

Symon sonrio tranquilo cuando Jean empezo a tratar al hombre mintras escuchaba lo que relataba. No fue hasta que varios empezaron a pedir soldados que se empezo a inquietar y miro al Rey para esperar su respuesta.

El viejo caballero asintio a las palabras de su rey y le agradecio con una inclinacion. Mas rapido de lo que se esperaria de alguien de su edad, empezo a correr reclutando a los diez hombre para diriguirse primero a donde se encontraba Ser Neal, sobrino del actual Lord Blackwood.

Mientra pasaba pidio a uno de los guardias una espada y escudo por cualquier pelea que podria estallar.

-No os preocupeis por quien pueda entrar, ya tengo gente encargandose de que eso no ocurra- Digo esperando que mis hombres no dejen entrar a nadie en la sala -Y respondiendo a sus dos preguntas antes de largarme de aqui...Vine con la promesa de que mi titulo y mis tierras me fueran dadas a cambio de que dejase de ser una molestia para la guerra. Y en cuanto a los Mormont puede que alguna vez les haya molestado pero nada serio que me venga a la mente- Concluyo mientras me acerco a la puerta a la espera de recibir su respuesta para irme de una vez

Agacho la cabeza cuando Lord Bran me presenta directamente. Siempre me gustó el anonimato, ahora la situación me parecía algo embarazosa, nunca me habían gustado las grandes reuniones de gente. 

- Deberíamos movernos mi buen señor, usted debería reposar en una cama confortable, la herida es bastante profunda y debería examinarla más a fondo... tal vez, hayan intentado envenenaros.- saco una tela limpia y blanca de mi bolsa de cuero y toco la herida ligeramente para examinarla. Parece profunda, bastante profunda. 

Rápidamente me quedo con el nombre del hombre mayor que parece dispuesto a entrar en batalla por las prisas a las que va a coger un escudo. A sabiendas de que mi voz es demasiado débil para que se me oiga por encima de la multitud cuando el hombre se gira sobre sus talones para ir a coger a unos hombres lo cojo por el brazo con tranquilidad pero con fuerza. - Señor Rymund- digo dirigiéndome a él como si lo conociese con un hilillo de voz - ¿no sería mejor que cerrase todos las entradas de la fortaleza y se identificase a todo aquel que intentase salir?- digo en tono de pregunta, ya que los nobles solían hacer más caso a los consejos que a las órdenes. Ya que el hombre parecía más dispuesto a recorrer toda la fortaleza armado en lugar de pensar un poco como resolver mejor la situación. Dejo de hacer presión, puesto que ya no es necesaria para que el anciano prosiga su camino, pero al menos con una recomendación. 

Tras esto me vuelvo a girar para mirar a Lord Jojjen que todavía parece reacio a volver a una estancia más confortable. 

- ¿Y quien os prometió vuestras tierras de vuelta? ¿Acabo en un fracaso la negociación?- pregunté abiertamente sorprendido, aunque a sabiendas de cual sería la respuesta si el pez sombrío quería irse a toda prisa de ahí. - ¿Acaso era solo una treta? ¿Puede que alguien os quisiese aquí solo para incriminaros entonces?- hago las preguntas al aire, más como si estuviera pensando que como si fuese una conversación real, más confuso que convencido de mí mismo.  

- Podeis marchar como gustéis por su puesto buen señor.- digo poniéndome de pie con ayuda de mi bastón y poniendo ambas manos sobre él. - Ha sido un placer conoceros. Supongo que no harás caso de un pobre viejo, pero muchas cosas están aun por suceder. Si finalmente acabas en problemas, recuerda, Joshep Burnster para servir- digo con un ligero inclinamiento de cabeza ya que el joven solo quiere marcharse. 

Al sentir que le tomaban el brazo casi se devuelve con un golpe de su escudo, pero se dio cuenta que no era mas que el curandero proponiendo un plan sensato. Seria lo correcto y deseo que algun otro caballero te escuche para hacerse cargo. Yo tengo que cumplir mis obligaciones en este momento, pero volvere para supervisar que tu plan se este llevando a cabo como corresponde. le respondio antes de diriguir su mirada a la salida del salon, pero habia algo que debia decirle antes que se fuera.

Te recomendio que no vayas tomando del brazo a todos los que desees hablar, alguno puede reaccionar mal. le aconsejo aunque su tono era duro como si lo estuviera retando por su imprudencia.

Hago un movimiento girando la cara cuando el anciano caballero se gira de repente para contestarme, ya que parecía que la contestación iba a ser más con el escudo que acababa de coger más que con palabras. Cuando habla de pasarle el encargo a otro caballero miro a Sir Symon de reojo lo suficiente para que se percate pero sin decirle nada, esperando que coja el relevo.  

Dicen que la edad otorga paciencia, sabiduría y algo de sensatez, parecía que este tal Rymund no había recibido ninguna de las tres. 

Agacho la cabeza ligeramente ante la reprimenda del señor - Lo siento mi señor, no era mi intención, mis disculpas- las palabras sonaban tan bajo que apenas se llegaban a oír, pero suficiente para llegar a los oídos del caballero. Evidentemente no tenía una voz potente como el caballero, que parecía portar un tambor en su pecho. La inclinación fue notoria para mostrar el arrepentimiento. 

Volví a mirar de reojo a Sir Symon implorando que se pusiera en marcha. Si no cerraban las salidas lo único que iban a encontrar era humo...

Symon se encontraba pasivo esperando las decisiones del rey o del Lord que encabezaba la boda antes de actuar. Por eso pudo ver sin problema el breve intercambio de palabras entre Jean y el viejo caballero. No buscaba pelea por el poco respeto que e le dio a su amigo, pero antes que terminara la pelea se encontraba muy cerca del curandero.

A la segunda mirada de este, asintio. Es una buena idea Jean…no te preocupes yo la he escuchado. Dijo con una sonrisa amistosa antes de mover su vista al Rey.

Su majestad Rey Bran. Empezo con gran respeto. Mi amigo ha hecho una buena sugerencia, es mejor controlar las salidas para que ningún complice de ese asesino se escape de la fortaleza. Si no le causa molestia me gustaria ofrecer mis servicios y el de amigo Konrad, para realizar esta tarea cuanto antes. comunico al Rey bajando la cabeza en total sumision a su decision final.

Estoy apunto de apuñalarle cuando posa las manos en mis hombros pero me controlo en el último momento -Si, Si. Gracias por el ofrecimiento, pero he aprendido a no fiarme de la ayuda ajena- Digo apartando sus manos -Y ahora me largo- Concluyo apartandole y abriendo la puerta mientras me guardo el cuchillo para escapar de la trampa que parece que me han tendido