Partida Rol por web

Al no tener tiempo de preparar el brebaje mortal, decidí ir directo a los mercenarios fuera del campamento. Con suerte podemos flanquearlos. -Muchas gracias por su compra caballeros.- Me retiré al fin.

Ves a Edain acercarse a los demás mercenarios.

Pólux se quedó un poco extrañado cuando Oktael se acercó hacia él con actitud solemne, por un momento pensaba que se trataba de algo relacionado con su hijo; pero cuando le entregó aquel extraño collar supo que no estaba relacionado con ello, sino con su relato sobre los espectros. Al mercenario le alegró ver que el negro sí lo tomaba en serio, y no sólo eso, sino que lo reverenciaba por ello. 

Así pues, aceptó de buen grado su ofrecimiento y se lo colocó en su cuello, a la vez que estrechaba su brazo con agradecimiento:

-Gracias amigo -dijo escuetamente, pero cargado de sentimentalismo tras haber estrechado lazos con el gran guerrero africano.

Acto seguido, se volvió para ver a Edain y se quedó expectante para que le contara como había ido todo...

-Siento traer malas noticias pero no me ha dado tiempo de preparar el brebaje mortal, aunque pude ver a los escoltas quienes están por salir con el prisionero, sugeriría rodear el campamento y seguirlos, les he vendido un alcohol fuerte de Iölkvealand por lo que si montan guardia en el camino quedarán roncando.- Expresé con una expresión de decepción.

Oktael se removió incómodo en su lugar. Otra vez deberían acechar a ese ejército, y dudaba que esta vez las cosas salieran bien en caso de ser capturados. Pero a esta altura le daba igual, simplemente cooperaría con el plan y le pondría fin a la vida de aquel ser despreciable. Después, podrían ir de una vez por todas a Rolan y continuar con su búsqueda.

Pólux se mostró bastante resuelto ante las noticias del mercader, por lo que dijo:

-No te preocupes muchacho, hiciste lo que pudiste, ahora bien, si lo que dices es cierto; voto por hacer lo que dices, rodeamos el campamento, y los atacamos en cuanto salgan; perderemos algo de tiempo, lo sé; pero creedme que si no acabamos con el hijo de perra de Alfred, él acabará con nosotros; no obstante, haré lo que prefiera la mayoría -expuso dejando clara su opinión, para girarse rápidamente hacia Edain y decirle- ¿cuántos guardias iban con Alfred? porque si son demasiados, podemos olvidarnos del tema...

Edain trataba de recordar cuántos soldados había visto.

-El viejo iba apresado acompañado de tres escoltas- respondió Edain a Pólux mientras se agachaba para calentar las piernas rumbo hacia una posible emboscada.

-Perfecto, contra eso podemos de sobra -expuso bastante seguro de su éxito- le ofreceremos a los soldados la posibilidad de retirarse, pues no deseamos su muerte, y espero que cooperen... -dijo a la vez que se quedaba un tanto pensativo- aunque hay algo que me chirría, ¿por qué llevan a Alfred esposado? quizás el destino que le espera sea la esclavitud, y si ese es el caso, es un destino peor que la muerte, por lo que dejaré que siga así -concluyó por si Edain o William sabían algo de porque su antiguo jefe había sido encadenado por Nikómedes.

Cuando Polux nombró tan livianamente que la esclavitud era peor que la muerte sintió que su corazón se encogía terriblemente. ¿Qué pensaría su hijo? ¿Estaría mejor ahora? ¿Y su mujer e hija, esclavas de aquella sociedad de bárbaros?

Cerró con fuerzas sus puños y la impotencia crecía en su interior al mismo ritmo que la desazón. Quería estar en Rolan ya, encontrar a su familia, y volver a la tranquilidad de sus tierras.

Es posible que Nikomedes quiera vender a Alfred como esclavo. ¿No? Es decir, seguramente debe haber grupos de caza recompensas interesados en tener a un líder de otro grupo.

De cualquier forma, deberiamos pensar si realmente lo vale. Podríamos estar metiendonos en un gran lio, que nos enemiste con un general de ejército, solo para acabar con un sujeto que probablemente no volvamos a ver.

- Vaya, ¿qué hizo ese tipo para merecer tanto rencor?- Decía Edain con media sonrisa

-Acabó con la vida de todo nuestro grupo con misiones suicidas, del cual solo quedamos los que ves aquí presente. Nuestros números eran bastante altos, rondando los 60 hombres. Al menos, cuando comenzamos.

La sonrisa en la cara de Edain se borraba lentamente escuchando las palabras de William, no dijo sentencia alguna pues su silencio fue respuesta suficiente ante aquella barbaridad que había cometido un simple viejo a tanta gente, Edain entendía.

El mercenario, viendo la resolución de Alfred y teniendo en cuenta que a excepción del joven Edain, había poco interés en sumergirse en un posible combate, dijo un tanto apagado:

-Está bien, si pensáis que su destino es la esclavitud, no seré yo quien pierda el tiempo con Alfred, a fin de cuentas, así demostramos ser mejores personas que él -expuso en un intento de demostrar cierta superioridad moral- así pues, dejemos el caso ir, y que el tiempo nos diga si obramos bien o mal -concluyó en actitud despreocupada.

Supongo que es lo mejor, tenemos la posibilidad de dejar esto atrás de una vez por todas. Pero no soy imparcial en mi opinión, puesto que todos ustedes saben que quiero ir cuanto antes allí. Así que decidanlo ustedes.

-¿Acaso creen que será esclavo? Recuerden, tiene intereses "comerciales" con Nikómedes, no creo que sea tan sencillo. Lo que hizo tiene que pagarlo, no puedo permitir que se vaya con vida, no después de cegar la vida de nuestros compañeros. Si desean, pueden irse. Yo les alcanzaré luego.- Tomé mi espada, el carcaj con unas flechas y el arco. Ensillé el caballo y monté.- Edain ¿En que dirección fueron los guardias? También ¿Estás seguro que el viejo encadenado era Alfred?

Pólux no iba a permitir ni por un instante que el joven caballero luchara sólo, por ello, sin dudarlo, le dijo:

-Yo voy contigo muchacho, nadie desea más la muerte de ese cerdo que yo mismo, son demasiados años aguantándolo ... -expuso mientras montaba en su caballo y se colocaba al lado de William- eso sí, si la situación se tuerce, no pienso poner mi vida en juego por semejante malnacido, ¿entendido? -concluyó dejando claro que ya bastante peligro había corrido junto a Alfred.

Oktael revoleó los ojos en un claro gesto de disconformidad. Pero aquellos hombres habían sangrado a su lado, y los seguiría aunque no comparta su decisión...

Así que agarró su lanza y se preparó para seguir a sus compañeros...